La desistencia de la autoridad en la Iglesia
En los comentarios a la serie sobre polémicas matrimoniales, para la que he tenido que escribir ya más de una veintena de artículos como penitencia por mis pecados, hay algunos temas que surgen una y otra vez. El más común es la queja por la pasividad de las autoridades en la Iglesia.
¿Por qué el Papa no impide que se haga o diga tal cosa? ¿Por qué Monseñor Ausente Nostoy permite que D. Nestorio Árriez, párroco de Villamodernista, enseñe barbaridades desde el púlpito? ¿Por qué ese superior religioso no echa a patadas a Fray Herético o a Sor Mundana? ¿A qué espera la Conferencia Episcopal de Heterodoxilandia para pronunciarse? ¿No debería alguien hacer algo?
Es una queja constante y, digámoslo desde el principio, muy razonable. No me importa reconocer que yo siento lo mismo en muchas ocasiones cuando leo noticias sobre la Iglesia. Sin embargo, en lugar de limitarme a la queja, por muy justificada que pueda estar, me gustaría centrarme en las causas de esta situación. A fin de cuentas, para solucionar un problema lo importante no es repartir culpas, sino diagnosticar bien la enfermedad para atacar sus causas. Cognitio rerum per causas.
La inoperancia de la autoridad en la Iglesia desde hace al menos medio siglo es, creo yo, evidente para cualquier persona medianamente razonable, quizá con la excepción de una buena parte de los propios clérigos, que parecen extrañamente ciegos a ella (o, peor aún, en algunos casos están encantados con la situación). Esta dejación de la jerarquía en sus funciones de gobierno es lo que Romano Amerio llamó la desistencia de la autoridad eclesial.
Como es lógico, un fenómeno tan extendido, que en su forma actual ha durado ya cinco décadas no puede tener una única causa, sino que probablemente obedece a una suma de circunstancias, procesos históricos y conductas personales que han desembocado en la situación actual. No obstante, aunque no pueda hablarse de una única causa, creo que es posible señalar una causa principal, que explica la sustancia del fenómeno. A pesar de limitarnos a una única causa, hablar con una mínima profundidad de ella exigiría libros enteros, pero haremos lo que podamos con el espacio del que disponemos, dando grandes brochazos donde lo ideal sería poder analizar las cosas con detalle.
A mi entender, la desistencia de la autoridad de la Iglesia es la consecuencia inevitable de otra desistencia, la desistencia en la búsqueda de la verdad. Esta segunda desistencia, mucho más grave aún que la primera, es fruto de un proceso histórico de larguísima duración, que hunde sus raíces en diversos movimientos históricos y que va alejando al hombre de la Verdad, tanto material como afectivamente.
Entre esos movimientos históricos, en el campo del pensamiento, cabe destacar el nominalismo, que fue el primer paso para abandonar la gran tradición del realismo aristotélico-tomista, en favor de un subjetivismo que, poco a poco, se fue exacerbando. Posteriormente, llegó el antropocentrismo renacentista: en lugar de considerar a Dios (y por lo tanto a la Verdad) como centro de todo, la atención empezó a desplazarse hacia el hombre (y por lo tanto, hacia su subjetividad). El paso siguiente fue el racionalismo, con Descartes como su paradigma, que trasladó la cuestión del ser al sujeto: “pienso luego existo”; lo primero es el yo y, sólo en segundo plano, se encuentran el ser y el Ser. Por eso, en el cartesianismo y en todas las filosofías posteriores, la admiración es sustituida por la duda como principio de la filosofía.
Después de Descartes, que todavía era católico, el ritmo del abandono progresivo de la Verdad se aceleró. La Ilustración opuso naturaleza y civilización, razón y fe, religión y ciencia. La filosofía, a marchas forzadas, comenzó a despeñarse por el sendero del subjetivismo con diferentes nombres: empirismo, positivismo filosófico, evolucionismo filosófico, idealismo, hegelianismo, el positivismo jurídico y todos sus hermanos y primos hasta desembocar en el pensamiento débil y el relativismo propios de nuestra época.
Como es lógico, esta telúrica corriente de alejamiento de la verdad también ha afectado al catolicismo. La reforma protestante, que se puede enmarcar dentro de la misma tendencia general al subjetivismo, pasó de una religión basada en la Tradición, la Escritura y el Magisterio a otra basada en la interpretación subjetiva de la Escritura, con quot capita tot sententiae. Vinieron después el liberalismo religioso, las innumerables sectas protestantes y grupos seudognósticos que surgieron como setas en los siglos XVII- XIX, el americanismo y, sobre todo, el modernismo teológico (este último con una envidiable buena salud en nuestra época).
¿Ha habido intentos de dar la vuelta a esta corriente? Muchos, pero poco efectivos y, en general, cada vez más infectados ellos mismos por el propio virus que intentan sanar. Se pueden citar en este sentido el neotomismo, el ultramontanismo, los diversos tradicionalismos y legitimismos, el conservadurismo político y religioso, el personalismo, la renovación patrística o los nuevos movimientos católicos, entre otros muchos. Sus defensores luchan, en muchos casos con un grandísimo esfuerzo y sacrificio personal, contra un enemigo que en ocasiones no comprenden del todo y contra el que, en el mejor de los casos, sólo consiguen pequeñas victorias pasajeras, a precio de ir cediendo constantemente terreno, que no parecen afectar al gran río de la tendencia multisecular.
