La Basílica de la Merced y su importancia clave en la historia de Barcelona según su rector, el P. Fermín Delgado, O. de. M
Foto: Guillem Simón
El P. Fermín Delgado, O. de. M, es el rector de la Basílica de la Merced de Barcelona. En esta entrevista nos habla de su vocación mercedaria y de la importancia que ha tenido la Basílica en la historia de Barcelona.
¿Cómo nace su vocación sacerdotal y religiosa?
Nací en el seno de una familia cristiana en la que ya desde la más tierna infancia era algo natural asistir a Misa los domingos y rezar en casa. Cuando tenía 3 años y acababa de aprender a andar, solía “fugarme” del banco de la iglesia en el que estaban mis padres para correr por los pasillos del templo y acabar al lado de D. Teógenes, el cura, que estaba en el altar celebrando la Misa y me miraba sonriendo. ¡Quién iba a decir que años más tarde iba a ser yo quien hiciera lo que él!… Es posible que por aquel entonces esa actitud e imagen del bueno de D. Teógenes se me quedara grabada en algún rincón de mi alma y aflorara con el paso del tiempo. La semilla que Dios pone en el corazón tarde o temprano germina si es cuidada, y mi familia fue una buena tierra de cultivo. Eso sí, cuando mi padre me “echaba el guante” me llevaba algún cachete en el culo. Reconozco que era muy inquieto.
¿Qué es lo que más le atrajo de la Orden de la Merced?
Yo entré en el seminario mercedario a los 12 años, en Reus, que es la ciudad en donde vivía. Tuve un primo mayor que yo que lo visitó porque pensaba entrar en él, pero al final no lo hizo. No sé por qué, quedó el eco de este hecho dentro de mí y pedí a mis padres conocerlo. Salí tan contento de la visita y del ambiente que en él había, que quise ingresar el septiembre siguiente con el inicio del nuevo curso. Y hasta ahora…. Dios se vale a veces de causas indirectas para llegar a lo más íntimo. En mi caso, inicialmente, me encantó el ambiente de deporte y de estudio del centro que visité; más tarde comienzas a conocer mejor la Orden y valorar otras cosas que acaban seduciéndote más que las iniciales hasta dejar tu vida en ellas. La Orden de la Merced tiene 800 años de una historia riquísima, y su carisma es muy hermoso y actual pues se ocupa de los pobres y los marginados, tal vez del estrato más bajo de estos últimos que son aquellos que ni tienen libertad propia. Por eso me atrajo la Orden de la Merced, así como el ejemplo de muchos buenos frailes que se entregaron a Dios y a los más débiles en cuerpo y alma.
¿De qué manera redimen cautivos hoy en día?
De muchas maneras. Los cautivos siguen existiendo, pero sus grilletes ya no son de hierro colado. Las cadenas de hoy en día son más invisibles, pero posiblemente más sólidas y esclavizadoras que las de antaño: la miseria material y moral (que es la peor), las dependencias modernas, la falta de acceso a educación y a la cultura, la explotación a la que se ven sometidas las personas más débiles, la soledad,…
Los mercedarios intentamos ayudar a estas víctimas a encontrase consigo mismas y a encontrar a Dios, pues una cosa va de la mano de la otra. ¿Cómo lo hacemos?. En primer lugar procurando llevar una vida personal coherente con lo que deberíamos ser y con lo que Dios y la Iglesia esperan de nosotros, con el fin de poder darnos a los demás. Nadie puede ofrecer aquello que no tiene. Y en segundo lugar, intentando llevar la presencia de Cristo en nuestras misiones: países del tercer mundo, parroquias en barrios humildes de las ciudades, como capellanes de prisiones, en nuestros centros de reinserción, en la atención de las familias de los presos, en nuestro apoyo a quienes salen de la cárcel, en nuestros centros de acogida de mujeres explotadas sexualmente y víctimas de este repugnante tráfico humano,…
¿En qué destinos ha estado hasta ahora?
