Crucifixio: una investigación sobre los enigmas de la Pasión de Cristo
LAUREANO BENÍTEZ GRANDE-CABALLERO es un autor católico prolífico, con más de 30 obras publicadas, especializado en los santos, destacando sus cuatro libros sobre el Padre Pío de Pietrelcina. En su obra Crucifixio: una investigación sobre los enigmas de la Pasión de Cristo, aborda un estudio pormenorizado de los hechos de la Pasión de Jesús, que pretende desvelar las incógnitas que presentan, examinando tanto las críticas laicistas ―para rebatirlas―, como las interpretaciones tradicionales de los episodios de la Pascua, acudiendo a una abundante documentación para establecer la verdad de los sucesos pascuales, empleando para ello, además de la luz de la fe, las perspectivas científicas de la historia.
En la siguiente entrevista, el autor nos explica los contenidos de su obra.
Existe la impresión general entre los estudiosos y entre los creyentes de que el Relato de la Pasión ya es suficientemente conocido por todo el mundo, y de que, por lo tanto, pocas cosas nuevas se pueden añadir a la historia, que nos sabemos con detalle a partir de los evangelios. ¿Por qué, entonces, tomó usted la decisión de aventurarse en el proyecto de este libro?
Ciertamente, el Relato de la Pasión es bien conocido en sus líneas esenciales, en lo que respecta a la secuencia de sus episodios, a su encadenamiento, y a los personajes que los protagonizan, pero este conocimiento no exime de que la Pasión contenga bastantes misterios, muchos enigmas, derivados de la extrema brevedad y concisión con que se narran en los evangelios los acontecimientos de las últimas horas de vida de Jesús.
Esta concisión provoca muchas «zonas oscuras», lo cual abre muchos interrogantes, que se refieren tanto a las circunstancias concretas de los hechos, como a las motivaciones de los protagonistas que les impulsaron a obrar de una determinada manera, a las causas de sus decisiones, y a la finalidad última de los acontecimientos que se desarrollan a lo largo de la Pasión.
Otros interrogantes se articulan en torno a la realidad histórica de algunos protagonistas ―como Simón de Cirene o la Verónica―, y de algunos hechos, como puede ser la investigación médica sobre el sudor de sangre en Getsemaní o las causas médicas de la rápida muerte de Jesús en el Gólgota.
Junto a esto, en la obra se estudian también misterios relativos al ambiente sociocultural y político de la época que influyeron decisivamente en la Pasión de Jesús, como el de determinar si los judíos de la época podían ejecutar penas de muerte, si la estancia de Jesús en el Sanedrín esa madrugada fue un verdadero juicio, si era real la costumbre de soltar a un preso por Pascua, y un largo etcétera.
¿Cuáles son los principales enigmas que se investigan en su obra?
Desde los puntos de vista que he descrito, algunos de los interrogantes que se estudian en el libro son: ¿Qué motivó la terrible agonía de Jesús en Getsemaní? ¿Por qué Judas traicionó a Jesús? ¿Quién tuvo la mayor responsabilidad en el arresto en el Huerto de los Olivos? ¿Hubo realmente un juicio judío? ¿Cuál fue la causa jurídica contra Jesús por la que se le condenó? ¿Quiso verdaderamente Pilato salvar a Jesús? ¿Es creíble la figura de Claudia Prócula, la mujer de Pilato? ¿Existió Barrabás? ¿Son reales las figuras de Simón de Cirene, de Verónica, de Dimas y Gestas y Longinos? ¿Cuáles fueron las causas clínicas de su muerte? ¿Por qué tuvo Jesús que sufrir el martirio de su Pasión y muerte?
Usted afirma en su trabajo que gran parte de los enigmas que investiga han sido creados artificialmente por la crítica laicista de los textos evangélicos sobre el Relato de la Pasión. ¿Cuál es la intención de esos enfoques críticos?
Efectivamente, a partir de la Ilustración empezó a desarrollarse una corriente crítica que ponía en duda la verdad histórica de la Pasión, catalogando sus episodios como relatos legendarios y míticos, como fábulas fantasiosas producto de la apologética, que distorsionaba la realidad y hacía descubrir al Jesús histórico. El objetivo fundamental de esta crítica estaba claro: recusar la figura de Jesús en sus dimensión divina, ya que la Iglesia está cimentada sobre su Pasión y su Resurrección. Es otra modalidad de persecución al cristianismo. Debido a la crítica sistemática que ha puesto en tela de juicio la credibilidad de los Evangelios han surgido misterios donde antes había certezas y seguridades, dudas e incertidumbres donde la tradición veía inspiración divina, contestación y anatema donde la fe antes se adhería unánimemente a la teología tradicional, controversia y debate sobre temas que antes presentaban un amplio consenso.
¿Qué método se emplea en el libro para la investigación de los hechos de la Pasión, y desmontar los argumentos del laicismo crítico?
Pues exactamente el mismo método que emplea la crítica, el conocido como histórico-crítico, fundamentado en el estudio del ambiente social, cultural y político de la época, y en la exégesis de los textos evangélicos. El horizonte final que constituye la meta de nuestro trabajo es cimentar sobre una base lo más «científica» posible las interpretaciones de los episodios que se narran en el RP, aportando una alternativa sólida desde la perspectiva creyente a los estudios que han realizado sobre ellos los círculos críticos.
