Gutiérrez Valdivieso analiza su libro Sobre el final del zarismo (SND)
Pedro Julio Gutiérrez Valdivieso nace en Cartagena el 16 de enero de 1997. Tras iniciar estudios de Ciencias Matemáticas, es Graduado en Educación Primaria, por la UMU con Mención en Pedagogía Terapéutica. Aficionado a la Historia, ha dedicado mucho tiempo al estudio de la Historia de Rusia. Desde Lenin, pasando por la Perestroika de Gorbachov, las Memorias de Yeltsin, hasta el actual presidente Vladimir Putin.
¿Por qué un libro sobre el final del zarismo?
Seguramente a la hora de escrutar cómo se gestó el bolchevismo con el acceso de Lenin al poder, debemos comenzar por analizar si es que el zarismo era una forma de gobierno muy mala. Pienso que debemos contextualizar la época que estudiamos. En otras obras hemos estudiado a Lenin y a Stalin y cómo el pueblo ruso debió soportar un régimen comunista de falta absoluta de libertades, surge una primera reflexión. Esta reflexión consiste en tomar conciencia de la época, en que el zar es considerado el pastor del pueblo que debe velar por él. Hallamos cuatro grandes imperios antes de 1917. A saber, el alemán, el austro húngaro, el serbio y el ruso. Y ciertamente que el apoyo de Rusia a Serbia, contra la indicación de Alemania, a causa del asesinato del archiduque en Sarajevo, metió a Rusia en una guerra.
Y por cierto ya estaba enemistada con Japón a causa de Manchuria y el miedo a que ocupara Siberia. Es cierto que Rusia estaba anclada en un modelo político que venía de la Edad Media, especialmente porque la nobleza contaba con grandes latifundios y siervos. Que en ocasiones podían ser cientos y cuya libertad dependía de la voluntad del señor. Vino el socialismo revolucionario (Kerenski) y después el bolchevismo de Lenin. Pero hoy día gobierna Putin de forma autocrática y como diría Fukuyama “iliberal”, debido a la famosa Cuarta Teoría política de Alexander Duguin. Rusia, con Putin pretende retornar a ser un Imperio. Esto es ya un tema a debatir, hasta qué punto el pueblo ruso cree en las promesas de Putin o le atenaza el miedo a oponerse a un jefe de Estado blindado en el poder y omnipotente en su país.
¿Cuándo comenzó a fraguarse el final de esta monarquía que viene desde 1547?
Realmente me ha interesado centrarme en los tres últimos zares. Es decir, Alejandro II, Alejandro III, Nicolás II. Aunque en ocasiones nos hemos referido en la obra a Nicolás I. Lo importante es que Alejandro II inició un proceso de apertura tibio al constitucionalismo que le costó la vida en un atentado. Posteriormente, advino Alejandro III que tuvo un reinado breve, pues murió antes de los cincuenta años de nefritis. Posteriormente Nicolás II es el último zar, pues él junto toda su familia, médico y sirvientes fue asesinado por orden de Lenin. De todos modos, contó con una ayuda poco adecuada en los asuntos de Estado, la del ministro Stolypin.
Pese a sus cuatro reformas de la Duma, siempre iba “in crescendo” para favorecer la representación de la nobleza y aristocracia, por lo que su imagen fue convirtiéndose en poco popular. Además, Stolypin fue tiroteado en el teatro en Kiev, cuando acompañaba al zar y a la zarina. No murió enseguida, pero creo que ese fue el principio del fin. De todos modos, Rusia en pleno siglo XIX tenía una base agrícola y era un país anclado en tradiciones ancestrales, que vivía al margen del mundo. El contexto era parecido al de los siervos de la gleba, y la industrialización muy pobre, tan solo en san Petersburgo, que enseguida vino a llamarse Petrogrado.
¿No pudieron huir los últimos zares, especialmente Nicolás II; viendo lo que les podía pasar?
La emperatriz, Alejandra, de raíces inglesas (nieta de la reina Victoria) tenía una posibilidad (tras la abdicación del zar) de que la familia imperial hubiese viajado por barco a Inglaterra donde reinaba Jorge V. Pensemos que Alejandra era hija de Alicia, casada con el duque de Hesse. Era alemana, pero de ascendencia inglesa. El detonante de que no viajaran a Inglaterra fue que Jorge V tuvo sus dudas. Y en el último momento se opuso, dado que temía por su corona, ya que se desarrollaban huelgas en Inglaterra en el sector de la industria. Pensó sin duda, que lo mismo que había habido una revolución en Rusia, podía haberla en Inglaterra. Si se analiza la vida de la familia imperial de Nicolás II, se puede ver que dispusieron de cinco días para haber intentado ese viaje, de motu propio. Pero, pronto el propio jefe del gobierno provisional no tuvo margen de maniobra para dejar huir de Rusia a la familia imperial. Pues Lenin cambió la guardia imperial por soldados del soviet de Leningrado, sustituyó en el poder a Kerenski e hizo rehenes suyos a los miembros de la familia imperial.
