El ecumenismo no puede basarse en una imagen ilusoria del pasado
Recientemente el padre Alexander Lucie-Smith, sacerdote católico inglés, doctor en teología moral y editor consultor de The Catholic Herald, ha publicado una interesante crítica a la praxis ecuménica actual que quiero compartir con ustedes, porque concuerdo con ella. Siempre será prioritario restaurar la unidad entre los cristianos, sanar las heridas y profundizar en aquello que nos une, pero nunca a expensas de crear ilusiones en las que nos inventamos un pasado que nunca existió.
A continuación el contenido del artículo del padre Alexander (las negritas son mías):
El anglicanismo nació de un movimiento que vio la destrucción de todas los monasterios y casas religiosas de Inglaterra. Tenemos que afrontarlo con honestidad
Espero que el Papa haya disfrutado de su reciente visita a la Iglesia Anglicana de «Todos los Santos» ubicada en la Via del Babuino, en el corazón de Roma, obra del famoso arquitecto George Edmund Street. En el curso de su visita, predicó un sermón en italiano.
Interesante fueron las observaciones hechas en una sesión de preguntas y respuestas, que fue reportada por Radio Vaticano. Cuando deseaba hacer hincapié en lo que comparten los anglicanos y los católicos, el Papa dijo:
«Tenemos una tradición común de los santos … Nunca, nunca en las dos Iglesias, las dos tradiciones han renunciado a los santos: los cristianos que vivieron el testimonio cristiano hasta ese punto. Esto es importante».
«Hay otra cosa que ha mantenido una fuerte conexión entre nuestras tradiciones religiosas: monjes [masculinos y femeninos], monasterios. Y los monjes, tanto católicos como anglicanos, son una gran fuerza espiritual de nuestras tradiciones».
Estas afirmaciones son interesantes desde una perspectiva histórica y sugieren que el Papa quizás debería examinar más de cerca la historia de Inglaterra o los treinta y nueve artículos de la Religión sobre los que se basa el Anglicanismo.
El anglicanismo nació de un movimiento que vio la destrucción de todas los monasterios y congregaciones religiosas de Inglaterra, muchas de cuyas ruinas mudas son testigos de esta catástrofe al día de hoy. Además, los treinta y nueve artículos prohíben específicamente la veneración de los santos, y nuestros antepasados Tudor hicieron todo lo posible de destruir todos los santuarios de Inglaterra excepto uno (el de San Eduardo el Confesor, que fue salvado porque había sido rey). En dichos artículos se establece:
«La doctrina Romana concerniente al Purgatorio, Indulgencias, Veneración y Adoración, así de Imágenes como de Reliquias, y la Invocación de los Santos, es una cosa tan fútil como vanamente inventada, que no se funda sobre ningún testimonio de las Escrituras, antes bien repugna a la Palabra de Dios».
Para que el ecumenismo progrese, tiene que hacerlo sobre una base histórica sólida. No hay otra manera. Es cierto, como dice el Papa, que hay monjes y monjas anglicanas, pero estas fundaciones religiosas datan del siglo XIX como muy temprano y son frutos del Movimiento de Oxford. Durante cuatrocientos años no hubo vida religiosa vivida bajo votos en comunidad en la Iglesia de Inglaterra. Muchos (aunque no yo) verían la influencia de la vida religiosa anglicana como marginal en la Iglesia de Inglaterra. Una vez más, la devoción anglicana a los santos de nuestros tiempos está ciertamente presente y alentada; Pero si alguien como Santa Teresita de Lisieux tiene algún impacto en el pensamiento anglicano estos días, no estoy seguro.
Una gran parte de nuestro diálogo ecuménico se ha basado en una mezcla de ilusiones que no miran demasiado de cerca la fe histórica de nuestros cuerpos eclesiales.
Esto no hace ningún favor, y tiene que cambiar.
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17 comentarios
Dice en el numeral: 84 “El depósito” (cf. 1 Tm 6,20; 2 Tm 1,12-14) de la fe (depositum fidei), contenido en la sagrada Tradición y en la sagrada Escritura fue confiado por los Apóstoles al conjunto de la Iglesia. “Fiel a dicho depósito, todo el pueblo santo, unido a sus pastores, persevera constantemente en la doctrina de los Apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones, de modo que se cree una particular concordia entre pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida” (DV 10).
Claramente sabemos que Jesucristo una sola Iglesia. Además en la oración del Credo, e invito de nuevo al Catecismo de la Iglesia Católica: 811-870.
I. La Iglesia es una
"El sagrado misterio de la unidad de la Iglesia" (UR 2)
813 La Iglesia es una debido a su origen: "El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas" (UR 2). La Iglesia es una debido a su Fundador: "Pues el mismo Hijo encarnado [...] por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios [...] restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo" (GS 78, 3). La Iglesia es una debido a su "alma": "El Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia" (UR 2). Por tanto, pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una:
«¡Qué sorprendente misterio! Hay un solo Padre del universo, un solo Logos del universo y también un solo Espíritu Santo, idéntico en todas partes; hay también una sola virgen hecha madre, y me gusta llamarla Iglesia» (Clemente de Alejandría, Paedagogus 1, 6, 42).
