El temor a la muerte. La muerte es dulce para los Santos y dramática y perjudicial para los pecadores
La plataforma audiovisual católica Agnus Dei Prod nos envía una meditación que considero de gran interés para todo cristiano. Este mes hemos celebrado la solemnidad de Todos los Santos y la fiesta de los fieles difuntos y muchos fieles han ido al cementerio a rezar por sus familiares fallecidos. Estas fechas son especialmente propicias para meditar sobre la muerte, aunque deberíamos hacerlo todos los días del año y pensar con frecuencia en nuestro destino eterno.
La muerte es dulce para los Santos y dramática y perjudicial para los pecadores. La vida de la gracia santificante es el objetivo de todo cristiano. Y esta vida se paraliza, se destruye o sucumbe, con el pecado mortal. Evitemos siempre el pecado mortal, nunca cometamos un pecado venial deliberado y luchemos contra las imperfecciones. Tal y cómo vivamos será nuestra muerte.
6 comentarios
DIOS controla hasta la caida del más minimo cabello o el movimiento de una hierva del campo. Patrono de la muerte es San Jose que murio rodeado de Jesús y María.
El enfermo ¡ sabe perfectamente ¡ que se acerca la muerte. Un Sacerdote – por experiencia – sabe tratar a un enfermo terminal o en estado de gravedad, y puede que le haga visitas regulares durante el curso de la enfermedad, y le ofrecerá la absolución. He visto como personas que se han confesado - todos somos pecadores - ¡¡ y se han quedado tranquilas y con lo podemos llamar " en paz ¡¡. Conozco un caso donde la hija que quería e insistía en confesarse y los Padres se negaban, y ello es una canallada. Otros impedían la entrada en el domicilio al sacerdote avisado por un familiar, ello es otra canallada. No hay que esperar al último momento, cuando la persona querida entra en coma. Y atención el oído es lo último que se pierde y el paciente escucha los comentarios. ¡ Tengamos caridad, y los volveremos a ver en la ETERNIDAD ¡. Es el menor regalo que se le puede dar en la vida a la persona amada.
Se aprovecho que el esposo no estuviera en el Sanatorio o en la cafetería, y se aviso al Sacerdote que le confeso y le administro la unción de los enfermos con tranquilidad. Señal de que la enferma agradecio la absolución o asistencia del sacerdote, fue que cuando entro la persona en la habitación de la enferma, la que había insistido en facilitar la asistencia del sacerdote, la enferma le hizo un gesto de afecto y le lanzo un beso. Este fue el último gesto que tuvo la enferma, pues moriría un día después y en Gracia de Dios.
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