Espectacular VÍDEO OFICIAL de la peregrinación a Covadonga (no se lo pierdan) y últimos testimonios
Después del vídeo oficial de la segunda peregrinación a Covadonga (un vídeo muy logrado, realmente espectacular) y una reflexión del profesor Barraycoa, les ofrezco algunos testimonios escritos que he recopilado en un post final para InfoCatólica
TESTIMONIO DE FLOR BELLIDO DURÁN
Es una joven emprendedora que ha asistido durante dos años consecutivos a la peregrinación de Covadonga, este año también a la peregrinación de Chartres, en Francia. Nació en Cataluña en 1996. La decimotercera de 16 hermanos. Ahora reside en Toledo. Es Directora y componente del Grupo Musical Mariah’s Pop, donde canta por promesa a la Virgen María junto con sus dos hermanas Montserrat y Patricia Bellido Durán, la web es www.mariahspop.com
Las tres son cofundadoras de MAXMUND, www.maxmund.com, una plataforma online, en la que ofrecen moda femenina y modesta, también moda de hombre, niño y niña, Producción de dibujos animados, Discográfica, Editorial y Cine. MAXMUND existe para hacer un mundo mejor.
¿Qué supone para usted haber peregrinado a Covadonga por segundo año?
Una gran alegría. Tenía muchas ganas de volver a revivir lo que comporta el peregrinar y estar con la gente que conozco y aprecio, pudiendo conocer nuevas personas que comparten el mismo espíritu cristiano.
Peregrinar me llena de gozo porque es caminar hacia el corazón de la Virgen María. Aunque requiere de esfuerzo físico, para mí es una grata satisfacción espiritual, que animo a todos a experimentar porque te quedas con sed del Amor, del Amor de Dios, del Amor de su Santísima Madre y del amor al prójimo, deseando que ya llegue el próximo año para volver a caminar y llenarte de ese Amor. De esa paz de saberte amado y notar que tu Madre del Cielo te quiere y te cuida. De saber que somos iglesia, y que la meta de todos nosotros es llegar a la santidad. ¡Rebosando la alegría que en la peregrinación se vive y respira!
Es bonito estar desde el principio y ver cómo crece, ¿no cree?
Sí. Doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de asistir. Ha sido un regalo haber andado desde los inicios. Es como cuando una madre tiene un hijo y ve como va creciendo y empieza a andar por sí solo y dar buenos frutos.
El conocer a más gente que comparte la misma fe que tú, y darte cuenta de que peregrinando se puede hacer mucho bien y apostolado, te hace ver que en el mundo los católicos no estamos solos, que somos muchos los que amamos a Dios y a su Santísima Madre.
El rezo del Santo Rosario, los cantos y las meditaciones del libro del peregrino durante los tres días, nos unían más a Dios. Ver a las familias con los más pequeños esforzándose para hacer el recorrido, te daban ese aliento y alegría para seguir adelante.
Agradezco al P. José Manuel González Alfaya que el año pasado me invitó a ir. También quiero agradecer a Diana Catalán, presidenta de la Asociación de Nuestra Señora de la Cristiandad y a todos los que forman parte de ella, por el esfuerzo y la labor evangelizadora que han llevado a cabo. También doy gracias a todos los que han participado, haciendo posible la peregrinación.
¿Cómo ha vivido este año la liturgia, especialmente en la Santa Misa?
Con mucha devoción y amor.
Conocí la Misa Tradicional gracias a mi hermana Montserrat y a su marido Juan Pablo Babiano. Me invitaron a asistir un domingo al Rito Extraordinario, y quedé profundamente maravillada, me presentaron a los Padres José Manuel González Alfaya y Carlos Vecino Carou, sacerdotes que se preocupan por la salvación de las almas. Me enamora la belleza y devoción que afloran de la Misa Tradicional.
¿Que es lo que cree que atrae tanto a los jóvenes del vetus ordo?
El aferro a lo Sagrado. La convicción de que Dios está con nosotros, y que no hay que perder la esperanza. La alegría de sabernos hijos de Dios y el que todos somos hermanos y queremos ir juntos al Cielo, nuestra Patria.
La gente quiere esa firmeza para su vida espiritual, porque el hacer lo correcto te da la paz y la alegría en el alma, y eso se trasmite en la persona.
¿Como le ha ayudado compartir la fe con otros jóvenes?
Estar con más jóvenes con las mismas inquietudes espirituales, me ha demostrado que la juventud es valiente y cuando tiene un por qué en su vida, es capaz de darlo todo por María. En estos tiempos muchos lo han pasado mal, y es importante recordar quien es el dueño de la vida y de la paz, Dios. Hay que tener presente a Dios en nuestro día a día, y darlo a conocer sin miedo, confesarse y comulgar. Dios nos ama con locura, no le dejemos solo. La experiencia me ha animado a seguir propagando la fe, para que más jóvenes sientan la llamada de Dios.
¿En qué medida esta peregrinación cree que puede ser una pequeña semilla para restaurar poco a poco el Reinado Social de Cristo?
La peregrinación a Covadonga, sea por admiración o por curiosidad, va llamando a más personas a vivir un encuentro cara a cara con Dios, en medio de la naturaleza; libre de los edificios y de la contaminación del relativismo y del paganismo, que sólo llama a la soledad. Este año hemos sido unos mil peregrinos, cada vez somos más, porque el amor de la Virgen es irresistible, y nuestra Madre está preocupada por España, por sus hijitos, por eso recluta cada vez a más gente por su cuenta.