Sería muy largo analizar esto, pero es fundamental tener en cuenta que los que participan en esos intentos de arreglar las cosas son hijos de su tiempo y, en muchos casos, intentan arreglar las cosas pero partiendo ya de varios presupuestos y de una forma mentis que ya están deformados como consecuencia de la misma corriente antiverdad y serían impensables, por ejemplo, para un Santo Tomás. Por eso tienen tan poco éxito en dar la vuelta a la tortilla. El ejemplo más claro es el conservadurismo actual, que está infectado hasta la médula de liberalismo. No es de extrañar, pues, que en realidad termine diferenciándose muy poco de los progresistas. Lo mismo sucede con otros movimientos políticos, como los legitimismos, que, en lugar de basarse en una concepción sana de la monarquía tradicional, se centraron en muchos casos en el absolutismo del siglo XVII, que en realidad es la peor época de la monarquía.
El mismo concepto de derechos humanos, aunque no lo parezca, es uno de estos intentos de volver a la Verdad objetiva, mediante el intento de proponer una serie de verdades universales sobre los seres humanos que no se puedan relativizar. Sin embargo, su origen y sus defensores están tan ligados a esta corriente antiverdad que, en la práctica, los derechos humanos han llegado a ser exactamente lo contrario de lo que pretendían en un principio, convirtiéndose en meras armas arrojadizas al servicio de cada nueva moda social y perdiendo cualquier pretensión de contenido objetivo, universal y permanente. Lo mismo podría decirse de la idolatría de la razón característica de la Ilustración, que, al exagerar la capacidad del intelecto humano, terminó por dar lugar al irracionalismo actual y al abandono de la razón.
En los intentos intraeclesiales, en muchos casos también se puede observar un insidioso semipelagianismo típico de la época actual, arqueologismos (que idealizan un primitivismo imaginario a expensas de la verdadera relación con el origen de la Iglesia que se logra a través de la Tradición), la primacía de la acción sobre la contemplación, un desprecio cronolátrico de la escolástica o la obsesión por cuestiones superficiales, sin conseguir una síntesis que pueda galvanizar a la cultura de la época. Por supuesto, todo esto se nota mucho en los peores representantes de estas corrientes y menos en los mejores, pero a mi entender es algo que afecta a todos. Y cuando digo a todos me incluyo a mí mismo: somos personas de nuestro tiempo y la propaganda constante de la ideología apóstata de nuestra época nos influye aunque no nos demos cuenta.
Todo este proceso, con su larguísimo devenir, sus avances y (pequeños) retrocesos ha desembocado en la mentalidad de nuestra época. En comparación con edades anteriores, nuestro tiempo se caracteriza ante todo por haber renunciado a la verdad, no sólo no creyendo ya en la posibilidad de encontrarla, sino negando la existencia misma de la verdad en el sentido estricto del término. El hombre moderno no espera ya encontrar la Religión verdadera, sino una religión útil que le haga sentirse bien; no cree que haya filosofías correctas e incorrectas, sino sólo originales o anticuadas; no concibe principios inamovibles, sino sólo consensos más o menos ventajosos, y no está dispuesto a tolerar la existencia de normas morales que osen coartar su sacrosanta libertad.
El grito del demonio siempre ha sido non serviam. La versión de nuestro tiempo es “nadie puede decirme lo que tengo que hacer”, la famosa anomía de la que habla San Pablo en 2 Tes 1-2. Hasta los teólogos intentan librarse del “yugo” de la Tradición, la Escritura, el Magisterio e incluso la Verdad absoluta, quebrando el principio de autoridad para ser “auténticamente libres” y crear una nueva moral “más adecuada para el hombre de nuestro tiempo”, que no se base en la verdad ni en la revelación, sino en la mera voluntad autónoma del hombre. Olvidan así cosas que saben hasta los niños que estudian el catecismo: las palabras de Cristo no pasarán, sólo la Verdad os hará libres y el que me ama, cumplirá mis mandatos.
En la Iglesia, esta mentalidad provoca inevitablemente la falta de fe. No una falta de fe individual, como en épocas anteriores, sino una falta de fe generalizada, como ambiente general y, por lo tanto, más difícil de percibir. Como dice el aforismo clásico, en el país de los ciegos, todo el mundo ve de maravilla. Los católicos de hoy, en su gran mayoría, han perdido la idea misma de la fe que vale más que el oro y ya ni siquiera la echan de menos, sino que creen que la incertidumbre, la duda y la sensación de inferioridad con respecto al mundo son el estado habitual del cristiano. Por eso, en general, les escandalizan el martirio, la preocupación seria por la verdad de la fe, el valor de la Tradición y la intransigencia en cuestiones morales. La fe se suele entender más bien como opinión, la esperanza como un ingenuo optimismo (interrumpido periódicamente por desconsolados brotes de pesimismo que se curan a base de pastillas) y la caridad como buen rollito y llevarnos todos bien. En consecuencia, surge el horror a la cruz y la gracia cede su puesto al activismo en la conciencia cristiana, dominada por un semipelagianismo (o pelagianismo entero) rampante y desafiante.
