Bailar en la cocina. El secreto de los matrimonios que disfrutan. Entrevista a Pep Borrell
Pep Borrell. Católico. Casado con Mercè desde hace 35 años. Padre de 5 hijos y abuelo de 3 nietos, de momento. Medico Odontólogo. Enamorado de la familia y del matrimonio. Suele dar conferencias y charlas en las redes sobre temas familiares y de educación. En esta ocasión nos habla de su libro Bailar en la Cocina.
¿Por qué un libro titulado Bailar en la Cocina?
Porque el matrimonio es para disfrutar, porque no puede ser que tantas veces se hable de manera pesimista del matrimonio o como si fuera un palo. ¡¡Que el matrimonio es una maravilla!!, el matrimonio es para bailar, en la cocina y donde haga falta. También me ha gustado crear expectativa con el titulo y contagia alegría.
¿No es un poco osado tener la receta mágica para que los matrimonios funcionen?
Yo no doy la receta, ni la tengo, de hecho no la hay, cada pareja y cada situación es un mundo. Pero vivo un matrimonio muy feliz y además conozco a mucha gente que también lo vive, no me puedo callar. Como en tantas cosas en la vida el tema es “Parar y pensar”. ¿Como vivo el matrimonio? ¿Mi matrimonio es un aburrimiento? ¿Nos lo pasamos bien? ¿Tenemos ganas de mejorar? ¿Quién pillara los primeros años?…Hay demasiados matrimonios que no disfrutan o que se aguantan, la intención de mi libro es animar al personal, que los jóvenes decidan casarse, comprometerse y los que ya están casados lo pasen “de muerte”.
Empieza afirmando que pase lo que pase el matrimonio es para toda la vida… ¿Por qué en la realidad muchas veces no es así?
El matrimonio católico es, si o si, para toda la vida, a eso nos comprometemos, porque así lo decidimos, totalmente libres, no nos obliga nadie. Una locura de amor que se escapa del razonamiento de los hombres pero que con la gracia de Dios, no solo es posible, sino que es una gozada. Cuando uno se ha casado por la Iglesia, se ha casado para toda la vida, no te casa nadie, nos casamos nosotros, los contrayentes y lo que Dios ha unido no lo separa nadie.
Aunque mi libro es para todos, creyentes y no creyentes, para cualquier pareja que quiera disfrutar de esa relación increíble, y si no están casados, a lo mejor, después de leerlo se animan a pasar por el altar…Es cierto que hay un montón de separaciones y divorcios, pero también hay, ha habido, y habrá muchísimos matrimonios que son muy felices. Yo soy muy “fantasma” y me he propuesto cambiar las estadísticas.
¿Cuáles son las diferentes fases del amor y qué importancia tienen cada una?
Para mí las fases del amor son tres pero la ventaja de hablar de amor es que puedes decir lo que te de la gana, pueden ser tres o veintitrés…Atracción, Enamoramiento, Amor.
La atracción es la fase inicial del amor, puro sentimiento, pura emoción, habitualmente, aun que no exclusivamente, física. Muy variable, las características que hacen atractiva a una persona son infinitas y “contra gustos colores”, es una ventaja que sea así porque sino los feos no nos casaríamos nunca. Hay dos cosas que no fallan, que siempre hacen muy atractiva a una persona: el ser auténtico y el ser servicial, ahí lo dejo.
Después esa atracción inicial puede dar paso al enamoramiento, el enamoramiento es un sentimiento profundo, muy, muy agradable, pero puro sentimiento. El enamoramiento te viene, nadie puede salir de casa y decidir: !!Hoy me voy a enamorar!! Sencillamente te enamoras, pero es una etapa que te descoloca, que tantas veces te altera. Fíjate, incluso puedes estar enamorado y muy feliz sin, de entrada, ser correspondido, el enamoramiento es un sentimiento propio, “Yo estoy enamorado”, “Yo mes siento fantásticamente bien”. Pero ese sentimiento hay que asentarlo, hay que “pasarlo por la cabeza” y decidir si amar, o no, a esa persona y esa es la tercera fase, el Amor, que es fruto de la voluntad, “querer amar”.
Por eso nos podemos comprometer a amar cuando nos casamos porque yo no me puedo comprometer a sentir, unas veces siento y otras no siento, pero si que me puedo comprometer a amar porque amar es querer el bien para el otro, de hecho es lo que hacemos cuando nos casamos, yo me comprometo a amarte, a hacerte feliz pase lo que pase, independientemente del sentimiento, sabiendo que unas veces sentiré y otras no.
El que está enamorado soy yo, al que deseo y quiero amar es a ti. Son etapas correlativas, pero una no sustituye a la anterior, es decir, cuando a ti una persona te resulta atractiva y un día te enamoras te sigue resultando sumamente atractiva y cuando decides amarla debes seguir enamorado de esa persona súper atractiva para ti.
Este es el quid de la cuestión, trabajarse el amor para que la atracción y el enamoramiento no solo no desaparezcan sino que aumenten. Y eso hay que currárselo y tener claro que no es fácil. Habrá, seguro, días y temporadas difíciles, pero ese esfuerzo merece la vida y la atracción y el enamoramiento vuelven. Se confunde el amor sentimiento con el amor voluntad de amar.
