Obdulia narra cómo la Virgen sanó a su hija paralítica, prodigio que transformó la vida de personas cercanas
Obdulia es una señora mexicana que ha sido testigo de cómo la Santísima Virgen, en su advocación de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, sanó a su hija paralítica. La niña llamada Andrea tenía el síndrome de niña de piedra y pocas esperanzas de vida. Hoy es una joven feliz que está a punto de empezar la universidad. Su madre quiere contar la curación de su hija, de la que hay muchos testigos y los médicos no encuentran ninguna explicación.
¿Cómo reaccionó cuando su hija nació con el síndrome de niña de piedra?
La enfermedad es tan rara que en México solo existían 8 niños contando a mi hija diagnosticados en el 2010. Actualmente todos esos niños ya murieron excepto mi niña. De hecho me dijeron que no iba a vivir más de 7 años. Pero demos gloria a Dios porque ya va a cumplir 18 años y va a entrar a la universidad con un promedio de 9,2. Y en el mundo solo había 250 casos. Casi ningún médico sabe de esta enfermedad. Y los niños son sometidos a molestas biopsias y duras operaciones y estos estudios los osifican más, es decir que se les forman bolas de cartílago y hueso. A mi hija hasta los 4 años no la diagnosticaron.
En ese momento le dije a Dios que se la entregaba, que si se la iba a llevar en unos días o años, solamente le pedía que mi hija fuera inmensamente feliz el tiempo que me la dejara. Me dijeron que no había cura. Le dije a Dios que de ahora en adelante Él iba a ser su cura.
¿En qué consiste está enfermedad?
Estos pequeños nacen con los dedos gordos de los pies más cortos que los demás dedos. Mi hija hasta los 3 años movía su cuello y extremidades, pero se caía mucho al caminar. A los 3 años se cayó y se le hizo una inflamación en el cráneo que tardó meses en irse. Le hicieron la biopsia en la cabeza y brazo izquierdo porque le salían unas bolas o bultos muy grandes. Era el hueso con el cartílago que después de la biopsia se convirtió en otra columna vertebral y por unos 2 o 3 milímetros no tocó la cadera y en ese caso hubiera quedado completamente rígida.
También se le formó un hueso muy grande en el brazo dónde le hicieron la biopsia. Cuando le hicieron la primera resonancia magnética su esqueleto no tenía forma, era como una vela deshaciéndose. En su antepenúltima radiografía solo salió la silueta en blanco, pues todo su cuerpo se estaba haciendo hueso. Ya no podía casi respirar en las noches. Es una enfermedad genética causada por la mutación del gen ACVR1 que se encarga de formar nuestro esqueleto en el período embrionario, es decir durante los 2 primeros meses de gestación. Y luego muere ese gen, pero en mi hija estaba vivo y se activaba con el frío, con caminar más de 2 cuadras o con alguna caída o golpe, que ocasionaba que se le inflamara excesivamente y se le hacía como una joroba o como media cabeza más, algo deforme.
Normalmente los niños antes de los 14 años, porque todo su cuerpo se vuelve duro, ya no pueden respirar.
¿Cómo fueron los primeros años conviviendo con la enfermedad?
El primer año y medio fue aparentemente normal. Cuando empezó a caminar la llevamos al ortopedista y solo le mandaban calcio y se seguía cayendo a cada rato. Al cumplir 3 años otro ortopedista le mandó plantillas y ya no se cayó tan seguido, pero después el hueso se pegó en la parte de atrás de su cabeza y fue cuando se empezó a desarrollar la enfermedad.
Ya no podía caminar más de 2 cuadras porque empezaba a cojear. Con el frío le dolían sus articulaciones, no podía salir después de 1las 2 del día porque se enfermaba de la gripe. Iba 1 o 2 días al kinder y faltaba 8 o 15 días. Tenía las defensas muy bajas. En la escuela no querían jugar con ella. Se empezó a jorobar y a perder movimiento en los brazos. La maestra la dejaba encerrada en el salón hasta que hablé con ella y le dije que por favor la integrara que yo asumía toda la responsabilidad. En la primaria una niña les decía a todo el que se le acercaba a mi hija que los iba a contagiar, que no se juntaran con ella. Otras 3 niñas le pegaban. Yo no lo sabía hasta que pregunté a otra niña porque no se juntaban con mi hija. Hablé con la maestra y trato de integrarla, pero en el recreo casi siempre estaba sola.
¿Cómo y en qué circunstancias se produjo la curación?
En el Kinder conocí a la esposa de un amigo. Me dijo que ella se burlaba de su mamá porque llevaba cada semana una virgencita del Sagrado Corazón de Jesús a las familias y les enseñaba a rezar el Rosario y la gente le decía que ya estaba muy vieja y un día se iba a caer si no dejaba de hacer eso.
Pero su hijo que estaba enfermo del riñón empeoró y le dijeron que tenían que dializarle y hacerle trasplante. Ella se arrodilló ante el cuadro de la Virgen que tenía en casa y le pidió que la ayudara. Brotó una lágrima a la Virgen y ella sintió mucha paz. A la siguiente semana tenía cita para ver la dosis y dializar a su hijo. Al llegar allí le regañaron, le dijeron que su hijo estaba sano y le hicieron más estudios y estaba muy saludable. Ella en agradecimiento se dedicó a llevar esa virgencita a las familias. Acompaña a su mamá y va con su esposo y sus hijos a llevar la imagen a las familias y les enseñan a rezar el Santo Rosario. Me dijo si quería que la llevase a mi casa y le dijequesí. Pensé que si eso hizo por este niño la Virgen, algo podría hacer por mi hija.
