El efecto telenovela no es ninguna teoría conspirativa
¿Alguna vez han tenido la sensación de que las películas, las series televisivas, lo que aparece en los medios, parece coordinado para hacer aceptables ciertas ideas y mentalidades y normalizar determinadas conductas? No se preocupe, usted no es un chalado que ve ocultas conspiraciones por doquier. Según Bloomberg Business esa sensación refleja una estrategia muy real.
En el artículo titulado “Luchando contra el Sida y la pobreza con culebrones“, se nos explica cómo funciona esto de las series de televisión. Uno de los ejemplo más destacados es una serie televisiva, en la que trabajó la ahora oscarizada Lupita Nyongo, titulada Shuga. La serie, ambientada primero en Nairobi y luego en Lagos, la capital de Nigeria, presenta “a gente joven y atractiva que se acuestan unos con otros” (por si alguien tiene alguna duda, aquí “acostarse” se emplea en su acepción de mantener relaciones sexuales). Si a usted no le suena y no es africano, es normal. Según Bloomberg Business, la serie “es enormemente popular y llega a 500 millones de personas, principalmente en África“. Georgia Arnold, la directora ejecutiva de la Fundación Staying Alive de la MTV, que produce la serie con los objetivos de “promover el sexo seguro y eliminar el tabú en torno al HIV” ha definido la serie así:”yo diría que es una versión africana de Gossip Girl, pero rellena de mensajes de salud sexual“. Es una manera de decirlo. Otra sería decir que es una serie manipuladora que promueve un estilo de vida promiscuo, individualista, que rechaza todo compromiso y daña a la sociedad, presentando las conductas sexuales, además, de un modo engañoso e irreal, como si todo fuera de un falso color de rosa, eliminadas todas las consecuencias desagradables que adornan este tipo de comportamiento en la vida real.
Un dato para el archivo: la serie está financiada por “donantes", entre los que destaca la Fundación Bill & Melinda Gates.
Este ejemplo sirve al autor del artículo, Brendan Greeley, para explicarnos la importancia y alcance de las series televisivas utilizadas como eficaz medio de cambiar el comportamiento y el modo de entender la vida de la gente. Escribe Greeley que “el fenómeno de la gente que cambia su modo de comportarse al identificarse con los personajes es conocido como el efecto telenovela“. Un efecto que ya se ha testado y verificado en muchos lugares, entre ellos Brasil o Estados Unidos (en el caso brasileño, las telenovelas de la Rede Globo muestran casi siempre mujeres sin o con pocos hijos: sus espectadores empezaron a tener menos hijos también).
Estamos ante un caso muy real de ingeniería social, y como toda ingeniería no puede dejar nada al azar y se esfuerza por medirlo todo. Una de las recientes fichajes para el equipo que diseña los capítulos de Shuga, Eliana La Ferrara, profesora en la Universidad Bocconi y especialista en cuestiones de desarrollo económico y de conductismo, explica que está aplicando rigurosas mediciones al desarrollo de la serie. Nada sucede por casualidad, se mide el impacto de todo: se recogen datos sobre actitudes de la gente y luego se va testando cómo evolucionan a medida que la serie va avanzando, asegurándose de que las actitudes van cambiando o intensificando el mensaje si el cambio no avanza lo esperado. Estos datos, señala, “son cada vez más importantes para los donantes“, que más que donar, “compran” cambios sociales. Incluso el Banco Mundial en su Informe de Desarrollo Mundial 2015 se ha hecho eco de este tipo de trabajo, aunque señala que necesita aún más evidencias para financiar estas iniciativas de manera regular.
Pues ya lo ven, pura ingeniería social en la que, a través del tiempo que dedicamos a distraernos, están experimentando con nosotros y con el resultado de que quienes tienen los medios y la voluntad para ello son capaces de cambiar el modo de pensar y actuar de multitudes.
La próxima vez que le llame la atención la reiterada aparición de un tema, de unos personajes con determinadas orientaciones o formas de vida, ya lo sabe: no es casualidad, es que han decidido que hay que cambiar el modo en que usted y quienes le rodean piensan. Y no, no es una teoría conspirativa.
16 comentarios
Sin embargo, yo nunca he creído que los períódicos y revistas, las emisoras de radiofonía o las cadenas de televisión hagan que la gente "cambie", la sociedad "moderna" es cambiante de por sí: su esencia es el cambio constante generación tras generación (y, si es necesario, de modo traumático y violento), tiene como característica ideológica: manipular la tradición precedente por sistema (el cambio por el cambio de todo lo anterior) y marginar la religión (sacarla fuera de nuestras vidas). Lo único que hacen los medios pseudoculturales, de desinformación y similares es alentar, apoyar y redirigir este cambio en la sociedad "moderna"(de "modus hodiernus") hacia el destino o el efecto buscado, y basta.
