Felipe II (Ludwig Pfandl)
Titulo: Felipe II
Autor: Ludwig Pfandl
Editorial: Áltera
Páginas: 448
Precio aprox.: 25€
ISBN: 9788496840928
Año edición: 2010
La editorial Altera ha tenido la gentileza de enviarme un ejemplar del libro Felipe II, que acaban de editar. Esta biografía del más representativo, quizás, de los reyes españoles fue escrita por el hispanista alemán Ludwig Pfandl, discípulo de Menéndez Pelayo y especializado en el Siglo de Oro español.
Empezaré diciendo que, a mi juicio, una de las grandes ventajas del libro consiste en haber sido escrito hace más de setenta años. Intentaré explicarme: creo que uno de los vicios de nuestro tiempo consiste en confundir los libros con periódicos. Constantemente se editan libros que, en una década, habrán pasado de moda y no se volverán a leer nunca, porque su cualidad prácticamente única es la novedad, al estilo de las noticias de los periódicos. En cambio, el hecho de que un libro se vuelva a editar después de casi un siglo es una clara muestra de que tiene algo sustancial que decir y de que su valor no depende de las modas.
Por otra parte, su traductor, el valenciano José Corts Grau bebió de las obras de Santa Teresa, Vives o Balmes, entre otros muchos autores, y de ellas recibió un lenguaje muy rico y en el que resuena la historia de la literatura española. Es evidente la ausencia (¡bendita ausencia!) de implementaciones, diversificaciones, marketing, reivindicaciones, en base a, a nivel de y otras horrendas palabrejas y expresiones propias del habla actual. En cambio, palabras como trance, latrocinio, pingüe, empero, gleba, tacha, aprestarse, ignominia y muchas otras, utilizadas con naturalidad, nos introducen sin darnos cuenta en el ambiente descrito.
El libro comienza in medias res, como no puede ser menos, porque lo habitual es que el lector tenga ya de este Rey una idea más o menos deformada. En ese sentido, Pfandl recoge en el prefacio un texto que nos muestra la imagen de Felipe II dibujada por la leyenda negra antiespañola. Un rey fanático, tenebroso, que asesinó a varios de los miembros de su familia, incluyendo a una de sus esposas y a su hijo Don Carlos. Adúltero, incestuoso, bígamo, antinatural, corrupto, enemigo del progreso, déspota, sediento de sangre… las acusaciones propagandísticas contra el rey español quedaron fijadas en el concepto que se tiene popularmente de Felipe II en Inglaterra o en Francia, por ejemplo. Y, desgraciadamente, esta imagen también se ha hecho muy común en España, como una idea difusa, pero muy dañina, que se puede encontrar en libros de texto y en la “culturilla general”.
Tras mostrar este escenario en el cual se coloca habitualmente a Felipe II en la mentalidad popular, comienza el libro a describir la realidad, que tiene brillantes luces y también sombras, como no podía ser menos, pero que apenas se parece en nada a la caricatura tenebrosa e inhumana de la leyenda negra. No se trata de un libro apologético ni hagiográfico, sino que intenta simplemente relatar las cosas como sucedieron, describiendo lo mejor posible la persona de Felipe II y su reinado. Y eso basta para que se desvanezcan muchos mitos de la leyenda negra, como una bruma de la noche que no resiste la luz del sol.
El libro describe la vida de Felipe desde que nació en Valladolid, que “era en aquellos días y semanas el centro de España, y España era, a su vez, lo saben en aquel entonces hasta los niños, el centro del mundo”. Sin embargo, sobre todo en los primeros capítulos, tiene que tratar otros muchos temas, especialmente las luchas y políticas de Carlos V, que contribuyeron a configurar el mundo en el que vivió Felipe II. Pfandl es un experto en Carlos V y se nota. También en el plano personal, la relación con su padre marcó profundamente al joven príncipe. El emperador fue, cuando se lo permitieron las ocupaciones del Estado, el mejor preceptor de su hijo, dedicando largas horas a hablar con él sobre los deberes de un Rey, la compleja situación política española, las relaciones maritales, el trato con los colaboradores, etc. De él aprendió el joven Felipe la gran responsabilidad que tiene un soberano y, por lo tanto, la obligación de asegurarse de que todo lo que se hacía en su nombre estuviera bien hecho, sin dar carta blanca a validos y ministros. La misma Santa Teresa recomendaba a las carmelitas que, en caso de necesidad, se dirigiesen al Rey, “que le hallaréis en todo como a padre”.
