Jaime Solá: “Muchos sacerdotes han dejado de buscar el Reino de Cristo y van detrás de la añadidura”

Jaime Solá es abogado y director de la editorial NOTICIAS CRISTIANAS, [email protected], que tiene la particularidad de ofrecer todos sus libros de manera gratuita, buscando únicamente la gloria de Dios y la salvación de las almas, dos nobles ideales que van indisociablemente unidos.

En esta entrevista analizamos su libro EL CELO POR LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS. Un libro muy necesario, ya que para Jaime Solá este celo ha disminuido de manera evidente. La prueba está en la sociedad. Muchos abuelos conservan la fe, sus hijos apenas practican, y los nietos viven ya en un ateísmo práctico. Por gracia y misericordia de Dios no es su caso, ya que él trasmitió bien la fe a sus hijos y tiene un nieto seminarista estudiando en Roma con los Legionarios de Cristo y otro nieto muy sensibilizado con la labor misional de la Iglesia en los países de pobreza extrema.

¿Por qué un libro sobre el celo por la salvación de las almas?

Un libro es sólo un instrumento del que puede servirse Dios para que, al leerlo, el hombre se decida a cooperar a su propia salvación. Dios nos ha librado de la muerte, pero hemos de querer salvarnos. Y pocos piensan en su salvación…El libro pretende que los católicos se convenzan de que es necesario hacer apostolado para la salvación de las almas. Es lo prioritario…

Pero, para la fe cristiana, ¿no es lo primordial que con su vida el hombre dé gloria a Dios?

Es cierto, pero Dios ha unido ese fin primario con nuestra felicidad eterna, que eso es la salvación. Van siempre unidos estos dos fines.

¿Qué es el celo para la salvación de las almas?

Es el fuego del Espíritu Santo que arde en el corazón de los apóstoles, tipo Pablo, Francisco Javier, Bosco, Claret… Lo tienen los apóstoles poseídos de los dones del Espíritu, especialmente los de la Sabiduría y de la Fortaleza.

¿Y estos apóstoles, dónde los ve usted, aquí y ahora?

Escasean en este primer mundo, pero conozco misioneros que trabajan en África y en América del Sur que, creo, están en la línea de los santos que le he nombrado.

¿Por qué esta carencia en el primer mundo?

Creo que nos hemos dejado imbuir de graves errores: que todas las religiones son buenas, que todas conducen a Dios y a la salvación, que lo importante son las obras de misericordia materiales…Si eso fuera así, ¿erraron los sacerdotes y obispos los siglos pasados al predicar el Evangelio? Si no es menester hacer apostolado, no vale la pena hablar de celo. Quizá también sería superfluo mantener el Orden Sagrado si todo se reduce a lo que los laicos ya podemos hacer: obras sociales. El ejemplo de Jesús es lo que vale: curaba, pero por encima de todo buscaba el bien del alma, el perdón de los pecados. Y nos mandó ir al mundo entero a proclamar el Evangelio. No dijo que los paganos podían seguir adorando a sus falsos dioses. Esta es una razón de la carencia; hay otras.

¿Usted piensa que aquí se ha perdido el celo por las cosas de Dios?

Ha disminuido, es evidente. La prueba está en la sociedad. Muchos abuelos conservan la fe, sus hijos apenas practican, y los nietos viven ya en un ateísmo práctico. Otra de las causas de esa crisis es que los cristianos, especialmente los sacerdotes, se han entregado a la añadidura y han dejado el reino de Cristo. Y ahora nos vamos quedando sin Reino y sin añadidura. Al no tener vocaciones, toda la añadidura de los bienes terrenos, (conventos, colegios, residencias, hospitales) va pasando a manos profanas. Es la consecuencia de la falta de celo.

¿Es algo así como lo que dijo Jesús a los cambistas: “Quitad esto de aquí, no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”?

Exacto… Ayer recibí la visita de un sacerdote que es rector de ¡veinte parroquias! Su tiempo, tan precioso, tiene que destinarlo a reparar templos y ermitas. Le hice esta reflexión: no se hizo usted sacerdote para reparar inmuebles, sino para la salvación de las almas. ¿Qué tiempo cree usted que le queda para las almas, después de atender a las pertenencias de veinte parroquias? Es lo que decía usted de los cambistas. Ellos habrían podido replicar a Jesús “es que si no cambiamos las monedas no se podrán hacer las ofrendas” o “Es que si se nos caen los templos no podremos practicar”, me dirá el cura. Pero, ¿quién va a practicar si no hay celo? Justificación siempre la hallaremos, si nos conviene. ¡Claro que se tienen que conservar los templos y ermitas! pero en su lugar; primero cuidar las almas.

En su libro CELO POR LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS, ¿desarrolla estos temas?