La jerarquía, como es lógico, está hecha de la misma madera que los seglares de los que proviene. A fin de cuentas, nadie nace siendo sacerdote u obispo. En ella, el signo más claro de esta enfermedad es precisamente la desistencia de la autoridad. Si la fe es sólo una formulación provisional de una opinión más sobre la (incognoscible) verdad, tiene poco sentido defender a ultranza esa fe o enfrentarse a la opinión pública para corregir a los que promueven herejías y heterodoxias. Si la fe no es cuestión de vida o muerte, es comprensible que proteger a los fieles de los que enseñan doctrinas distintas no sea una prioridad. Basta pensar, por poner un ejemplo entre una legión de ellos, en un Anthony De Mello, cuyas tesis, evidentemente heterodoxas, no fueron condenadas hasta ¡once años después de su muerte! por la Congregación para la Doctrina de la Fe, a pesar de que había sido el gran best-seller religioso de su época, con un lugar de honor durante treinta años en todas las librerías religiosas, también en las diocesanas, y con traducción a muchísimas lenguas. El contraste con todas las épocas anteriores de la Iglesia, incluida la apostólica, no podría ser mayor: Si alguien niega que Jesucristo haya venido en la carne, es el anticristo, decía San Juan, y si yo o un ángel del cielo os predicara un evangelio diferente, sea anatema, advertía San Pablo.
Una manifestación muy clara es el lenguaje de los documentos eclesiales, que es blandito, generalmente oscuro, retórico, políticamente correcto y preocupado ante todo de no ofender a nadie. ¿En qué se parece ese lenguaje al de Cristo, que sabía hablar con dulzura cuando convenía y con total claridad, rotundidad y dureza cuando era necesario? ¿Alguien imagina un documento actual de la Iglesia que dijese cosas como sepulcros blanqueados, nidos de víboras, generación mala y adúltera, ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, duros de entendimiento y torpes de corazón, o quien se casa con la repudiada comete adulterio? ¿Por qué ese alejamiento de la forma de actuar de Cristo? Da la impresión de que, de alguna manera, se está extendiendo en la Iglesia una especie de concepción difusa de que hoy somos “mejores” que Cristo, precisamente porque somos más blandos, menos claros y más políticamente correctos que Nuestro Señor. Es triste, pero no de extrañar, porque despreciar la Verdad es lo mismo que despreciar al que dijo Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Curiosa y escandalosamente, en muchos casos la desistencia de la autoridad es más pronunciada en los eclesiásticos que mantienen en mayor grado la fe, porque ejercer esa autoridad, para ellos, casi siempre implicaría ir en contra de la opinión general y de lo políticamente correcto. Esto es más evidente en el nivel episcopal, porque el proceso de elección de obispos también está influido por la misma tendencia a la desistencia y, por lo tanto, suele preferir a candidatos que no vayan a “dar problemas” y que nunca hayan oído aquella frase evangélica de Si el mundo os odia, sabed que antes me ha odiado a mí… Además, al resultar más visibles para un mundo que ya ha abandonado casi por completo la verdad, los obispos están en el candelero e inmediatamente sufren persecución cuando actúan como deben, tanto dentro como fuera de la Iglesia. El párroco de una parroquia rural perdida, puede defender la fe católica sin compromisos y, a lo más, sufrirá las críticas de los vecinos tibios o descontentos. En cambio, un obispo que se atreva a desafiar en nombre de la fe a los dogmas políticamente correctos de la modernidad será puesto en la picota mediática de manera casi instantánea.
En cambio, los que apenas tienen fe o no la tienen en absoluto (aunque conserven las apariencias), pueden ejercer drásticamente su autoridad sin ningún problema, por dos razones. Por un lado, suelen ejercer esa autoridad en la dirección que favorece el mundo (en el sentido teológico de la palabra) y eso no les granjea sinsabores sino aplausos. Por otro lado, se han “liberado” del obstáculo que supone tener que ejercer su autoridad dentro de los límites de la fe y la moral y ese vacío lo llena enseguida la propia voluntad omnímoda y absoluta, que no admite frenos ni obstáculos. A pesar de lo que piensa la mayoría de la gente, una autoridad sin fundamento objetivo siempre es muchísimo más autoritaria que una que se basa en criterios firmes y establecidos. Esto explica la terrible dureza que a veces se observa en el ejercicio de la autoridad por parte de clérigos de doctrina más bien cuestionable y cuya palabra favorita es “tolerancia”.
En cualquier caso, creo que deberíamos ser conscientes de que no estamos ante una actitud particular incomprensible por parte de algunos obispos, superiores religiosos, etc., sino ante algo mucho más profundo y que afecta, en mayor o menor medida, a todas las autoridades en la Iglesia (incluida la autoridad paterna en los seglares) y, en general, a todos los que nos consideramos católicos. Vista así la cuestión, uno enseguida se da cuenta de que no tiene mucho sentido sorprenderse y enfadarse cuando los que ostentan la autoridad en la Iglesia no la ejercen, porque nadie da lo que no tiene. Incluso aunque se dieran cuenta de que deberían actuar de otra forma, haría falta un milagro para compensar la fuerza de hábitos de años y años, la presión conformista de sus iguales y la persecución del mundo.
Mientras tanto, los hombres gimen, cansados y agobiados, bajo el poder del Príncipe de la Mentira. Los fieles se mueven desorientados de un lado para otro, como ovejas sin pastor, extraviados por falsos maestros que son como lobos en medio del rebaño. La fe y la moral de la Iglesia no se enseñan, porque los encargados de proclamarlas se avergüenzan de ellas. Los centinelas, colocados sobre las murallas de la Iglesia, se han ido a dormir y el enemigo ha abierto una brecha en las murallas. El abandono de la Verdad ha llevado al abandono de los demás trascendentales: la Unidad se ridiculiza como si fuera mera uniformidad que esclaviza y coarta, la Belleza casi ha desaparecido de nuestras iglesias, nuestro arte religioso y, horresco referens, nuestras liturgias, y la Bondad (¡si Platón levantara la cabeza!) se confunde con ser simpáticos y agradables. No es extraño que los cristianos, acomplejados ante un mundo que parece tener las de ganar, pierdan la esperanza y, poco a poco, se vayan amoldando a la forma de ser del mundo y dejen la fe de sus padres. Las peores pesadillas de una mente enferma se van haciendo realidad en nuestra época y ya nos parecen normales. Sion deserta facta est, Jerusalem desolata est.
