África y la forma extraordinaria
Presentamos esta noticia sobre la óptima aplicación de Summorum Pontificum y, más en general, de la visión litúrgica de Benedicto XVI, en una diócesis de Benín, país que será visitado por el Papa en noviembre del próximo año.
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El obispo Pascal N’Koué (51 años) de Natitingou, en Benín, ha celebrado la Misa antigua desde octubre de 2003 en su diócesis. Así puede leerse en su informe con ocasión del tercer aniversario del histórico Motu Proprio Summorum Pontificum.
Mons. N’Koué estudió en la Academia Diplomática Vaticana en Roma, a principios de los años noventa. Finalmente, fue activo como secretario de la Nunciatura en Panamá hasta su nombramiento como obispo diocesano. La ciudad de Natitingou, de 76000 habitantes, está ubicada en Benín noroccidental – no lejos de la frontera con Togo.
El Papa ha pedido a todos los obispos del mundo que realizasen un informe acerca de la Liturgia antigua en todas las diócesis. El autor del informe de la diócesis de Natitingou es el P. Denis Le Pivain, originario de Francia. Pertenece a la Sociedad Sacerdotal bi-ritual Totus Tuus. El informe fue publicado en el semanario de la diócesis de Natitingou.
Los enemigos de la Misa antigua tienen corazones envenenados
El informe explica que el antiguo Rito y la nueva Misa pueden existir juntos pacíficamente, y enriquecer el uno al otro. Los conflictos son generados por corazones enfermos y envenenados y por ideologías estrechas de mente. No hubo ningún inconveniente con ocasión del Motu Proprio en la diócesis de Natitingou.
El antiguo Rito mueve a los fieles por sí mismo
El informe explica que la Misa antigua es una oportunidad, especialmente para el clero joven de la diócesis.
El rito tradicional permite al sacerdote apreciar mejor el altar, el silencio sagrado, el misterio, las señales de la Cruz y las genuflexiones. El sacerdote también comprende mejor la celebración de cara a Dios, que el celebrante y los fieles miran juntos a la Cruz.
La Misa antigua permite una mejor comprensión de la nueva forma de celebrar la Eucaristía [Novus Ordo]. Muchos sacerdotes han comenzado a aprender la Misa antigua, sin ninguna presión por parte del obispo.
Allí donde las rúbricas de la Misa son interiorizadas, la Liturgia misma toca a los fieles con su belleza y profundidad. Entonces, ya no es necesario luchar para alcanzar el sentido del misterio, de lo santo, del culto, de la Majestad de Dios, o la participación activa en la Liturgia.
El antiguo Rito se corresponde con la mentalidad africana
El Canon Romano y los gestos litúrgicos en el Rito antiguo son más cercanos a la religiosidad y al sentir africanos – dice el informe.
“Es mi deseo que un día todos los sacerdotes sean capaces de celebrar en ambas formas”, explica el obispo.
Cita algunos ejemplos para el enriquecimiento del Novus Ordo. Por ejemplo, en Adiento y en Cuaresma, el sacerdote podría celebrar de cara al Señor. Esto vuelve la atención sobre el Misterio de la Cruz. El celebrante y el coro desaparecen ante la consideración de Dios. Mons. N’Koué explica que no está mandado en las rúbricas que desde el ofertorio se celebre de cara a los fieles.
También desea más latín en la Misa, y querría evitar instrumentos y música profanos. En su lugar, debería haber cantos gregorianos.
El obispo ha pedido a los sacerdotes que usen el Canon Romano los domingos y los días festivos. Esto facilitará su inculcación. Antes de dar la Comunión, el celebrante debe hacer la señal de la Cruz con la sagrada Hostia.
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Fuente: The Eponymous Flower
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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Eucaristía y evangelización de las culturas
78. De todo lo expuesto se desprende que el Misterio eucarístico nos hace entrar en diálogo con las diferentes culturas, aunque en cierto sentido también las desafía [cf. Relatio post disceptationem, 30: L’Osservatore Romano (14 octubre 2005), p. 6]. Se ha de reconocer el carácter intercultural de este nuevo culto, de esta logiké latreía. La presencia de Jesucristo y la efusión del Espíritu Santo son acontecimientos que pueden confrontarse siempre con cada realidad cultural, para fermentarla evangélicamente. Por consiguiente, esto comporta el compromiso de promover con convicción la evangelización de las culturas, con la conciencia de que el mismo Cristo es la verdad de todo hombre y de toda la historia humana. La Eucaristía se convierte en criterio de valorización de todo lo que el cristiano encuentra en las diferentes expresiones culturales. En este importante proceso podemos escuchar las muy significativas palabras de san Pablo que, en su primera Carta a los Tesalonicenses, exhorta: «examinadlo todo, quedándoos con lo bueno» (5,21).
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