La Apologética Católica: Al Servicio de la Verdad, No del Oficialismo (parte 2)
Quiero continuar mi artículo anterior analizando otra argumentación que he visto en las redes sociales de la autoría de Argenis Parral, en donde intenta comprender y justificar el sentido de las palabras del Papa Francisco en su reciente viaje apostólico. Para no hacer una introducción muy larga, por favor léase mi artículo anterior primero, y léase la argumentación completa de Argenis en su perfil de Facebook.
Comienza Argenis:
“A propósito de las recientes palabras del Papa Francisco en su último viaje apostólico a los representantes de otras religiones es importante tener en cuenta que siempre que escuchemos, leamos o estudiemos lo que el Papa dice, debemos hacerlo teniendo en cuenta a quiénes se dirige y bajo qué contexto lo hace, porque no es lo mismo hablar a la Iglesia (como pastor y doctor de los fieles) que hablar a las demás Iglesias y Comunidades eclesiales (ecumenismo) y hablar a los representantes de otras religiones (diálogo interreligioso). En cada una de estas ocasiones el Papa siempre habla con la verdad, pero con un lenguaje adecuado y acomodado a sus oyentes, de ahí que no debemos esperar que hable de la misma manera a todos, sino entender el mensaje sustancial que a todos dirige teniendo en cuenta lo que enseña el Magisterio eclesiástico.”
Antes de continuar reproduciendo su argumentación, aquí es importante matizar varias cosas:
A la verdad no se renuncia:
Es cierto que ajustar el lenguaje para ser comprensible dependiendo a la audiencia a la que se dirige es perfectamente lícito y legítimo, pero también que la verdad siempre la misma, independientemente de la audiencia. Ajustar el lenguaje para ser comprensible no debe comprometer la claridad de la doctrina. El riesgo de que una declaración pública pueda ser interpretada como una equiparación de todas las religiones como igualmente válidas es muy grave, ya que contradice principios fundamentales del cristianismo, como la enseñanza de que Cristo es el único camino hacia el Padre (Juan 14,6).
Las palabras del Papa, especialmente en el contexto de un diálogo interreligioso, no deben dejar margen a confusión sobre esta verdad esencial. Esto es algo, que Papas anteriores han explicado de manera abundante en su Magisterio, he aquí algunos ejemplos:
Juan Pablo II – Encíclica Redemptoris Missio (1990):
En esta encíclica, San Juan Pablo II reafirma la necesidad de evangelizar, subrayando la importancia de no relativizar el cristianismo en el diálogo interreligioso:
“El anuncio de Jesucristo, que es ‘camino, verdad y vida’ (Jn 14,6), cobra su pleno sentido cuando se le propone de manera clara y directa, sin ocultar nada de la verdad revelada por Dios.” (Redemptoris Missio, n. 44).
Juan Pablo II advierte que el diálogo interreligioso no debe diluir la proclamación clara de Cristo como el único Salvador. Resalta que el mensaje cristiano debe ser propuesto en su totalidad, sin comprometer la verdad.
“El diálogo no nace de tácticas ni de intereses, sino de una profunda estima por todo lo que en los hombres ha realizado el Espíritu, que ’sopla donde quiere’ (Jn 3,8). No es una renuncia a la propia misión hacia los no cristianos, ni se deja en suspenso la invitación a aceptar la fe. Al contrario, el diálogo es exigido por una mirada que se dirige hacia la salvación universal.”
(Redemptoris Missio, n. 56)
“No puede haber verdadera cooperación en la obra de la salvación sin un respeto leal a las propias convicciones religiosas. Esto significa que en el diálogo interreligioso no se puede ocultar la verdad revelada ni relativizar el mensaje de Cristo.”
(Redemptoris Missio, n. 55)
Benedicto XVI – Discurso en el Encuentro de Asís (2011):
En un encuentro interreligioso en Asís, el Papa Benedicto XVI defendió el diálogo interreligioso, pero subrayó la necesidad de mantener la verdad de Cristo sin ambigüedades:
“El compromiso por el diálogo no puede implicar indiferentismo religioso ni el debilitamiento de la fe cristiana. Al contrario, este compromiso debe ser una expresión de nuestra convicción de que Cristo, el Verbo encarnado, es el camino, la verdad y la vida, y por lo tanto, el único Salvador del mundo.” (Discurso, Encuentro de Asís, 27 de octubre de 2011).
Benedicto XVI dejó claro que el diálogo entre religiones no debe llevar a diluir o comprometer la verdad de Cristo como único mediador de la salvación, reafirmando que la verdad debe ser preservada en su integridad. Ese mismo principio está presente a lo largo de todo su pontificado, incluyendo cuando hacía referencia al diálogo en entornos ecuménicos: “el diálogo, de cualquier forma se desarrolle —y son y pueden ser muy diversas, dado que el mismo concepto de diálogo tiene un valor analógico— , no podrá jamás partir de una actitud de indiferencia hacia la verdad, sino que debe ser más bien una presentación de la misma realizada de modo sereno y respetando la inteligencia y conciencia ajena.” (Reconciliatio et Paenitentia)
Reitero: el hecho de dirigirse a una audiencia diferente no justifica un mensaje que sea esencialmente incorrecto, como lo es afirmar que todas las religiones conducen a Dios. Si bien es cierto que el lenguaje puede adaptarse según el contexto y la audiencia, esto no implica que la verdad esencial de la fe católica pueda ser relativizada o modificada. El diálogo interreligioso debe promover el entendimiento mutuo y el respeto, pero nunca a costa de diluir la verdad fundamental de la fe cristiana. Adaptar el lenguaje no puede, en ningún caso, llevar a una confusión doctrinal.
No podemos ignorar el hecho de que una audiencia, especialmente no cristiana, no tiene por qué estar familiarizada con las homilías o enseñanzas previas del Papa ni con la doctrina de la Iglesia. Si se emiten declaraciones que no aclaran inequívocamente que la salvación se encuentra en Cristo y en la Iglesia (cf. Extra Ecclesiam Nulla Salus), existe el peligro de que los oyentes entiendan esas palabras como una validación de su religión como camino igualmente legítimo hacia Dios. Por otro lado, tenemos también el escándalo y la confusión entre los fieles católicos que escuchan tales afirmaciones tampoco debe ser minimizado.
Adicionalmente, cuando Argenis afirma que “en cada una de estas ocasiones el Papa siempre habla con la verdad”, se extralimita probablemente de buena fe, pero al mismo tiempo cae en un error evidente pues promueve indirectamente una noción incorrecta de la enseñanza católica sobre la infalibilidad papal. La doctrina de la infalibilidad no enseña que el Papa sea infalible en todas sus declaraciones o actos. Tal afirmación sería una deformación de la verdadera doctrina, y lo que coloquialmente suelo llamar “papolatría” (entendido no en sentido literal, claro está).
El magisterio de la Iglesia es claro al establecer que la infalibilidad papal se aplica solo cuando el Papa habla ex cathedra, por tanto, un católico con una mínima formación doctrinal sabe que no es razonable esperar que el Papa hable siempre con la verdad en todas sus intervenciones informales. A lo largo de la historia, hemos visto ejemplos de Papas que han caído en errores doctrinales o han cometido acciones perjudiciales para la Iglesia, como fue el caso del Papa Honorio I, quien fue condenado póstumamente por sus errores; Juan XXII, que enseñó un error sobre la visión beatífica que luego se retractó; y Liberio o Vigilio, quienes cometieron graves errores en contextos políticos y teológicos. Estos casos muestran que no todo lo que dice un Papa fuera del marco de la infalibilidad puede ser considerado infalible o inmutable.
Continua Argenis:
“El diálogo interreligioso, aunque busca fines comunes y un acercamiento fraterno, también sirve a la Iglesia como un medio de evangelización”
De acuerdo, pero ¿cómo puede ser un medio de evangelización si se da a entender que los otros caminos son igualmente válidos? Si el oyente cree que su camino lo llevará al mismo destino que propone la Iglesia, se pierde la urgencia del mensaje cristiano. Según el propio ejemplo que colocó el Papa Francisco, la diferencia entre ser hindú o ser cristiano es comparable a hablar inglés o español.
Este enfoque no tiene precedentes en la forma en que los santos evangelizaron. San Pablo, cuando habló en el Areópago de Atenas, utilizó el altar al “Dios desconocido” como punto de partida, pero rápidamente presentó a Cristo como el único camino de salvación (Hechos 17,23-31). San Esteban, en su predicación, no les dijo a los judíos que el judaísmo era suficiente para salvarles, sino que proclamó a Cristo, lo cual lo llevó al martirio (Hechos 7,51-60). Estos ejemplos muestran que el diálogo no debe comprometer la verdad de Cristo como único camino hacia Dios.
Luego Argenis cita a Juan Pablo II en Encíclica “Redemptoris Missio”, 55-56, para luego continuar:
“Juan Pablo II dice que en las diferentes religiones se encuentran destellos de aquella verdad que ilumina a todo hombre, aquellas semillas del Verbo de las que hablaron los santos Padres. Estos destellos de verdad son fruto de una intensiva e infatigable búsqueda de la verdad por parte del hombre, cuya verdad sabemos por la Revelación que es Cristo mismo (cfr. Jn 14,6). Entonces, si Cristo mismo es la Verdad y si sólo existe una sola verdad, es claro que aquella verdad presente en las demás religiones procede de Cristo, a Él conduce y sirve como una especie de preparación evangélica. Por lo tanto, si estas religiones tienen un destello de verdad, tienen un destello de Cristo, y si tienen un destello de Cristo, llegaron a Él, aunque imperfectamente, por voluntad del Padre: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió, no lo atrae” (Jn 6,44).”
Así pues, si las demás religiones encontraron un destello de Cristo, es claro que lo hicieron partiendo por diferentes caminos, así como dijo el Papa Francisco, y estos caminos, que las encaminan a Dios, las preparan para encaminarse por aquel único camino que es Cristo y a través del cual se llega al Padre (cfr. Jn 14,6).”