¿Cuál es la solución a todo esto? No soy profeta ni hijo de profeta, así que no lo sé. Intuyo que, por un lado, esto tiene que empeorar bastante antes de mejorar, porque una tendencia tan poderosa y de tan larga duración difícilmente se podrá revertir sin una serie de acontecimientos traumáticos, que revuelvan por completo a la Iglesia actual. Por otro lado, como ya señaló Chesterton, solucionar un error implica retroceder al punto en el que se tomó el camino equivocado, para enderezar ese camino. O, en palabras de un verdadero profeta, tendremos que volver al amor primero. Todos en la Iglesia, empezando o quizá terminando por su jerarquía, tendremos que volver a enamorarnos de la Verdad, que se encarnó por nosotros y para nuestra salvación. Si Dios quiere, volveremos a darnos cuenta de que esa Verdad es el tesoro escondido por el que merece la pena dejarlo todo y sufrirlo todo, porque de ella depende la vida eterna. Quizá eso implique que la Iglesia disminuya mucho de tamaño o incluso que venga una nueva época de persecuciones violentas, pero, antes o después, tendremos que corregir el rumbo y volver a poner a Dios en el centro de todo.
Por último, yo diría que el punto de inicio de una auténtica renovación del catolicismo, como todo punto, será muy pequeño. Pequeño como un grano de mostaza. Tan pequeño como alguien, quizá un lector de este blog, que se arrodille humildemente en Cuaresma ante su Señor y se ponga, de verdad, en sus manos, dejando obrar de una vez a la gracia. Nada más y nada menos.
Ánimo. Cristo es el Señor de la Historia.
190 comentarios
La paz
Solo un detalle: «ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perfección» Dios te oiga! ;p
Igual las síntesis que pretenden explicar demasiado acaban explicando bastante poco ...
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Pues yo si que lo sé. Y lo sé porque yo sí, yo soy profeta e hijo de profetas.
Más no te puedo decir el cómo y porqué de esta solución. Porque amén de que está escrito que los hombres no creen a los verdaderos profetas; sino a los que no son profetas.
Si Yo te dijera qué profeta soy: tú y quien así lo leyera entraría en el ser o no ser de qué profeta Yo soy .
Todo profeta tiene su tiempo. Y el mío está a punto de aparecer.
Y B XVI pensó, en mi opinión acertadamente, que la liturgia es clave para poder empezar a resolver estos megaproblemas. Tiene sentido porque la Santa Misa es el centro del catolicismo, lo es todo, y la Misa Gregoriana fue el muro de contención contra las derivas del pensamiento que comentas. Caída la Misa Trindentina, caído el último muro de contención: caída en barrena hacia la apostasía.
Esta alergia que tiene la jerarquía durante las ultimas décadas a la Santa Misa tradicional tiene mucho que ver con la falta de fe de los pastores, con su aversion al martirio y a la cruz (Tal como estan las cosas en el mundo, ser sacerdote implicaría ser candidato al martirio)
Obviamente el papa Francisco no piensa que este inmenso problema hay que empezar a atacarlo con la liturgia, si no todo lo contrario, mas bien atacando a los Franciscanos de la Inmaculada, y si le sumamos que su primera encíclica genuina va a ser sobre la ecología, pues que quiere que le diga, que me recuerda a Zapatero en Dinamarca anunciando con pompa que "la tierra pertenece al viento".
¿Y en verdad piensan que Dios no va a pedirles cuentas por todo esto?
Es la Evangelización de la máquina del tiempo, que olvida además que la filosofía y la ideología de los siglos XII o XIII estaba también profundamente mundanizada.
Algunos en lugar de discernir lo que es el mensaje cristiano y despojarlo de toda ganga histórica mundana, y presentarlo así a los hombres de cada momento histórico de forma adecuada ( que no descafeinada), prefieren presentarlo hoy con las mundanizadas formas del pasado, con la filosofía y cosmovisión del pasado. Y como esto no es posible, solo resta el deseo nostálgico y frustrante de encontrar una máquina del tiempo.
Es que nuestra cultura, y quizás la tuya, se conforma con un trozo provisional de la verdad, la de cada uno, y se la considera el todo y el no-va-más. Y "corta la cabeza" de los que ven otros trozos, o el conjunto.
Aparte de esto: ¿no es curioso el castigo de la Ilustración razonadora a los que no se sometían a sus dictados: cortar la cabeza de sus contrincantes? No sé, me hizo pensar la foto.
Una posible razón para esto es que, en discernimiento del signo de los tiempos (la apostasía que ya de aquella comenzaba a acelerarse), la Iglesia sube voluntariamente a la Cruz desde su raíz, el sucesor de Pedro, para derramar sobre todo el Pueblo de Dios (los bautizados) el espíritu de la Esposa, como Cristo muere para darnos el Espíritu Santo. Este sacrificio seguiría el ejemplo de Cristo, y liberaría la atadura del diablo (ese algo que lo retiene, 2Tes 2:6) a la vez que concede mayores dones a los bautizados para resistir la prueba.