Nada nuevo bajo el sol.
¿Solución fácil? El prota no tiene familia, o tiene unas relaciones distantes o superficiales.
No vea usted como influyen en mi país las novelas, son terribles y a mucha gente les gusta. No niego que también las ví antes, y ahora que me doy cuenta, cuantas veces no usé alguna frase telenovelera al dar un consejo, para salir del paso (en lugar de recurrir a la doctrina de la iglesia). ¡Vergüenza mía!.
El primer comentario me recordó los dramas hechos en Corea, que las he visto, y están a años luz de lo que vemos en mi país. Miré 4 y medio (no terminé una), y están muy bien; aunque bueno, tampoco es que exalten demasiado los valores, pero no se ven escenas inmorales ni nada.
Sería muy bueno que por aquí nos recomendaran algunas buenas películas con lecciones morales para ver; yo tengo algunas sugerencias.
Bendiciones.
Los medios modernos no son neutros, no se los puede manipular sin más para la buena causa. Eso ha sido fuente de muchas ingenuidades desastrosas en la historia moderna de la Iglesia.
No se puede utilizar el Nuevo Orden Mundial como vehículo para una Nueva Cristiandad mundial. Algunos han creído que sí se podía, y estamos contemplando los resultados.
Esas estrategias nos llevan a mimetizarnos y por tanto desaparecer. Es justo lo que del otro lado quieren: que nadie desentone, que no haya voces en contra.
Saludos cordiales.
Ciertamente los medios intentan influir en las masas, pero no pueden implantar ideas que no hayan estado allí antes y que la gente no acepte. Un ejemplo clásico es Star Trek. Más allá de la ciencia ficción, Star Trek planteaba la idea de un mundo más igualitario (fue la primera vez que en televisión se presentó una relación amorosa interracial, y en la nave rusos y norteamericanos trabajaban lado a lado).
Eventualmente la gente adoptó la ideología trekky, pero ya estaba sembrada allí desde antes de la Guerra Fría. Por ejemplo, una idea "espacial" que nunca ha cuajado es el idioma universal, ni tampoco el mundo sin dinero, simplemente porque son ideas sin raíces en la sociedad.
Los medios, las telenovelas, la publicidad y las series de televisión sin ninguna duda tratan de influir en el público. Pero no son más que aceleradores de una tendencia que ya existe. Sin televisión, los afroamericanos habrían tardado más tiempo en perder su invisibilidad, pero eventualmente Estados Unidos iba a tener un presidente negro. Los medios no sólo lograron que fuera aceptable, sino también que fuera inaceptable considerar que era inaceptable. Quien quisiera votar contra Obama tenía que encontrar una razón adicional a la raza para hacerlo.
En el caso que aborda el artículo, no cabe ninguna duda que están buscando un comportamiento específico en el público, pero la telenovela no inventó el adulterio ni el Sida, sólo los hizo visibles y eso no siempre es malo. La pregunta sigue siendo la misma antes y después de la telenovela: ¿Qué vamos a hacer al respecto? Bien usados, la telenovela, Cristina Saralegui y la Doctora Polo pueden hacer más bien que mal.
La Iglesia gasta sumas ingentes en mantener estructuras evangelizadoras de enorme costo y dudosa eficacia, y sin embargo es incapaz de promover actividades de este tipo ni estimular a los muchos empresarios católicos en invertir en el negocio de los medios y de la cultura.
Este era poeta, y explica como hay todo un ministerio de creación literaria para dominar a la población del país, y para subvertir a Corea del Sur. Ellos se dedicaban mas bien a novelas, poesía y medios escritos. Pero es posible que ya lo estén haciendo con la radio, puesto que probablemente en Corea del Norte no haya demasiadas teles.
Esto que cuentas se parece muchísimo, solo que aquí se presenta en un sistema mas o menos libre, donde parece que la historia sale así por que si al albur del guionista y en realidas es otro tipo de manipulación de unos pocos ricos, hacia una mayoría con menos recursos.
que hacer y decir lo que está bien o mal, a
ver si le cae una de estas en su puta cabeza https://www.facebook.com/caesaremnostradamus/posts/958481237574230
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