Los matrimonios deben ser alegres… pero usted distingue entre placer, felicidad y alegría… ¿Qué actitudes hay que promover para que la alegría reine en los matrimonios?
Otro error muy común actualmente es confundir el placer con la felicidad, ambos buenísimos y necesarios, pero el placer es un sentimiento y la felicidad es más un estado. Los placeres los produce un estímulo que dura, lo que dura… y cuando se termina el estímulo se termina el placer. La felicidad hay que currársela, como el amor. Para mí la felicidad es amar y ser amado, así de sencillo y así de difícil.
La alegría es necesaria en nuestra sociedad y me atrevería a decir que estamos todos un poco tristones y actualmente más. Hacen falta matrimonios y personas alegres y para saber como hacerlo, tendrás que comprar el libro jajajaja… Poner los cinco sentidos en el otro, dejar de pensar en ti para pensar en tu pareja, admirarle, no criticarle nunca, y dejarte querer.
Igual advierte de las cosas que hay que evitar para que la alegría no desaparezca. ¿Cuales son?
Hay muchísimas cosas a evitar pero podríamos citar algunas como son: No abandonarse ni física ni intelectualmente, Cuidado con las bromas, “reír con, pero no reír de”. No compararse con nadie. Cuidado con la imaginación, como decía Santa Teresa “Es la loca de la casa”. Presunción de inocencia siempre. Confiar a tope. Sinceridad máxima y podríamos decir mil más.
¿Por qué es tan importante la capacidad de perdonar para que el matrimonio permanezca?
Porque somos humanos y como tal débiles, fallamos y nos fallamos tantas veces, es básico tener la capacidad de pedir perdón y perdonar, de una forma rápida siempre. Nos lo tenemos que perdonar todo. Los que hemos recibido el sacramento del matrimonio, una vez casados, somos uno (Tres veces dicen las Sagradas Escrituras. El hombre dejara a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne) y uno con uno, no puede estar enfadado.
Nos hemos casado pase lo que pase, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y en esta situación, el perdón tiene una importancia capital. Perdonarse siempre y rápido, sin acumular enfados.
También explica la importancia de los hijos como algo especial, pero igualmente habla de la familia política, del dinero, de las cosas cotidianas… ¿Que importancia tiene esa fidelidad a los pequeños detalles?
Creo que para que un matrimonio sea feliz , no sin problemas, y disfrute, son necesarias dos cosas: Las cosas extraordinarias: una escapada romántica, un regalo, una buena cena y por otro lado las cosas ordinarias y es ahí donde debemos esforzarnos cada día. Infinidad de pequeños detalles, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, que son como esas brasas que hacen que el amor no se apague, de vez en cuando hace falta avivar el fuego y que pegue unas buenas llamas, pero esos detalles de cada día son la base de un matrimonio disfrutón, un te quiero al oido, un guiño de ojo en publico, un detalle de orden, hacer las cosas no porque tocan sino pensando en el otro… Mil cosas habituales que son las que consiguen que en casa se viva muy bien.
Con lo simpáticos y amables que somos habitualmente con la gente de fuera, luego somos bordes muchas veces con los que mas queremos.
Finalmente habla de la importancia de la fe como el pilar fundamental sobre el que se asienta el matrimonio… ¿Por qué siempre se cumple el dicho familia que reza unida permanece unida?
La fe es el pilar fundamental de nuestra vida y de nuestro matrimonio, y como lo tengo tan claro no me lo puedo callar, pero no para pegar la chapa a nadie, sino porque es el remedio a todos los males. Vivimos en la mejor época, sin duda, de la historia de la humanidad. Vaya, yo no echo atrás ni un solo día y sin embargo tanta gente triste, tanta gente sola, tantos trastornos mentales… la respuesta es evidente aunque políticamente incorrecta: Hemos quitado a Dios de nuestras vidas. Le hemos apartado. Nos creemos los reyes del mambo y sin Dios no podemos nada.
El matrimonio es de locos, un hombre y una mujer que se dicen delante de Dios y de su Iglesia que se van a amar para siempre, eso sin la ayuda de Dios es imposible, aunque no te lo creas. Estamos creados a imagen de Dios: uno y trino, el matrimonio somos dos que somos una sola carne y además Templos el Espíritu Santo, es que no se que mas queremos. Alucinante.
Y acabamos este decálogo preguntando porque hay que bailar en la cocina. ¿Qué tiene la cocina de especial?
En las cocinas de nuestras casas es donde se cuecen las habas y donde se cuecen mil y un aspectos familiares, tristezas y alegrías, entre el matrimonio, entre padres e hijos, es donde pasamos mucho tiempo de nuestra vida familiar. Si las cocinas hablaran se escribirían libros bellísimos. La cocina es un sitio ideal para bailar, para reír, para vivir. Y si es pequeña mejor, agarrado. A bailar.
Por Javier Navascués
3 comentarios
Enhorabuena por el libro !!!
Hay un versículo fundamental para la salud de un matrimonio:
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
Efesios 4:26
Es decir, las peleas, los enfados, deben tener un recorrido lo más corto posible. Y si puede ser no arrastrarlas de un día a otro, mucho mejor.
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