Formación humanística para niños: Remussi habla de su obra sobre mitos griegos contados a los pequeños
Diego Remussi nació el 19 de junio de 1967. Estudió el profesorado de Lengua, Literatura y Latín en el Instituto Nacional de Enseñanza Superior Mariano Acosta y tiene un Master en Literatura Latinoamericana, otorgado por University of Maryland. Se desempeña como docente en UADE y en el Programa Adultos 2000, de la Ciudad de Buenos Aires. En 1998 publicó su primer libro, dando comienzo a su carrera como autor de libros infantiles y de interés general. En Ediciones Lea publicó “Leyendas de América latina", “Leyendas de los incas, mayas y aztecas", “Leyendas de los pueblos originarios", “Mitos griegos contados para niños y niñas", “Cuentos de los pueblos originarios” y “Leyendas mapuches".
En esta ocasión analiza su nuevo libro Mitos griegos contados para niños.
¿Por qué escribió el libro sobre mitos griegos para los más pequeños de la casa?
En realidad, la historia es un poco más larga. La carrera de Letras me había formado en Literatura pero había tenido pocas posibilidades de desarrollarme como escritor. Y creo que había sido un punto fundamental en mi vocación, ya que desde chico siempre me había gustado escribir. Cuando iba a las editoriales con mis cuentos, me decían que no eran vendibles, porque yo no era conocido. Hasta que en la editorial donde empecé a publicar me sugirieron otra estrategia: que los temas fueran los conocidos.
Con lo cual, empecé a trabajar sobre Leyendas argentina y latinoamericanas y luego, amplié el horizonte con Mitos. Desde ya, me pareció interesante trabajar con Mitos griegos, por mi formación. Y que fueran para niños en particular fue una hábil decisión de la editorial. Yo ya venía trabajando en el rubro infantil. Pero además, en el caso de este libro, todo lo que había venía de ediciones españolas, con un vocabulario lejano para los chicos de la Argentina, como el “vosotros” y otras palabras que acá no se usan. Me resultó interesante hacer un trabajo de escritura y adaptación sobre textos muy conocidos pero no tan cercanos. Y eso tuvo una repercusión inmediata.
¿Qué es un mito y qué importancia ha tenido la mitología en la historia de la humanidad?
No quisiera dar una definición de escritor, ya que hay especialistas y eruditos que pueden hablar mejor del tema. Sin embargo, me quedo con lo del saber popular. Podríamos decir que las historias “se conocen”, como la del Minotauro. Y los hechos puntuales también, como el hilo dorado que permite entrar al laberinto. Forman parte de un imaginario que tiene que ver mucho con nuestra cultura. La intervención de los dioses, en el caso de los mitos griegos, es de ayuda muchas veces y de castigo, otras. Sin embargo, son las reglas del juego y eso que sean historias interesantes; es decir que no haya una división maniquea entre buenos y malos y que siempre pueda aparecer algo sorprendente.
¿Por qué es importante que los niños se acostumbren con naturalidad a la cultura clásica y a la formación humanística?
Es importante que se acerquen a la lectura, en general. Más allá de las ventajas obvias que podrían ser mejorar la escritura y la redacción, hay otra que consiste en crear un imaginario. Y yo lo veo cuando “cuento” estas historias en forma oral. Los chicos prestan mucha atención porque están llenas de suspenso, aventuras, etc. Y en general, la presentación del libro lleva a un interés inmediato en la lectura de estas historias en particular. Creo que los mitos griegos tienen todos los condimentos mencionados para lograr una visión humanística de la vida. Y resulta importante tener una mirada de este tipo que completa la educación formal. Desde chico, uno aprende muchas cosas y eso va más allá de saber leer y escribir.
¿Cómo reacciona normalmente la imaginación infantil ante el conocimiento de los mitos?
Tengo como actividad acompañar a mis libros. Voy a presentaciones y a Ferias y además de hablar de quién soy, siempre me piden que lea un relato. Con los Mitos griegos, puedo elegir leer o contar, porque me gustan mucho y los tengo bien aprendidos. Pero además, son conocidos. La reacción que logro en la audiencia es inmediata. Los chicos hacen un silencio atento y los mayores que acompañan también. Ya mencioné la historia de Teseo y el Minotauro, pero podría nombrar otras en las que el relato va ampliando lo ya conocido. Y si bien puedo ver entre la gente sonrisas y gestos de asentimiento, es en los chicos en los que se nota el asombro, la sorpresa y una forma de disfrutar que se percibe, por los gestos y miradas. Con la historia de la Guerra de Troya, por ejemplo, hay detalles que aportan datos y que hablan de dichos actuales, que descubren en ese momento. Por ejemplo, qué significa “la manzana de la discordia” o qué es “un presente griego”.
¿Cuál ha sido el proceso de selección dentro de la riquísima mitología griega?
El proceso de selección fue guiado por el perfil de la editorial y de la colección: Tenían que ser doce relatos y no muchos más. También pensando en un libro para chicos, que debía incluir ilustración, etc. Yo tuve un amplio margen para elegir entre las más variadas historias y confié en una selección que fuera directamente a lo más popular, lo más conocido, dejando cierta posibilidad para otros mitos, poco sabidos. Sin embargo, el diseño de la colección ayudó a elegir lo más representativo y esto nos dejó muy conformes a todos.
Si tuviese que quedarse con un mito para que los niños conozcan lo que
es la mitología. ¿Cuáles elegiría?
“Teseo y el Minotauro”. Es el que más me gusta, pero también es el que permite hablar de cómo se ramifican las historias para que puedan continuar con la lectura y ver cómo todo está conectado. Por ejemplo: la historia del inventor del laberinto, Dédalo y por lo tanto, también la de su hijo, Ícaro. Lo mismo pasa con las aventuras anteriores de Teseo. La primera lectura nos permite llegar a otras. Y eso despierta el interés de los niños en particular, pero supongo que puede suceder con cualquier tipo de lector.
¿Cómo ha sido el proceso de adaptación de los textos clásicos al lenguaje infantil?
El proceso de adaptación es un proceso de escritura personal. Por eso figura mi nombre casi como si fuera el autor de estos mitos. No me animaría a tanto, pero sí puedo decir que los conté a mi manera, con todas las licencias que me permitía la adaptación, no sólo al mundo infantil, sino también a un lenguaje más cercano, para que fuera atrapante y lograra interesar.
¿Faltaba una obra así en la literatura infantil?
Particularmente, sí, por lo que decía antes. Las versiones que conocíamos estaban hechas con un afán de difusión del conocimiento, pero no estoy seguro de que tuvieran puesto el foco en el relato de la historia en sí mismo. Creo que con este libro logramos que sean mitos que puedan contarse también, relatarse con entusiasmo, sin que esto signifique simplificación. Pero además, teníamos que hacerlo más cercano en el lenguaje y los modismos que tenían las ediciones clásicas, más cercanas a la erudición. Fue un trabajo de adaptación del contenido, pero también de la forma. Por eso son libros propios.
Por Javier Navascués
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