La fe de los que anhelamos la santidad es como una flor perfumada que desprende el aroma del amor de Dios y éste se expande tocando los corazones de los hombres. La firmeza de los peregrinos, el no tener miedo de vivir la fe católica, el no negar a Dios, atrae a las personas que están vacías y decepcionadas de la falta de compromiso que impera en nuestra sociedad actual. Dios quiere que vayamos a Él, y con la ayuda de su querida Madre se puede lograr que el alma se dé enteramente a Él.
Ya comienza la cuenta atrás para el año que viene. ¿Que va a hacer para conservar el espíritu de la peregrinación todo el año?
Voy a encomendar el Santo Rosario diario por todas las personas que he conocido y que voy a conocer el año que viene, que seguro que seremos el doble de peregrinos de los que hemos sido este año 2022. Mantener esa profunda amistad con la Virgen María, “la meva Mare” (mi Madre), darle mi corazón para que lo cuide y lo moldee; evitando que se marchite en esta batalla terrenal entre el bien y el mal. Deseo ser toda suya y que Ella me lleve a Dios.
Para finalizar háblenos de sus proyectos musicales…
En Mariah’s Pop, con mis hermanas Montserrat y Patricia, cantamos por promesa a la Virgen María, para venerarla y propagar la alegría de nuestra fe católica a los jóvenes. Ya hemos sacado en físico nuestro primer CD titulado: TE PROMETO, MAMÁ, y el día 15 de cada mes, en nuestro canal de YouTube “Mariah’s Pop Oficial” publicamos un videoclip de las canciones de nuestro segundo CD titulado: ARRIBA Y HACIA EL CIELO
https://www.youtube.com/channel/UCT8HXNlvx7u1irAW7GFX_aQ
Amamos a la Virgen María y deseamos que más gente la ame. Nuestras canciones se pueden escuchar en las plataformas musicales Spotify, Apple Music, Amazon Music, YouTube Music y Deezer.
Nos gusta vestir con vestidos femeninos, y lo aprecian las personas que ven nuestros videoclips, por ello nos hemos embarcado en la creación de la marca de Moda MAXMUND que significa “Lo máximo del mundo, el mundo de lo máximo", ofreciendo la línea de diseños propios y la línea de distribución Low Cost. Dentro de pocas semanas saldrán a la venta diseños propios Low Cost para todas las chicas que quieren lucir la belleza de la modestia y jovialidad, a un precio asequible. La web es: https://www.maxmund.com/.
Muchas gracias, Javier, por la labor de apostolado que realizas a través de los medios de comunicación, y con ello acercar a las personas a Dios y a su bendita Madre. Que Dios te bendiga a ti y todos los lectores.
TESTIMONIO DE JULEN ERRO
Julen Erro, de 26 años, nacido y residente en Pamplona. graduado en Derecho. está preparando unas oposiciones. Lleva asistiendo y acolitando a la Misa Tradicional desde hace diez años. Este año ha sido el jefe del Capítulo San Francisco Javier, de Navarra.
¿Qué supone para usted haber peregrinado a Covadonga por segunda vez?
Personalmente, puedo decir que he recibido un gran consuelo espiritual en esta peregrinación. En primer lugar, al comprobar que lo vivido el año pasado no fue un soplo pasajero, sino que se empieza a consolidar. En segundo lugar, al constatar que algo que veo como un bien objetivo para toda la Iglesia logra expandirse y vivirse con mayor normalidad también en nuestra Patria. En este sentido, hay que reconocer que hace muy poco tiempo nos hubiera parecido absolutamente impensable que pudiera celebrarse una Misa Tradicional Solemne en una colegiata española ante más de un millar de personas. Y, no sólo ha ocurrido, sino que ha ocurrido en el momento aparentemente menos favorable para ello. Verdaderamente, hemos visto aquí la acción de Dios, que todo lo puede.
No obstante, sabemos que Dios obra habitualmente a través de causas segundas. En este sentido, creo que es de justicia manifestar especialmente el agradecimiento a NSC-E y a su Presidenta, que con su audacia primero y con su constancia después, han hecho posible este milagro.
Y es testigo de que la peregrinación va creciendo en peregrinos y en fervor.
Efectivamente, creo que haber doblado el número de peregrinos respecto a la primera edición es un éxito sin paliativos. Si bien es cierto que el criterio numérico nunca puede ser el principal, no puede dejar de alegrarnos el que un bien como éste se comunique al mayor número de personas. Además, es también una gracia que un mayor número de peregrinos ofrezcan oraciones y sacrificios por la Iglesia, por el Papa y por la Patria. No obstante, esa mayor afluencia de peregrinos comporta también sus dificultades. En primer lugar, desde luego, en el plano logístico. Pero, además, al haber atraído el éxito de la primera peregrinación a personas de distintos ambientes, se deja sentir también una necesidad de formación, tanto en el plano puramente material del funcionamiento de una peregrinación de estas características, como también en cuestiones doctrinales y litúrgicas inherentes a ella. Pienso que en ello tenemos que implicarnos los jefes de capítulo, si bien, en parte, es función propiamente sacerdotal.
¿Que ha supuesto hacerlo como jefe de Capítulo?