Sí, aunque espero completarlo con algún otro en preparación. Otra causa podría ser que los consagrados, se han dejado ganar por las cosas temporales; mantienen buenas relaciones con los políticos, aunque sean abortistas, adulan a la juventud creyendo que así la van a conquistar, muestran un miedo enorme a enfrentarse a situaciones difíciles, ocultándolas, y sobre todo temen hablar de las postrimerías del hombre, insisten en la bondad natural, en una paz y esperanzas ficticias. Quizá la gente quede contenta, pero no motiva para cambiar de vida. A mi entender es la forma más grave de añadidura y de olvidarse del Reino de Dios. No se habla con la claridad y contundencia de Jesús.

Entonces, en estos tiempos recios, donde gran parte del clero parece atenazado por la presión de lo políticamente correcto, el laico, el seglar, tiene una gran responsabilidad de difundir la sana doctrina con valentía y vivir con coherencia.

Totalmente de acuerdo. Tenemos que decir nosotros lo que los consagrados no pueden o no consideran prudente decir. Es posible que algunos de éstos teman por su promoción eclesial. Es realmente la “hora de los laicos”, como dijo Tomás Morales. El celo por la salvación de las almas es ahora, más que nunca, responsabilidad de los laicos. Los sacerdotes, por un lado cada vez menos y por otro con una consideración social muy disminuida, dejan paso a que la acción del Espíritu Santo para la conversión de los hombres se traslade en gran parte al laicado.

¿Qué ha hecho usted para que los sacerdotes y obispos conozcan al menos la opinión de un laico?

He enviado el libro, gratuitamente, a todas las parroquias de los arzobispados de Madrid y de Barcelona y a los 119 obispos de España, incluidos los eméritos, y a los seminarios.

Para terminar, dígame algo sobre la editorial Noticias Cristianas.

Es una iniciativa editorial de laicos, creada hace ya más de veinte años con el objeto de ofrecer libros para fomento de la piedad cristiana. No pertenece a ningún grupo o asociación. Somos conscientes de que el amor a Jesús y a su Santa Madre nos exige toda clase de esfuerzos para la salvación de las almas. Llevamos publicados unos 180 títulos distribuidos básicamente por España y América. Además del castellano, se han hecho ediciones en catalán, inglés, francés, portugués, polaco, sueco, ruso, croata, ruandés y hasta en chino. Distribuimos a través de difusores, la mayoría también laicos.

Javier Navascués Pérez

10 comentarios

  
Anselmo Enrique Roel Mariño.
Hoy hay crisis de santos. Empezando por los sacerdotes y los consagrados. Totalmente de acuerdo con Don Jaime Solá. Hemos cambiado la búsqueda del Reino de Cielos por la búsqueda de reino de las añadiduras. Seamos santos. Busquemos la santidad. Y que fray ejemplo sea nuestro primer apostolado...
30/09/19 7:37 AM
  
Manuel Aromir
Jimmy, gracias!, excelente libro e intuiciones!. Lo que creo es que la criáis vocacional tiene su origen y fundamento en la crisis de la familia Cristiana, la familia es el futuro de la humanidad, decía san Juan Pablo II. Matrimonios y Familias santas traerán santos a la sociedad
30/09/19 8:12 AM
  
Miguel Hinojosa
Aunque es un tema muy complejo. Yo creo que una las actuales causas que nos han llevado a la situaciòn actual es la falta de formaciòn en las parroquias y profundizaciòn de la fe que se tenìa que haber hecho hace tiempo y que hoy en dìa tampoco se hace.

Hecho de menos alguna conferencia, charla, debate sobre el lugar que ocupa Dios dentro de la Ciencia por poner un ejemplo.

Otra causa el haber reducido la fe a asistir solamente los Domingos y fiestas de guardar a misa.

La poca facilidad y disponibilidad de los sacerdotes. Lo mismo para confesar, que para celebrar misa, exposiciòn del Santìsimo o lo que sea.

En mi parroquia sin ir màs lejos. Solo hay una misa diaria a las siete de la tarde. Una mala hora que te pilla en mitad de la tarde. Y que no puedes ni salir hacer un poco de deporte pensando que tienes que estar pensando en volver para ir a misa.




30/09/19 10:39 AM
  
PEDRO
Los libros, que importantes son para obtener referentes para seguir caminando y optar por el camino Verdadero. Pero luego, lo que realmente tienen valor inmenso es la Oración, la intensa, la constante, como las olas de una playa. Y aceptar nuestra Cruz.

Recuerda Ud., mi buen amigo, la vida de San Maximiliano Kolpe, clérigo franciscano conventual polaco y asesinado por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial, que dirigía unas imprentas descomunales para la época, de las cuales salian cientos de miles de hojas o librillos religiosos. Pero Dios prefirio su " martirio o santidad ", en el campo de concentración, en una choza de ladrillo y hojalata con otros condenados a muerte. Su vida la ofrecio por amor y a cambio de una persona con familia que rogaba que no le mataran. Y convirtio - mientras remataba su vida de ofrecimiento y Cruz - a los que le acompañaban en ese pequeño y miserable reducto, y "ofrecio su vida como su sufrimiento con el CRUCIFICADO. Dios cambio radicalmente su vida, y Maximiliano la acepto, pero esta vez para la ETERNIDAD. Y que incontables gracias logro para la salvación de muchisimas almas.