Con la Jerarquía inoperante a nivel sobrenatural (en el sentido de proyectar autoridad pastoral que Cristo le había concedido) queda probar a cada bautizado y separar la semilla de la paja.
Todo esto no tiene por qué ser el Juicio Final sino solo una antesala. Vemos que los judios sufrieron varios juicios parciales antes del definitivo, y vemos que antes de Cristo ya hubo muchos signos que lo prefiguraron.
La desistencia no es más que reconocer cosas que han perdido su sentido. Desde el momento en que la religión es y ha de ser no lo que dice Dios del hombre sino lo que dice el hombre de Dios, ya no tiene objeto la autoridad, salvo para combatir a los deólatras y los absolutistas.
Como dijo Moisés, "seréis como dioses, y diréis lo que está bien y está mal".
"Magnífica descripción, Bruno. En definitiva, lo que ha sucedido ha sido el triunfo de la razón"
¿No te parece curioso, como mínimo, que el "triunfo de la razón" haya terminado en el pensamiento débil y el relativismo (que son ambos, cada uno a su modo, la negación de la razón?
La Ilustración exaltó (nosotros diríamos idolatró) la razón, pero no se trataba de la Razón, el Logos eterno, sino la razón humana. Y como la razón humana es, por definición, limitada y falible, colocarla como medida de todo sólo podía tener un resultado final: destruirla. Y así ha sido.
Luis Fernando, se llamaba favens haeresem, "fautor de herejes"
Muchas gracias Bruno. La difundiré.
De mi parte quisiera señalar cuatro cosas:
Una, lo que antes y bien expresó LF en su comentario de más arriba. Es de puro sentido común.
Otra, que estas graves cuestiones se ventilan sólo a nivel de seglares o de presbíteros, algunos eminentes como los PP. Castellani o Iraburu. Pero de epíscopos para arriba, "de estas cosas no se habla". Pero es que ellos no pueden no ver estas cosas. Tampoco pueden no interesarse por estas cosas. ¿Pacto de silencio ? Da que pensar. El quid de este asunto ha de estar relacionado a esta actitud que me resulta, por lo menos, incomprensible.
Tercera, que en tu artículo no señalas para nada a las fuerzas que conspiran contra la Iglesia, alentando perversamente esta desistencia de la autoridad. Y haces bien: la Iglesia siempre va a tener cizaña, por dentro y por fuera, por lo cual a mayor cantidad de cizaña, mayor ha de ser el empeño apostólico. El cuan incluye de manera eminente el ejercicio de la legítima y necesaria autoridad.
Y última, que el cáncer de la desistencia de la autoridad se ha expandido como una mancha de aceite al ámbito laico y se nota en la desistencia de la autoridad paterna -como bien señalas- y de toda otra autoridad, especialmente la política.
Brillante confesión de parte: lo que los "racionales" encubren como "razón", es no más que un obsceno anticristianismo.
"Razón", para ellos, es el discurso sofístico de una Ideología obsesionada con destruir a la Esposa de Cristo, de quitarle toda visibilidad, prestigio e influencia en la vida política.
Dice: "Si resumo bien la tesis del artículo en toda su radicalidad: toda la cultura occidental, toda mente filosófica destacada, toda la política van en una dirección equivocada desde aproximadamente el siglo XIV, y la iglesia primero con la reforma y en los últimos tiempos también la católica ha cedido con armas y bagajes a esa deriva ..."
No, no está bien resumida. Probablemente por defecto de mi explicación.
El cristianismo, tras salir de Judea, se mueve en un ambiente filosófico y cultural pagano, obviamente. A pesar de la riqueza y fuerza de la cultura pagana, el minúsculo y recién llegado cristianismo consiguió conquistarla primero y luego transformarla radicalmente, creando en Europa y alrededores una cultura de raíz y presupuestos cristianos. Además de ser un milagro, también incluyó un esfuerzo titánico de un milenio de duración por parte de apóstoles, obispos, monjes, reyes, campesinos, nobles, filósofos y, en general, todo el pueblo cristiano.
Sin embargo, después de ese primer milenio (a grandísimos rasgos, porque estamos hablando de un proceso gradual), la cultura cristiana empezó a "perder fuelle" y la civilización europea (por llamarla de alguna manera) comenzó a alejarse poco a poco, en cuanto a sus presupuestos, del cristianismo. Este proceso es muy desigual, tiene claros altibajos (tengamos en cuenta, por ejemplo, que la Evangelización de América, que ganó un continente entero para la fe y la cultura cristianas, se produjo en los siglos XVI-XVII), multitud de intentos de reversión como los indicados en el artículo y velocidades muy diferentes (basta ver la diferencia en la evolución de Oriente y Occidente). En nuestra época, el alejamiento es tal que el cristianismo, a efectos culturales, a menudo es considerado ya irrelevante (cf. Constitución Europea que no quiso ni siquiera reconocer las raíces cristianas de Europa, voto católico insignificante, etc.) aunque realmente no lo sea (al menos todavía).
Esto no es la tesis del artículo. Es algo inmediatamente evidente.
La tesis del artículo, en primer lugar, es que ese alejamiento del cristianismo, desde el punto de vista cultural, es esencialmente un alejamiento de la Verdad, tanto formal como materialmente. Y basta observar en conjunto la deriva del pensamiento durante el último milenio y su situación actual para ver que es así.