Haber ejercido como jefe de Capítulo me ha permitido poner un muy pequeño grano de arena en la buena marcha de la peregrinación. Personalmente, lo que más agradezco es haber podido conocer un poco más de cerca la distinta procedencia (geográfica, pero sobre todo existencial) de los peregrinos inscritos en mi capítulo, pudiendo constatar así el gran poder de atracción que esta peregrinación está ejerciendo para muy diversas personas. Además, creo que el limitado trabajo que los jefes de Capítulo o los voluntarios hacemos durante tres o cuatro días, nos ayuda a valorar mucho más el trabajo de quienes, desde la organización de la peregrinación, trabajan desinteresadamente a lo largo de todo el año.
También ha tenido una notable participación en la liturgia. ¿Cómo ha sido el trabajo detrás para que todo salga bien?
Es una gracia haber podido ayudar tanto a la Misa Solemne como a las privadas. En cuanto a la preparación, lo cierto es que cuando se cuenta con celebrantes y ministros tan conocedores de todas las ceremonias, solo queda la adaptación necesaria al espacio físico y los medios disponibles.
En ese sentido, creo que hay que manifestar el agradecimiento a todos ellos, así como al Maestro de Ceremonias. También, a todos los sacerdotes que se privaron de asistir coralmente a las misas para escuchar confesiones. Por último, también hay que agradecer la labor de los Padres de El Salvador de Toledo y de quienes les han ayudado en lo que se refiere al ajuar litúrgico, las cuestiones de sacristía y ornato de los altares, etc.
Aunque la Misa es lo más importante, debe ir acompañada de la doctrina, entrega y coherencia de vida…
Así es. La cuestión doctrinal ha de ser necesariamente capital. Precisamente, la adhesión a la Liturgia Romana Tradicional viene dada en cuanto es una de las expresiones más acabadas de la doctrina católica, conformada como tal expresión progresivamente a lo largo de los siglos. La peregrinación puede llevar a muchos a un enardecimiento espiritual que, siendo muy bueno, debe tener continuidad. De ahí debe pasarse, como antes decía, a la formación doctrinal y litúrgica. Y todo ello debe conducir a la práctica de las virtudes, para lo cual puede ser muy conveniente, como se expone en el libro del peregrino elaborado por NSC-E, contar con un plan de vida.
¿Que frutos espirituales ha percibido en usted y en los peregrinos?
Más allá de las gracias de tipo más personal que yo haya podido recibir, quisiera resaltar una de tipo más público. Ha sido, como ya lo fue la pasada peregrinación de Chartres, la confirmación para seguir adelante en el camino de la Tradición en cuanto es objetivamente bueno para la Iglesia y para las almas, a pesar de las dificultades. Y, además, a través de las ceremonias celebradas en la Catedral de Oviedo y en la Colegiata de Covadonga, hemos recibido la gracia de poder manifestar nuestro deseo de continuar en ese camino dentro de la más plena comunión con el Papa y con los obispos en comunión con él. En lo que se refiere a los demás peregrinos, al igual que otras muchas personas, he conocido testimonios de conversiones, surgimiento o afianzamiento de la vocación sacerdotal o religiosa, superación de la tibieza o de la rutina en la vida espiritual etc.
Importancia de mantener el fervor todo el año…
Como antes decía, debe darse continuidad al impulso recibido durante los días de la peregrinación. En este sentido, y a pesar de que no existe ninguna intención de que esta peregrinación sustituya a los distintos grupos en los que cada uno vive su fe, creo que los capítulos pueden tener un papel importante a nivel local. Para buscar esa continuidad a lo largo del año, pueden organizarse actos tales como peregrinaciones, celebración de la Santa Misa, adoración del Santísimo Sacramento, formación doctrinal, etc. Creo que a ello nos tenemos que comprometer los jefes de capítulo y los capellanes, en la medida de nuestras posibilidades. Creo que también fue un acierto, por parte de NSC-E, tratar de dar continuidad a lo largo del año a lo vivido en la peregrinación mediante algunas actividades, singularmente los dos retiros organizados en Adviento y en Cuaresma, que muchos esperamos puedan repetirse.
La presencia navarra es importante, pues Navarra ha sido de las regiones más católicas de España…
Efectivamente, Navarra ha sido durante mucho tiempo, junto a otras tierras vecinas sociológicamente semejantes, una de las regiones más católicas de España. Así puede verse en los índices de ordenaciones sacerdotales y de profesiones religiosas, así como en el número de misioneros enviados a todo el orbe siguiendo la estela de San Francisco de Javier, o en la lucha mantenida durante décadas contra las ideologías que buscaban la secularización de España. No obstante, parece que se cumple en nuestro caso la máxima latina “corruptio optimi, pessima". Quiera Dios que nuestra participación en esta peregrinación pueda poner también un grano de arena en el renacer espiritual de Navarra junto al de toda España.
TESTIMONIO DE LEONARDO BROWN, PEREGRINO MEXICANO
¿Qué supone para usted haber peregrinado a Covadonga desde México?
Significa una gran experiencia: es el retorno a las raíces de la Hispanidad, en el lugar mismo en el que todo inició hace más de mil años. Son muchas las emociones que sentí en la peregrinación, pero me quedo con la insuperable alegría de haber hecho grandes amigos con tantos católicos devotos. Por otro lado, no deja de ser un enorme gusto recorrer la Madre Patria, conociendo los enclaves espirituales que le dieron forma a nuestra historia.
¿Hasta que punto es emocionante llegar a un santuario tan decisivo en la reconquista y en el freno del islam en Europa?