Por ejemplo, sobre el misterio de cuáles fueron los cargos por los que se condenó a Jesús, se argumenta que fue la acusación de blasfemia, pero analizando con rigor qué entendían los judíos de la época como blasfemia, ese cargo no se puede sustentar mucho.
En su opinión, ¿cuál es el mayor enigma de la Pasión de Cristo?
Pues, sin duda alguna, el gran misterio de la Pascua ―y también el gran misterio de nuestra fe― es comprender por qué Dios necesitó de la muerte cruenta de su Hijo para consumar la misericordia de nuestra Redención. Dicho con otras palabras, es un misterio insondable entender por qué Dios precisa del sufrimiento de los justos para salvar las almas.
En el libro se afirma que la esencia de la Pasión no es precisamente la muerte de Cristo, sino las 16 horas de sufrimiento extremo que la precedieron, pues la redención se hubiera efectuado exactamente igual si Jesús hubiera muerto en la Cruz sin pasar por tantas horas de agonía. Si esto es así, por qué fue la voluntad de Dios que su Hijo experimentara tanta aflicción?
En mi opinión, eso se debió a que, si Jesús nos liberó del pecado cargando con él en su Cruz, también nos liberó del sufrimiento experimentándolo plenamente. Porque no olvidemos que la causa del sufrimiento es el pecado, así que, en consecuencia, al rescatarnos del sinsentido del dolor Jesús también nos redime el pecado. Es por esto que podemos decir que la Pasión de Jesús está presente en nuestros sufrimientos, en nuestra Pasión cotidiana, en nuestras cruces; y viceversa: al cargar con nuestra cruz, estamos colaborando con Cristo en la redención del mundo. Incluso se puede hablar de una Pasión del Mundo, y una Pasión de la Iglesia, que consiste en atravesar Gólgotas de tribulación para acceder a una vida nueva.
Aparte de la originalidad de sus planteamiento metodológicos, y su enfoque histórico que demuestra la verdad histórica de la Pasión, ¿qué otras aportaciones hace su obra a la historiografía y la exégesis bíblicas?
Pues yo creo que su principal característica, que su rasgo más distintivo es que estamos ante un libro que es a la vez erudito y divulgativo, pues hace asequibles al gran público tanto los estudios de los teólogos más reputados, como las circunstancias históricas, sociales, políticas, culturales y religiosas que conformaron el escenario del relato de la Pasión, dotando a su exposición de una intrigante trama argumental que entretiene a la vez que instruye, sin caer ni en el exceso de erudición, ni en la superficialidad. Éste es probablemente el aspecto más distintivo y original de «Crucifixio», que puede contribuir decisivamente a que el gran público comprenda en toda su complejidad la Pasión de Nuestro Señor.
Si la muerte de Cristo presenta enigmas, es de suponer que también la Resurrección planteará una serie de interrogantes…
Efectivamente, y esos interrogantes son los que intentamos responder en la segunda parte de Crucifixio, en un libro titulado Resurrectio: el sepulcro vacío de Jesús de Nazaret, también a la venta.
Los dos libros están disponibles a la venta en Ebay, pinchando en los títulos: Crucifixio, Resurrectio
8 comentarios
Aunque lo que cayera fuera el sagrado ‘Sabbath’. Otro claro indicio histórico de que algo extraordinario sucedió en aquella mañana del domingo es que la primitiva comunidad cristiana, a pesar de estar formada por judíos, cambió sorprendentemente el sagrado ‘Sabbath’ por el primer día de la semana, el Domingo”.
La respuesta es simple: no lo precisa. Quiso hacerlo de ese modo, pudiendo hacerlo de una infinidad de formas diferentes, porque es Omnipotente.
Obviamente, de esa manera Dios nos ama y nos muestra su amor de un modo que al menos a nuestra corta imaginación le parece insuperable: "Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su único Hijo".
Igualmente nos muestra con ello la gravedad del pecado, y su contracara, que es la Santidad de Dios, que es una de las cosas que más nos cuesta comprender.
También, como que Dios no quiso vencer el mal solamente, por así decir, desde arriba y desde afuera, sino que quiso hacerlo pasando por la muerte en la Cruz, y venciendo justamente ahí donde parecía que había sido vencido.
Desde entonces, todo aquel que sufre puede contar con que Dios está cerca de él.
Y también, de ese modo le puso a la fe cristiana un sello de autenticidad único, porque lo último que se le ocurriría inventar a un inventor de Mesías es un Mesías crucificado.
Al mismo tiempo, deja claro que sin fe sobrenatural es imposible participar en la Salvación: hay que creer en un Dios hecho hombre, crucificado y muerto.
Y también, la Cruz hizo posible el milagro de la Resurrección.
El mismo carácter misterioso de todo ello es una garantía de que no lo hemos inventado nosotros, porque nuestras invenciones no pueden tener secretos para nosotros mismos.
Saludos cordiales.
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