Háblenos del brutal exterminio de la familia real rusa en un sótano…
Efectivamente, una vez apresados, la familia real es confinada en su residencia de Czarkoe Seló, después es trasladada a Tobolsk y por fin a Ekaterimburgo, donde es retenida por el soviet de Los Urales en la casa Ipatiev. La Legión Checa y el Ejército Blanco llegaron a avanzar y se acercaron a Ekaterimburgo. Este hecho determinó que Yurovski, que era el jefe de la guardia, en connivencia con el Comité del Soviet de los Urales, previo permiso de Moscú (de Sverdlov y con la aprobación de Lenin) decidiese acabar con toda la familia. No solo fueron fusilados y pasados a bayoneta el zar y la zarina, sino sus cuatro hijas (Olga, Tatiana, María, Anastasia) y el niño de 13 años, el zarévich Alexéi. Fueron despertados en la madrugada del 16 al 17 de julio de 1918. Fueron asesinados once personas. Incluyendo médico, sirvientes, matrimonio, hijas e hijo. El sótano de la casa se llenó de humo, de modo que los soldados del soviet no veían. Pese a tener en marcha el camión Fiat para transportar los cadáveres, los tiros despertaron al vecindario, por lo que se sugirió usar las bayonetas. Fue una masacre muy cruel.
Exterminaron a todos porque no querían descendencia para retomar el zarismo…
Efectivamente, tan es así que algunos parientes de la familia imperial llegaron a alojarse en un hotel de Ekaterimburgo. Entre ellos el Gran Duque Mijaíl, en quien el zar Nicolás II quería recayese la corona, una vez se vio obligado a abdicar por la Duma y el gobierno provisional que la representaba. Este duque fue sacado del hotel Amerikanskaya y asesinado en el bosque de Perm. A la princesa Helena de Serbia no se le permitió visitar a la familia imperial, se la puso en un tren en dirección a Petrogrado. Otros no tuvieron tanta suerte. Es el caso del príncipe Konstantinovich, hermano de la zarina; en general todos los familiares que habían seguido a la familia imperial fueron fusilados.
Es decir, todos los Romanov fueron ejecutados Ella, Varvara, Vladimir Palei, Sergio Mijailovich. Algunos murieron a tiros o a culatazos. La idea era evitar que se restaurara la monarquía. De hecho, ocho días después del fusilamiento y entierro de la familia imperial, entraron en Ekaterimburgo el Ejército Blanco y la Legión checa con intención de restaurar la monarquía. Desafortunadamente la familia entera había sido ejecutada. Y como hemos dicho, también todos los parientes que se encontraban en la ciudad, fueron localizados y ejecutados. Pienso que la razón acaso más poderosa fue el deseo de Lenin de vengar la muerte de su hermano mayor, perteneciente a un grupo anarquista y que fue condenado a la horca por Alejandro III, padre de Nicolás II. Por haber intentado atentar contra la vida del zar. Lenin se cobró la venganza en el zar y la familia imperial al completo.
Igualmente cruel fue como después de muertos los trocearon y los enterraron como a perros…
Así es, pues tras la manera catastrófica y dolorosa o muy cruel de llevar a cabo la ejecución, los soldados del soviet, bolcheviques, cargaron los cadáveres en un viejo camión Fiat que apenas podía con el peso de los cuerpos. Fueron llevados a una zona del bosque Koptyaki en el que había pozos mineros. Primero desnudaron los cadáveres, hicieron un inventario de las joyas que escondían en sus ropas. Los cuerpos fueron mutilados y luego arrojados a unos pozos mineros. Como no eran muy profundos, en la mina Gannina Yama, los arrojaron a esos pozos y después lanzaron granadas de mano y por fin ácido sulfúrico. Pero los volvieron a sacar, pese a que Yurovsky, responsable último de la ejecución y del entierro deseaba trasladarlos a otra mina más lejana. A fin de dificultar la posterior localización de los cuerpos. Los hombres del Soviet se opusieron a emprender un largo viaje a altas horas de la madrugada. Por fin, cavaron dos tumbas, a fin de que no hallasen once cuerpos, enterrando a María y Alexei en una fosa diferente, para que si hallaban los cuerpos no pudieran identificarlos.
¿Por qué la opinión pública no ha condenado estos crímenes tan monstruosos?
Mi opinión personal es que no se le ha dedicado al tema el estudio y la atención que merecen. Pues mucha gente desconoce la forma tan horrible en la que fueron asesinados. Posiblemente sean más conocidas las Cartas de las Princesas o de los propios zares. Se puede observar que el esfuerzo de Lenin por borrar todo rastro de la posible restauración de la monarquía en Rusia llevó a este espantoso genocidio. Creo que se ha puesto el énfasis en el estudio de la revolución rusa, de cómo Lenin llegó al poder. Y en todo caso en la primera (llamada) revolución, que fue una marcha pacífica al Palacio imperial de san Petersburgo en 1905. Y también se ha puesto el foco en la revolución violenta de 1917. Aunque Lenin, que estaba en Suiza con su esposa Nadezdha Kruspakaia se asombró de lo fácil que había resultado la toma del poder. A partir de ahí se dispuso a presentarse en san Petersburgo para defenestrar al gobierno provisional. Pues en el instituto Smolny concurrían eseristas, mencheviques, bolcheviques, socialistas revolucionarios en una suerte de puzzle revolucionario.
