Tres formas de mirar a la Virgen del Pilar. Majestuosidad, maternidad y fuente de consuelo
Al ser este blog dedicado a la Virgen del Pilar comparto por su interés un sencillo, pero profundo foto reportaje de un buen amigo sobre la Pilarica para consolar a una persona enferma. Espero que les guste y puedan un día peregrinar a ese santo lugar y si ya lo han hecho, volver.
Tres primeros planos, que dicen tanto de ella.
1. La primera y en la distancia, nos llama la atención su majestuosidad, rodeada de esa gran corona. Una REINA, que nos atrae a lo lejos, que despierta nuestra curiosidad, tal vez más la mundana que la espiritual, pero el efecto se logra. Las personas se quieren acercar, atraídas por tanto oro y piedras preciosas, a contemplar esa escena más de cerca.
2. Al acercarse, inmediatamente la corona empieza a desaparecer, y fijamos los ojos en esa pequeña y maternal imagen, alli en ese rincón de la Capilla. La REINA ya no es distante y otro gesto ayuda a romper esa distancia del “respeto majestuoso” , la REINA es madre, sostiene a un niño en su brazo izquierdo.
3. Al acercarnos un poco más, y contemplar su rostro, caemos rendidos a sus pies. Una mirada como pocos artistas han podido conseguir, a no ser aquellos asistidos por manos celestiales. La mirada que animó al Apóstol Santiago y sus discípulos, cuando ya empezaban a desfallecer en su intento de convertir las almas. Esa mirada que te anima a seguir adelante contra cualquier dificultad, por más dura o difícil que sea. Ella está ahí. Y como si fuera poco con el niño Dios en brazos. Nuestra Señora del Pilar ruega por nosotros.
Gustavo Villarrubia
1 comentario
Dejar un comentario