Esto es un claro ejemplo de lo que, en mi artículo anterior, denominé un inútil ejercicio de “gimnasia mental”. Se trata de un intento de hacer malabares con el Magisterio de la Iglesia, dando un salto interpretativo tan exagerado que dejaría pálido al campeón mundial de salto de garrocha.
Comencemos señalando algunas de las falacias presentes en este argumento:
Falacia de la equivocación: Argenis asume que cualquier “destello de verdad” en otras religiones es automáticamente un “destello de Cristo”. Aunque las otras religiones pueden contener elementos de verdad, eso no significa que estas religiones en su totalidad conduzcan a Cristo o que esos “destellos” sean equivalentes a la revelación plena en Jesucristo. El Papa Juan Pablo II, en Redemptoris Missio, reconoce que hay verdades parciales en otras religiones, pero esto no implica que esas religiones estén en igualdad de condiciones con el cristianismo o que conduzcan directamente a la salvación.
Generalización indebida: El argumento generaliza que, porque hay elementos de verdad en otras religiones, entonces estas conducen a Cristo. Este es un salto ilógico. Tener fragmentos de verdad no equivale a estar en un camino de salvación. Juan Pablo II menciona que esos elementos de verdad pueden servir como una preparación para el Evangelio, pero no significa que las religiones no cristianas conduzcan automáticamente a Cristo.
Confusión entre preparación y realización: Argenis confunde la noción de “preparación evangélica” con la “realización” de la salvación. Aunque las “semillas del Verbo” (como lo expresan los Padres de la Iglesia) pueden ser puntos de contacto para el Evangelio, esto no significa que seguir esas religiones sin conocer a Cristo conduzca al mismo destino. La preparación no es equivalente a la plenitud de la revelación en Cristo. El magisterio de la Iglesia es claro en que la salvación viene solo a través de Cristo y su Iglesia (Extra Ecclesiam Nulla Salus).
Falacia de composición: El hecho de que algunas religiones posean ciertos aspectos de verdad no significa que el conjunto de la religión en su totalidad conduzca a Cristo. La verdad presente en algunas religiones es fragmentaria y no suficiente para la salvación. Sólo a través de la plenitud de la revelación en Cristo se alcanza la salvación, y esto es algo que Argenis omite en su argumentación. Tomemos un ejemplo sencillo: Si yo hago un batido con agua, vitaminas y veneno, no puedo decir que ese batido es un camino que conduce a la salud, porque estaría atribuyendo al batido los efectos de algunos de sus elementos, pero en su conjunto, el efecto es otro. Razonando de ese modo podríamos llegar a la conclusión de que los israelitas podrían haber alcanzado la salvación si hubieran continuado adorando al becerro de oro. Del mismo modo, sería irracional suponer que alguien puede salvarse perseverando en la adoración de Shiva en el hinduismo. La Escritura es clara al condenar la idolatría, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. El becerro de oro fue una manifestación explícita de idolatría que apartó al pueblo de Dios, y del mismo modo, cualquier forma de adoración que no esté dirigida al único Dios verdadero no puede conducir a la salvación. Adorar falsos dioses es un camino que no lleva a la vida eterna, sino a la separación de Dios, y creo que está meridianamente claro que los dioses del hinduismo no son el mismo dios que Yahveh.
En resumen, Argenis malinterpreta la enseñanza de Juan Pablo II al confundir “destellos de verdad” con “camino de salvación”, y pasa por alto la distinción entre la verdad parcial presente en algunas religiones y la plenitud de la verdad en Cristo, que es necesaria para la salvación.
Entiéndase además que un “destello” de verdad, solo puede ser considerado como una “preparación", no un “camino” que conduce a Dios, porque lo último es esencialmente pelagianismo al pensar que el hombre, por sus propias fuerzas y solo por algunos destellos de verdad puede por sí mismo llegar a Dios.
Argenis afirma:
“El Papa (Juan Pablo II) habló de las religiones no cristianas y del cristianismo como un fenómeno universal, sin equiparar el cristianismo con las demás religiones en valor o dignidad (cosa que tampoco hizo Francisco al mencionarlas conjuntamente). Más bien, destacó que las religiones son fruto de una búsqueda de la verdad, la cual se encuentra diseminada en ellas, y que esas semillas de verdad tienden, en última instancia, hacia el cristianismo”.
Aquí hay un claro intento de desviar la atención. Argenis comienza correctamente señalando que Juan Pablo II no relativizó el mensaje cristiano, pero luego, de manera superficial y entre paréntesis, desliza la afirmación de que “Francisco tampoco lo hizo”. Esta táctica parece esperar que los lectores, al estar de acuerdo con la primera parte, acepten automáticamente la segunda sin cuestionarla. El problema, sin embargo, es que hay una diferencia fundamental entre reconocer “semillas de verdad” en otras religiones y afirmar que estas religiones son caminos válidos que conducen a Dios. Mientras que la primera afirmación se alinea con el magisterio de la Iglesia, la segunda es una distorsión peligrosa que lleva al relativismo religioso. La distinción es crucial: las semillas de verdad pueden preparar el terreno para el Evangelio, pero no pueden ser equiparadas con los caminos que llevan a la salvación, que solo se encuentran en Cristo y su Iglesia.
Sigue Argenis:
“Esta búsqueda que ha tenido más o menos éxito de la que el Papa habla, Francisco y Juan Pablo II la llamaron “caminos”; y el destello de verdad o semillas del Verbo a las que han aludido los santos Padres y los Pontífices, Francisco las reconoció cuando dijo: “… que llevan a Dios”, quien es la Verdad misma. Entonces, no hay contradicción ni con la Tradición ni con el Magisterio eclesiástico en las palabras del Papa Francisco.”
Por supuesto que haciendo uso de todas las falacias y malabarismos anteriores, se puede llegar a la conclusión de que ambas afirmaciones son similares, y se puede equiparar el Magisterio de varios Papas con las palabras improvisadas de otro, que no son Magisterio. A esto era lo que me refería con que esta forma de hacer apologética, me produce profundo asco, porque defienden posiciones que no deberían ser defendidas, porque no se tratan ni de Magisterio ordinario, sino de ocurrencias del Papa de turno. Este tipo de “apologetas” son los que hubiesen vitoreado al Papa Honorio e inducirán al error a hermanos católicos porque son personas totalmente acríticas que buscan justificar lo que diga el Papa de turno sea lo que sea.
Continua Argenis:
“Si nos preguntamos por qué el Santo Padre no usó literalmente las mismas palabras que sus predecesores, la respuesta está en lo dicho anteriormente: Francisco no se está dirigiendo a los católicos (como sí lo hicieron sus predecesores en aquellos documentos), sino a los representantes de otras religiones, los cuales también representan esa búsqueda de la verdad y esas semillas del Verbo presentes en ellos. Si Francisco hubiera hablado de las semillas del Verbo y sobre la preparación evangélica, además de hablar con un lenguaje incomprensible para ellos, parecería que intentaba hacer cierto proselitismo en medio de un diálogo interreligioso, donde el proselitismo no tiene cabida.”
Ya he aclarado que si bien es cierto que el Papa puede adaptar su lenguaje a diferentes audiencias, eso no justifica omitir o diluir verdades fundamentales de la fe, por lo que no hace falta volver sobre eso.
Ahora bien, Argenis es un ejemplo, de la deriva de muchos católicos en nuestra época, lamento decir, fomentada en parte por la continua tendencia del Papa Francisco de solo hacer referencia al “proselitismo” en su connotación negativa. Para Argenis, en el contexto del diálogo interreligioso, no hay cabida para un acto de “proselitismo” (entiéndase cualquier tipo de invitación a conocer a Cristo, su Evangelio y abrazarlo). Esta reciente tendencia la aborda Monseñor Ocariz en un interesante artículo que puede descargar aquí, y como excede el alcance de mi propio artículo, me limito a compartir una reflexión que yo también hice del mismo aquí:
Ecumenismo versus Proselitismo
Basta recordar los ejemplos de San Pablo y San Esteban haciendo diálogo interreligioso. Tiempos inconcebibles para Argenis, pero ¡qué tiempos aquellos!
Luego de que Argenis renunda un poco más sobre lo mismo finaliza:
“Dejemos, por tanto, de juzgar temerariamente al Papa Francisco y de calumniarlo tan osadamente. Estudiemos mejor y más asiduamente la doctrina católica sin prejuicios y con honestidad intelectual.”
He aquí el cierre con broche de “oro”: finalizar con una falacia en medio de una argumentación llena de falacias. Acusar a otros de “juzgar temerariamente” al Papa por señalar que algo que ha dicho es objetivamente incorrecto y perjudicial para la Iglesia es un claro ad hominem. Criticar con respeto no es un juicio temerario; es un derecho y, a veces, un deber de los fieles, como lo reconoce el propio Código de Derecho Canónico (canon 212 §3). No se puede reducir toda crítica razonada a una “calumnia”, y lanzar ese tipo de acusaciones sólo revela una papolatría acrítica y vergonzosa.
Es absolutamente necesario distinguir entre la crítica constructiva y la calumnia. Como he dicho, no es doctrina católica que el Papa sea infalible en todas sus declaraciones, y mucho menos en contextos improvisados como entrevistas o discursos informales.
Ilustrémoslo con un ejemplo: ¿Alguien se atrevería a decir que acertaba el Papa cuando calificaba a Emma Bonino como “una de las Grandes de Italia"? Estamos hablando de una mujer que alardeó haber participado en más de 10.000 abortos ilegales y clandestinos con una aspiradora casera que ella misma ideó (hay incluso fotos de ella haciéndolo). Para tener una magnitud del dislate, téngase en cuenta que una de las asesinas seriales más prolíficas de la historia fue la enfermera británica Amelia Dyer, quien es conocida por haber matado a entre 200 y 400 bebés en el siglo XIX. Pues bien, su lista palidece si se la contrasta con la de esta “Grande de Italia", ségun palabras del Papa.