En segundo lugar, el artículo muestra que el alejamiento de la verdad, al producirse a nivel de presupuestos culturales, afecta necesariamente (y generalmente de forma inconsciente) a todos los miembros de esa cultura, aunque no en la misma medida, incluidos los cristianos. Eso también puede observarse si consideramos, por ejemplo, el contraste entre el pensamiento cristiano de hoy y el del tomismo medieval: la primera diferencia que uno observa entre ambos es la presencia (o ausencia) de una cosmovisión cristiana tranquila y asentada, de una forma mentis cristiana. El pensamiento cristiano lleva siglos y siglos "a la defensiva", dejando que los oponentes escojan el campo de juego y definan las reglas del debate.
En tercer lugar, el artículo muestra la vinculación entre el problema concreto actual de la desistencia de la autoridad y ese proceso de alejamiento afectivo, material y formal de la verdad con efectos tanto fuera como dentro de la Iglesia.
En ningún momento se dice que la Iglesia haya cedido con armas y bagajes a esa deriva. De hecho, el mayor oponente de esa deriva ha sido siempre la Iglesia. Y lo sigue siendo, no por fuerzas humanas sino en virtud de la promesa de Cristo. Los sacramentos, el Evangelio, la fe de la Iglesia, etc. son baluartes inexpugnables contra el alejamiento de la Verdad, siempre que no sean abandonados por sus defensores. Eso no obsta, sin embargo, para que los cristianos se vean afectados por el mundo en el que viven. Si los cristianos no transforman el mundo, el mundo termina por transformarlos a ellos. No existe la neutralidad, porque no se puede servir a dos señores.
"Uno se pregunta si la única solución coherente con esa visión no sería coger al "pequeño resto", meterlo en una máquina del tiempo, y llevarlo a algún punto entre los siglos III y XI. Si esto es así, y lo de la máquina del tiempo no se ve muy viable ¿no se acaba dando la razón a los Torres Queiruga &Co, que defienden que la única forma de hacer al cristianismo comprensible (y por tanto vivible) en un ambiente cultural totalmente distinto a aquel en el que nació pasa por una reinterpretación radical de su mensaje?"
Esto, a mi entender, no se sigue en absoluto lógicamente de lo que dice el artículo. Es más, lo que se deduciría del artículo en esa cuestión sería precisamente lo contrario. Si la cultura es tan importante y nos afecta tanto, y el cristianismo conquistó ya una vez una cultura pagana universal en su época, nada impide conquistar la cultura pagana semi-universal de la nuestra y, de nuevo, convertirla en una cultura cristiana.
No sé si eso es lo que tenemos que hacer, porque la presencia de Dios en la ecuación hace que las consecuencias aparentemente correctas no siempre lo sean, pero en ningún caso se deduce del artículo que haya que hacer una reinterpretación radical del mensaje cristiano. Es más, eso sería negar el problema, diciendo que, en realidad, es algo bueno.
Prudencio y Antonio1, en esos tiempos pasados que denostáis no se consideraba un "signo de libertad, madurez y progreso", el reaccionar con insultos, blasfemias y difamaciones a las propuestas razonadas y argumentadas, como sucede ahora.
Quien se oponga a este proceso es un insensato (porque no se puede parar a la Historia, Dios se hace Historia, como ha dicho un notorio progresista) y un perverso.
"Así es, Prudencio, Es la Evangelización de la máquina del tiempo, que olvida además que la filosofía y la ideología de los siglos XII o XIII estaba también profundamente mundanizada".
Esto es un sofisma, me parece. Utilizas el hecho evidente e irrelevante para la cuestión de que los hombres de todas las épocas tienen pecados y un grado mayor o menor de mundanización para intentar desestimar algo totalmente diferente: que no todas las culturas son equivalentes y algunas, con todas las limitaciones inherentes a su carácter humano, están basadas en presupuestos cristianos y otras no.
Negar lo evidente no lleva a nada.
"Algunos en lugar de discernir..."
Antonio, por favor, como un hombre, sin insinuaciones. Si quieres criticar lo que digo, hazlo de frente, con claridad y, a ser posible con argumentos.
"Algunos en lugar de discernir lo que es el mensaje cristiano y despojarlo de toda ganga histórica mundana, y presentarlo así a los hombres de cada momento histórico de forma adecuada ( que no descafeinada), prefieren presentarlo hoy con las mundanizadas formas del pasado, con la filosofía y cosmovisión del pasado. Y como esto no es posible, solo resta el deseo nostálgico y frustrante de encontrar una máquina del tiempo".
Esto no es más que una soflama, me parece, muy adjetivada pero con escasa sustancia argumental. El mensaje cristiano no se puede "despojar de toda ganga histórica humana". De hecho, la predicación de Cristo está plenamente inserta en la historia (en la de su tiempo y en los siglos anteriores de Israel). Dios se ha encarnado, el Eterno ha entrado en la Historia y la Historia es parte fundamental del cristianismo. La Tradición y la Escritura, ambas esencialmente históricas, son las fuentes de la Revelación cristiana.
Criticar la admiración por la "filosofía y cosmovisión del pasado" es, en primer lugar, una clara muestra de cronolatría que nada tiene de cristiano ni de racional. El hecho de que una filosofía y una cosmovisión sean del pasado no dice nada sobre su verdad, que es lo que importa. Creer que lo nuevo es mejor es una idea muy extendida hoy, pero indigna de alguien que piensa un poco.