Vana empresa sería intentar resumir la vida de este Rey en unos pocos párrafos, pero sí conviene señalar que el mejor de los novelistas no se atrevería a incluir en su relato de ficción los acontecimientos, aventuras e intrigas que jalonaron la vida de Felipe II desde que nació: torneos, naufragios, cortejos reales, batallas, luchas de poder entre diversas facciones de la nobleza, conspiraciones, traiciones, espionaje, descubrimientos geográficos, guerras contra el Turco, grandes obras arquitectónicas, complejísimas políticas matrimoniales, disputas dinásticas, tragedias personales, luchas de religión, grandes derrotas y también grandes victorias.
Resulta especialmente interesante el penúltimo capítulo, dedicado a la psicología de Felipe II, porque es el que muestra más claramente la diferencia que hay entre el verdadero rey, religioso, prudente, amante de las ciencias y de las artes, cariñoso y trabajador, y la imagen distorsionada de la leyenda negra. También destaca el capítulo dedicado al Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Este monasterio-palacio, cuya construcción fue una de las mayores ilusiones y deleites del Rey, es un claro signo de la concepción que tuvo Felipe II de su propia misión como monarca: una unión estrechísima entre la religión católica y España, manifestada a través del arte, la cultura y los avances de la ciencia.
Creo que conviene señalar también dos puntos débiles de este libro que, lejos de contrarrestar lo que hemos dicho anteriormente, lo subrayan aún más. El primer punto débil, a mi entender se encuentra en la primera parte de un capítulo, el octavo, dedicado al protocolo de la corte. Al introducir este tema, Pfandl es deudor de una moda de su tiempo, que, como todas las modas, resulta ahora bastante ingenua y anacrónica: es la época de Rudolf Otto y su estudio comparativo de las religiones. Siguiendo esta corriente, el autor interpreta todo lo referente al tratamiento del rey y las normas de protocolo desde categorías como “mito”, “tabú”, tremens et fascinans, etc. que, en su época, parecían el gran descubrimiento que podía explicar casi absolutamente todas las normas y costumbres sociales, pero que hoy resulta bastante ingenuo. El resto del capítulo, sin embargo, resulta interesantísimo, ya que describe el nuevo protocolo borgoñón, introducido en España por Carlos V, que transformó la sencillez de la corte española en un complejo cúmulo de normas protocolarias que envolvían todos los aspectos de la vida del Rey.
El otro punto débil del libro, a mi juicio, coincide con una de sus ventajas. Se trata, simplemente, del hecho de que el autor es alemán. El idioma teutón, sobre todo en textos de tipo histórico o académico, gusta de las frases largas y párrafos consistentes, algo a lo que nos tiene poco acostumbrados la divulgación actual, de estilo más ligero y norteamericano. Por otro lado, sin embargo, el punto de vista alemán del autor supone un aliciente significativo, ya que, intuitivamente, nos ofrece una visión europea y no sólo española y americana de Felipe II, aspectos estos últimos que quizá nos resultan más conocidos.
En conjunto, yo diría que no sólo es un libro interesante, ameno y bien escrito, sino también muy oportuno. Tiene la forma exacta de uno de los vacíos que sufre la cultura general de los españoles actuales. Hace ya demasiado tiempo que dejamos que nuestras ideas sobre la Historia de España las alimenten sus enemigos de antaño, creadores de la leyenda negra. Y no es mejor la ideología de aquellos que, hogaño, consideran el catolicismo como una maldición y un atraso y, por lo tanto, piensan que España, para prosperar, lo que debe hacer es dejar de ser España, olvidando todo aquello que históricamente la unió a la fe católica. Frente a estos prejuicios, no hay nada mejor que procurar el conocimiento de nuestra Historia y, en particular, del Rey Prudente.
Por Bruno Moreno
19 comentarios
Un cordial saludo.
Me enviaron también "Contad los muertos", una novela histórica sobre la batalla de Rocroi, que creo que Altera regala al comprar dos libros. Cuando la lea, ya contaré qué tal está.
Saludos,
Bruno
El Escorial es uno de esos edificios que, a primera vista, no llaman tanto la atención como los castillos del Rey Loco o Chambord. Es necesario conocer primero su historia para captar de verdad su armonía y su profundidad simbólica y religiosa.
Bruno
Me parece una iniciativa muy buena ésta de orientar a través de lecturas críticas a los lectores de Infocatólica. Que cunda el ejemplo entre los demás bloggers.