Pretender que señalar un error equivale a una falta de lealtad o respeto es simplemente un ejercicio de fanatismo que compromete la verdad y la misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio sin ambigüedades. Flaco favor hacen estos apologetas a la Iglesia.
Post post: Otro vídeo interesante de José Plascencia en continuidad con el tema
38 comentarios
Por otra parte, no hay que olvidar:
"Aparte de mi Satanás" que dijo Jesús en el evangelio de Mateo.
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JM: Volví a colocar el link por si acaso, pero téngase en cuenta que ambos artículos tienen la misma imágen, pero no el mismo contenido, por si eso causa confusión.
Pensando sobre este tema, he recordado un testimonio impresionante que prueba cómo desde el Islam, y con el Corán en la mano, también puede llegarse a Dios. Merece la pena verlo:
https://www.youtube.com/watch?v=6X7EZZ4uVcM
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JM: Por supuesto, decir que "todas las religiones son caminos para llegar a Dios" no equivale a decir que "todas las religiones son iguales", y está claro que el Papa no dijo eso ni lo quiso implicar.
Sin embargo, el problema radica en la afirmación misma de que "todas las religiones son caminos para llegar a Dios", lo cual no es cierto. Permíteme explicarlo con un ejemplo sencillo: imagina que para llegar a mi casa hay un camino recto, pero también otros caminos más largos y difíciles. Aunque uno puede ser mejor que otro, al final todos llegan al mismo lugar, por lo que la elección del camino no es crucial. Este es el problema: cuando se afirma que todas las religiones son "caminos", se sugiere implícitamente que, aunque varíen en dificultad, todas llevan al mismo destino, lo cual no es verdad.
El ejemplo de los idiomas que usa el Papa sigue la misma lógica: puedo aprender inglés, español o francés, y con cualquiera de ellos me comunicaré. Sin embargo, esto no aplica a las religiones. Adorar a Baal, Odín o Yahveh no es equivalente, ni conduce al mismo lugar.
Además, señalar que hay "elementos de verdad" en algunas religiones no significa que la religión en sí conduzca a Dios. Esto cae en una falacia de composición, que es asumir que, porque algunas partes son verdaderas, el todo también lo es, lo cual no es correcto en este contexto.
Además, señalar que hay "elementos de verdad" en algunas religiones no significa que la religión en sí conduzca a Dios.
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Con todos mis respetos, está usted contradiciendo a la parte de Fe del Catecismo Mayor donde dice claramente que esos elementos de verdad PREPARAN para el evangelio, y como dicen los Padres: "Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo". :
Punto 843 Catecismo Mayor:
La Iglesia reconoce en las otras religiones la búsqueda, "entre sombras e
imágenes", del Dios desconocido pero próximo ya que es Él quien da a todos vida, el aliento y todas las cosas y quiere que todos los hombres se salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que puede encontrarse en las diversas religiones, "como una PREPARACIÓN al Evangelio y como un don de aquel que ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan la vida" (LG 16; cf NA 2; EN 53).
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JM: Confunde nuevamente preparación con realización, cosa que ya expliqué en el post. Imaginemos que tenemos una brújula. Esta brújula podría ayudar a señalar la dirección correcta para llegar a determinado destino, pero no es el camino en sí. Del mismo modo, los elementos de verdad presentes en otras religiones son como esa brújula: pueden orientar hacia la verdad, pero no son en sí mismos un camino que conduce a Dios. Por eso cuando Cristo dijo ser "EL camino" habló en singular, no hay más caminos, solo UNO. A parte de cuando se habla de que todas las religiones conducen a Dios, se hace referencia a la religión en su totalidad, no a elementos individuales, por lo que también cae en la falacia de la composición.
Eso sin mencionar que cuando se ha enseñado en el Magisterio que en las religiones puede encontrarse algún destello de verdad, no se sigue de allí que en todas las religiones los haya (falacia de generalización), por lo que tampoco, incluso adoptando su forma falaz de pensar, se podría ni siquiera asumir que todas las religiones serían un preparación para el Evangelio, mucho menos concluir que conducen a Dios. De hecho, hay muchas religiones que ni siquiera creen en Dios, e incluso hay otras que adoran al demonio.
- En el coran se reconoce la Virginidad de María
- En el coran se reconoce que Jesús hacía milagros
¿ Acaso esto no son elementos de verdad, o semillas de Verdad tal y como afirma el Magisterio ordinario Universal de la Iglesia Católica ?
Son Verdades que preparan al evangelio
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JM: Da la impresión de que comenta sin leer el artículo. Eso o no se explica cómo se arma un muñeco de paja afirmando algo que nadie ha negado.
¿Tenemos los católicos alguna "ventaja" por creer que Jesucristo es Hijo de Dios o es aleatorio? Porque si no tenemos más verdad, ni más de nada, podemos alternar entre el rezo del Credo, la confesión islámica y la Shemá. ¿Por qué si el género puede ser fluído la religión no? Si la combinación de "géneros" ya va por los treinta y tantos, la de religiones ni te cuento el juego que puede dar.
Los babalaos creen que Santa Bárbara es Changó y la Virgen de la Caridad del Cobre Yemanyá. ¡Qué bonito y multicultural!
Obviamente no conducen a un mismo Dios, cada una lleva al dios en que ella cree. Por ejemplo, los Testigos de Jehová conducen a un dios que no es Trinidad y, por tanto, no al Dios al que conduce la Fe Católica, y así podríamos seguir poniendo infinidad de ejemplos.
El asunto es que hay que ir a Dios, pero AL DIOS VERDADERO y, para ello hay que estar en la religión que profesa la Fe en ese Dios, no en cualquier religión.
Todo Papa, que se precie de tal, sabe que sólo la Iglesia Católica está en la Verdad, porque sólo ella nos anuncia y nos lleva hacia el Dios verdadero.
Cuando en el año 2000, el Vaticano emitió la DECLARACION DOMINUS IESUS, enseñando claramente que solo en Jesucristo hay salvación y que la Iglesia Católica es el único camino para ir a El, muchos, dentro de la misma Iglesia, se rasgaron las vestiduras y protestaron contra tan tajantes afirmaciones. Muchos de esos, hoy ostentan mitra y ya vemos las consecuencias.
Pues yo sí lo esperaría. Creo que el Papa debe enseñar lo que enseña la Iglesia, en intervenciones formales e informales, en encuentros privados y públicos; etc. No concibo que sea de otra manera.
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JM: Puede esperarlo, pero no por eso va a ocurrir lo que espera.
Y está bien, se vale discutir, pero al final tenemos que reconocer que todas las religiones son un camino para llegar a Dios. Les voy a dar una analogía: son como los diversos idiomas que existen en el mundo, pero todos los idiomas tienen el propósito de llevarte al mismo Dios. Y si Dios es un Dios para todos, eso significa que todos somos hijos e hijas de Dios. Pero alguien dirá, no, mi Dios es más importante que tu Dios, ¿es eso verdad? Es un solo Dios, y todos nosotros en religiones distintas estamos en caminos diferentes para llegar a Dios. Algunos son hinduistas, otros son musulmanes, otros son cristianos. Son solamente diferentes caminos para llegar a Dios. ¿Entendieron?”
2. Pregunto: ¿qué parte no entendieron?
3. Pues, si "al final tenemos que reconocer que todas las religiones son un camino para llegar a Dios.", o bien "dios" es lo que dice cada religión o la suma de todas las religiones.
4. Arrianismo en estado puro, pues Jesús no es verdadero Dios, el Hijo de Dios.
5. Donde hay contradicción no hay Verdad, no está Cristo, pues Dios ni se engaña ni nos engaña. La Iglesia la funda el Señor Jesús aquí en la tierra como Sacramento universal de salvación, para que podamos ser otro Cristo. No para que seamos otro dios y hombre (=hombre viejo=seréis como dioses) mediante una falsa religión, sino para que seamos verdadero Hombre (=hombre nuevo), en santa humanidad de Cristo: única fórmula para ser asumido por el Cielo, única fórmula para ser súbdito en el Reino de Dios, única fórmula para nuestra felicidad eterna en la Vida que Dios nos dona por Su Santa Encarnación, Obediencia, Misión, Pasión y Resurrección.
6. La Tradición Apostólica nos enseña esa fórmula: los Mandamientos y el Evangelio del Reino. Y que hay dos caminos: el de Vida-Cristo o Muerte-falsas religiones (Didaché). Y Quien dice: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí." es el Único al que tenemos que seguir "a pies puntillas". Por lo que, si en una pastoral y/o documento pontificio no se da la confirmación en la fe católica, la firmeza en la Doctrina católica, la fidelidad a Dios y Su Cristo, esto es, existe alguna objeción a la Palabra de Dios, a Sus Mandamientos y Evangelio, a los dogmas de fe de Su Iglesia, es porque hay contradicción, es porque hay fornicación en el sentido de tergiversar la Palabra de Dios, es porque hay adulterio en el sentido de infidelidad a Dios y Su Cristo.
7. Luego para los fornicarios y adúlteros de la Palabra de Dios en la pastoral personalista, modernista y buenista, sólo reciben una divina sentencia para el día del Juicio personal, Juan 8:
40 Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso.
41 Pero ustedes obran como su padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios». Jesús prosiguió:
42 «Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió. [Obediencia].
43 ¿Por qué ustedes no comprenden mi lenguaje? Es porque no pueden escuchar mi palabra.
44 Ustedes tienen por padre al demonio y quieren cumplir los deseos de su padre. Desde el comienzo él fue homicida y no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira.
45 Pero a mí no me creen, porque les digo la verdad.
46 ¿Quién de ustedes probará que tengo pecado? Y si les digo la verdad. ¿por qué no me creen?
47 El que es de Dios escucha las palabras de Dios; si ustedes no las escuchan, es porque no son de Dios».
Pensando sobre este tema, he recordado un testimonio impresionante que prueba cómo desde el Islam, y con el Corán en la mano, también puede llegarse a Dios. Merece la pena verlo:
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Si se fija verá como en este caso no es el Corán quien sirvió de camino hacia el Dios verdadero, sino Dios quien se sirvió del Corán para llevar a este hombre hacia el verdadero camino.
