Piden que los Patriarcas Orientales puedan entrar por derecho al Cónclave
Son muchas las cuestiones de importancia que están surgiendo en la Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos que con gran solicitud pastoral convocó Benedicto XVI y que se está celebrando en estos días en el Vaticano.
La realidad peculiar de Oriente Medio hace que, en este Sínodo, por primera vez la mayoría de los prelados sea oriental y no de tradición latina. Debido a esto, junto a las muchas cuestiones propias de la región, surgen también otras relacionadas con la vida de las Iglesias Orientales y su inserción en el contexto de la Iglesia universal.
Es por esta razón que algunos han pedido encontrar un procedimiento que pueda agilizar las formalidades de los nombramientos episcopales, de acuerdo a la tradición oriental. Otros han mencionado que hace falta buscar que los fieles orientales en la diáspora puedan salvaguardar las tradiciones de su rito. Otros, finalmente, han hablado de la necesidad de que los Patriarcas tengan jurisdicción sobre sus fieles aún fuera del territorio patriarcal.
Un pedido especial, aunque ciertamente no nuevo, ha venido de Mons. Vartan Boghossian, Obispo de San Gregorio de Narek en Buenos Aires de los Armenios, Exarca Apostólico para los fieles armenios residentes en América Latina. ¿Qué ha pedido Mons. Boghossian? Que los Patriarcas de las Iglesias Orientales católicas puedan entrar por derecho en el cónclave para elegir al Sumo Pontífice.
La cuestión de la precedencia entre los Patriarcas y los miembros del Colegio Cardenalicio fue una cuestión debatida en el concilio Vaticano II. El Papa Pablo VI, en su Motu Proprio Ad purpuratorum patrum del año 1965, estableció que los Patriarcas orientales que fueran llamados a formar parte del Sacro Colegio mantendrían el título de su sede patriarcal y serían contados en el orden de los cardenales obispos.
Pero lo que ha pedido Mons. Boghossian en el Sínodo, y que es compartido por muchos en Oriente, es precisamente que “los Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas, por su identidad de Padres y Jefes de Iglesias «sui iuris» que componen la catolicidad de la Iglesia Católica, deberían ser miembro ipso facto del Colegio que elige al Sumo Pontífice sin necesidad de recibir el título latino de Cardenal”. Es decir, que junto a los miembros del Colegio Cardenalicio, una institución típicamente latina, entraran también en el Cónclave los Patriarcas de las Iglesias Orientales. Se trata de una cuestión muy sentida en Oriente y a la que alguna vez hizo referencia, con gran comprensión de la situación, el entonces cardenal Joseph Ratzinger.
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22 comentarios
Aunque creo que debería implementarse un nombramiento cardenalicio de los Patriarcas Orientales, como miembros permanentes del colegio Cardenalicio por sus implicancias para el mundo oriental.
Que el Papa tome la decisión correcta, y que le asista el Espíritu Santo.
Pueden ser pasos decisivos en la unidad y en la aceptación del primado de Roma (valga la redundancia).
Efectivamente, en el caso de que se realizara algo así, pienso que también los Arzobispos Mayores serían integrados ya que, en definitiva, la función es la misma aunque por, algunos motivos (muchas veces ecuménicos), no se los denomine Patriarca. Es el caso, por ejemplo, del Arzobispo Husar (el cual es cardenal).
Marco:
Pienso que la idea del Papa Pablo VI era, precisamente, que tarde o temprano los distintos Patriarcas de las Iglesias Orientales fueran nombrados cardenales. El problema real, tal como dice Hermenegildo, es precisamente que muchos de ellos no quieren la dignidad cardenalicia. Y tiene su sentido su pensamos que el cardenalato es un título de la Iglesia latina y que es posterior a la institución del patriarcado. Por eso siempre está "en el aire" esta idea de que los Patriarcas puedan ingresar al cónclave en razón de su dignidad patriarcal y no por la creación cardenalicia.
"Nacido en Siria, en 1930, el patriarca Daoud consiguió, en 1964, la licencia en derecho canónico en la Lateranense, antes de ser elegido obispo de El Cairo y luego de Homs, en Siria. Mañana será uno de los dos nuevos cardenales que no recibirán las vestiduras de ritual «por consideración hacia las Iglesias orientales».
