Reparación por la retirada del Requeté en Montserrat. Manifiesto: «Si vosotros calláis hablarán las piedras»
En esta ocasión no me fue posible asistir, aunque estuve informado en todo momento de este importante acto en defensa de la memoria del Requeté y lo que representa para la causa católica en España.
Cabe destacar la buena organización y lo emotivo del acto. La desapacible mañana no impidió que un buen número de carlistas y simpatizantes acudiesen por segundo año consecutivo, fieles a la cita, a hacer un acto de reparación.
Hay que destacar el celo y esmero con el que se preparó el acto litúrgico por parte de Antonio García Cortés y del P. Federico Marfil, que presidió la ceremonia y los eficientes acólitos Joel Panchamé y Gerhard Eger, que ejerció de maestro de ceremonias.
Compartimos por su interés una breve crónica de Javier Barraycoa, alma mater del evento y una de las principales referencias para los carlistas allí presentes.
Hace dos años se cometió una ignominia. No señalaremos culpables porque el Cielo y ellos lo saben. Se retiro la escultura del requeté yacente que acompañaba al Mausoleo donde descansan doscientos requetés del Laureado tercio de Nuestra Señora de Montserrat. Durante la Cruzada del 36, los requetés catalanes prometieron entregar su bandera a la Moreneta, si conseguían ganar la guerra, y así lo hicieron. No supieron olvidar a sus muertos y con el tiempo se recogieron los restos de muchos de los 319 correligionarios caídos en combate.
Una Hermandad erigió el actual Mausoleo. Pero las leyes de Des-memoria histórica han hecho mella en los que debían resistir y decidieron que la escultura se retirara. Dios sabe más, pero a nosotros nos compete no olvidar la sangre de los que permitieron la restauración de la fe católica en España y frenaran la terrible persecución religiosa que sufrió Cataluña entre 1936 y 1939. Por segundo año consecutivo nos hemos acercado en procesión a la Abadía para pedir a la comunidad benedictina que no olvide a los catalanes que murieron por defender la Iglesia, la Patria y la Tradición.
Manifiesto Montserrat 2023: «Si vosotros calláis hablarán las piedras»
Manifiesto leído el 25 de febrero de 2023, ante la Abadía de Montserrat, solicitando la restauración de la imagen del Requeté que presidía el Mausoleo de los muertos del Tercio de Nª Sª de Montserrat.
Hace un año subimos a esta santa montaña para suplicar a la comunidad benedictina que restaurara en el lugar que le corresponde la escultura del Requeté. En nombre de una Ley de desmemoria histórica había sido retirada injustamente del lugar donde daba testimonio a las generaciones futuras. Esta escultura nos hablaba de lo que hace décadas ocurrió en esta tierra y ahora quieren silenciar. Desde hace un año esperamos la respuesta a nuestra petición y Abadía sigue muda. Es el silencio de quienes no cuidan de su rebaño y que denuncia al profeta Isaías (Is. 56, 10-12) con el apelativo de los “perros mudos”.
Decía nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos, si vosotros calláis hablarán las piedras (Lc. 19, 40). Ante su silencio, las esculturas, las cruces, las placas y los Mausoleos que recordaban a nuestros mártires de la última Cruzada, hablaban por vosotros. Éste era el testigo labrado en piedra y hierro que salpicaba nuestra Patria allí donde hubo persecución religiosa. También estos monumentos recordaban los lugares donde ofrecieron sus vidas tantos y tantos voluntarios en los campos de batalla.
Hoy muchos de estos monumentos han sido derribados o retirados. El afán del gobierno socialista por acabar con ellos coincide con el de grupos terroristas como ETA que iniciaron sus atrocidades atentando contra todo lo que recordara nuestra Cruzada.
Los enemigos de Cristo no quieren que las piedras sean testigos del ejemplo y el sacrificio de tantos catalanes para preservar la fe de sus mayores ante la persecución religiosa. Duelo profundamente que almas enfermas hayan demolido el Vía Crucis de piedra en Villalba de los Arcos. Era un Viacrucis que erigió la Hermandad del Tercio de Requetés de Montserrat, para orar y reconciliar a los caídos de ambos lados en el enclave de cuatro caminos. Han derribado incluso el monumento erigido en recuerdo y sufragio de las almas de los republicanos que cayeron. Éste es su odio a la cruz. Fue en ese lugar, llamado Punta Targa, donde la sección de choque del Tercio perdió tres cuartas partes de sus hombres que se lanzaron a pecho descubierto y regaron con su sangre los campos. Éste es el espíritu de lucha y entrega, ejemplo y sacrificio que quieren que olvidemos.