Esta es la diferencia sustancial que hay que hacer, la persona que busca a Dios en el marco de su experiencia vital y las religiones en sí como estructura de creencias con un desarrollo espiritual propio.
El Islam lo que enseña es que la Biblia es falsa, enseña falsedades. Lo se porque sigo un canal de Youtube en español llamado Sheij Qomi para enterarme precisamente de como piensa un musulmán, chiita iraní en este caso. También de su pensamiento en el terreno social, etc.
youtube.com/@SheijQomi
Con esto no estoy diciendo que los musulmanes sean malas personas, ni si quiera que no podamos aprender cosas de los musulmanes, sino que el Islam es una religión falsa, aunque también con sus destellos de verdad, como hay en muchos otros lugares.
Por otra parte, en el video que refiere se ve claramente como el Islam es una herejía del cristianismo, posiblemente aprendido de monjes nestorianos. No surge del crisol politeísta de la Arabia del tiempo de Mahoma, ni de influencias zoroástricas, asiáticas o lo que sea. Incluso se sirve de los evangelios apócrifos como en el caso del niño Jesús dando vida a un pájaro de barro.
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Ni el Magisterio ni S Juan Pablo II excluyen a ninguna religión
San Juan Pablo II en audiencia general Miércoles 9 de setiembre de 1998 citando al magisterio:
"Recogiendo la enseñanza conciliar, ya desde la primera carta encíclica de mi pontificado, quise recordar la antigua doctrina formulada por los Padres de la Iglesia, según la cual es necesario reconocer «las semillas del Verbo» presentes y operantes en las diferentes religiones (cf. Ad gentes, 11; Lumen gentium, 17). Esa doctrina nos impulsa a afirmar que, aunque por diversos caminos, «está dirigida, sin embargo, en una única dirección la más profunda aspiración del espíritu humano, tal como se expresa en la búsqueda de Dios, de la plena dimensión de la humanidad, es decir, del pleno sentido de la vida humana» (Redemptor hominis, 11)."
Da la impresión de que usted es un apologeta que no conoce el Magisterio Ordinario Universal. La única opinión falaz es la suya
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JM: El Magisterio y san Juan Pablo II, cuando hablan de que en las diferentes religiones pueden encontrarse destellos de verdad, no pretenden hacer una afirmación que abarque absolutamente todas las religiones. Hablar en sentido general no es equivalente a hablar en sentido absoluto excluyendo el hecho de que pueden haber excepciones que confirmen la regla.
Observe por ejemplo, que en el texto que usted mismo proporciona se hace referencia a "las diferentes religiones" y no a "todas las religiones", y aún utilizando la palabra "todas" se puede mantener el sentido general dependiendo del contexto.
Yo puedo decir. "A los hombres les atraen las mujeres" y eso no es necesariamente aplica a absolutamente todos los hombres: algunos se sentirán atraidos a otros hombres. De igual modo, cuando la Escritura dice "todos pecaron" (Romanos 3,23), no se refiere absolutamente a todos los seres humanos, ya que Jesús y María no pecaron.
Ahora, bien puede interpretar esas palabras del Papa Francisco en un sentido absoluto, como algunos protestantes interpretan la Biblia, pero va a terminar cayendo en conclusiones absurdas, como pensar que el Papa Francisco está afirmando que el satanismo u otras religiones ocultistas también son caminos que conducen a Dios.
Lo cual se puede deducir, por ejemplo, de lo siguiente:
-¿Cuántas veces menciona el Corán la palabra "amor"? Respuesta: SOLO 4 veces.
De las SOLO 4 veces que menciona el Corán la palabra amor, solo una vez se podría considerar que se refiere a amor al prójimo (a otro ser humano).
De los SOLO cuatro casos que se cita la palabra amor en el Corán: en el primer caso es para referirse al amor al ternero (capítulo 2, verso 93). En el segundo caso se refiere al amor a Alá (capítulo 2, verso 165). En el tercer caso se refiere al amor de lo apetecible…como las mujeres, los hijos varones, el oro y la plata por quintales colmados, los caballos de raza, los rebaños los campos de cultivo... (capítulo 3, verso 14). Y en el último cuarto caso se cita la palabra amor dentro de una frase que dice… "La piedad no estriba en que volváis vuestro rostro hacia el Oriente o hacia el Occidente, sino en creer en Alá y en el último Día, en los ángeles, en la Escritura y en los profetas, en dar de la hacienda por mucho amor que se le tenga, a los parientes, huérfanos, necesitados, viajero, mendigos y esclavos, en hacer la azalá y dar el azaque,…" (capítulo 2, verso177).
- ¿Cuántas veces menciona el Corán la palabra "castigo"? Respuesta: 344 veces.
-El Corán menciona la palabra “castigo” 344 veces.
-Y si en el Corán se contase también otras palabras de la familia "castigo"...como por ejemplo "castiga", "castigar" o "castigad"...el número de veces que aparecen estas palabras (de la misma raíz), en el Corán, aumentaría mucho; bastante por encima de las 344 veces que aparece la palabra "castigo".
-Concretando: el número de veces que aparecen en el Corán las palabras: "castigar, castigad, castiga, castigues, castigaré, castigaros, castigado, castigas, castigarles, castigará, castigaremos, castigáis, castigadle, castigaremos y castigue", es de 65 veces.
Lo cual se sumaría a las 344 veces que aparece la palabra "castigo".
Como vemos, se confunde a María madre de nuestro Señor, con María la hermana de Moisés, que vivió 1500 años antes aproximadamente. El disparate es confirmado en la sura 19, 27-28, donde se le dice a la Virgen:
"¡Hermana de Aarón! Tu padre no era un hombre malo, ni tu madre una ramera".
Los apologistas del islam han hecho malabarismos para poder salir de esta barbaridad, pero sin éxito ninguno. Es evidente que Mahoma confundió los relatos respecto a las dos Marías.
El Papa se limita a expresar, sirviéndose de una metáfora, que "todas las religiones son un camino para [tratar de][ llegar a Dios" (míos los corchetes). Y desde ese punto de vista, no veo donde está la falsedad de tal afirmación. Sobre todo cuando sigue utilizando comparaciones para tratar de explicar la razón de ser de las religiones (se puede comprobar, a partir del minuto 10.30, en https://www.aciprensa.com/noticias/106717/discurso-del-papa-francisco-en-el-encuentro-interreligioso-celebrado-en-singapur).
Claro que los cristianos sabemos que sólo hay un camino para llegar a Dios, que es Jesucristo (Mateo 17, 27 y Juan 14, 6). Pero eso no excluye que haya muchas otras personas que, sin conocerlo, hayan emprendido una búsqueda sincera -un "camino" de búsqueda personal- para conocer y abrazar al Dios verdadero, incluso desde culturas, religiones o circunstancias muy alejadas del cristianismo. Pero Dios. que es tan sabio, lo hace todo: basta con buscar y aceptar la verdad para encontrarse irremediablemente con Jesús. Él es el que sale al encuentro de quien busca la verdad con corazón sincero. Porque la Verdad es Él. Dices bien, Cos, "Dios nos amó primero", lo que implica que la iniciativa siempre, siempre es de Él y, además, es Él quien mueve el querer y el obrar para realizar su designio de amor (Fil. 2, 13).
"Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes:.. —¿Quién puede subir al monte del Señor?... —El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura con engaño. Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. —Esta es la generación que busca al Señor, que busca tu rostro, Dios de Jacob" (Salmos).
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JM: Se equivoca cuando afirma que "en modo alguno está diciendo que todas las religiones sean caminos válidos para llegar a Dios, como si fueran intercambiables". Sin embargo, el ejemplo del Papa sobre los idiomas apunta precisamente en esa dirección, ya que los distintos lenguajes son válidos, intercambiables y verdaderos.
Ahora bien, coincido en que el Papa no tiene la precisión teológica de sus predecesores y que no queda alternativa a esperar que cosas así sigan ocurriendo mientras Dios lo permita. Pero el punto central de mi artículo no es solo resaltar lo que ya sabemos, sino señalar los intentos fallidos de algunos "apologistas" que han pervertido el sentido de la apologética. Justificar la literalidad de esas palabras como si fueran Magisterio solo lleva a confusión. No debemos hacer malabares para defender lo indefendible, sino reconocer el error y reafirmar la verdadera doctrina católica.
Y hay una diferencia substancial en decir que todas las religiones son un camino para "tratar" de llegar a Dios, sin llegar a serlo realmente (creer que sí sería pelagianismo), y otra afirmar que realmente lo son, que es lo que se ha dicho y que se da a entender con el ejemplo que sigue. No tiene sentido intentar tapar el sol con un dedo.
Y resulta que no, que aunque pueda parecer igual, no es lo mismo decir que "todas las religiones son caminos para llegar a Dios" (como si hubiese varios caminos válidos o verdaderos) que decir que 'todas las religiones son UN camino para llegar a Dios", porque yo entonces entiendo que habla de las religiones en sentido genérico e instrumental (como vehículo o instrumento), al que el hombre suele adherirse para tratar de encontrar lo que todos llevamos inscrito en el corazón: nuestra razón última y el deseo de eternidad que Dios mismo ha grabado a fuego en esos mismos corazones.
Coincido con usted en que no se puede tapar el sol con un dedo, pero eso no obsta para seguir el consejo que San Ignacio nos da a todos en sus ejercicios, también a los apologetas: «Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo, que a condenarla; y si no la puede salvar, inquirirá cómo la entiende, y si mal la entiende, corríjale con amor; y si no basta, busque todos los medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve»
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JM: Yo no he hablado de oidas, he visto el vídeo con mis propios ojos con las palabras que dijo el Papa. Y realmente no resuelve en lo absoluto decir que las religiones son UN camino para llegar a Dios, eso sería caer en pelagianismo, y pensar que el hombre por sus propias fuerzas naturales, a través de las distintas religiones inventadas por él, puede llegar a Dios. La diferencia con el cristianismo es que al ser la religión verdadera es el CAMINO (único) como dijo Jesucristo, para llegar a él. Hablar la religión en sentido genérico es un error grave de relativismo religioso, sincretismo y pelagianismo. No hace nada bien tratando de justificar ninguna de las dos frases.