Tras mi ordenación sacerdotal, en 1992, fui destinado a nuestro monasterio de El Puig de Santa María (Valencia). En 1993 me enviaron a Zaragoza, donde me fue encomendada la responsabilidad de ser maestro de postulantes. En 1997 me enviaron a Barcelona donde fui vicario en nuestra parroquia de San Pedro Nolasco. En 1999 fui destinado a Reus como capellán del psiquiátrico de Villablanca, en Vilaseca, y como responsable de la pastoral juvenil y vocacional de mi provincia mercedaria de Aragón. En 2003 fui destinado al Hogar Mercedario situado en el barrio de Valle Hebrón (Barcelona). Aquí se me encomendó la parroquia de la Virgen de Nazaret y las tareas inherentes al Hogar, centro de referencia en la reinserción social de personas que cumplen pena de prisión. En este destino estuve durante 15 años, hasta el año 2018. Este año fui destinado nuevamente a nuestra comunidad de plaza Castilla y se me encomendó el cuidado pastoral de la Basílica de la Merced, hasta hoy…
¿Qué supuso ser nombrado Rector de la Basílica de la Merced?
En primer lugar, un gran honor dado que los mercedarios no regresábamos a nuestra Casa Madre desde 1836; y en segundo lugar una gran responsabilidad, dada la confianza que el Sr. Cardenal ha depositado en la Orden de la Merced y a la que tratamos de responder estando a la altura de lo que se espera de nosotros, y también porque se trata de una iglesia muy importante en esta diócesis al albergar a la Patrona de la ciudad y en la que se fijan muchas miradas, con retos continuos. A veces resulta una sensación algo pesada, pero gracias a la ayuda del Señor, de la Virgen, de mis compañeros mercedarios, de los voluntarios que están cada día ayudándome en esta labor y a la colaboración de la Hermandad de la Merced y de todos los que aman a la Mare de Déu, todo se hace más llevadero. El sostenimiento de la Basílica es mérito de muchas personas que dan lo mejor de sí mismas de manera silenciosa. Aquí no hay espacio para los individualismos.
¿Cuáles son los principales apostolados que se dan en la Basílica?
El primero y el más importante es el inherente a su realidad como Santuario. Ello comporta acoger a los visitantes y peregrinos, cuidar y divulgar la devoción a la Virgen de la Merced (estamos preparando una celebración dedicada a las “Mercès”), celebrar los sacramentos y estar a disposición de quienes los necesitan, mostrarse accesible para quienes deseen algún tipo de ayuda u orientación espiritual,… y preparar con esmero la celebración de las fiestas en honor de la Mare de Déu de la Mercè (el 24 de septiembre), así como otras del calendario mercedario. También podríamos incluir en este apostolado el cuidado de la Basílica como tesoro histórico-artístico, velando por la salud del propio edificio y de todas sus instalaciones. Tenemos como reto en este momento la renovación de todo su sistema eléctrico y la restauración de la cúpula del edificio, como elementos más urgentes.
El segundo, atender a la dimensión de la Basílica como parroquia, con sus horarios de despacho, celebraciones litúrgicas cuidadas, atención pastoral de los feligreses de nuestro barrio, cuidar nuestra relación con las parroquias del arciprestazgo asumiendo las responsabilidades que en este ámbito nos correspondan, …
En tercer lugar, la atención hacia las personas necesitadas de ayuda. La Basílica invierte unos 10.000€ al año en ayudas materiales a las personas y familias pobres. Ayudamos con alimentos dos veces al mes a más de 20 familias, hemos creado un ropero bastante completo, hemos construido una ducha con WC y lavabo para el aseo de las personas sin hogar. Nuestro voluntariado de Cáritas sale cada sábado por la tarde por las calles de la zona para atender a quienes duermen en la calle: charlamos con ellos, nos interesamos por sus problemas, les damos ropa y cena caliente, rezamos con ellos si son personas de fe,… Y ayudamos a algunas personas en sus gastos de farmacia, gas…
También colaboramos en la pastoral penitenciaria con nuestra fundación Obra Mercedaria, que atiende a las personas que cumplen pena de prisión, auxilia a sus familias, a los pobres,… También trata de prevenir la caída en la delincuencia y acompaña a quienes salen de la cárcel para encontrar su lugar en la sociedad y a reencontrase con Dios y consigo mismos. Cada año donamos a la fundación unos 1000€ y colaboramos con ella en la organización de eventos que ayuden a darse a conocer y recaudar fondos. También atendemos y ayudamos a personas que han pasado por el Hogar Mercedario y que siguen necesitando algo de apoyo y ayuda.