Realmente lo es todo. Un lugar tan simbólico como Covadonga es inspiración pura para el espíritu de combate y de evangelización. Para mí, conocer Covadonga sirvió para profundizar en el hecho de que actualmente sostenemos la misma lucha que nuestros ancestros han librado desde la época de la Reconquista. Hoy más que nunca es indispensable retomar el sentido histórico de nuestra esencia, con miras a la Instauración del Reinado Social de Cristo en la Hispanidad y en todo el orbe.
La Misa en la Basílica del último día fue especialmente impactante desde varios puntas de vista, tanto por la belleza de la celebración, como por el simbolismo del lugar y el fervor de los peregrinos…¿Hay algún otro momento o situación que le haya impactado?
La entrada triunfal de la Peregrinación a la ciudad de Cangas de Onís fue impresionante. La gente salía de los restaurantes y de sus casas a gritar y aplaudir con sonrisas al contingente. Todos miraban maravillados tantas caras jóvenes portando banderas con simbología cristiana, al mismo tiempo que entonaban canciones a Cristo, la Santísima Virgen y a la España católica. Ese fue uno de los momentos apoteósicos de la Peregrinación; estoy más que seguro del impacto positivo que tuvo en todos los que lo presenciaron. En el testimonio de nuestra fe somos faros de luz para este mundo rodeado de oscuridad. Yo me llevo un gran recuerdo de este episodio, así como una más firme convicción en que cada acto público en el que mostramos a Cristo como señor del Universo sirve para la restauración del tejido social cristiano.
¿Cómo ha vivido estos días el espíritu de la Hispanidad, esencialmente católico?
Lo central ha sido el espacio propicio para el tiempo de oración y de meditación. Yo realmente me sentí dentro de una peregrinación, en la que día y noche tuve a Cristo presente, tanto para pedir perdón por mis pecados, como por agradecerle la oportunidad de compartir momentos agradables con las personas con las que caminé. El ambiente hispano-católico lo disfruté al calor de apasionadas conversaciones con personas de todo tipo, desde pequeños con gran inteligencia hasta personas mayores llenas de sabiduría. En ningún momento dejé de ver sonrisas ni gestos de amabilidad.
¿Volverá España a recuperar sus raíces católicas?
Tengo fe en que así será, con la combinación del esfuerzo de la oración y la santidad de más y más generaciones de jóvenes. Pero no se trata de que se haga como nos guste, sino como Dios lo disponga. Sea cual sea el caso, según lo que la Providencia tenga para nosotros, estoy seguro de que los españoles deben hacer todo en sus manos para el momento mismo en el que se presenten ante el Supremo Juez para rendirle cuentas.
¿Cuál es el fruto espiritual más importante que ha sacado estos días?
La perseverancia en el rezo del Santo Rosario. Después de rezarlo repetidamente con el Capítulo de Nuestra Señora de los Remedios, con el Padre Jesús Valenzuela (también mexicano), desarrollé el buen hábito de encomendarme a la Santísima Virgen.
¿Ha merecido la pena venir desde tan lejos?
Sin lugar a dudas. Haber venido de lejos lo ha hecho más gratificante.
¿Esperan hacer en México algo de estas características?
Sí, según las posibilidades con las que contemos. Lo deseable es continuar con este apostolado, con la Cruz y la Espada de la Evangelización, la esencia de nuestra Hispanidad.
TESTIMONIO DEL P. FERNANDO ANTÓNIO FSSP
Para mí, sacerdote portugués, hijo de don Pelayo, peregrinar con esta multitud, compuesta principalmente por jóvenes, a la cuna del renacimiento y de la reconquista de la fe de las Españas, fue un privilegio y una profunda emoción, pero también constituyó una interpelación muy fuerte. ¿Por qué estamos precisamente nosotros hoy aquí en la Santa Cueva de Covadonga? ¿Qué nos está diciendo Dios? ¿Estamos hoy convocados a una epopeya nueva, difícil y heroica, que nos hace pensar en la epopeya de don Pelayo y sus correligionarios?
Según la Crónica de Abelda, cuando Don Pelayo, refugiado en la Santa Cueva, esperaba com ansias el inicio de la batalla que cambiaría el curso de la historia mundial - en seguida explicaremos por qué - , el obispo Oppas le aconsejó que se rindiera: «Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos, no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas, ¿podrás tú defenderte en la cima de este monte?
Me parece difícil. Escucha mi consejo: vuelve a tu acuerdo, gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos». Pelayo respondió entonces: «¿No leíste en las Sagradas Escrituras que la iglesia del Señor llegará a ser como el grano de la mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?». Hoy, como entonces, no faltan quienes intentan aconsejarnos e incluso amenazarnos, para que nos rindamos al espíritu y los poderes de este mundo. Quieren convencernos de que estamos equivocados, de que el mundo va en otra dirección… de que debemos seguir a la mayoría. También existirá la tentación de desanimarse: ¿quiénes somos nosotros para esta epopeya? Somos pocos y todos nos desprecian. ¿No es esta una misión imposible y condenada al fracaso?
En una situación similar, en la que todo parecía perdido y las esperanzas humanas eran inexistentes, don Pelayo no cedió ante el obispo que le disuadía de seguir su camino, y sólo confiando en Dios y en la Virgen avanzó al desigual combate. Y gracias a esta audacia, toda ella basada en la fe, esta querida tierra nuestra renació hija de la Iglesia, y desde aquí los reinos hermanos de España y Portugal llevaron la fe católica a los cuatro puntos cardinales, y el mundo llegó a conocer a Cristo.