Créame que había entrado para entablar un debate sincero, pero lo voy a dejar aquí, porque me doy cuenta de que no ve lo que trato de (de)mostrarle. O quizás tampoco yo me exprese del todo bien. Eso sí, para seguir su razonamiento lógico, me quedo con que hay un solo Camino, que es Cristo, y una sola religión verdadera que es la religión Católica. Porque en honor a la verdad, caminos, lo que se dice caminos para llegar a Jesús , puede haber tantos como personas. De hecho, si proliferan las iglesias y denominaciones religiosas de todo tipo es justamente por eso, porque son religiones fundadas por personas como usted y como yo. Por eso tenemos la certeza de que la nuestra es la verdadera, la genuina, la auténtica: porque la ha fundado el mismo Dios, por medio de Su Hijo Jesucristo. Amén.
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JM: En mi primer post cité al Papa literal y textualmente, que luego le haya parafraseado, es porque como digo, no veo que haya diferencia real en decir que las distintas religions son UN camino para llegar a Dios, a decir que son caminos para llegar a Dios. Ambas implican lo mismo. La única forma de medio salvar la frase hubiese sido decir que las religiones son caminos para intentar llegar a Dios (dejado tácito que no necesariamente lo logran).
Dice: "la idea principal que trataba de trasladar a jóvenes de las principales religiones monoteístas..." heeeee no: el Papa Franciso hablaba a tambien a jovenes hindues, politeistas, lo que agrega más confusion y sincretismo al sentido de sus palabras, porque se puede dar a entender que es el mismo Dios en todas esas personificaciones (Brahmá, Vishnú, Shivá, Saraswati, Lakshmi, Parvati, Ganesha, Hanuman, Krishna, Rama, Durga, Kali no son un mismo dios ni el mismo Dios que Yahveh).
Lo que trato de explicar es que no hay forma de remendar las palabras del Papa, no tienen arreglo, y flaco favor hace Argenis al tratar de mostrar que lo que ha dicho es esencialmente lo que han dicho otros Papas. Lo que se hubiese esperado de alguien que haga buena apologética si iba a tratar el tema es reconocer que lo que ha dicho aquí el Papa Francisco no está conforme a lo que ha enseñado la Iglesia siempre y recordar la doctrina católica.
“Contemplate the diversity of your traditions as a wealth, a wealth willed by God,” the pope told young adults gathered in Tirana, Albania, for the Mediterranean Encounters 2024.
“Unity is not uniformity,” he added, “and the diversity of our cultural and religious identities is a gift from God.”
usando la traducción de google:
“Contemplen la diversidad de sus tradiciones como una riqueza, una riqueza querida por Dios”, dijo el Papa a los jóvenes reunidos en Tirana, Albania, para los Encuentros del Mediterráneo 2024.
"La unidad no es uniformidad", añadió, "y la diversidad de nuestras identidades culturales y religiosas es un regalo de Dios".
Este es el link de la noticia:
https://www.aciafrica.org/news/12115/diverse-religious-identities-are-a-gift-from-god-pope-francis
Así exactamente, es como hay que proceder con este Papa: reconocerlo como legítimo Papa, rezar por él, pero señalar los errores que pueda haber en lo que dice o avala con su firma y proclamar en alto, la doctrina católica DE SIEMPRE.
La Iglesia SIEMPRE enseña la VERDAD, pero Francisco I no siempre se adhiere a ella, aunque uno espere lo contrario.
Video mensaje del Santo Padre para el encuentro mediterráneo. Peregrinos de esperanza y constructores de paz.
"Contemplen la diversidad de sus tradiciones como una riqueza, una riqueza querida por Dios. La unidad no es uniformidad, y la diversidad de nuestras identidades culturales y religiosas es un don de Dios"
infocatolica.com/?t=noticia&cod=50445
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JM: Sí, ya José Plascencia hizo otro muy buen vídeo analizando el tema.
https://www.youtube.com/watch?v=pmBYXiKo_64
eso sería caer en pelagianismo
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La constitución dogmática Lumen Gentium desmiente su contestación a Lucía Victoria, al leer la precisión doctrinal que establece en el apartado 16 comprobará que quienes buscan a Dios con sinceridad en otras religiones lo hacen baja la asistencia de la Gracia y providencia Divina. ¿ Se ha leído usted esta constitución dogmática ?
Constitución dogmática Lumen Gentium
“Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios” (aptdo. 16)”.
Con lo que aquellos que no han conocido a Cristo siendo inculpables, pero buscan a Dios con sinceridad, tienen tanto acceso a la salvación como a llegar al evangelio ya que las demás religiones permitidas por Dios son una preparación al evangelio (Punto 843 Catecismo )
Salvemos la proposición del prójimo, máxime cuando se trata del Papa, que diría S Ignacio
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JM: Menudo cúmulo de falacias con las que me haces perder el tiempo. No tiene sentido apelar al Concilio si se cita un texto sin son ni son manipulándolo de manera penosa. La Constitución no dice que todas las religiones son caminos válidos a Dios, ni que cualquier religión asegura la salvación.
Luego, caes en la falacia de generalización indebida. El hecho de que alguien, en ciertas circunstancias excepcionales, pueda ser salvo sin conocer a Cristo no significa que cualquier religión sea un camino a Dios. Eso es una burda mezcla de conceptos..
Por último, recurres a la falacia de apelación a la misericordia usando a San Ignacio como un intento emotivo de desviar el tema. Aquí no estamos atacando al Papa, estamos hablando de la verdad doctrinal, no de salvar proposiciones.
Dios en todas esas personificaciones (Brahmá, Vishnú, Shivá, Saraswati, Lakshmi, Parvati, Ganesha, Hanuman, Krishna, Rama, Durga, Kali no son un mismo dios ni el mismo Dios que Yahveh).
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La constitución dogmática Lumen Gentium entra en el detalle de las distintas situaciones, incluyendo Brahmá, Vishnú, Shivá, Saraswati, Lakshmi, Parvati, Ganesha, . Primero naturalmente, los que se hallan dentro de la Iglesia Católica:
“El sagrado Concilio fija su atención en primer lugar en los fieles católicos. Y enseña, fundado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación. […] A esta sociedad de la Iglesia están incorporados plenamente quienes, poseyendo el Espíritu de Cristo, aceptan la totalidad de su organización y todos los medios de salvación establecidos en ella, y en su cuerpo visible están unidos con Cristo” (aptdo. 14)
Pasa después a considerar la situación de las diferentes confesiones del cristianismo:
“La Iglesia se reconoce unida por muchas razones con quienes, estando bautizados, se honran con el nombre de cristianos, pero no profesan la fe en su totalidad o no guardan la unidad de comunión bajo el sucesor de Pedro. Pues hay muchos que honran la Sagrada Escritura como norma de fe y vida, muestran un sincero celo religioso, creen con amor en Dios Padre todopoderoso y en Cristo, Hijo de Dios Salvador; están sellados con el bautismo, por el que se unen a Cristo, y además aceptan y reciben otros sacramentos en sus propias Iglesias o comunidades eclesiásticas”. (aptdo. 15).
Y luego las de las demás religiones: “Por último, quienes todavía no recibieron el Evangelio, se ordenan al Pueblo de Dios de diversas maneras” (aptdo. 16). Concretando los siguientes casos:
“En primer lugar, aquel pueblo que recibió los testamentos y las promesas y del que Cristo nació según la carne [los judíos] (cf. Rm 9,4-5). Por causa de los padres es un pueblo amadísimo en razón de la elección, pues Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación (cf. Rm 11, 28-29)” (aptdo. 16).
Luego los musulmanes:
“Pero el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día postrero” (aptdo. 16).
Y finalmente, todos los demás:
“Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios” (aptdo. 16)”.
Aquellos bloggeros que rechazan la constitución Lumen Gentium y puntos importantes del Catecismo deberían manifestarlo públicamente para no escandalizar o confundir a los lectores.
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JM: Este comentario es un ejemplo perfecto de lo que digo, resumo brevemente lo que ha ocurrido aquí:
- Yo afirmo en mi artículo que Dios es un Dios distintos a los dioses paganos del induismo
- Este comentarista intentando contradecirme cita la Constitución Dogmática Lumen Gentium y el Catecismo
- Y luego insinua que yo rechazo ambas por decir lo primero.
Me recuerda la película: Los dioses deben estar locos.
Sabéis bien que, en la base de esta difusión [de las sectas], hay también muchas veces una gran falta de formación religiosa con la consiguiente indecisión acerca de la necesidad de la fe en Cristo y de la adhesión a la Iglesia instituida por él. Se tiende a presentar las religiones y las varias experiencias espirituales como niveladas en un mínimo común denominador, que las haría prácticamente equivalentes, con el resultado de que toda persona sería libre de recorrer indiferentemente uno de los muchos caminos propuestos para alcanzar la salvación deseada. Si a esto se suma el proselitismo audaz, que caracteriza a algún grupo particularmente activo e invasor de estas sectas, se comprende de inmediato cuán urgente es hoy sostener la fe de los cristianos, dándoles la posibilidad de una formación religiosa permanente, para profundizar cada vez mejor su relación personal con Cristo.
Debéis esforzaros principalmente por prevenir ese peligro, consolidando en los fieles la práctica de la vida cristiana y favoreciendo el crecimiento del espíritu de auténtica fraternidad en el seno de cada una de las comunidades eclesiales.
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(JuanPabloII. Redemptoris missio, 4).
No ha faltado quien ha querido interpretar la acción misionera [de la Iglesia] como un intento de imponer a otros las propias convicciones y opciones, en contraste con un determinado espíritu moderno, que se jacta, como si fuera una conquista definitiva, de la absoluta libertad de pensamiento y de conciencia personal.
