En Alemania se lanzan a derribar el tabú del incesto
Nuevo paso hacia adelante: seguimos avanzando y cada vez tenemos más parte de nuestro cuerpo suspendido en el vacío sobre un precipicio. Un par de movimientos más y ya nos habremos despeñado del todo, que en eso parece consistir el proyecto de la modernidad tardía en que vivimos. En esta ocasión la noticia llega de Alemania y el tema es uno de los tabúes que han acompañada siempre a la humanidad: el incesto.
Leo que el Consejo de Ética de Alemania ha recomendado la descriminalización del incesto entre hermanos después de la denuncia de un hermano y una hermana de Leipzig en protesta porque la ley considera un crimen su relación, legislación que ellos consideran una violación de los derechos humanos. El Consejo argumenta que no es tarea de las leyes el proteger tabúes (una idea para el Consejo de Ética alemán: ¿para cuándo derribamos de una vez ese molesto tabú que continúa criminalizando, en pleno siglo XXI el canibalismo?) y que, dado que el incesto no pone en peligro el orden social, no hay motivo para prohibirlo, pues constituiría un atentado al sacrosanto derecho a la autodeterminación sexual entre adultos.


Un buen amigo me ha regalado un libro titulado “Curas Villeros”, de Silvina Premat, que explica la historia de esos curas que, desde finales de los años 60, ejercen su ministerio en las “villas” de Buenos Aires, asentamientos informales, una especie de favelas, que recogen a los estratos más pobres de la sociedad argentina, con abundante presencia de inmigración paraguaya y boliviana.
Mañana, 6 de noviembre, es la fecha establecida por la Conferencia Episcopal Española para celebrar la festividad conjunta de los 11 mártires ya canonizados y de los 1.512 beatificados, sacrificados en odio a la fe durante la persecución religiosa en España de los años 1934 a 1939. Es una fecha de gran trascendencia para toda la Iglesia, especialmente para la que peregrina en España.