¿Y ahora qué, hermanos? ¿No se apareció la Virgen en nuestras tierras de España y Portugal para animarnos a la fe y a la perseverancia, prediciendo que al final triunfaría su Corazón Inmaculado? Es ella, la humilde Sierva del Señor, la gran estratega de la victoria. ¡Alistémonos con alegría, sacrificio y heroísmo en su pequeño ejército, y con ella y con Cristo saldremos victoriosos!
«Nuestros padres sus ojos a ti volvieron, / y una patria adivinó, / con tu nombre en los labios por ti lucharon, / con tu amor en las almas, por ti vencieron.»
TESTIMONIO DE MARÍA JOSÉ APARICIO ÚBEDA
Trabajando en el seminario mayor de Toledo en la secretaría de estudios. Para ella es un honor ver la cantidad de buenos seminaristas que se están formando aquí.
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Por segundo año consecutivo Nuestra Señora de la Cristiandad nos invitaba a participar en algo más que una peregrinación, una llamada a tomar conciencia de nuestra identidad, espiritualidad y necesidad de hacer público, con el testimonio vivo, de que Cristo vive y nos llama a participar de su vida íntima.
Por segundo año consecutivo las ganas de acudir mermaban conforme se acercaba el momento de la partida. Es así. Siempre que el Señor quiere desbordarse en gracias, el demonio ronda como león rugiente para desanimarme, desalentarme y desmotivarme. Pero, gracias a la gente que me rodea y me conoce, acabo superando tales tentaciones y, macuto al hombro, me sacudo de todas ellas con el único objetivo de dar gloria a Dios y empaparme de todo aquello que Él disponga para mí.
La llegada a la catedral de Oviedo fue emocionante. Todo estaba dispuesto para la marcha, pero faltaba una exhortación, una bandera en el alma que palpitara en nuestros corazones haciéndolos propicios para el fin que debíamos alcanzar. Esa bandera la colocó Monseñor Don Jesús Sanz Montes cuando nos recordó que el peregrino, a diferencia del turista, es aquel que se deja llevar, dócil y confiado, sin buscar sus apetitos o preferencias. No necesitaba más. Esa era la clave: la confianza, el dejarse hacer sin poner resistencia a nada de lo que se nos pusiera por delante. Pareciera que el señor arzobispo estuviera en sintonía con el lema central que este año acompañaría a los peregrinos: La providencia.
Sobre ella se nos invitaba a reflexionar cada día con las meditaciones que el jefe de capítulo leía mientras caminábamos. Dichas exhortaciones, junto con el rezo de las tres partes del rosario y las letanías cantadas, me llenaron de un gozo y una fortaleza tales, que fueron capaces de darme el estímulo necesario para superar todas las dificultades que se fueron presentando a mi paso, haciéndome subir las pendientes como impulsada por una fuerza interior sobrehumana: Cristo, fortaleza de los débiles.
Volver por segundo año a Covadonga ha supuesto, de nuevo, una toma de conciencia de que somos el ejército que Cristo compró con su Preciosísima Sangre, coste altísimo, y no puede quedarse atrincherado en su búnker esperando su propia salvación, sino que debe salir, alinearse y atestiguar por el mundo entero la meta final que Dios quiso para cada hombre: el cielo. Ser testigos de esta hermosa herencia, proclamándola con nuestras vidas, es, en verdad, el negocio más importante que debería ocupar todos nuestros días. Cuando el hombre toma conciencia de su misión como soldado del cielo, es capaz de dejar de mirarse a sí mismo y vaciarse de todo aquello que le aleja de Aquel que es el Alpha y la Omega, el principio y el fin.
La división por Capítulos es altamente beneficiosa, pues en el Capítulo uno encuentra consuelo, alegría y comunión de personas que rezan unidas, cantan y adoran a Dios en ese silencio que se establece tras las lecturas de las meditaciones. De este modo, el capítulo se transforma en iglesia doméstica donde el capellán alienta el espíritu y el jefe de capítulo lo fortalece con su entrega continua. Es una lección intensa de lo que supone la vida del cristiano. Es caer en la cuenta de lo que es en verdad la Iglesia universal: una comunidad viva que, desde la misión que a cada uno le ha sido confiada, hace florecer en frutos buenos la belleza del resucitado. Contemplar la inmensa columna avanzando con paso firme, dejándose guiar con docilidad hacia la meta, me hacía pensar en la Iglesia militante; el capítulo al que yo pertenecía y del que doy gracias infinitas a Dios por cada uno de sus integrantes, me recordaba, como ya he dicho más arriba, a la pequeña iglesia doméstica y, la cantidad de voluntarios anónimos que integraban las diferentes comisiones y hacían posible la marcha de los peregrinos, me llevaba a reflexionar en esa Iglesia triunfante, la que está en los cielos y no es ajena a la que aún milita en la tierra, pues nos asiste continuamente con sus oraciones e intercesiones, atendiendo nuestras súplicas y ruegos.
Los caminos, que en ocasiones se estrechaban obligándonos a avanzar en fila india, me recordaban la necesidad que tiene el hombre de la soledad para encontrarse con el Amado.