PAX CHRISTI,
María de la Antigua (en proceso de beatificación) recibió estas palabras del Señor:
"Otros muchos reyes han entrado en el cielo y no ha habido aquella demostración tan conocida; verdad es que en aquella hora entró en el cielo el Rey, mas no fue la entrada la causa de este incendio que viste, sino fue para mostrarle que a su reino, hijo y nietos les había de dar un reino de claridad y llamas de mi divino amor, y éstas encendidas en la fragua del Amor mío de la orden de mi buen Alférez Francisco mediante la Orden Tercera; y aunque la haya en otras partes y provincias, no ha de resplandecer como en España que esta particular merced hice a Su Rey Felipe en agradecimiento de la buena acogida que en él hallaron mis hijos los pobres, de los cuales él no fue rey juez, sino padre, tanto que en llegando a sus oídos nombres de pobres, ya conocían que él era el defensor de sus causas. Ésta es una virtud de los grandes que me lleva el corazón; y así fue ésta una parte de su premio..
Yo levantaré España y le daré cetro y corono sobre todas las provincias del mundo [para] que acabe en ella la grandeza que está comenzada del [por este]fuego de su amor tan celebrado con tan insigne milagro como todos vieron en el cielo. Yo daré a esta obra dichosos fines porque tienen los españoles a mi Madre tan por suya, que por particluar grandeza los llama "hijos de mi seno"; aunque ellos no pidan el favor, Ella mira tanto por el [bien] de todos como si uno solo fuese.
Ya son todos reyes magos que me buscan, y el rey de España no es uno de ellos, sino rey y estrella que me descubre y muestra a los demás y así serán sus hijos y nietos, aunque haya algunos descuidos en alguno de ellos.
España fue la peor en creer, mas no por eso dejó de ser la más firme; y faltando la fe en las demás partes, en ella ha durado y durará siempre.
[...] tengo Yo la obligación de honrar esta tierra y en ella a toda España, porque lo merecen sus príncipes muy de atrás...y los servicios que se han hecho en España a mi Madre es justo que yo los comience a premiar en esta vida"
No lo he leído. Es de Espasa Calpe ¿no?
Además, el autor ha muerto este año. ¿Has leído sus libros sobre Isabel la Católica o Fray Luis de León? Me apetece leer algo sobre ellos y estoy sopesando las opciones.
Saludos.
Me alegro de que el post os haya animado a leer el libro. Por favor, si lo leéis, escribid un comentario contando lo que os ha parecido.
Creo que esos comentarios pueden ayudar a otros lectores, porque cada persona lee un libro con sus propios puntos de vista, sus gustos, sus experiencias propias, etc. y lo lógico es que sus conclusiones sean diferentes. Cuantos más comentarios tengamos sobre el libro, mejor podrán otros hacerse una idea de si es un libro adecuado para ellos o no.
Además, seguro que os fijáis en cosas interesantes que yo no he contado.
Saludos.
Me uno a la recomendación que te hace César. Yo he leido el de Carlos V y Felipe II de F. Alvarez, y a medias ando con Isabel la Católica. Imprescindibles y de gratísima lectura. Particularmente el de Carlos V me dejó impresionado por el sentido del deber y el desgaste del Emperador. Consigue un gran equilibrio en mostrarte al hombre, la familia, los acontecimientos políticos de la éopca, el hombre-rey, de tal manera que te sumerges bien en la historia de esa ápoca sin duda grandiosa.
¿Como hemos acabado en esta mediocridad? es la pregunta que queda siempre cuando lees sobre aquella sucesión de tantos líderes fuertes.
Y un consejo,huid de los libros de Henry Kamen.
Me alegro que se haya creado este espacio en InfoCatólica. Cuando sacasteis las cuatro sugerencias se me ocurrió proponer un espacio para libros-teología,historia,novela,etc.-
Me alegro de no haber sido el ´nico.
Gracias por las recomendaciones de libros. Cuando tenga presupuesto...
Y gracias por tus sugerencias en la encuesta. Lo leímos todo y nada cayó en saco roto, como se puede ver precisamente en este blog. Es imposible poner en práctica todas las sugerencias que se recibieron de los lectores de InfoCatólica (algunas, como siempre sucede, eran contradictorias entre sí), pero todas las tenemos en cuenta.
Saludos.
Gracias por la información. Como le decía a César, los pongo en mi lista.
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