Calentando motores para Católicos y Vida Pública
Falta poco para el próximo Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la ACdP y el CEU y programado para mediados de noviembre de este año, y la temática elegida este año no puede ser más urgente: «La libertad de educación: el derecho fundamental que sigue en espera».
Me ha llamado la atención el título, o mejor dicho, la segunda parte del enunciado. Porque de libertad de educación se ha dicho mucho (y por desgracia se ha escuchado mucho menos), pero creo que es un gran acierto el recalcar que es un derecho fundamental, no un capricho, ni una graciosa concesión del Estado, y en consecuencia algo que constituye una obligación para el Estado, pues como ya recordó Hannah Arendt y hoy tiende a olvidarse, todo derecho implica una obligación, son las dos caras de una moneda. La puntilla final, «que sigue en espera», constata la anomalía en que vivimos, pues en efecto, en España la libertad de educación no es plena, sino que se encuentra socavada y condicionada desde diversos frentes y, lejos de mejorar, el Estado parece cada vez más proclive a apretar las tuercas a quienes, familias o instituciones, desean ejercer esa su derecho fundamental. La ofensiva de la ideología de género para adoctrinar obligatoriamente en sus postulados a todos los niños escolarizados es la última muestra de esta triste realidad