El Catecismo nos ofrece enseñanzas muy valiosas, porque eso de dos iglesia, muchos cristianos se confundirán, ¿cuál es la que procede de Cristo? Es la Iglesia Católica, Apostólica, Romana. Las otras no son iglesias de Cristo.
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JM: Las demás son comunidades eclesiales cristianas, y a los que han recibido un bautismo válido, como también enseña el Catecismo, les reconocemos como cristianos y hermanos en el Señor.
Todos los que están guiados por el Espíritu Santo, tiene la necesidad de permanecer en la unidad de la Iglesia Católica,
(1Jn 2,18-19), el Apóstol nos enseña, que salieron entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Pues de ser de los nuestro, hubieran permanecidos con nosotros. Pero ahora llamamos hermanos a todos los que no profesan la doctrina de la Iglesia Católica.
Hubiera sido de gran ayuda, que esta enseñanza se hubiese incluido en el Catecismo de la Iglesia Católica, pero hoy por hoy, no ha sido posible:
• «El Espíritu Santo obra en la Iglesia lo mismo que el alma en todos los miembros de un único cuerpo. Más ved de qué debéis guardaros, qué tenéis que cumplir y qué habéis de temer. Acontece qué en un cuerpo humano, mejor, de un cuerpo humano, hay que amputar un miembro: la mano, un dedo, un pie. ¿Acaso el alma va tras el miembro cortado? Mientras estaba en el cuerpo, vivía; una vez cortado, perdió la vida. De idéntica manera, el hombre cristiano es católico mientras vive en el cuerpo; hacerse hereje equivale a ser amputado, y el Espíritu no sigue a un miembro amputado. Por tanto, si queréis recibir la vida del Espíritu Santo, conservad la caridad, amad la verdad y desead la unidad para llegar a la eternidad. Amén. » (San Agustín, obras completas, T.XXIV, 4º,4. Sermón 267,4. Pág. 831. Biblioteca de Autores Cristianos)
Hay otro numeral en el Catecismo de la Iglesia Católica.
1831: «Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios [...] Y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo» (Rm 8, 14.17)
Nosotros sabemos que el Espíritu Santo nos mantiene en la unidad de la Iglesia Católica. Los Sacramentos, tenemos a Cristo en el Sagrario, los confesionarios para los arrepentidos.
Y ya termino, hermano, el Señor premie tu paciencia.
"Después que la iglesia anglicana ha convenido, que se puede y que siempre se ha podido alcanzar la salvación en la Iglesia Romana, está fuera de duda para mí, que ninguna iglesia podrá separarse de la romana, sin constituirse, por este solo hecho, cismática en la presencia de Dios. Por el bien de la reforma es por lo que yo insisto sobre un principio que puede servir para reunirnos a la Iglesia de Roma. Estoy bien convencido que de otra suerte no habrá unión entre nosotros mismos, y que no solamente nuestra reforma, sino también el cristianismo que profesamos en común, todo se perderá por nuestras divisiones, que jamas tendrán término sino con nuestra unión con Roma.”
Fuente: Palabras citadas en el libro: Diálogo entre un Católico y un Protestante - André Charvaz. p. 65
"Es totalmente necesario que se exponga con claridad toda la doctrina. nada es tan ajeno al ecumenismo como el falso irenismo, que pretendiera desvirtuar la pureza de la doctrina católica y obscurecer su genuino y verdadero sentido." (Unitatis Redintegratio, 11)
"Pero subsiste el peligro. El arte del apostolado es arriesgado. La solicitud por acercarse a los hermanos no debe traducirse en una atenuación o en una disminución de la verdad. nuestro diálogo no puede ser una debilidad frente al deber con nuestra fe. El apostolado no puede transigir con una especie de compromiso ambiguo respecto a los principios de pensamiento y de acción que han de señalar nuestra cristiana profesión. El irenismo y el sincretismo son en el fondo formas de escepticismo respecto a la fuerza y al contenido de la palabra de Dios que queremos predicar. Sólo el que es totalmente fiel a la doctrina de Cristo puede ser eficazmente apóstol. Y sólo el que vive con plenitud la vocación cristiana puede estar inmunizado contra el contagio de los errores con los que se pone en contacto." (Ecclesiam Suam, 33)
Sin embargo habría que cuestionarse honestamente, en qué medida otras indicaciones contenidas también en esos mismos documentos posiblemente hayan contribuido sustancialmente en fomentar las tendencias de irenismo contra las que brevemente advierten.