El primer día el sol calentaba con fuerza y hubo un momento en el que veía que me era imposible continuar, pero entonces, megáfono en mano, comenzó nuestro capellán de capítulo a entonar el rosario y una fuerza sobrenatural alentó mis pasos y pude seguir avanzando con un impulso interior sobrecogedor.
A Cristo por María. No es solo una consigna, sino que se hace realidad porque el fin último de la peregrinación es llegar al corazón mismo de Nuestra bendita Madre, la Santina, medianera de todas las gracias, para que acoja bajo su manto nuestra pobreza y debilidad y nos alcance de su Hijo aquello que nosotros no sabemos pedir.
Este año tuvimos la enorme gracia de poder culminar nuestros pasos con el santo sacrificio de la misa. Pareciera que los tres días de intenso caminar hubieran sido la subida hasta el Calvario y allí, a los pies de la Buena Madre, nos dispusiéramos para presentarnos ante su Hijo; sacerdote, víctima y altar, para ser transformados por Aquel que todo lo puede.
TESTIMONIO DE NATALIA RIZO
Me llamo Natalia Rizo y tengo 55 años. Anduve la mayor parte de los tres días de marcha. Es muy difícil expresar lo que personalmente viví. Me centraré en unos pocos puntos. Al inicio desde la catedral de Oviedo, las palabras de acogida del arzobispo, recalcando la voluntad de unión con Roma de los defensores de la misa tradicional, al mismo tiempo que denunciaba la falta de crítica y disciplina de los que abusan del Novus Ordo. La salve cantada antes de iniciar la marcha fue un canto unánime de muchas voces desconocidas, españolas y extranjeras, unidas en alabanza a la Madre de Dios, a quien ofrecíamos nuestros trabajos.
Después, en los tres días de marcha, me di cuenta de que el amor a la liturgia milenaria de la Iglesia de Cristo no es patrimonio de nadie y, a la vez, lo es de todos. Gentes de todo tipo y procedencia nos uníamos en la plegaria universal de los fieles.
Finalmente, la misa en la basílica de Covadonga, en la que se mezclaban los peregrinos con los visitantes, el olor del cansancio ofrecido al Señor con el del incienso que elevaba nuestra plegaria como lo hicieron a través de los siglos todos nuestros antepasados, santos y pecadores, me hizo sentir que era parte de algo muy grande que me trascendía a mí, a los demás peregrinos y a todos los que vivimos el hic et nunc. Yo he asistido a misas tridentinas celebradas en mi casa o en pisos de otros fieles hace unas décadas porque no se nos permitía hacerlo en ninguna iglesia y se nos empujaba a la clandestinidad. Ver la misa de siempre celebrada en una basílica de forma solemne, con la asistencia entusiasta de unas mil trescientas personas me puso el nudo en la garganta al principio y me hizo llorar de agradecimiento a Dios cuando vi esa multitud en silencio reverente al recibirle de rodillas y adorarle con tanto amor.
La tradición, por definición, es vida y vida, Vida del cuerpo y del alma se pudo ver en la explanada de Covadonga en una fe que une a viejos, maduros, jóvenes y niños; a laicos, religiosos y sacerdotes; a vivos y difuntos en la alabanza a Dios, que es para lo que hemos sido creados.
AMDG
TESTIMONIO DE ELIZABETH ALBORNOZ integrante de la Schola Cantorum de NSC
Nuestro Director, nos ha comunicado que desea tener algunos testimonios de los integrantes del coro. Si me permite, esta es mi aportación.
¡Agradecida! Sí. Peregrinar hacia la Casa del Señor en Covadonga, fue la promesa que hice hace un año cuando estuve a punto de morir por Covid. Por esta razón no puede estar físicamente, solo me quedo orar desde mi lecho del hospital para que Dios, bendiga aquella iniciativa y acerque más almas a Él. Cantarle era lo que más podía hacer ya que aún no puedo hacer grandes esfuerzos en las cuestas, así que mi pequeña oblación fue eso, perfumarlo con el incienso de mi voz. ¡Viva Cristo Rey!
TESTIMONIO DE AMADEO SANTIAGO integrante de la Schola Cantorum de NSC
Encontrarse con los cantores del año pasado en la Catedral de Oviedo ¡y conocer a tantos nuevos! me ha llenado de alegría. Preparar los cantos en los ensayos y cantar las misas juntos a lo largo de estos tres intensos días ha sido un gozo difícil de olvidar. Y en honor de la verdad debo decir que, si el año pasado estuvo cuidado el canto litúrgico, este año lo ha estado aún más. Pero, hablando de gozos, jamás me hubiera imaginado que iba a gozar tanto en una Misa como en la que tuvimos en la Basílica de Covadonga. ¡Nunca había vivido la liturgia tan a lo grande! Y –sin por ello desmerecer las anteriores– ¡vive Dios! que solo por ésta, mereció la pena todo el esfuerzo, sudor y lágrimas. Por eso quiero dar infinitas gracias a Dios por la labor de Daniel a cargo del coro, junto con la de todos los demás organizadores y voluntarios que han hecho posible que todo esto sucediera una vez más, ya que dicen que no hay una sin dos, ni dos sin tres, si Dios lo quiere. Y es que, como dice el salmo 125: «El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.»
TESTIMONIO DE TONI GARCÍA CORTÉS integrante de la Schola Cantorum de NSC
El coro de NS de la Cristiandad restaura las raices de la civilización a través de la transmisión del canto gregoriano, vivido en comunidad, con el único propósito de engalanar la Sagrada Liturgia y devolver al Sagrado Sacrificio la solemnidad que merece.