De igual manera, tenemos muy presente a las misiones. Nuestra Orden está en los 5 continentes y, concretamente, nuestra provincia mercedaria de Aragón tiene misioneros en Mozambique, Venezuela, Guatemala, El Salvador y Panamá. Colaboramos económicamente con ellos y procuramos que se conozca su entregado trabajo para que quienes lo deseen, colaboren con ellos. Colaboramos con nuestro programa de apadrinamiento infantil gracias al cual muchos niños y jóvenes de Guatemala, Panamá, Mozambique y El Salvador pueden permanecer escolarizados, formarse culturalmente, dominar un oficio o incluso acceder a la universidad. A cambio, sus familias reciben una ayuda alimenticia para que les resulte rentable tener al niño/a en la escuela y no trabajando en la calle.
También desempeñamos un apostolado cultural que trata de abrir las puertas de la Basílica a todas las personas interesadas en el mundo de la cultura. Organizamos conciertos de órgano, de música clásica y coral, tenemos en proyecto un ciclo de conferencias con especialistas de diversos ámbitos. Estamos intentando que surja una coral propia de la Basílica…
Otro Apostolado es el de las peregrinaciones, que es muy importante porque nos permite llegar a muchas personas que tal vez no tengan una relación directa con la Basílica. Todos los años solemos organizar con la ayuda de nuestra agencia, Ruth Travel, dos Peregrinaciones (una de tipo mariano y otra a Tierra Santa o a algún otro santuario de interés) y un viaje al extranjero. Puedo asegurar que es una puerta que facilita mucho el contacto con personas que a veces viven de espaldas a la Iglesia por prejuicios que desaparecen cuando nos conocen más a fondo. Pienso que es algo que ninguna parroquia debería desestimar. En estos tiempos hay que aprovechar todas las vías a nuestro alcance para evangelizar y los viajes y las Peregrinaciones son un medio sorprendente. Incluso el mismo sacerdote es evangelizado por las personas que le acompañan y que con frecuencia le sorprenden positivamente. El mundo de los viajes permite incluso originar amistades que duran toda la vida y propician auténticas conversiones.
La Basílica, aunque importante queda fuera a veces de las rutas turísticas….
Efectivamente, la Basílica de la Mercè quedaba en las rutas turísticas de la ciudad como un elemento de segunda fila; como algo que se visitaba si sobraba tiempo o como último elemento de la ruta del gótico dada su situación en la ciudad, algo alejada de lo más céntrico de la ciudad.
Queremos que esto cambie y por ello hemos invertido medios y esfuerzos para adecentar la Basílica por dentro, de manera que pueda mostrar todo su esplendor. Hemos impreso nuevos folletos turísticos en diferentes lenguas. Hemos llegado a un acuerdo con una empresa turística para ofrecer visitas guiadas por profesionales perfectamente formados, algunas de las cuales son nocturnas y culminan con una audición de órgano.
También hemos mejorado nuestros cauces de comunicación y llegan a más personas las noticias de los eventos culturales celebrados en la Basílica, que procura abrir sus puertas a todos los barceloneses.
Por desgracia, muchos de estos planes están en situación de “pausa” hasta que termine la pandemia. Esperamos que entre todos podamos superar esta situación de crisis y volver a dar vida a la ciudad y nuestra basilica con nuestra oferta turística, que es de calidad.
Por Javier Navascués
9 comentarios
Claro que acabaremos llenando la Basilica¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Gracias, padre Fermín, por su testimonio.
Pues si ya no es metal lo que atenaza manos y tobillos, ya no son cautivos ...
En lugar del ejercicio de la "neolengua" que consistía en destruir palabras para aminorar lenguajes, pensamientos y conceptos, ahora habrá que hacer todo lo contrario; crear otras para nuevas realidades.
En el mismo párrafo, hay cuestiones que serán más o menos discutibles, pero yo no me creo NADA lo que comenta del difícil acceso a la cultura y educación. Desconfío siempre de novedades pero hay cosas que sí han pasado al sumidero de la historia y ese discurso lo es.
Y es que en la era de la democracia de la cultura, donde cualquier libro o partitura (clásica, moderna) está al alcance de un click; en el tiempo de la universalidad de las comunicaciones, cuando ya existen más smartphones que personas, esa afirmación es del todo incorrecta.
Más aún, solo hace falta darse una vuelta por el mundo (ya real, ya virtual) para darse cuenta que en la actualidad la ignorancia ya no es un pecado, sino que muchas veces es deseada y hasta glosada. Hoy quien es ignorante los es por propia voluntad.
Que la ignorancia se convierta en fuerza si sería otro peligro,
padrecarlosyepes.com
Dejar un comentario