En todo caso parece que esta corriente de irenismo ecuménico no encontró resistencia decisiva en la Iglesia hasta la "Dominus Iesus" del Cardenal Ratzinger, a encargo explícito de San Juan Pablo II, la cual el Cardenal Kasper y todo su círculo del episcopado alemán nunca le perdonaron a Ratzinger. Con el elogio extraordinario del papa recién electo hacia el Cardenal Kasper en el primer Angelus del pontificado y luego en el primer consistorio, quedó claro que todo lo que este cardenal representa, formaría parte de los objetivos del presente pontificado. Teniendo en cuenta, que las ideas del Cardenal Kasper en buena parte han sido la antítesis de los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, no sorprende, que el pontificado del Papa Francisco se presente como una reivindicación de las ideas del Cardenal Kasper en contra de los dos pontificados precedentes.
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JM: Las citas son bastante oportunas en cuanto a lo que reseña el artículo del padre Alexander. No me he resistido a colocarle cursivas y negritas a una de ellas.
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JM: Tiene razón, luego de examinar con más cuidad el comentario he visto que no era irrespetuoso. Me había parecido porque decia "quien conozca la trayectoria de Bergoglio en Buenos Aires" pero luego ha aclarado "del entonces Cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco". Pero aprovecho de comentar que prefiero que este tema no se desvié por allí, primero porque daría pie a una cadena sin fin de críticas al Papa, y segundo porque este tema no trata específicamente de la forma de pensar del Papa ni de su anterior trayectoria, sino de lo que el padre Alexander refiere como un desacierto en la praxis ecuménica.
blogdelpadrefortea.blogspot.com.ar/2017/03/primeras-visperas-anglicanas-en-el.html
Saludos.
Lo único obedecible del Papa son las verdades reveladas divinamente, definitivas y seguras derivadas de su misión de confirmar la fe.
Lo demás es potencialmente criticable, y más si confunde la fe o es indiferente a ésta.
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JM: Lo que afirma es impreciso. Como enseñó en su momento el Papa Juan Pablo II, al Papa se le debe "religioso asentimiento de voluntad y entendimiento" a aquellas doctrinas enunciadas por él o por el Colegio de los Obispos cuando ejercen el Magisterio auténtico, "aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto definitivo" (Ad Tuendam Fidem). También se puede consultar al respecto la Donum Veritatis, Sobre la vocación eclesial del teólogo.
Pues eso:
Levantan tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias.
El papado de SJPII es un buen referente, se firmaron acuerdos con casi todas las Iglesias, declaraciones cristológicas y acercamientos ecuménicos. También B-16 y Francisco lo han hecho, aunque falta un empuje, especialmente con cristianos orientales cuya cercanía con Roma aumenta.
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Estos actos no son infalibles y además deben de estar guiados por el Espiritu Santo.
No es magisterio auténtico, y por lo tanto, puede y debe ser no asentido de voluntad y entendimiento, y difundido y defendido en abierta oposición al Papa o cualesquiera autoridad eclesial, como el caso de Pedro y Pablo, y como permite el canon 212 del CDC, cuando se contradice a las Sagradas Escrituras y Tradición, el Magisetrio vivo, la herencia espiritual y el sentido común de la fe, que proceden del Espíritu Santo. ----EDITADO-----
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JM: Muy largo y no voy a perder tiempo en una diatriba que elude el tema y persiste en reafirmar el error.
Usted dijo "Lo único obedecible del Papa son las verdades reveladas divinamente, definitivas y seguras" y eso no es cierto, al Papa no sólo se le debe obediencia cuando define doctrinas de manera definitiva, pues hay distintos niveles de asentimiento religioso como se explica muy detalladamente en las fuentes que he citado.
Sí y sólo si cumple con la regla de la fe.
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JM: Creo que fui claro. No tiene sentido insistir enviando más comentarios sobre este tema, a menos, que quiera perder su tiempo.
Se condenaba a las herejías pero se promocionaba a los herejes, tal vez pensando ingenuamente, que con un trato tan misericordioso y generoso de parte de la autoridad eclesiástica, abrazarían de pura gratitud la ortodoxia. Lo cual equivalía al sueño utópico de que al lobo feroz adulto se le podría todavía domesticar, que abriéndole no solo las puertas del redil, sino encomendándole incluso el cuidado de las ovejas, como si fuese un perro pastor alemán, se desvanecería su instinto de predador.
Ahora ya ni se condena las herejías, pero sí se castiga severamente a quienes se atreven a seguir combatiendo herejías y herejes. Pues ahora no solo tienen tronos los herejes, sino también sus herejías. Los cadalsos se levantan para quienes se les interponen. Tanto que para la aplicación del cadalso a los defensores de la ortodoxia se ha introducido el neologismo o argentinismo porteño de "misericordiar". Si a los buenos eclesiásticos que aún quedan, se les desea que el Señor tenga misericordia de ellos, hoy hay que añadir: pero que su Vicario en la tierra no les aplique la suya.
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