Fortalezas y debilidades de Laudato Si
Tengo la impresión de que la última encíclica del Papa Francisco ha sido poco leída, bastante utilizada selectivamente y masivamente empleada para promover una agenda, en muchos casos, en abierta contradicción con pasajes de la misma. Nada que sorprenda a cualquier observador de cómo funcionan, en nuestros días, las cosas de un supuesto “debate de ideas” reducido a pura propaganda. Hay que reconocer también que la encíclica no ayuda: ni su longitud, ni la amplitud de cuestiones abordadas o meramente apuntadas, ni finalmente el uso de multitud de términos de contenido poco claro y que no se precisan son de ayuda para que los cristianos podamos hacernos un juicio sólido sobre las cuestiones que el Papa, con un estilo más exhortatorio que didáctico, aborda.