Voces de sacerdotes, religiosos y laicos, lejos del artificio de la cotidianidad diocesana, encontramos en el coro un tiempo dónde lo ordinario no se impone a la virtud, cosa que facilita la superación en comunidad gracias al desarrollo de la oración cantada en latín.
Daniel Rubio, director del coro y organizador, ya consiguió unos excelentes resultados en la pasada edición. En esta ha contado con más voces que han ejecutado un repertorio ejemplar a lo largo de las jornadas de peregrinación, pero sin duda fue la Misa en el Santuario de Covadonga lo que superó cualquier expectativa, difícil imaginar pocos meses antes el privilegio que nos fue concedido aquella tarde.
Deo Gratias
La peregrinación NSC-E a través de la música sacra
Daniel Rubio Ferrandis, organista y director del coro NSC-E
Uno de los aspectos centrales en la peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad es la celebración de la sagrada liturgia con la dignidad y esplendor que esta merece. Del mismo modo que los altares de campaña se preparan con esmero, con todos sus ornamentos, no podríamos descuidar el canto sagrado, el cual constituye una pieza fundamental e imprescindible en la liturgia solemne.
El coro de Nuestra Señora de la Cristiandad se forma ad hoc para nuestra peregrinación anual, y este año ha podido contar con una cuarentena de personas, más del doble que en la edición anterior. Todos los coralistas tienen experiencia litúrgico-musical, ya que cantan habitualmente en la liturgia en sus ciudades de proveniencia, bien en una schola gregoriana y/o en un coro polifónico. Todos y cada uno de ellos –con su bagaje musical, su estudio y esfuerzo– han aportado sus voces para lograr un resultado muy digno para la liturgia. El coro ha estado formado por laicos, seminaristas y sacerdotes, contando con coralistas de diversas procedencias, como Estados Unidos, Portugal, Polonia o Francia, unidos todos para cantar en una misma lengua (el latín), y a través del idioma universal que constituye la música. Esto es muy hermoso ya que, como enseña San Pío X en su motu proprio Tra le sollecitudini (1903), la música sacra –por ser católica– debe tener un carácter de universalidad.
Los miembros del coro dejan de caminar algunos tramos para poder llegar antes al campamento y ensayar allí. Si bien podría parecer frustrante no poder completar la etapa con el resto del capítulo, dedicar una parte del día al ensayo es otra forma de peregrinar, realizando un servicio fundamental para la liturgia. El canto sagrado no puede dejarse a la improvisación: el Señor merece que cuidemos cada mínimo detalle de la liturgia. Conversando con un peregrino, este me contaba cómo había tenido la experiencia de asistir a celebraciones en las que el canto no se cuidaba especialmente y el resultado distaba mucho de ser digno. En cambio, los músicos profesionales bien sabemos las muchas horas que se invierten en la preparación de cualquier concierto a fin de buscar, en la medida de lo posible, la perfección en la interpretación musical. Si un músico pone todo su esmero en preparar las piezas para un concierto, ¡debería poner tanto o más para la música que ofrece al Señor! No vale hacer la música de cualquier manera para la misa: debemos transmitir belleza a través del canto sagrado. La belleza de una iglesia, de un altar, de los ornamentos o de la música nos hablan de la belleza divina (infinitamente más perfecta que la creada por el ser humano) y, por tanto, nos permiten acercarnos un poco más a Nuestro Señor, algo fundamental durante la celebración litúrgica.
La peregrinación se inició en la Catedral de Oviedo, con la bienvenida del Sr. Arzobispo, Mons. Jesús Sanz Montes, y la bendición de los peregrinos. En este rito, el coro cantó la antífona In viam pacis, en la que se pide que el arcángel Rafael nos acompañe y que el Señor nos guíe por caminos de paz y prosperidad. Esta antífona es seguida del cántico de Zacarías, el Benedictus, en que cantamos al «sol que nace de lo alto», que ha venido a visitarnos «para guiar nuestros pasos por el camino de la paz». La posterior salida de la catedral tomó la forma de una solemne procesión con la Santina, durante la que el coro entonó las letanías de Nuestra Señora, y posteriormente algunos cánticos marianos latinos y españoles.
La mayor parte del repertorio que cantamos durante la peregrinación fue gregoriano, tanto para el ordinario como para el propio de la misa. Esto no es de extrañar, ya que el canto gregoriano es el canto propio de la liturgia romana (del mismo modo que otras liturgias católicas –mozárabe, ambrosiana, orientales, etc.– tienen sus propios cantos). San Pío X, en el ya citado Tra le sollecitudini, describe el canto gregoriano como «el canto propio de la Iglesia romana, el único que la Iglesia [romana] heredó de los antiguos Padres, el que ha custodiado celosamente durante el curso de los siglos en sus códices litúrgicos» y que «fue tenido siempre como acabado modelo de música religiosa». También el Concilio Vaticano II y los papas posteriores al mismo han ratificado estas cualidades del canto gregoriano y la necesidad de que este ocupe el primer lugar en la liturgia (tal y como establece Sacrosantum Concilium).
Cabe remarcar que los textos y la música de dos de las misas que se celebraron forman parte del repertorio propio de nuestro país. La misa de Nuestra Señora de Covadonga, celebrada el sábado de forma votiva, es propia de la diócesis asturiana. Por otra parte, en España, la fiesta del apóstol Santiago no se toma del común de apóstoles (como en el resto del mundo), sino que, por ser nuestro patrono, cuenta con una misa propia.