Me anoté y pasaron casi dos meses y no me llamaba. Mi hija ya casi no podía respirar en las noches, yo presentía que era cosa de días el que amaneciera muerta. Pero me llamó, me preguntó si podía recibirla y le dije sí. Me pidió que invitara a mis familiares y vecinos.
Hicieron la Hora Santa y el Santo Rosario. Les di dulces a todos y le iba a dar a mi hija al final. Todos se fueron y se me olvidó darle dulces a mi hija Andrea. Ella estaba jorobada, no podía estirar los brazos, estaba sentada y de pronto se paró derecha, extendió completamente su brazo y me dijo: ¿mamá porque a mí no me diste totis (es un dulce)? Pensé que no podía ser que con un simple Rosario mi hija estuviese sana.
Pensé que era mi amor de madre que quería verla bien. Anteriormente yo tenía que cambiarla, pero esa noche ella sola se puso la bata de dormir y su pantalón. A la mañana siguiente ella sola se quitó la bata y se vistió. Volví a pensar que era mi amor de madre que quería verla bien.
Ese día fuimos por mi hijo a la secundaria y al salir al patio mi tía vio a mi hija y me dijo que Andrea estaba derecha. Pensé entonces que no estaba loca. La directora del colegio al verla corrió y abrazó a mi hija. Me dijo que Andrea estaba derecha y me hizo pasar a su despacho, pues un día antes la vio jorobada y tullida y al otro la vio normal.
Ahora caminamos de 6 a 7 horas buscando pedidos. Yo hago velas para pastel, soy mamá soltera. Y ella como si nada. Hemos ido a la coronación de la Virgen en la colonia a las 11 de la noche. Nos agarra el agua y no se enferma.
Va a clase a la preparatoria y yo la llevo en la mañana, a la parada ella se viene sola. Ya no le salen las bolas, después de la Hora Santa se cayó por las escaleras de 2 pisos. Se abrió la cabeza y le dieron 7 puntos en la frente. Ya no se inflamó, cerró rapidísimo su herida, ya no pudieron quitar los puntos de la herida cuya marca casi desaparece, pero le pido a Dios que no se la borre completamente para que no se me olvide lo que María ha logrado al interceder por mi hija. Ya me dio Covid 3 veces y a ella ninguna vez y duerme conmigo. Ya no se enferma, aunque se moje cuando llueve. Demos Gloria a Dios.
¿Qué explicación dan los médicos a la curación?
Los médicos dicen que es algo increíble, que no tiene explicación científica. Que un hueso no se puede deshacer. No existe en su vocabulario la palabra milagro.
¿Cómo fue su actitud de gratitud a Dios y a la Virgen?
Le pregunté a Dios como podía agradecerle, porque no puedo pagarle con nada por lo que ha hecho con mi hija. Y al otro día que llevé a mi hija al catecismo, su catequista me dijo que por favor yo le diera catecismo a sus niños. Es mamá soltera y tenía que ir a un curso unas semanas, es maestra y si no iba a ese curso no le pagaban y tenía que costear la colegiatura de su hija.
Supe lo que Dios quería de mí. Pero tenía miedo de dar catecismo, pues no tenía la formación de catequista. Empecé a prepararme y llevo 11 años dando catecismo junto con mi hija. Ella me ayuda con el permiso del sacerdote. Y estamos muy felices y agradecidas con Dios y con mamita María.
¿Cómo reaccionó la niña tras la curación?
Mi hija es una joven muy feliz. Tiene muchas ganas de vivir y me ha enseñado a perdonar, pues ella ya perdonó a los que le hicieron daño y nos ayudó mucho a sanar heridas el taller de oración y vida del Padre Ignacio Larrañaga.
¿Le ha quedado alguna pequeña secuela?
Es una joven de 17 años muy responsable. Todos sus maestros de educación física me han felicitado y me dicen que la admiran porque es una niña que se esfuerza en hacer bien los ejercicios, inclusive mejor que otros que sí pueden mover todo su cuerpo, pero no lo quieren hacer. Ella no puede alzar sus brazos hasta arriba y no tiene movimiento en el cuello. Sin embargo cada día se mueve más y ya se puede vestir sola.
¿Esperan la curación definitiva?
Esperamos la sanación definitiva cuando Dios quiera y como el Él quiera. Sus tiempos son perfectos.
¿Cómo este testimonio ha ayudado a llevar las personas a Dios?
A partir del momento en el que la directora de la preparatoria de mi hijo vio a mi hija sana de un día para otro, mandó a sus hijos jóvenes de 12 y 14 años al catecismo. Mis tías y hermanos aman profundamente a María, a pesar de que nuestra abuela fue evangélica. Todos mis sobrinos se están bautizando, haciendo su primera comunión y confirmación. Unas sobrinas y un sobrino se casaron por la iglesia, mis vecinas, que asistieron a la hora santa en donde mi hija fue sanada, sufrían de migraña y su mamá leía las cartas. A partir de ese día no tienen migraña, ya no lee las cartas la señora y van a la iglesia. Mis vecinos y familia se han acercado a Dios. Mi hija ha sido para todos ellos una gran bendición.
No esperen a tener una enfermedad mortal o algún problema para acercarse a Dios. El está esperándonos en el Santísimo Sacramento. No lo dejemos en espera, pues nos ama mucho y sufre cuando no hablamos con Él ignorándolo porque vivimos con prisa sin tiempo para Él.
Por Javier Navascués
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