Un síntoma de una grave enfermedad espiritual que aqueja a la Iglesia
Como comenté en mi post anterior, recientemente Sor Lucía Caram acaba de ser noticia en los titulares por hacer otra de las suyas.
Esta vez no estaba defendiendo el derecho de la mujer a abortar, o alegando que la Iglesia debe bendecir cualquier tipo de “amor", sino negando públicamente el dogma de la virginidad de María, que según ella, representa un alejamiento del “auténtico mensaje", ya que José y María eran “una pareja normal, y lo normal es tener sexo“. Y eso para ella es así aunque “cueste creer y digerir“.
Que una religiosa católica diga eso en televisión sin ningún tipo de medida disciplinaria de parte de sus superiores es un síntoma de una grave enfermedad en la Iglesia. Pero más grave aún es que un arzobispo (monseñor Santiago Agrelo) salga en su defensa en las redes sociales diciendo que piensa que la virginidad de María es “cosa suya y de Dios”, y que ocuparse de esto es perder el tiempo en vez de ocuparse por ejemplo de salvar a un niño de seis años que murió trágicamente al cruzar el Estrecho de Gibraltar. En ese contexto afirmó:
“Ella [la virgen] no me lo dijo, pero creo que lo piensa: «Mi virginidad es cosa de Dios y mía, y no es el caso que perdáis tiempo en afirmaciones que nada me añaden, o en negaciones que nada me quitan. Lamentablemente, no os habéis ocupado de mi hijo Samuel, que, él sí, era responsabilidad vuestra, y mucho le habríais dado si defendieseis su derecho a vivir, y mucho le habéis quitado por habérselo negado”
Viniendo de un arzobispo es gravísimo por varias razones:
Primero: se refiere a la virginidad de María como algo irrelevante, la cual afirmarla nada le añade y negarla nada le quita. Siendo que se refiere a un dogma de fe, es inconcebible que insinúe que la Iglesia puede definir un dogma irrelevante y que no atañe a la Iglesia toda.
Segundo y lo más grave: es que de manera subconsciente denote que prioriza los bienes naturales por sobre los bienes sobrenaturales.
Pasan así las verdades de fe a un segundo plano y la fe católica queda reducida a una mera asistencia social que debe requerir todos nuestros esfuerzos sin dejar espacio para nada más.
Pero razonando así, la defensa de cualquier dogma o verdad de fe será superflua, porque siempre habrá un pobre que ayudar, o un refugiado que podríamos haber salvado en vez de “perder el tiempo” defendiendo un dogma.
Este es básicamente el argumento de Judas cuando se escandalizó porque se derramó perfume sobre los pies del Señor protestando: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?» (Juan 12,5), a lo que Jesús contestó: “Pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis” .
Que debemos ser solidarios con los pobres no se duda. Ya saben, “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber“, pero eso no debe ser excusa para dejar en un segundo plano la fe.
Cristo no fundó una Iglesia cuyo objetivo principal fuese combatir la pobreza material, sino para anunciar el evangelio. La doctrina y los dogmas de nuestra fe son importantes, más importantes que incluso la asistencia social a los necesitados. Y no digo que lo segundo no es importante, sino que NO ES más importante que lo primero.
Por supuesto, no hay por qué caer en falsas disyunciones, ya que se puede defender la fe y a la vez ser solidarios con los necesitados. No se trata del aut-aut protestante, sino el et-et católico.
Post post: Afortunadamente también hubo un arzobispo que si se comportó como se espera de un sucesor de los apóstoles. Mons. Alfredo Horacio Zecca, arzobispo de Tucumán, no esperó para condenar las declaraciones de Sor Lucía.
Incluso sus mismas hermanas en la orden que aun con profundo dolor se vieron obligadas a reprenderla públicamente. Aun en estapas oscuras como esta la Iglesia es indefectible y mantendrá pastores fieles que cuidarán de su grey.
“¡Señor!, han dado muerte a tus profetas; han derribado tus altares; y he quedado yo solo y acechan contra mi vida. Y ¿qué le responde el oráculo divino? Me he reservado 7.000. hombres que no han doblado la rodilla ante Baal.”
(Romanos 11,3-4)
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21 comentarios
Lo aviso de antemano porque no publicaré comentarios en ese sentido, de manera de que no malgasten su tiempo haciéndolo. Guerra avisada no mata soldado.
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¿Eso es una "condena"?
Yo ahí no veo más que una mera advertencia.
Pero sobre lo que dices del arzobispo, estoy totalmente de acuerdo.
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JM: Allí está el comunicado en esta noticia:
El Arzobispo de Tucumán condena las declaraciones de Sor Lucía Caram sobre la Virgen María y San José
Si ve allí sólo una advertencia no puedo hacer nada, pero cada quien puede sacar sus propias conclusiones.
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JM: Es que la Iglesia es de Dios, y todos servimos a Dios. Las vocaciones son llamados para servir a Dios y eso no lo cambia que un arzobispo se exprese como se ha expresado Mons. Agrelo.
Hoy más que nunca son necesarias las vocaciones y los santos en la Iglesia para renovarla. Los verdaderos reformadores y testigos del evangelio son los santos.