Por otra parte, incluimos también algunas piezas polifónicas, por ejemplo, de Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), quien fue maestro de capilla de la Cappella Giulia, el coro de la Basílica de San Pedro. Palestrina fue un gran referente para la composición sacra, ejemplificando el ideal querido por el Concilio de Trento: la música debe servir para poner en relieve el texto litúrgico, nunca para oscurecerlo. Asimismo, también incluimos algunas piezas de Lorenzo Perosi (1872-1956), sacerdote y compositor adscrito al cecilianismo, movimiento que pretendió renovar la música sacra a partir de los pedidos de San Pío X, restaurándola en un carácter puramente sagrado. Perosi realizó una aportación grandísima con una abundante producción de literatura musical sencilla, asequible para cualquier pequeño coro parroquial.
Durante la peregrinación, las dos primeras misas tuvieron lugar como misas de campaña, con los campos asturianos de El Remediu como magnífico retablo. Al estar al aire libre, el coro necesitó emplear amplificación. Sin embargo, en la misa de clausura en la basílica de Covadonga, pudimos cantar de forma natural, aprovechando su magnífica acústica. Cantar dentro de un templo constituye un cambio acústico radical y el resultado es mucho más gratificante.
Además, en Covadonga pudimos contar con el gran órgano de la basílica que, con sus más de tres mil tubos, arropó las voces de forma armoniosa. Acerca del órgano, la constitución Sacrosantum Concilium pide que «se tenga en gran estima», ya que «puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales». Durante la Santa Misa en Covadonga, se pudo escuchar el órgano como acompañamiento de las voces, así como instrumento solista, una vez cantados los textos litúrgicos. El órgano es un instrumento con una paleta muy amplia de timbres sonoros (y especialmente en el caso de un órgano grande como el de Covadonga): puede sonar suavemente, muy dulce y casi angelical o, por el contrario, tronar de forma majestuosa y solemne. Este fue el caso de la consagración de las sagradas especies, en que, recogiendo la tradición española, sonó la Marcha Real: las trompetas del órgano saludaron así al Rey de reyes, que se hacía presente en ese momento sobre el altar.
También el órgano acompañó la Missa de Angelis, que no solo fue cantada por la schola, sino también por todos los asistentes, ya que se trata de una misa muy popular y querida por los feligreses. Esta misa toma su nombre por su uso originario para la misa votiva de los santos ángeles. Realmente no pertenece al repertorio propiamente gregoriano, sino que se trata de una composición mucho más tardía, datándose algunas de sus partes en el siglo XV o XVI. En 1904, con ocasión del aniversario de la muerte de San Gregorio Magno, y a fin de promover nuevamente el canto gregoriano, se interpretó esta misa (elegida personalmente por San Pío X) en la basílica de San Pedro (allí, en aquella época, las misas solemnes se cantaban siempre de forma polifónica). A partir de aquella ocasión, la Missa de Angelis ganó gran popularidad; en numerosos lugares fue aprendida por el pueblo, siguiendo la voluntad de San Pío X de que los feligreses también aprendieran algunas partes sencillas en canto gregoriano (deseo, por cierto, también renovado por el Concilio Vaticano II, si bien ampliamente desoído).
Otro de los cantos que con más fervor resonó en Covadonga fue el Himno a la Santina. La música de este bellísimo himno fue compuesta por Ignacio Busca de Sagastizábal (el autor del célebre Cantemos al amor de los amores). Su partitura ganó el concurso celebrado en 1918 para poner música al texto del P. Restituto del Valle con motivo de la coronación canónica de la Virgen de Covadonga (en ocasión del aniversario de la batalla de Covadonga). Tras tres días caminando a su encuentro, los peregrinos cantaron con fuerza a la que «es Madre y es Reina», porque «en Ella está el alma del pueblo español».
A través de la música sacra, los integrantes del coro de Nuestra Señora de la Cristiandad hemos podido vivir la liturgia de una forma muy profunda, saboreando cada una de las palabras que cantábamos y convirtiéndolas en oración al ponerles sonido. Siguiendo la invitación de los salmos, hemos podido cantar un cántico nuevo al Señor. El único propósito de esta tarea es poderlo alabar con un culto digno y bello, como Él merece. Deo gratias!
PUBLICADO EN EL BOLETÍN «COVADONGA» Nº11 – AGOSTO 2022
Por Javier Navascués
1 comentario
Pero es que hay otra marca intermedia que gurús del "tradicionalismo" no terminan de reconocer -aunque la vean- y no es otra que el misal del 62 de un antipapa, de un conciliábulo donde se oficializó la religión del modernismo (culmen de todas las herejías) y se alteró un canon impensable desde 1570 (rompiendo el hilo conductor).
Navascués es un referente, no dudo que valioso, para algunos románticos de la misa y de la propia hispanidad, pero equivocan que este autor -y este medio- no se atreve a publicar aquello que va al meollo de la cuestión, vista solo en clave profética, por temor a ser tachado(-s) de sedevacantismo (término inexistente pues la sede está okupada) o parecidos "rígidos". Y, así, ni avanza él ni deja avanzar a otros en un nuevo conservadurismo del Vaticano II y sus tropelías. Ya que hay dos novus ordo, el de 1969 y el previo y, anterior, de 1962... Y sino, lean.
Gracias.
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