José Manuel: “Rezar ante el Padre Pío me sirvió para rejuvenecer 20 años, vital y espiritualmente”
José Manuel llevaba años siendo gran devoto del Padre Pío, pero hasta hace poco no pudo cumplir su sueño de peregrinar a San Giovanni Rotondo. Allí rezando ante su cuerpo incorrupto tuvo la experiencia espiritual más grande de su vida. Pareciera que los achaques debidos a su múltiples enfermedades desaparecieron y desde ese momento siente que ha rejuvenecido 20 años, recobrando la energía y fuerzas de antaño. No obstante el cambio más importante fue a nivel espiritual. Días después aún conserva el gozo de la experiencia que nunca olvidará. Comparte con sencillez su vivencia.
¿Cómo nació en usted su devoción al Padre Pío?
A través de la lectura e investigación de varias profecías de Santa Catalina de Emerich, vi que se señalaban coincidencias entre ambos santos, y empecé a buscar mas información.
¿Qué es lo que más le atrajo de él?
La expresión de bondad de su rostro, es lo primero que te asalta el espíritu. Sus obras, su forma de vivir y que de su boca salía la palabra de Dios, llena de sabiduría de amor y fe.
¿Cómo le ha ayudado esta devoción en sus enfermedades y diferentes cruces?
Me ha dado fuerzas espirituales para seguir e inspiración para vivir, para comportarme, para resistir, y para aceptar la voluntad de Dios.
¿Qué ha supuesto para usted poder peregrinar a San Giovanni Rotondo?
Uno de mis mayores sueños realizados, y la experiencia espiritual más grande de mi vida, sin duda alguna.
¿Qué sintió al poder rezar durante más de una hora ante su cuerpo incorrupto?
Que estaba en una conexión directa con San Pío de Pietrelcina. que me escuchaba y me daba fuerzas, y llenaba por completo mi espíritu.
¿Qué propósitos de santidad pudo hacer en ese santo lugar?
Poder seguir luchando en la divulgación de la palabra de Dios, en defensa de los valores cristianos allá donde esté, sin miedo ni vergüenza, a contra corriente.
¿Cómo ha mejorado su salud física y espiritual y su estado de ánimo desde que estuvo allí?
Quiero pensar que la artrosis que me diagnosticó mi doctora antes de ir a San Giovanni Rotondo desapareció en el instante en que comencé los preparativos del viaje de peregrinación. y que a día de hoy no me produce dolores, sinceramente me parece muy casual que la inflamación y el dolor se fuera sólo.
Pero lo mas importante es que siento que rezar ante el Padre Pío me sirvió para rejuvenecer 20 años, vital y espiritualmente sobre todo. Fui como una persona y volví como otra, creo que diferente y mejor.
¿Por qué afirma que ha sido la experiencia espiritual más intensa que ha sentido nunca?
Por mi devoción al santo Padre Pío, sé que el fue una persona tocada por Dios, que se enfrentó con diversos enemigos incluido Lucifer, del que sufrió ataques en su dormitorio por las noches. Era un hombre valiente, y bueno, y que profetizó los acontecimientos que están por llegar.
¿Por qué siente que este gran impulso espiritual no le va a olvidar nunca?
No lo siento, lo se. Para mí fue un día de los mas grandes de mi vida.
¿Por qué recomendaría peregrinar a San Giovanni Rotondo?
Lo recomiendo para que aquellos que necesitan fuerzas para seguir, que necesitan sentir a Dios. Deseo que los que vayan, de la mano del santo Padre Pío, se llenen de amor, de paz, y de la grandeza que él desprende, al haber sido merecedor de ser elegido por Dios para hacer su obra en este mundo.
Por Javier Navascués
2 comentarios
Tanto la pequeña iglesia primitiva del convento capuchino, como la iglesia más grande edificada en los años 50 del pasado siglo, tenían coros altos al pie de las iglesias donde los capuchinos rezaban el oficio divino.
Hoy ambas iglesias siguen en uso, pero me llamó la atención y me entristeció mucho que ambos coros están inutilizados, cegadas sus vistas sobre las iglesias y convertidos en zonas de paso.
Por supuesto, la tercera y enorme iglesia en forma de pabellón deportivo o templo masónico, edificada ya en este siglo, no tiene nada que se parezca a un coro de frailes. Todo el interior de la nueva iglesia es un horror, en particular la gélida capilla del Santísimo semejante a las capillas multicultos de los aeropuertos.
Y el cuerpo del santo Padre Pío yace en la cripta presa de los diabólicos mosaicos de Rupnik.
La visita me produjo un gran desasosiego y no la recomiendo a los devotos del santo. Mejor venerarlo a distancia y encomendarse a su poderosa intercesión.
"Esta reforma litúrgica no dejó de inquietar al Padre Pío. Si bien el Novus Ordo no entró en vigor oficial y obligatoriamente hasta 1969, seis meses después de su muerte, ya desde el primer domingo de Cuaresma de 1965, el 7 de marzo, se celebraron por primera vez misas en lengua vulgar según los textos litúrgicos "experimentales" debidos al cardenal Lercaro y a Mons. Bugnini.
Esta liturgia "experimental", que abandonaba el latín y revolucionaba la formulación teológica del sacramento, no podía encontrar conformidad en el Padre Pío. Antes de que fuera autorizada oficialmente, pidió el 17 de febrero poder seguir celebrando la Misa según el rito tridentino.
... Pablo VI accedió gustoso a esa petición del Padre Pío y el 9 de marzo envió al cardenal Bacci a que llevara él mismo el indulto autorizando al anciano capuchino a celebrar siempre la Misa de su ordenación.
El escoger a Bacci no era un azar. Aparte de que había sido uno de los pocos prelados que siempre manifestaron su apoyo y amistad al Padre Pío en los momentos más difíciles de la segunda persecución, había sido también durante el concilio -que terminaría pocos meses más tarde- uno de los animadores de la tendencia conservadora y un ardiente defensor del rito tradicional en latín.
Esta autorización para poder celebrar la Misa tridentina hasta su muerte alivió al Padre Pío. Se sentía inquieto por las múltiples reformas que agitaban a la Iglesia y que fomentaban las divisiones entre padres conciliares. Después de haberle dado las gracias al cardenal Bacci por ese indulto concedido por el papa, le dijo como dándole un consejo:
- El concilio, por piedad, terminadlo pronto."
Yves Chiron, "El Padre Pío", ed. Palabra, Madrid, 1999, pp. 345 y 346.
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