José María Cid analiza su libro El Voto Anónimo, una novela que cuestiona el actual Sistema partitocrático
José María Cid Astruga nació en 1958, Valladolid, en el seno de una familia tradicional numerosa. y católica. Cursó sus primeros estudios en colegios religiosos. Sintiendo inclinación por la vida militar ingresó en la VII promoción de la Academia General Básica de Suboficiales en Talarn, de donde pasó a la Academia de Caballería en Valladolid. En sus primeros destinos fue testigo del agónico esfuerzo de un tiempo, una estirpe y un estilo, por no sucumbir ante el olvido, mantenedores de la voluntad de sostener y transmitir “el quehacer común de todos los españoles de ayer, de hoy y de mañana” que no es otra cosa que la definición de Patria según el Artículo 2 de las Reales Ordenanzas vigentes en aquel momento. Así acabó llevando el autor una vida crepuscular, montado en el presente a lomos de potente acero de los Carros de Combate del Regimiento de Caballería Acorazado Farnesio 12, y el pasado, la tradición y la nostalgia, galopando en los últimos caballos, “Corceles de Ilusión", del Viejo Quinto de Lanceros, denominación ya pasada del Farnesio. Se casó, lo jubilaron y escribió El Voto Anónimo.
¿Por qué decidió escribir una novela de corte costumbrista en el norte de España y cómo su trama es un macguffin para transmitir un mensaje?
Decidí escribir El Voto Anónimo en un ambiente costumbrista, el de la Cantabria del siglo XXI, con sus montañas, prados y vacas, con sus playas y surfistas, buscando el modo de transmitir un mensaje sin llegar a separar los efectos de aquellas causas que los produjeron, tratando de incardinar la idea en un personaje humano y verosímil, con pensamientos, emociones y esperanzas, en una geografía real y agradable, asequible a la vista y al conocimiento. Un escenario inteligible para un personaje explicable.
Incluso sus personajes se asemejan un poco a los de la novela de Guareschi, Don Camilo.
Hay quien busca parecidos con los personajes del Don Camilo de Guareschi, podría ser por la franca y llana personalidad de alguno de ellos, pero creo que es más producto de la buena intención que de otra cosa.
Es interesante que un jubilado en un ambiente tan apacible, en vez de vivir tranquilo quiera cambiar las cosas, más aún cambiar el Sistema…,
Me pareció interesante elegir para protagonista a un pensionista, que pudiendo vivir plácidamente, renuncie a ello para intentar cambiar las cosas y más aún enfrentarse al Sistema. Es un gesto de rebeldía ante una parte de la sociedad, cuasi oficial, que desprecia a los “jubiletas"; la generación que puso en manos de las siguientes esa hermosa herencia que se llama España. No se trata de gente lastrada y caduca, que debe apartarse al paso de la juventud, se trata de gentes que merecen vivir el presente habiéndolo cimentado en el pasado.
Para empezar se siente defraudado con el sistema partitocrático democrático en donde el ciudadano no pinta nada.
El protagonista está defraudado y desengañado con el sistema electoral. Es una obviedad, si el voto es anónimo, secreto, no hay titularidad, se pierde la soberanía y las cosas pasan como en la primavera de Machado, han llegado y nadie sabe cómo han sido. Para él el sistema electoral es la fuente de todos los engaños.
Y comprueba cuando habla con la gente de la calle, en la barra del bar, ve que esa realidad no tiene nada que ver con la que nos cuentan los políticos y los medios.
El protagonista se da cuenta de la existencia de una opinión distinta a la oficial y muy difundida, basada en la realidad tangible y cotidiana y que se suele exponer, preferiblemente, a pie de barra. Al igual que Chesterton percibe las barras de tascas y cantinas a modo de profanos altares de rituales y festivas libaciones, donde la etílica verdad surge libre, irrefrenable y espontánea. Pero es el siglo XXI y si en remotos tiempos de ídolos oscuros, la sangre de las víctimas corría en los altares, hoy gracias a Dios lo que corre son el vino y la cerveza. Los gobernantes y medios de comunicación con sus circunloquios enredan y ocultan la verdad adormeciendo la razón y entonces, modernizados, vuelven los monstruos de tiempos lejanos, los miedos, los ídolos y los sacrificios.
¿Qué propone para cambiar el actual sistema democrático?
En el libro, hay que leerlo, a través de la trama se proponen soluciones para remediar las carencias del sistema electoral, y del extraño concepto de democracia que nos han impuesto. Pero lo interesante es descubrirlas leyendo el libro, que además tiene entretenidas escenas y aventuras.
Es significativo que lo haga con la usanza decimonónica, a través de un manifiesto.
Sí que es significativo que el protagonista a la vieja usanza decimonónica, proclame sus pensamientos y soluciones mediante un manifiesto que él reparte a cara descubierta. Podrán ser, quizás, modos trasnochados, pero son formas de rebeldía; escribir y firmar en papel, implicar la vida en las ideas. También hay algo romántico en ello.
¿Qué nuevo sistema propone en el manifiesto y hasta que punto usted se identifica con él?
El manifiesto no propone, en realidad, un nuevo sistema, propone arreglar el que tenemos, pero profundamente, exponiendo principios, fundamentos y verdades con claridad, evitando ambigüedades, medios tonos y engaños encubiertos en palabrejas rimbombantes que acaban siendo estafas manifiestas, que ponen la mayoría a los pies de las minorías.
Claro que me identifico con el manifiesto. La intención del libro es, precisamente, extenderlo todo lo que se pueda, creo que una gran mayoría, que aunque en un principio se pueda sorprender, en el fondo piensa así, lo que falta es la aceptación y la expresión extensiva de la idea, hasta que cuaje en el ambiente y así el sistema pueda cambiar, permitiendo de verdad a los españoles ser dueños y titulares de su destino.
No vamos a contar como acaba, pero siempre son molestos los hombres que se enfrentan al Sistema.
En la vida pensar distinto o pensar más alto suele tener consecuencias, en la novela tanto más por tratarse de fábula y entretenimiento, más todavía si es contra el sistema, la Bestia. El protagonista debe arrostrar la consecuencia de sus actos y así pasa en el libro, al autor aún no - es broma- pero no tanta, la libertad y la posibilidad de pensamiento independiente cada vez son menores.
¿Qué es lo que puede aportar a los lectores leer el libro?
El Voto Anónimo aportará a sus lectores un rato entretenido, la oferta de la duda razonable y la tentación de pensar.
Por Javier Navascués
3 comentarios
Sencillo y sincero y necesario.
Qué más se puede pedir ?
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