Según esa perspectiva, la actividad evangelizadora debería sustituirse con
un diálogo interreligioso, que consistiría en un intercambio de opiniones y de informaciones, con las que cada una de las partes da a conocer el propio credo y se enriquece con el pensamiento de los otros, sin ninguna preocupación por llegar a una conclusión. […] Así se respetaría el camino de salvación que cada uno sigue según la propia educación y tradición religiosa.
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(Juan Pablo II. Audiencia general, n. 1-2, 10 de mayo de 1995)
Pero esta concepción es irreconciliable con el mandato de Cristo a los
Apóstoles (cf. Mt 28, 19-20, Mc 16, 15), transmitido a la Iglesia. […]
[El Concilio] confirmó al mismo tiempo el papel de la Iglesia, en la que
es necesario que el hombre entre y persevere, si quiere salvarse. […] Esta
doctrina tradicional de la Iglesia pone al descubierto la inconsistencia y la
superficialidad de una actitud relativista e irenista acerca del camino de la
salvación, en una religión diferente de la fundada en la fe en Cristo.
Evidentemente no podemos compartir estas variadas expresiones religiosas [judaísmo, religión musulmana y afroasiáticas] ni podemos quedar indiferentes, como si todas, a su modo, fuesen equivalentes y como si autorizasen a sus fieles a no buscar si Dios mismo ha revelado una forma exenta de todo error, perfecta y definitiva, con la que Él quiere ser conocido, amado y servido; al contrario, por deber de lealtad, hemos de manifestar nuestra persuasión de que la verdadera religión es única, y que esa es la religión cristiana; y alimentar la esperanza de que como tal llegue a ser reconocida por todos los que verdaderamente buscan y adoran a Dios.
Tampoco faltan los que, si bien no impugnan de propósito la verdad, adoptan, sin embargo, ante ella una actitud de negligencia y sumo descuido, como si Dios no les hubiera dado la razón para buscarla y encontrarla. Tan reprobable modo de actuar conduce, como por espontáneo proceso, a esta absurda afirmación: todas las religiones tienen igual valor, sin diferencia alguna entre lo verdadero y lo falso. “Este principio —para usar las palabras de nuestro mismo predecesor— lleva necesariamente a la ruina todas las religiones, particularmente la católica, la cual, siendo entre todas la única verdadera, no puede ser puesta al mismo nivel de las demás sin grande injuria”. Por lo demás, negar la diferencia que existe entre cosas tan contradictorias entre sí, derechamente conduce a la nefasta conclusión de no admitir ni practicar religión alguna. ¿Cómo podría Dios, que es la verdad, aprobar o tolerar la indiferencia, el descuido, la ignorancia de quienes, tratándose de cuestiones de las cuales depende nuestra eterna salvación, no se preocupan lo más mínimo de buscar y encontrar las verdades necesarias ni de rendir a Dios el culto debido solamente a Él?
Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen [algunos] haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan
fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. […]
Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues,
aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.
Cuantos sustentan esta opinión, no solo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios.
Tal es el sistema perverso y opuesto a la luz natural de la razón que propugna la indiferencia en materia de religión, con el cual estos inveterados enemigos de la religión, quitando todo discrimen entre la virtud y el vicio, entre la verdad y el error, entre la honestidad y vileza, aseguran que en cualquier religión se puede conseguir la salvación eterna, como si alguna vez pudieran entrar en consorcio la justicia con la iniquidad, la luz con las tinieblas, Cristo con Belial (2 Cor 6, 15).
Fue un focumento muy claro en todos los aspectos donde no se atacaba a nadie y se enseñaba muy bien como debe hacerlo el Dicasterio de la Doctrona de la fe
Saludos,
Diego García
El pueblo judío. Veo que no menciona al judaísmo. Lo amadísimo será entonces el pueblo, no el judaísmo.
"“Pero el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día postrero” (aptdo. 16)"
Igualmente, aquí se habla de los musulmanes. No hay alusión al Islam como camino hacia Dios
"“Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios” (aptdo. 16)”"
Igualmente. No hay una referencia expresa a ninguna falsa religión, se habla de las personas que sinceramente buscan a Dios.
"Con lo que aquellos que no han conocido a Cristo siendo inculpables, pero buscan a Dios con sinceridad, tienen tanto acceso a la salvación como a llegar al evangelio ya que las demás religiones permitidas por Dios son una preparación al evangelio (Punto 843 Catecismo )"
Mención a quienes no han conocido a Cristo, por lo tanto se valen de los medios a los que han podido tener alcance. Pensemos, por ejemplo, en el Vudú o en el Islam del Daesh. Tengamos en cuenta además que en el Daesh formalmente se comparte la creencia en el mismo Dios verdadero, aunque de forma imperfecta. Incluso en la santería también, hasta cierto punto. Incluso se comparte la devoción por ciertos santos.
La preparación al evangelio, entiendo, se da a partir de los elementos de verdad que pueda haber en esas religiones falsas. En todo caso, una preparación, nunca un camino.
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JM: Gracias por sus aportes.
La dificultad entre distinguir la diferencia entre elementos de verdad como "preparación" al Evangelio, y la totalidad de las religiones como "camino" que conduce a Dios (falacia de la composición) es común entre quienes pretenden hacer pseudo apologética para tratar de defender las palabras de unos discursos que no son ni siquiera Magisterio.
Reciéntemente ví, en las redes sociales a alguien publicar como prueba, un testimonio de un converso que afirma que se abrazó la fe católica luego de estudiar el Corán. Precisamente, lo más que se puede probar allí, es que en esos "destellos" de verdad encontró una "preparación" para entrar al verdadero camino, que fue al que entró al abrazar el Evangelio. El mismo testimonio pone de relieve que esa persona no se quedó profesando el Islam.
¿ Me puede explicar por qué hay tantísima diferencia entre el Catecismo que se predica en Radio Maria España y que se emite en diferido en toda américa latina y la prédica de varios blogger incluido usted ?
Si usted entra en la web de radio Maria y escucha los audios del Catecismo Mayor hay notorias diferencias de gran alcance. Dos doctrinas total y radicalmente distintas en puntos vitales como la infalibilidad, la salvación, la liturgia, el ecumenismo, el dialogo inter-religioso y la libertad religiosa.
De entrada , ya ha quedado demostrado que usted ni siquiera se ha leído el Catecismo entero, no las constituciones del CVII.
¿ Cómo se puede ser apologeta Católico de esta manera ?
Espero que vuestra desviación y deformación doctrinal sea inculpable por vuestro bien.
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JM: Está diciendo sandeces. Hace referencia a la interpretación de una Radio del Catecismo en vez de la fuente misma, y sin dar ningún ejemplo en concreto, al mismo tiempo que luego se paga y se da el vuelto al afirmar que ha demostrado algo. Hace el ridículo pensando que puede insultar la inteligencia de los lectores.
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Lea bien porque contesta sin saber a qué está contestando.
Usted le dice a Lucía Victoria que sería pelagianismo el hecho de que un no cristiano intentase llegar a Dios.
Y Lumen Gentium 16 afirma que los no cristianos tambien estan asistidos por la Gracia: “Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se esfuerzan en llevar una vida recta, no sin la gracia de Dios” (aptdo. 16)”.
Hablamos de pelagianismo o asistencia de la Gracia para los no cristianos. Léase de nuevo su falaz y anticatólica respuesta a Lucía Victoria.
Tambien es su artículo antidoctrinal afirma usted:
"Entiéndase además que un “destello” de verdad, solo puede ser considerado como una “preparación", no un “camino” que conduce a Dios, porque lo último es esencialmente pelagianismo al pensar que el hombre, por sus propias fuerzas y solo por algunos destellos de verdad puede por sí mismo llegar a Dios."
¿ Cómo va a ser pelagianismo cuando Lumen Gentium 16 afirma que los no cristianos afirma textualmente que "Pues quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia, en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna. Y la divina Providencia tampoco niega los auxilios necesarios para la salvación a quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios "?
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JM: Es que al parecer copia y pega la Lumen Gentium a lo loco a cualquier comentario que no entienda o malinterprete. De allí que cuando me citó porque dije: "Dios en todas esas personificaciones (Brahmá, Vishnú, Shivá, Saraswati, Lakshmi, Parvati, Ganesha, Hanuman, Krishna, Rama, Durga, Kali no son un mismo dios ni el mismo Dios que Yahveh)" e inmediatamente respondió citando la Lumen Gentium, pensé que troleaba, o estaba orate.¿O es que acaso lo que he dicho no es cierto?
Ahora bien, yo no he negado que los no cristianos estén asistidos por la gracia, lo que he dicho es que creer que el hombre por sus propias fuerzas y solo por algunos destellos de verdad puede por sí mismo llegar a Dios es pelagianismo puro.
No veo que sea tan difíci de entender: una cosa son las religiones falsas inventadas por el hombre, en donde en su intento de llegar por sus propias fuerzas a Dios están condenadas a fracasar, y otra que hombre (individualmente, y no por medio de la religión falsa) pueda con ayuda de la gracia, por ignorancia invencible, y por caminos no conocidos por el hombre, pueda llegar a salvarse.
Un texto que si se analiza detalladamente desmonta fácilmente su argumento es este:
"La universalidad de la salvación no significa que se conceda solamente a los que, de modo explícito, creen en Cristo y han entrado en la Iglesia. Si es destinada a todos, la salvación debe estar en verdad a disposición de todos. Pero es evidente que, tanto hoy como en el pasado, muchos hombres no tienen la posibilidad de conocer o aceptar la revelación del Evangelio y de entrar en la Iglesia. Viven en condiciones socioculturales que no se lo permiten y, en muchos casos, han sido educados en otras tradiciones religiosas. Para ellos, la salvación de Cristo es accesible en virtud de la gracia que, aun teniendo una misteriosa relación con la Iglesia, no les introduce formalmente en ella, sino que los ilumina de manera adecuada en su situación interior y ambiental Esta gracia proviene de Cristo; es fruto de su sacrificio y es comunicada por el Espíritu Santo: ella permite a cada uno llegar a la salvación mediante su libre colaboración.