Por otra parte, yo no he hablado de esa filosofía y esa cosmovisión por ser del pasado, sino por ser cristianas y enraízadas en la verdad en lugar de en el subjetivismo. Si tú prefieres las filosofías y la cosmovisión modernas por el hecho de ser modernas, aunque sus presupuestos sean relativistas y contrarios al cristianismo, allá tú. Yo prefiero la verdad, sea del siglo que sea.
Saludos.
"Sólo habría que agregar que en los últimos dos siglos, ese proceso adquiere cierta conciencia y deliberación, y sobre todo, un mandato axiológico: la descristianización o sea la pérdida de los valores teocéntricos y metafísicos es un proceso necesario y además éticamente bueno, signifique esto lo que signifique."
Me parece muy acertada la puntualización. Creo que está relacionado con el párrafo de las autoridades que han perdido la fe y, por lo tanto, no tienen vacilación alguna en usar su autoridad, porque la usan a favor de lo que pide el mundo.
Son los laudatores saecularizationis, felices en sus iglesias vacías, que cantan mientras siembran los campos... de sal.
"estando totalmente de acuerdo con tus análisis, me siento muy perezoso para hacer lo que tu haces"
Me he reído a carcajadas al leerlo. A mí también me da pereza, la verdad, pero creo que hay que hacerlo.
El desistimiento católico de las jerarquías pontificia y sobre todo, episcopales, es de origen conciliar y postconciliar y nació bajo Pablo VI, por unas motivaciones legítimas (empezar una nueva etapa, confianza y buena fe, misericordia), pero que el pecado interior de la Iglesia ha agravado. El comentario es largo, pero me parece que es de interés.
1963: DESTRUCCIÓN DE LA ESCRITURA
El exégeta español, P. Luís Alonso Schoekel, SJ, del Pontificio Instituto Bíblico de Roma, dirigido por los jesuitas, publicó en la prestigiosa revista jesuíta La Civilta Cattolica del 3 de septiembre de 1960, un artículo con nota editorial, titulado “Dove va l'esegesi cattolica?” (¿”Hacia dónde va la exégesis católica?”) en la que defiende la llamada “Escuela abierta” de exégesis, la cual niega la historicidad literal y completa de la Palabra, fundamentándose en la encíclica de Pío XII, “Divino Afflante Spiritu”, de 1943.
La respuesta procedió de Monseñor Antonino Romeo, estudioso escriturista de la Sagrada Congregación para los Seminiarios y las Universidades, en la revista de teología Divinitas de diciembre de 1960, perteneciente a la Pontificia Universidad Laterana de Roma, en un artículo titulado “L'Enciclica 'Divinio Afflante Spiritu' e le 'Opiniones Novae'”, en el que refutaba completamente la tesis de Alonso, principalmente mediante el comentario del cardenal Augustin Bea, quien confirmaba la ortodoxia de la “Divino Afflante Spiritu”: Pio XII confirmó que la Escritura es histórica y verdadera en su sentido fuerte. A este artículo se unió el Mons. Francesco Spadafora.
La réplica procedió de un artículo en latín de un colectivo de autores anónimos bajo un pseudónimo (firmado P.I.B.), publicado en el 1961 dentro del diario Verbum Dei del Pontificio Instituto Bíblico, titulado “Pontificium Institutum Biblicum et Recens Libellus R.mi D.ni A. Romeo”. Todo el cuerpo de profesores, unos veinte, al sentirse atacados, respondieron mediante una estrategia: no responder a ninguna crítica de Mons. Romeo, y de otro lado, acusarlo de conspiración fundamentalista, manipulativa y oscurantista.
El conflicto entre los jesuitas del Pontificio Instituto Bíblico y la Pontificia Universidad Laterana, escandaloso en la época por ser inédito, implicó a Juan XXIII: el Santo Oficio, bajo Ottaviani, emitió un Monitum (20 junio 1961) contra la tesis rupturista que negaba la inerrancia de las Escrituras. Y en el septiembre de 1961, fueron expulsados de sus cátedras dos profesores denunciados por Romeo en su artículo, Stanislaus Lyonnet y Maximilian Zerwick.
Pero Pablo VI, en su optimismo por ser el fundador de una nueva era dentro de una sola Iglesia unida, fue convencido de que Romeo y Spadafora habían calumniado con sus acusaciones públicas a los profesores del Pontificio Instituto Bíblico, y en su visita a la Universidad Laterana (31 octubre 1963) reprendió a los profesores conservadores, los acusó de rivalidad celosa y polemismo vejatorio, y removió al rector de la Laterana, Mons. Antonio Piolante, por editar el artículo de Romeo.
De otro lado, Pablo VI accede a las peticiones del nuevo rector del Instituto Bíblico, P. Roderick MacKenzie, SJ, de readmitir a los dos profesores expulsados, que lo realiza una comisión de cardenales dirigida por el antiguo rector del jesuítico Pontificio Instituto, el cardenal Bea, a través de un secretista procedimiento de reexamen de la decisión del Santo Oficio, efectuado sin consultas públicas, en una de las muchas humillaciones que recibiría Ottaviani.
El efecto práctico de la decisión de Pablo VI fue claro: carecía de coherencia lógica porque su lenguaje y sus hechos eran incongruentes, afectando a su credibilidad y autoridad. De palabra, Pablo VI era plenamente ortodoxo, defendía la veracidad histórica de las Escrituras, pero en los hechos disciplinarios era contradictorio, porque castigaba a los ortodoxos que denunciaron la herejía de la errancia de la Palabra, mientras que no eran sancionados los herejes que defendían la errancia y ficción de las Escrituras y además, eran premiados con la restitución de sus cargos.