Los revolucionarios para blanquear sus crímenes atribuyeron a los zares grandes matanzas, cuando no tuvieron nada que ver…
Es importante subrayar que la matanza de 1905, dirigida una marcha pacífica por el cura Gapón para pedir al “padrecito zar” pan y mejoras en condiciones de vida puso nervioso al gran Duque que comandaba la guardia en el Palacio de san Petersburgo, se dio orden de disparar y muchos murieron. Pero el zar no estaba en palacio ni dio esa orden, sino que se encontraba en el cuartel general en Mojilev. Otra razón por la que se apodó al zar Nicolás II, el sanguinario o el cruel se debió a que con motivo de su boda hizo un festejo popular. Con tan mala suerte que anunció que se repartiría comida y vasijas de cerámica como regalo, pero hubo una avalancha y murieron 1.300. Se había calculado que sería en un campo enorme, que servía de adiestramiento militar, pero el terreno no era llano. Tenía zanjas para el entrenamiento de los soldados. Esa fatalidad hizo que se produjese un accidente descomunal, fue mala suerte. Esto sucedió en Jodynka.
¿Qué tienen que ver estos hechos históricos con la política actual?
La sustitución de la familia imperial, asesinada, por el bolchevismo de Lenin no supuso una mejora para el pueblo. Conocemos la historia por la que Lenin se salta las elecciones, tras la experiencia de haber obtenido el partido bolchevique el 25% de los votos y trama subir al poder con el apoyo de una mayoría de votos de los soviets de Moscú y san Petersburgo en la que contaba con mayoría bolchevique. La historia del comunismo ha puesto de manifiesto que este sistema no mejora la vida de la población. Es cierto que los regímenes absolutistas dieron paso a sistemas democráticos y constitucionalistas. Y en Rusia podía haber sucedido lo mismo. Pero Lenin se anticipó con un método fraudulento para desalojar del poder al gobierno provisional. Si proseguimos con el recorrido y nos fijamos en lo que fue el cénit del comunismo con Stalin, se trató de un régimen de terror contra el pueblo. Y hasta Gorbachov que deshizo la URSS y posteriormente Yeltsin que paró el golpe comunista de 1991 y frenó en seco la segunda intentona del soviet supremo en 1993, todos los dirigentes de la URSS privaron de libertades al pueblo. El nivel de vida era paupérrimo. Hoy día vemos que en los países comunistas: China, Cuba, Corea del Norte, el sistema está obsoleto, con gran sufrimiento para el pueblo. Tanto a nivel material como de derechos y lo mismo con la perversa y falsa autocracia rusa de Putin.
¿Por qué lo ha relacionado concretamente con Alexander Duguin y su teoría multipolar?
Porque tras la última obra de Fukuyama que abre un abanico de opciones políticas bastante amplio, Alexander Duguin, del que decimos que fundó un partido bolchevique a la vez que criticó el marxismo como ateo y materialista, prosiguió con el desarrollo de ciertas ideas que expresan un “nacionalismo identitario” opuesto al “liberalismo”. En todo caso, la obra de Fukuyama a la que me referí es “El liberalismo y sus desencantados” donde establece la oposición conceptual a la que me he referido. Alexander Duguin piensa que el rescate del imperialismo ruso tiene que pasar por una expansión por la que Rusia se dirigiría a Asia pacífico, a África, etc. De este modo se crearía un mundo “multipolar” opuesto, según él, a la globalización y al poder hegemónico mundial de Estados Unidos, y dado que la expansión de Rusia ya no puede darse hacia Europa, más aún cuando algunos países ex soviéticos desean integrarse en la Unión Europea. Por eso Rusia desea la alianza con China, aunque Xi Jiping dice no proporcionar material bélico a Rusia. Vemos como Shoigú visita a Kim en Corea del Norte, hay movimientos por toda África de Rusia para controlar el poder político y el comercio. Y por fin, Centroamérica, con Venezuela, Nicaragua… aliados fieles de Rusia.
Por Javier Navascués
2 comentarios
Por otro lado, entreveo un cierta dicotomía un poco de brocha gorda (quizá por las exigencias del espacio en una entrevista) entre los países "comunistas" y las "democracias". Si bien creo que el comunismo creó auténticas tiranías, las democracias son responsables de un colonialismo salvaje. La URSS sí elevó el nivel de vida, al margen del precio que costase, Cuba no. Y si China (que no es comunista) es una tiranía, Occidente va por el mismo camino.
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