Procediendo ese menosprecio de un Arzobispo católico, sólo podemos calificar sus palabras como gravísima impiedad y blasfemia.
Grave es que haya quien niegue o ningunee Dogmas de Fe. Y más grave es que eso siga sin corrección alguna.
¡Saludos!
Y si no es Dios, hagamos con él como con los demás profetas, porque ¿quién es Él para obligarnos a nada?
Entonces, ¿quién me ha hecho guardián de mi hermano? El muerto al hoyo, y el vivo al bollo, y comamos y bebamos, que mañana moriremos.
Ese arzobispo hará bien en arrepentirse pronto, salvo que esté haciendo oposiciones para pasar la eternidad en la jolgoriosa compañía de Arrio, Nestorio, Lutero, ...
Aunque seguramente también creerá que el infierno no existe, o está vacío, que Dios llevará al cielo al final hasta a Satanás, y que lo que importa es ser buena gente y sentirse bien con uno mismo...
Juan Enrique Rica Barriga "Los que aman a Cristo no soportan oír que la Madre de Dios dejara en algún momento de ser virgen."
Según monseñor Agrelo, esta frase debe de ser de alguien que no se preocupa de acudir en socorro de los pobres, pues que perdía el tiempo discutiendo sobre la virginidad de María.
La frase es de Basilio de Cesarea, fundador del primer centro asistencial de la historia al servicio de pobres, viudas, huérfanos, enfermos y desheredados. Cf. BASILIO DE CESAREA, Sermo in Nativitate, V, en J.P. MIGNE, Patrologiae Graecae, XXXI, 1467.
Juan Enrique Rica Barriga: Con el mayor respeto, y como sacerdote, no puedo menos que lamentar que un obispo se aparte de la misión que le corresponde y se dedique a defender a quienes ponen en duda la fe que en su ordenación juró enseñar y custodiar. Por lo demás, ignoro la lógica que guía su pensamiento. Si los malvados católicos que profesamos la fe en la virginidad de María hemos consentido (?) que muriera el Samuel a quien se refiere, seguramente habrá que preguntarle a monseñor Agrelo qué ha hecho él para evitarlo, pues que tampoco él lo ha impedido, como tampoco lo ha impedido ninguna monja mediática, que pierde el tiempo yendo a frívolos programas de televisión en vez de salvar a Samuel.
Por lo demás, lamento la limitación de capacidades que padece este obispo. Conozco a mucha gente que es capaz de pensar en los dogmas marianos sin dejar por ello de trabajar en favor de los pobres y desheredados. No son ni han sido nunca actividades mutamente excluyentes. el obispo Basilio de Cesarea podía defender la ortodoxia a la vez que fundaba el primer centro asistencial de la historia. Si monseñor Agrelo es incapaz de realizar ambas funciones, debería hacer dos cosas: primero, no suponer que los demás somos igual de incapaces, segundo, deponer la mitra y el báculo y fundar una ONG, que para eso no hace falta ser obispo.
Naturalmente no es esto lo que le recomiendo (y se lo recomiendo como cristiano y como sacerdote), sino que abandone esos sofismas y cumpla con su misión episcopal en su integridad, sin falsas alternativas.
José Luis Millan: Pues de la Virgen se ocupa el Credo en sus dos versiones, seguramente prescindible para este memo. En la Santa Misa además el Confiteor, Santa María, siempre Virgen”, la Plegaria Eucarística I, “la gloriosa siempre Virgen María”; la II, “nacido de María, la Virgen” y “la Virgen Madre de Dios”; la III, “la Virgen Madre de Dios”; la IV, “nació de María la Virgen” y “la Virgen Madre de Dios”. Pues da la impresión de que se ocupa mucho de virginidades. ¿Será prescindible?
Bendito sea en nombre de María, Virgen y Madre. Virgen prudentísmo, Virgen digna de veneración, Virgen digna de predicación o de alabanza, Virgen poderosa, Virgen clemente, Virgen fiel.
Porque tenemos a Pedro Valdo, los franciscanos "poverelli", en oposición a sus hermanos de orden, los nefastos teólogos de cierta "Teología de la liberación" y esta racha actual, que parece disfrutar, poniendo por encima de todo: comedores, ropa para andrajosos, ayuda a menesterosos, todo enormemente evangélico, pero, ¿lo es también el prurito de mandarse alguna que otra herejía, "pour épater les bourgeois"?
Jesús se identificó en cierto modo con todo pobre y necesitado (Mt 25,31 - 46), pero no menos dejó asentado: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí" (Mt 10,37).
Por ende, preocupación por los pobres, sí, es fundamental en el Evangelio, pero "oportet haec facere et illa non omittere" (= es necesario hacer esto, y no omitir aquello).Siempre el "Y" católico.
Vaya si se interesaron y tanto hicieron por los pobres Don Orione, Cottolengo, Teresa de Calcuta. Pero, ¿se les ocurrió alguna vez llamar la atención de los medios sobre sus personas? ¿Anduvieron exhibiéndose ante los periódicos o las cámaras?
No olvidemos, que el "Padre ve en lo secreto" (Mt 6,4.18).
Ave Maria purisima sin pecado concebida
ruega por nosotros pecadores .
Amen
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