Parte V – Reforma del pensamiento
La reforma del pensamiento, educación o reeducación, comúnmente llamado “lavado de cerebro”, consiste en la aplicación de diversas técnicas de persuasión, coercitivas o no, mediante las cuales cambiar, en mayor o menor grado, las creencias, conducta, pensamientos y comportamiento de un individuo o sociedad, con el propósito de ejercer sobre ellos reconducciones o controles políticos, religiosas y cualquier otro.
En esta entrega analizaremos las técnicas que usa la organización para reformar el pensamiento de sus adeptos, pero para ilustrarlo comenzaremos citando la siguiente publicación de la revista Atalaya:
“Un maravilloso regalo de Jehová”
LA ATALAYA del 1 de mayo de 1996 contenía un estudio a fondo sobre la neutralidad cristiana y cómo equilibrar las responsabilidades cristianas que tenemos con Jehová y con el “César”. (Mateo 22:21.) Se han recibido muchos comentarios de agradecimiento por la nueva información, entre ellos la siguiente carta, escrita por un Testigo de Grecia y dirigida al Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová:
“Quiero expresarles mi más profundo agradecimiento a todos ustedes, queridos hermanos, por el buen cuidado espiritual que nos dispensan. Habiendo pasado unos nueve años en prisión debido a mi fe cristiana, agradezco de verdad las maravillosas reflexiones de La Atalaya del 1 de mayo de 1996. (Isaías 2:4.) Fue un maravilloso regalo de Jehová. (Santiago 1:17.)
”Mientras leía estos artículos, recordé un comentario de un número anterior (1 de agosto de 1994, página 14): ‘Es obvio que ser razonable es una cualidad valiosísima, pues potencia el amor que le tenemos a Jehová’. Sí, hermanos, doy gracias a Jehová por ser parte de esta organización bondadosa y amorosa, que claramente refleja su sabiduría. (Santiago 3:17.)
”La luz más clara de La Atalaya del 1 de mayo ha sido bien recibida aquí en Grecia, especialmente por quienes han pasado varios años en prisión o aún se hallan presos debido a su fe. Gracias de nuevo. Que Jehová los fortalezca con su espíritu para que continúen suministrándonos el valioso alimento espiritual en estos tiempos turbulentos.”[1]
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