El 13 de mayo, en el Valle de Josafat...
Una Misa al aire libre bajo los muros de Jerusalén. En aquel trecho del valle del Cedrón que – según la tradición – es el valle de Josafat (foto), es decir, el lugar donde al final de los tiempos Dios “congregará a todas las naciones y entrará en juicio con ellas” (cfr. Joel 4, 2). Este momento es, probablemente, la novedad más significativa del programa del viaje de Benedicto XVI en Tierra Santa, oficializado por la Sala de Prensa vaticana.
El martes 13 de mayo a las 16.30, el Papa presidirá su única Misa pública en Jerusalén. Y lo hará – de hecho - en este lugar muy lleno de significados. El Valle del Cedrón se extiende al abrigo de la Ciudad Antigua y toma el nombre del torrente homónimo que en un tiempo corría allí. El valle desciende hasta el desierto de Judá en lo que políticamente es hoy Jerusalén Este; pero el trecho en el que se encuentra el área donde Benedicto XVI presidirá la Misa es precisamente el central, entre el Monte del Templo y el Monte de los Olivos.
Es la zona que, quien haya estado en Jerusalén, recuerda por los grandes cementerios: el judío, con las tumbas blancas sin flores sino sólo piedras, según la tradición hebrea; pero, a poca distancia, están también las tumbas musulmanas y el pequeño cementerio cristiano. Se trata de una colocación ligada precisamente al pasaje del profeta Joel: los habitantes de Jerusalén se hacen sepultar allí porque éste será el lugar del juicio final. Para la tradición cristiana, sin embargo, este lugar es importante también por otro motivo: ciertamente, por allí ha pasado Jesús en la noche de la Pasión. Para ir desde el Cenáculo, lugar de la Última Cena, hasta Getsemaní, lugar donde oró al Padre antes de ser entregado en las manos de aquellos que habrían de crucificarlo, el Maestro y los discípulos debieron haber recorrido forzosamente este tramo del valle del Cedrón.
La Misa que el Papa celebrará allí, por lo tanto, será el momento del viaje en el que se hará memoria de la Pasión. El lugar donde se realizará la celebración es, en realidad, un terreno bastante pequeño que será arreglado para la ocasión. No se tratará de un evento masivo: los lugares disponibles serán solamente cinco mil. Por lo tanto, participarán muchas menos personas que las cincuenta mil esperadas el jueves 14 en Nazaret, para la Misa en el Monte del Precipicio. Pero la celebración eucarística de Benedicto XVI en el valle de Josafat será, de todos modos, uno de los momentos más sugestivos de la peregrinación en Tierra Santa. De hecho, será la primera vez que un Papa celebrará una Misa en un espacio abierto en Jerusalén: tanto Pablo VI en 1964 como Juan Pablo II en 2000 habían presidido sus solemnes concelebraciones en el interior de la Basílica del Santo Sepulcro.
Por lo tanto, se tratará de un momento de particular significado para la comunidad cristiana de la Ciudad Santa. Además, será también un rito que quedará impreso en la memoria debido a las imágenes: el Papa celebrará teniendo a sus espaldas la forma dorada de la Cúpula de la Roca – musulmana-, las piedras blancas de las tumbas del cementerio hebreo y la basílica cristiana de Getsemaní. Junto al espectáculo inigualable de los muros de Jerusalén a la puesta del sol.
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Fuente: La Vigna del Signore
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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