Por el Tercio de requetés pasaron casi 2.000 catalanes, de los que 319 murieron en combate y 633 fueron heridos. Por eso, en el mosaico de la bóveda del Mausoleo del Tercio, brillan 319 estrellas, una por cada uno de los muertos. Estas estrellas acompañan a la Moreneta, a cuyos pies está enterrado Mosén Ramón Carrera Iglesias, el tan querido Pater, fallecido durante la batalla en Codo. Esta juventud catalana militaba en el campo de la Tradición y de la religión. Muchos de los voluntarios eran miembros de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña, de las Congregaciones Marianas, de la Acción Católica o las Conferencias de San Vicente de Paúl. Por eso fueron igualmente ejemplo de apostolado.
Llegaron al Tercio huyendo de la cruel persecución religiosa ejercida implacablemente en la Cataluña republicana. En esta Cataluña se produjeron 2.441 asesinatos de eclesiásticos. Entre ellos tres obispos de nuestras diócesis (sin contar con el obispo Polanco), 1.538 sacerdotes, 824 religiosos y 76 monjas. A ellos hay que sumar casi 6.000 seglares asesinados vilmente y de cuya sangre es en última instancia responsable Lluís Companys. El historiador Josep Maria Solé i Sabaté reconoce que durante este período se produjo una auténtica «orgía de sangre» y «uno de los episodios más tristes de la historia de Cataluña».
¡Oh Santa María de Montserrat! Estamos seguros de que no permitirás que se pierdan en el olvido las hazañas de tus hijos y el amor que profesaron a Ti, a tu Hijo, a Santa Iglesia y a la Patria. Que ellos sigan iluminando nuestro combate aquí en la tierra. Y tú, Madre Santísima, protege a nosotros a tus hijos en estas horas de oscuridad y confusión. No permitas que desfallezcamos en la defensa de la fe y nuestras tradiciones, ni que la sangre de nuestros mártires sea estéril. Te pedimos, como cantaba Verdaguer, que:
“Des del cim d’eixa muntanya
beneïu nostre país,
beneïu tota l’Espanya,
feu-ne vostre Paradís”.
Restaura Señora esta Santa Montaña, Nuestra tierra catalana y la Patria entera. Y después del combate en esta vida acógenos al Cielo cómo acogiste a tus queridos requetés del Tercio que reposan a tus pies esperando la Resurrección de la carne y el juicio final. A cambio, nos conjuramos a luchar por nuestros sacrosantos ideales con todas nuestras fuerzas sin rendirnos nunca. Así lo prometemos y así lo haremos.
Visca la Mare de Déu de Montserrat!
Visca la Catalunya hispana i cristiana!
Visca sempre Espanya!
Visca Crist Rei!
10 comentarios
Hoy, olvidado aquella palabras de un soberbia testamento en el que se e decia: "los enemigos de Dios y de España están agazapados y como vengativos iniciar lo perdido. Para eso estad alertas y pr los intereses supremos de la Patria, deponed toda mira personal". No, cobardemente se entregó una limpia Vitoria y a las pruebas me remito de lo que son estas gentes. Quieren a toda costa que las nuevas generaciones olviden sus tropelias, latrocinios y asesinatos en masa de gentes sencillas y de casi siete mil sacerdotes, religiosos, monjas y trece obispos a la cabeza de un gran martirologio. Sigan luchando porque esa imagen del requeté yacente ocupe el lugar que le corresponde. ¡Viva Cristo Rey! Y ¡Viva España!
En los años 60', uno que llegó a ser ministro con UCD, al saber que mi padre era de los que iba a Montejurra, me encargó que le dijera que si era de "éstos", políticamente no tenía nada que hacer.
Desde su atalaya, D. Esteban Bilbao lo vislumbraba.
Un saludo de paz .
Y eso que merecen mi respeto los que de buena voluntad de unieron a formar parte de los requetés (antepasados tengo). Pero su causa era equivocada.
Aviesa alegría la suya. Tan errada como su causa.
Quien no apoyó la Cruzada, apoyó al Príncipe de este mundo.
Dios lo perdone.
En cualquier caso su causa permitió, entre otras cosas, que los monjes pudieran volver allí y que usted pueda subir también estos días a rezarle a la moreneta. Por eso me causan extrañeza sus molestias: todos los católicos en España estamos objetivamente en deuda con los requetés, porque independientemente de que estemos en todo de acuerdo con ellos, ellos lucharon y murieron anteponiendo a cualquier particularidad la fe de todos. Lo menos que se puede hacer, si no reconocerlo, es no contribuir a que su sacrificio caiga en el olvido. ¡Un saludo!
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