Pidamos - si me permite - a San Maximiliano Kolpe, su especial bendición por nosotros, y para la dirección y los trabajadores/ colaboradores de Infocatólica. Amén.
30/09/19 11:48 AM
  
Jimmy

No hay vocaciones por que falta Santidad en las familias y en los sacerdotes, consagrados y consagradas.
30/09/19 1:17 PM
  
Leticia C.
El cardenal Sarah, en su último libro, describe como una de las crisis del sacerdocio el estar a muchas cosas y haber perdido lo esencial: “la oración, nuestro deber de enseñar, de santificar y de conducir hasta Dios al pueblo cristiano y a todos los que buscan al Señor.”
El Papa también habla en la Evangelium Gaudium de que es preciso una conversión pastoral, y apela a que esta renovación de la Iglesia se debe realizar recuperando la fidelidad a la propia vocación.
Creo que “la hora de los laicos” ha sido siempre en tanto que todos estamos llamados a ser apóstoles y a ser santos, pero más que nunca creo que también es la hora urgente de que los sacerdotes recuperen la fidelidad a su vocación. Y recuperen, como pastores que son, ponerse a la cabeza .
Hay que estar en el puesto que nos toca, donde Dios nos ha llamado y nos llama a cada uno.
Los apostolados se han convertido en una carta de menús donde uno escoge qué le gusta más o le puede realizar más. Y si no gusta el menú, se lo hace a su medida. Los exhibimos de forma pornográfica y, finalmente, si no vemos los resultados que esperamos, los abandonamos. Hacemos de nuestras obras algo más nuestro que de Cristo, por eso confiamos más en las estrategias que en la oración; hacemos previsiones numéricas y cuando no da los frutos que esperamos los damos por errados. ¡Pero Cristo sigue clamando ahí fuera en tantas almas!. Hay que salir a darse en un encuentro personal, por encima de uno mismo, sin descentrarnos en satisfacer nuestros egos ni esperando más triunfo que el del Corazón de Jesús reinando en todas las almas. Porque cuando Cristo es el centro, la victoria –que es sólo suya- está garantizada. El apostolado requiere de una exigente y profunda vida de oración que nutra nuestras acciones del deseo profundo y sincero de que hacer todo y sólo por ser instrumentos para que Él reine. Todo lo demás, es puro activismo.
Y alguien ha de estar al frente para no dejar de llamar a esa exigencia de ser contemplativos. Con alegría y firmeza. Y desde el ejemplo de lo que ha de ser una entrega radical al servicio del Evangelio. Sin miedo y sin desánimo, haciendo propias las palabras de San Pablo: TODO lo puedo en Aquél que me conforta.
Creo que entonces, la familia se robustecerá y dará como fruto nuevas vocaciones a la Iglesia.
30/09/19 4:55 PM
  
Luis Piqué Muñoz
Dice la Creo Constitución Lumen Gentium que el Hombre ha sido la Unica Criatura que Dios ha amado por sí mismo (!?) y luego habla de que el Hombre debe Buscar al Hombre(!?) Desde el Concilio ¡Ay! se Busca al Hombre, No a Dios, se reemplaza al Hombre por Dios ¡se Convierte al Hombre en Dios ¡pero No como Cristo que vino al Mundo para que el Hombre fuera Dios! Se cambia el cristiano sois Dioses por el Luciferino seréis como Dioses ¡No se adora a Dios sino al Hombre que ocupa su Lugar, la Iglesia moderna ¡el Hombre moderno! ¡Ay! no Cree en el Espíritu, sólo Cree en la Materia! De ahí que Hoy la Iglesia sólo haga Obras Sociales y se olvide del Amor y Adoración a Dios ¡No Busca Evangelizar sino sólo la Necesidad! ¡Ay! ¡Los Ultimos Tiempos! ¡El Padre de la Mentira! ¡Viva el Papa! ¡Viva la Iglesia! ¡Viva Dios!
30/09/19 6:43 PM
  
jk
Si los sacerdotes se avergüenzan de predicar, de la evangelización, de usar sotanas, de la liturgia, de la tradicion catolica, de la historia de la Iglesia, de mencionar a Cristo, de creer en los milagros, de la historicidad de las sagradas escrituras, de la musica sacra, etc entonces ¿que se puede esperar del pueblo catolico con esta clase de sacerdotes? ¡Si con sacerdotes de este tipo hasta uno que trata de ser un fiel catolico le dan ganas de dar la vuelta y largarse!
30/09/19 8:12 PM
  
Vicente
Primero el Reino de Dios, la añadidura ya nos la dará el Señor si quiere después.
30/09/19 8:14 PM
  
sergeiles
11
01/10/19 9:00 AM

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