Juan Carlos Corvera reflexiona sobre el XI Congreso de la Familia y Docentes Católicos, evento organizado por la Fundación Educatio Servanda
a sus 51 años está casado y es padre de 4 hijos. Emprendedor empresarial y social. En su etapa profesional en el mundo de la empresa puso en marcha y gestionó varias compañías en diversos sectores, recibiendo varios premios como directivo. Desde 2007 hasta hoy iniciador y presidente de la Fundación Educatio Servanda, a la que se dedica por completo desde el año 2013 promoviendo nuevos centros educativos y relanzando los ya existentes de otras instituciones católicas. Educatio Servanda tiene obras educativas en las diócesis de Madrid, Getafe, Toledo, Almería y Cádiz.
Pueden inscribirse en el Congreso a través de la web: www.educatioservanda.org
¿Qué supone la organización del XI Congreso de la Familia y Docentes Católicos y qué importancia tiene su consolidación?
El Congreso anual de Educatio Servanda está muy consolidado. No sólo porque contamos ya con su undécima edición sino porque en estos años se ha constituido como uno de los Congresos de referencia en el mundo educativo y de la familia en España.
El Congreso supone para nosotros una oportunidad para reflexionar internamente sobre el tema de cada año y también una ventana de formación para aquellos que quieren participar de nuestras reflexiones.
Pareciera que cada año es más necesario que el anterior por los feroces ataques a la familia por parte de la ingeniería social anti cristiana…
Las leyes ideológicas que ya se han aprobado y las que se tramitan en este momento están conectadas entre sí. Responden a un único proyecto de ingeniería social que pretende cambiar la sociedad. Y para cambiar la sociedad la familia estorba. El ataque a la familia es el instrumento para conseguir ese fin.
Por eso todas estas leyes pretenden destruir a la familia embistiendo contra sus estructuras fundamentales, deconstruyendo los vínculos familiares entre padres, hijos, abuelos, nietos….
En primer lugar la llamada ley Celaá es un gran ataque a la ley natural y a la patria potestad. ¿Por qué es importante hacerle frente?
La Ley Celáa sobre todo es un ataque directo a la libertad de educación de los padres, un atropello del artículo 27.3 de la Constitución Española, porque excluye la elección de los padres de los criterios de asignación de colegio para nuestros hijos. Por eso fue tan necesaria la movilización de la plataforma MasPlurales en la que participamos desde el principio. Esa movilización ha herido de muerte a la octava ley educativa de nuestra democracia. Es muy mala noticia decir que habrá una novena ley, pero sería mucho peor que los efectos más dañinos de esta lleguen a tener grandes consecuencias.
¿Considera que la aprobación de la ley de eutanasia ha quizá sido la noticia más triste de los últimos tiempos?
Las leyes que van en contra de la vida, la del aborto y la de la eutanasia son muestra de ello.
¿Hasta qué punto le preocupan los borradores de ley trans y de infancia y adolescencia?
En relación a la familia, tienen la misma intención de fondo que las demás leyes ideológicas: la intromisión del Estado en las estructuras familiares. Bajo el nuevo mantra de proteger “el interés superior del menor” abren la puerta para inmiscuirse en decisiones educativas fundamentales de los padres con sus hijos: desde el tipo de colegio al que van, cuándo debe morir uno de nuestros familiares, qué tipo de educación afectivo sexual debemos darles o indicarnos cómo debemos proteger a nuestros hijos.
¿Por qué la familia es tan importante, incluso para la pervivencia de la civilización tal cual la conocemos?
Más allá de su función insustituible como fuente de la vida, la familia es la célula primera y vital de nuestra sociedad. En la familia la persona vive su primera experiencia de comunión y participación, determinante para su posterior vida en sociedad. En las familias sanas, los padres amamos a nuestros hijos hasta el punto de dar nuestra vida por ellos, prueba irrefutable de que deseamos siempre su máximo bien. Y ellos lo saben. Y esa seguridad les prepara para relacionarse con los demás bajo esta misma premisa de confianza y apertura al otro.
¿Qué tipo de sociedad crearíamos si, con la intromisión del Estado en los vínculos intrafamiliares, se sustituyesen esas relaciones basadas en el amor por otras basadas en el interés del Estado? No quiero imaginar esa sociedad, pero no sería la que conocemos
Como suele ser costumbre, destaca la calidad de los ponentes. ¿Por qué es importante que estos referentes hablen claro y nos den criterios firmes?
Porque en la vida diaria de las familias no nos es posible estudiar de manera directa todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Todos necesitamos referentes que nos ayuden con su tiempo, su estudio, su ciencia, y su palabra o su pluma, a discernir las situaciones que nos rodean para poder después tomar decisiones libres. Se trata del problema de la verdad. Si no conocemos la verdad sobre un tema no podemos hacer elecciones libres sobre él. Y en el mundo de la información y la pos-verdad son cada vez más necesarios estos referentes que actúan como pórticos de nuestra libertad.
¿Qué responsabilidad tiene la Fundación Educatio Servanda para ser uno de los referentes de la educación católica en defensa de la familia y la vida?
Si lo somos o no, no me corresponde a mí decirlo, en cualquier caso, agradezco mucho sus palabras. Para nosotros la educación, la enseñanza, que no es exactamente lo mismo, son inseparables de la familia y ésta a su vez lo es de la vida. Las instituciones educativas somos subsidiarias de la familia, en realidad todas las demás instituciones lo son, el Estado, la Iglesia… por eso no permitimos ninguna injerencia.
Por Javier Navascués
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