--¿Podemos también sustraernos al trato de respeto: beatitud o eminencia?
--Ignace Moussa I Daoud: En mi caso, el nombramiento cardenalicio sigue siendo un título honorífico. He hablado con la Secretaría de Estado vaticana y con los responsables de protocolo y se han mostrado de acuerdo con mi interpretación. Por ello, el Santo Padre no me entregará mañana el birrete cardenalicio sino sólo la bula con el nombramiento y por tanto podré seguir vistiendo mi túnica de patriarca.
--Existe el precedente del patriarca-cardenal maronita Nasrallah Sfeir.
--Ignace Moussa I Daoud: El patriarca Sfeir ha encontrado otra solución, poniéndose sólo de vez en cuando la vestimenta cardenalicia. La mía en cambio es una vuelta a las más puras tradiciones orientales. Una opción compartida también por el patriarca de Alejandría, Stephanos Ghattas. La Curia romana, tras haber escuchado nuestras motivaciones, se ha convencido y ha decidido concedernos una especie de precedencia. El patriarca Ghattas será llamado el primero, por orden alfabético y por antigüedad patriarcal, para recibir la bula, luego le seguiré yo. Por consideración hacia las Iglesias orientales, según nos han dicho."
Es que, además, en el pasado hubo cardenales seglares, cosa que el actual CIC impide.
En algunas ocasiones, cuando el Papa decide crear cardenal a un presbítero mayor por sus méritos al servicio de Iglesia, éste suele pedir al Pontífice que lo dispense de recibir la ordenación episcopal, algo que el Papa suele conceder.
De hecho, sólo hay seis cardenales del orden de los obispos, de entre los cuales se elige al Decano y al Vicedecano del Sacro Colegio.
La razón sería la que ha dado el Obispo en el Sínodo: por su identidad de Padres y Jefes de las Iglesias Orientales Católicas. Sería una manera de reconocer la dignidad patriarcal y, por otro lado, de que Oriente esté presente en la elección del Sucesor de Pedro y Pastor de la Iglesia universal. El arzobispo de Chicago, por ejemplo, puede participar en el Cónclave siempre que el Papa quiera concederle la dignidad cardenalicia.
Tampoco se trata aquí de números porque el cónclave no se plantea en términos de representatividad (por ejemplo, muchas veces el Primado de una nación es cardenal aún cuando esa diócesis es mucho menor numéricamente a la más grande del país).
350 § 1. El Colegio cardenalicio se divide en tres órdenes: el episcopal, al que pertenecen los Cardenales a quienes el Romano Pontífice asigna como título una Iglesia suburbicaria, así como los Patriarcas orientales adscritos al Colegio cardenalicio, el presbiteral y el diaconal.
§ 2. A cada Cardenal del orden presbiteral y diaconal el Romano Pontífice asigna un título o diaconía de la Urbe.
§ 3. Los Patriarcas orientales que forman parte del Colegio de los Cardenales tienen como título su sede patriarcal.
De lo que se trata, por parte de los Orientales, es que sean miembros del Cónclave sin que sea preceptivo el cardenalato latino.
Pues que dejen de considerarse, pues no hay razón teológica para ello.
Los que piden ingresar ipso facto al Cónclave, sin formar parte del Colegio Cardenalicio, son los Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas. Ellos sí reconocen el primado universal del Obispo de Roma. Si bien, de acuerdo a costumbres antiguas y venerables, cada una de las Iglesias sui iuris se rige de acuerdo a su propio rito, a sus propias costumbres y leyes, y por lo tanto la intervención directa del Papa en los asuntos de esas Iglesias es menor que en la tradición latina. Pero esto no quita nada al reconocimiento del primado universal del Sucesor de Pedro.
Respecto al título de "Patriarca de Occidente", recordemos que Benedicto XVI, un año después de su elección, decidió suprimir ese título del Anuario Pontificio. En aquel entonces se explicó que este título era poco claro desde el comienzo y "con el desarrollo de la historia se hizo obsoleto y prácticamente no utilizable".
Creo que la importancia radica en que la decisión tomada con las Iglesias Orientales tendrá una repercusión directa en el diálogo con los hermanos ortodoxos.
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