Por esto mismo, el Concilio, después de haber afirmado la centralidad del misterio pascual, afirma: « Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual »." (San Juan Pablo II, REDEMPTORIS MISSIO, 10)
¿Por qué San Juan Pablo II utiliza la expresión "en la forma sólo por Dios conocida" o como dicen "caminos no conocidos"? Porque sería un error grave decir que se salva por caminos conocidos distintos a Él camino ordinario de Salvación por medio de Cristo y su Iglesia, y eso incluye las religiones falsas. Y esto, porque como lo explica la Dominus Iesus: "queda claro que sería contrario a la fe católica considerar la Iglesia como un camino de salvación al lado de aquellos constituidos por las otras religiones. Éstas serían complementarias a la Iglesia, o incluso substancialmente equivalentes a ella, aunque en convergencia con ella en pos del Reino escatológico de Dios." (Dominus Iesus, 21)
La Iglesia piensa que estas multitudes [no cristianas] tienen derecho a conocer la riqueza del misterio de Cristo, dentro del cual creemos que toda la humanidad puede encontrar, con insospechada plenitud, todo lo que busca a tientas acerca de Dios, del hombre y de su destino, de la vida y de la muerte, de la verdad. […] En otras palabras, nuestra religión instaura efectivamente una relación auténtica y viviente con Dios, cosa que las otras religiones no lograron establecer, por más que tienen, por decirlo así, extendidos sus brazos hacia el cielo.
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(Pío XI. Encíclica Mit brennender sorge, n. 13, 14 de marzo de 1937)
Vigilad, venerables hermanos, con cuidado contra el abuso creciente,
que se manifiesta en palabras y por escrito, de emplear el nombre tres veces santo de Dios como una etiqueta vacía de sentido para un producto más o menos arbitrario de una especulación o aspiración humana; y procurad que tal aberración halle entre vuestros fieles la vigilante repulsa que merece. Nuestro Dios es el Dios personal, trascendente, omnipotente, infinitamente perfecto, único en la trinidad de las personas y trino en la unidad de la esencia divina, creador del universo, señor, rey y último fin de la historia del mundo, el cual no admite, ni puede admitir, otras divinidades junto a sí.
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(Pío XI. Encíclica Mortalium animos, n. 2-3, 6 de enero de 1928)
Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será
difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean
como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.
Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.
Cuantos sustentan esta opinión, no solo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente
de la religión revelada por Dios.
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(Benedicto XVI. Ángelus, 22 de mayo de 2011)
Creer en Dios y creer en Jesús. En efecto, el Señor dice a sus discípulos:
“Creed en Dios y creed también en mí” (Jn 14, 1). No son dos actos separados, sino un único acto de fe, la plena adhesión a la salvación llevada a cabo por Dios Padre mediante su Hijo unigénito. El Nuevo Testamento puso fin a la invisibilidad del Padre. Dios mostró su rostro, como confirma la respuesta de Jesús al apóstol Felipe: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14, 9).
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(Benedicto XVI. Regina Coeli, 3 de febrero de 2013)
Creer en Dios significa renunciar a los propios prejuicios y acoger el rostro concreto en quien Él se ha revelado: el hombre Jesús de Nazaret. Y este camino
conduce también a reconocerle y a servirle en los demás.
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(Juan Pablo II. Encíclica Redemptoris missio, n. 5, 7 de diciembre de 1990)
Cristo es el único Salvador de la humanidad, el único en condiciones de
revelar a Dios y de guiar hacia Dios. [...] Los hombres, pues, no pueden entrar en comunión con Dios, si no es por medio de Cristo y bajo la acción del Espíritu.
Esta mediación suya única y universal, lejos de ser obstáculo en el camino hacia Dios, es la vía establecida por Dios mismo.
https://www.elespanol.com/eldigitalcastillalamancha/cultura/20211130/cuenca-puede-mejor-nominada-premio-nacional-fotografia/631187067_0.amp.html
Y también está otra foto. Porque es justamente ahí, en ese cruce de caminos, donde debemos echar las redes quienes servimos al Señor, tal como Él mismo nos ordena en la parábola de la boda del hijo del Rey (Mateo 22). Y a Francisco el primero: "Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda"...y "los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos".
https://www.sciencephoto.com/media/394197/view/older-couple-with-map-at-a-crossroads
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JM: A ver si comprendo su "lógica": se debe entender entonces que todas las religiones son un camino que conduce a Dios, en cuanto al tener destellos de verdad, pueden ser como un "camino intermedio" que permitirá a los que van por allí, llegar al único camino que es Cristo y su Iglesia.
Su argumento si acaso podría intentar ilustrar que los destellos de verdad en otras religiones podrían de servir de preparación al Evangelio. Y digo "podrían" porque lo más probable es que por sí solos no lo hagan, dado que en la religión falsa están combinados con una serie de elementos que separan de Dios. Por ejemplo, alguien en una religión idolátrica no se salva si sigue en ella practicando la idolatría, aunque en esa religión se enseñe que "es bueno ayudar a los pobres".
En resumen:
- No se sigue que porque un elemento de verdad pueda servir como preparación evangélica, cada religión en su conjunto lo sea, mucho menos manteniéndose en ella (que significaría mantenerse en ese camino). De allí que en todo caso, lo que estaría probando con su falacia de falsa analogía es que las otras religiones son un camino que conduce a Dios sí y solo sí se termina saliendo de él para tomar otro.
- Tampoco se sigue que los elementos de verdad presentes en las religiones garanticen que la persona que profesa esa religión por medio de esos elementos va a terminar conducida a Dios, sobre todo cuando en esas religiones hay elementos sumamente nocivos que pueden llegar a la persona a la separación de Dios.
- Tampoco se sigue que todas las religiones tengas estas semillas de verdad o elementos buenos. Cuando el Magisterio ha reconocido que en ellas pueden haber elementos buenos, no asegura que en todas los haya.
Y para finalizar no se contradiga tan evidentemente. Dice "...lo que Francisco dijo (y estoy segura quiso decir). ¿Lo dijo lo lo quiso decir? Si lo dijo, no habría por qué agregar lo segundo. De hecho, su ejemplo no es conciliable con el mismo ejemplo que el que ha puesto el Papa Francisco: que las distintas religiones con como distintos idiomas, a menos que ustes crea que los idiomas son útiles en cuanto permiten al final terminando aprender otro, para terminar olvidándose de ellos.
Seamos sinceros, no insulte su propia inteligencia ni de quienes le leen: Cuando el Papa dijo a esas personas de sus propias religiones son también un camino que conduce a Dios, no lo dijo para que entendieran que sus religiones los iban a conducir a la fe católica. Ellos no entendieron eso, ellos entendieron que podrían llegar a Dios manteniéndose en ellas. Sé que es duro, nunca se había visto en la historia de la Iglesia un Papa diciendo algo así, pero es preferible aceptar que fue un error y orar por él, que esforzarse en probar la supuesta ortodoxia de unas palabras que no son católicas.
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De internis neque ecclesia
Parece que usted ve en el interior de las intenciones del Papa
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JM: Es que no hay manera de que alguien entienda que si todas las religiones son un camino a Dios, se pueda deducir de allí que lo que quiere decir es que todas las religiones son un camino a la fe católica. Sería absurdo suponer que eso es lo que quiso decir cuando la gran parte de creyentes de otras religiones no se hacen católicos. No es necesario leer pensamientos para entender eso.
Empiezo a pensar que quien insulta mi inteligencia (y la de sus lectores) es usted. Mi único esfuerzo está en probar lo equivocado de su interpretación, que además es torticera y enrevesada. ¿Me está diciendo que el mismo Papa que ha acuñado el término "primerear" (1Juan 4, 19) está diciéndole a jóvenes de otras religiones que la suya les va a "conducir" indistintamente a Dios, como si por sí mismos pudiesen llegar a conocerle (¡ya no digamos a salvarse!)? Pero por Dios Santo, ¡si ni siquiera los que hemos sido bautizados como católicos podríamos llegar por nosotros mismos a Él! (¡ya no digamos a salvarnos!) ¿De verdad cree que todo un señor Papa, por poca formación teológica que pudiera exhibir, no tiene perfectamente claro que sólo Jesús es El Camino con mayúsculas? (Mt. 11, 27 y Jn 14, 6).
¿Y en serio tiene por tan escasa la capacidad comprensiva de unos jóvenes a quienes se les está tratando de evidenciar que sólo hay un Dios, y que es el mismo Dios y Padre para todos, con independencia de cuál sea la religión desde la que se esfuercen por adorarlo, darle culto y respetar sus preceptos (1Tim.. 2, 5-6 y Mt. 5, 45)? No hay más que visualizar el vídeo para comprobar que ellos sí entendieron la idea. Porque era ese, y no otro, el "punto de encuentro" en ese cruce de caminos que de alguna manera trataba de mostrarle con la foto aérea que busqué; es decir, la "semilla de verdad", la "convergencia", la premisa común y universal por la que hay que empezar a construir cualquier tipo de diálogo ecuménico. Dios es "YO SOY", no lo que yo-miserable, usted o la religión de cada cual diga que es. Tratar de constreñir a Dios en un parámetro o coordenadas puramente humana es virtual y metafísicamente imposible (recordemos la historia de san Agustín tratando de comprender el misterio de la Trinidad por la playa).
Pero sin llegar a tan altas cotas, qué bueno es eso de despegar la mirada del suelo y elevarla un poco. Le permite a uno ver las cosas desde otra perspectiva y sacudirse las legañas de la ideología o del sectarismo. Porque nos permite ver más claramente la Verdad, que también es el Camino: «La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad» (San Juan Pablo II).
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JM: Hace un berrinche inutil- Yo me atengo a las palabras y lo que significan para los lectores. Veamos:
“Una de las cosas que me impresiona de todos ustedes aquí presente es su capacidad para tener un diálogo interreligioso y eso es muy importante. Porque si comenzamos a altercar entre nosotros y a decir mi religión es mejor o es la verdadera, entonces ¿esto a donde nos llevaría?
