Poema a la sotana sacerdotal. Por Agnus Dei Prod
La sotana es un regalo que ha venido de lo alto para el sacerdote. La sotana recuerda al sacerdote que ha de morir al mundo al demonio y a la carne. El sacerdote no puede vestir, ni hablar, ni puede gozar como goza el mundo. El sacerdote debe estar precavido de los engaños diabólicos. El sacerdote estará muerto si no anhela la intimidad con Dios, dormir en el suelo si es necesario, dormir sobre tablas si es necesario, usar con frecuencia el cilicio; siempre bueno, siempre santo. La sotana nos sigue recordando hacia donde debemos dirigir nuestra vida. No hay nada, ni dentro ni fuera de la Iglesia, que pueda tocar la santa sotana. Cuando muramos nos amortajarán con nuestra santa sotana.
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Después vino otro distintivo el cleriman, para adaptar la vestimenta a los tiempos moderno y después la ropa mundana para no distinguirse del mundo y antes la desbandada general de seminaristas, una vez finalizado el Concilio.
Treinta y tres botones. Los 33 botones que cierran la sotana, son en recuerdo de los años de la vida de Nuestro Señor. Los cinco botones en las muñecas son en memoria de sus cinco llagas. Esto muestra que el sacerdote se ha convertido en un alter Christus – otro Cristo. Cristo actúa a través de él, utilizándolo como un instrumento
Las sotanas suelen llevar como se ha dicho 33 botones a la vista, pero casi siempre son de adorno. Los botones que hay que desabrochar son menos y van ocultos.
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