Pues es lo que han hecho todos los santos durante toda la historia cristiana, a predicar que nuestra religión es la verdadera y las otras religiones no.
No podemos decir que mi religión es la verdadera y la tuya es falsa.
¿Por qué no podemos? ¿Por qué los santos sí pudieron y lo hicieron?
¿A dónde nos va llegar este tipo de intercambio? Que alguien me responda
¿A dónde nos va a llevar? A cumplir el mandato de Cristo de hacer discípulos a las naciones. Evidentemente hay modos, pero de que se puede decir la verdad se puede.
Nos va a llevar a la destrucción.
Esto no es cierto y la historia es prueba de ello.
Y está bien, se vale discutir, pero al final tenemos que reconocer que todas las religiones son un camino para llegar a Dios.
¿Cómo puede ser esto? ¿Cuales todas? ¿La azteca? ¿La hindú? ¿la de los antiguos griegos o los romanos? ¿todas conducen a qué Dios?
Les voy a dar una analogía: son como los diversos idiomas que existen en el mundo, pero todos los idiomas tienen el propósito de llevarte al mismo Dios.
Esto, con todo el repeto que merece el Papa, es una falacia de falsa analogía. Los idiomas permiten todos comunicarse y lograr el objetivo, las distintas religiones ni siquiera pretenden adorar al mismo dios.
Y si Dios es un Dios para todos, eso significa que todos somos hijos e hijas de Dios.
Dios puede ser Dios de todos, pero no todos reconocen a Dios, y tampoco significa que todos somos hijos de Dios (el Evangelio dice que solo los que en Él creen se les dio potestad para hacerse hijos de Dios), el resto son creaturas. Aunque aceptemos que el Papa está utilizando allí la expresión "hijos" para referirse a creaturas.
Pero alguien dirá, no, mi Dios es más importante que tu Dios, ¿es eso verdad?.
Pues claro que es verdad si lo dice un cristiano. ¿No va a ser Yahven más importante que Shiva, Zeus o Jupiter?
Es un solo Dios, y todos nosotros en religiones distintas estamos en caminos diferentes para llegar a Dios.
Pero entonces ¿es un camino o son varios caminos diferentes? ¿por qué creer que esos caminos conducen al mismo sitio?
Algunos son hinduistas, otros son musulmanes, otros son cristianos. Son solamente diferentes caminos para llegar a Dios. ¿Entendieron?
Ok, si todos van por caminos diferentes para llegar al mismo Dios, ¿por qué habría que cambiar de camino?
De nada sirve saltar a otros discursos y negar lo evidente. Allí están las palabras. Mejor es reconocer que el Papa se equivocó que seguir en ese sendero de autoengaño que no le hace bien.
Pero seguramente tenga razón, y es inútil. Usted no se atiene a las palabras; si acaso, como tantos otros, a las consignas del equipo, del lider ... del ídolo. El berrinche, si le divierte llamarlo así, es por la tristeza que me produce comprobar de primera mano cómo hombres aparentemente bien formados han renunciado a pensar por si mismos, renuncian a reconocer la Verdad en favor de un ídolo de mercadillo, diseñado por manos (mentes) de carne y hueso. ¿Realmente esperamos serle fiel en lo grande, cuando no hay valor para serle fiel en lo más pequeño?
El nuestro es un Dios celoso, que aborrece la idolatría ("como pecado de hechicería..."). También yo.
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JM: Usted es la que está defendiendo como ortodoxo el afirmar que todas las religiones con un camino que conduce a Dios, incluyendo aquellas que son idolátricas, solo porque lo dice el Papa, y si alguien dice algo, ¿es porque no piensa por sí mismo y adora un ídolo de mercadillo? Lo que hay que oir
El Papa Francisco ha sido blanco de críticas en manada por algunos sectores que lo acusan de herejía, y en otras webs que no menciono lo insultan y desprecian públicamente, especialmente por su enfoque en el diálogo interreligioso y por afirmaciones que, según sus críticos, parecerían relativizar la doctrina cristiana. Sin embargo, estas críticas carecen de fundamento si se analiza en profundidad el contexto de sus palabras y su enseñanza constante a lo largo de los años.
En primer lugar, es crucial recordar que el Papa ha reafirmado en numerosas ocasiones que Jesucristo es "el único camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6). En homilías, audiencias y documentos oficiales, Francisco ha dejado claro que la salvación viene por medio de Cristo. Un ejemplo contundente es su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, donde subraya que la Iglesia tiene la misión de anunciar la salvación ofrecida por Jesucristo a toda la humanidad. En sus catequesis y pronunciamientos, no hay lugar a dudas de que sigue fiel a la enseñanza tradicional de la Iglesia.
El contexto en el que Francisco ha hablado sobre otras religiones, como en encuentros de diálogo interreligioso, busca promover la paz y el entendimiento entre personas de distintas creencias, sin modificar la doctrina católica. Decir que "todas las religiones llevan a Dios" en estos contextos no implica una equiparación doctrinal de todas las religiones, sino un reconocimiento del sincero anhelo de trascendencia presente en las distintas tradiciones religiosas. Este enfoque sigue la línea del Concilio Vaticano II, específicamente en Nostra Aetate, donde se habla de la semilla de verdad que puede encontrarse en otras religiones, sin renunciar a la verdad plena que reside en Cristo.
Lejos de ser una herejía, las palabras de Francisco buscan tender puentes de entendimiento en un mundo fracturado por la intolerancia y el extremismo religioso, todo mientras reafirma la centralidad de Cristo en la salvación. El Papa no está alterando la doctrina.
Estas manifestaciones públicas atacando al Papa son gravísimas por varias razones. En primer lugar, quienes lanzan estas acusaciones no siguen el protocolo que Jesucristo mismo estableció en Mateo 18:15, que invita a dirigirse primero a la persona en privado cuando se percibe un error. En este caso, un gesto adecuado sería enviar una carta o email (individual o grupal) al Vaticano en lugar de difundir juicios y condenas públicas. En segundo lugar, estas críticas implican un juicio sobre la conciencia del Papa, lo cual es aún más grave. El Catecismo de la Iglesia Católica, en el punto 1789 de la parte de Moral (tercer párrafo), nos advierte claramente que nadie puede juzgar la conciencia de otro, pues esto es prerrogativa de Dios. Atacar la integridad moral del Papa, sin un conocimiento verdadero de su corazón y sus intenciones, no solo es injusto, sino que contradice directamente las enseñanzas morales de la Iglesia. Por tanto, este tipo de acusaciones no solo faltan gravemente a la caridad cristiana, sino que también están en desacuerdo con la misma doctrina que sus críticos dicen defender.
CIC 1789 — La caridad debe actuar siempre con respeto hacia el prójimo y hacia su conciencia: “Pecando así contra vuestros hermanos, hiriendo su conciencia..., pecáis contra Cristo” (1 Co 8,12).
Estoy seguro que estos ataques en manada son materia grave de confesión. Vosotros veréis lo que hacéis.
Bendiciones for every body!!!
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JM: Lo que digan algunos sectores, que se responsabilicen ellos mismos. Yo solo respondo por mis palabras. Meter a todos en el mismo saco es una generalización burda para evitar enfrentar los argumentos.
Nadie cuestiona la promoción de tolerancia y respeto entre creyentes. Los Papas anteriores lo han hecho sin sacrificar la verdad. Apreciamos lo bueno en otras religiones, como dice el Magisterio, pero decir que "todas las religiones llevan a Dios" es una afirmación vacía que va mucho más allá. Lo correcto sería decir en todo caso que las religiones no cristianas son caminos que "intentan" llegar a Dios. Porque lo intentan pero sabemos que no pueden conseguirlo.
El argumento de que esto sigue la línea del Concilio Vaticano II en Nostra Aetate es también falso. El Concilio reconoce elementos positivos en las religiones, pero no las valida en su totalidad, ni dice tampoco que esos elementos positivos salvan por sí mismos. Confundir la parte con el todo es un error.
Y acusar de "atacar al Papa" es una salida fácil para evitar argumentar, es un vulgar adhomimem. Mateo 18,15 habla de corregir al hermano que peca contra uno, no de responder públicamente a una enseñanza que escandaliza a los fieles. Usar este texto para desacreditar una crítica pública tergiversa su significado.
Finalmente, criticar una declaración papal no es un juicio sobre su conciencia. Se cuestiona lo dicho, no sus motivaciones internas. Es una diferencia que parece escaparle.
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Disculpe pero dos comentarios más arriba reconoció que era evidente para usted que las palabras del Papa corresponden con lo que su conciencia le dicta. Eso es juzgar su conciencia a sabiendas que en multitud de ocasiones a reiterado que Cristo no es un buda más y que es el único camina y verdad.
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JM: Me cita fuera de contexto cuando menciono: "no lo dijo para que entendieran que sus religiones los iban a conducir a la fe católica".
- No estoy diciendo que el Papa no desea que los no cristianos se conviertan.
- Tampoco afirmo que el Papa crea que Cristo y Buda están al mismo nivel.
Lo que estoy explicando es que no es razonable concluir que, al decir que todas las religiones son un camino a Dios, el Papa esté sugiriendo que esas religiones, por sí mismas, los llevarán a la fe católica. Eso no es un juicio temerario, sino una conclusión lógica derivada de sus palabras.
Dicho de otro modo, no hay forma de entender esas palabras como una invitación a la conversión de los no creyentes. Otra cosa es que el Papa pueda pretender esa conversión por otros medios, de otra forma, o en otro momento, cosa que no lo sé, ni me he pronunciado sobre ello.
1º.- Que la salvación exclusivamente está en Cristo.
2º.- Que Dios desea que todos los hombres se salven,
3º.- Que Él no niega la Gracia a quienes le buscan con buena voluntad.
A partir de esos tres grandes principios, sólo queda la conciencia de cada cual que sólo Dios conoce.
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