El mensaje dado por Pablo VI era explícito: los exegetas herejes no serán castigados, son vacas sagradas intocables; pero a los exegetas ortodoxos se los castiga si denuncian la herejía. El resultado ha sido catastrófico: devastada la Escritura y Tradición, caen automáticamente el Magisterio pontificio y conciliar, los Padres y los Doctores, los santos y los místicos, los maestros y los teólogos; todo esto vino entre 1968 y 1970.
1968: DESTRUCCIÓN DEL MAGISTERIO
Destruida en el 1963 la inerrancia de la Palabra y la Tradición en la exégesis, en 1968 tocó por lógica el turno de la destrucción de la infalibilidad del magisterio papal y conciliar a través de la hermenéutica de la ruptura.
Durante el Concilio Vaticano II, los documentos se consensuaron bajo el principio de colegialidad. Finalizado éste en el 1965, Pablo VI publicó la Humanae Vitae en 1968, siendo inmediatamente criticado hasta por 15 conferencias episcopales: la Declaración de Winnipeg y la Declaración Común de los obispos de Canadá y Bélgica; además Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega.
Los reaccionarios legitimaron la desobediencia y la liberación de la verdad de la doctrina y del evangelio de la vida y la familia, justificándola en la libre conciencia personal informada y formada que reconoce Gaudium et Spes (50 y 52). Como en el Jardín del Edén, la decisión de la conciencia era el único “dios” que tiene la última palabra verdadera sobre el bien y el mal: aborto, anticonceptivos y esterilización eran buenos o malos según la decisión de cada creyente... o cada dos creyentes, hombre y mujer.
Pablo VI sufrió el drama de ser acusado de violar la conciencia individual y el sensus fidei de los laicos; de dictadura de un modelo moral contra la pluralidad de las diferentes líneas de pensamiento filosófico, teológico y pastoral; de monolitismo contrario a la evolución, historicidad e inculturación de la ley natural; de opositor a la misericordia, proporcionalidad y gradualidad; y de impedir la colegialidad: la Humanae Vitae es un acto absolutista del primado papal contra el consenso colegial conciliar. Esto se agravó con la Familiaris Consortio (1981), Veritatis Splendor (1993) y Evangelium Vitae (1995) de san Juan Pablo II.
La ruptura episcopal con el magisterio papal se inició con la recepción crítica de los obispos belgas en su Declaración Común de 1968 contra la Humanae Vitae.
Los obispos y teólogos belgas integraron la influyente “squadra belga” del Concilio Vaticano II (unos 20), formada por obispos (7 titulares sobre 1.500 obispos en 1960) y péritos teólogos, participando con un grado de influencia desproporcionado a su número, debido a sus personalidades mediáticas excepcionales; a la calidad de su conocimiento; a la cohesión interna del equipo; a la agregación de otras personalidades externas (Congard); al peso de los movimientos belgas sociales, de acción católica (JOC), ecuménicos y litúrgicos; al respaldo de la Universidad de Lovaina (exégesis, dogma, moral, historia, filosofía); y a su contribución al concepto de aggiornamento.
Los péritos y obispos de la “squadra” habían estudiado juntos en Roma y residieron en el Colegio Belga; los obispos nombraron a sus propios teólogos procedentes sólo de la Universidad Católica de Lovaina, libre de condenas vaticanas, con los cuales mantenían una relación de amistad, confianza y comunicación. La “squadra belga” colaboró íntimamente con Pablo VI en la elaboración, como mínimo, de la Lumen Gentium, Dei Verbum, Gaudium et Spes, Dignitatis Humanae y Unitatis Redintegratio.
La “squadra”, distribuida por las comisiones conciliares, tenía los obispos Suenens (Malinas-Bruselas), con doble cargo en la dirección general del Concilio y la comisión doctrinal; Heuschen; Charue; De Smedt; Calewaert; van Zuylen ; Daem; Himmer.
Teólogos belgas: Philips, Prignon, Thils, Cerfaux, Moeller, Delhaye, Rigaux, Dondeyne, Onclin y Heylen. Colaboradores no belgas: Yves Congar (eclesiólogo), Martimort (liturgia), Etchegaray (Francia), Bonet (España), Medina Estévez (canonista de confianza del arzobispo de Santiago de Chile cardenal Silva Henríquez).
La Iglesia belga tuvo el escándalo del pederasta Mons. Roger Vangheluwe cuando era Primado belga el progresista y encubridor cardenal Danneels
Década
1970: DESTRUCCIÓN DE LA MORAL
Benedicto XVI pronunció un discurso ante la Curia el 20 de diciembre del 2010, donde hizo referencia al origen de la eclesiocatástrofe en materia de moral sexual del sacerdocio:
“Para oponerse a estas fuerzas [del relativismo moral pedofílico] debemos echar una mirada a sus fundamentos ideológicos. En los años setenta, se teorizó que la pedofilia era algo completamente conforme con el hombre e incluso con el niño. Sin embargo, esto formaba parte de una perversión de fondo del concepto de ethos. Se afirmaba —incluso en el ámbito de la teología católica— que no existía ni el mal ni el bien en sí mismos. Existía sólo un «mejor que» y un «peor que». No habría nada bueno o malo en sí mismo. Todo dependía de las circunstancias y de los fines que se pretendían. Dependiendo de los objetivos y las circunstancias, todo podría ser bueno o malo. La moral fue sustituida por un cálculo de las consecuencias, y por eso mismo deja existir. Los efectos de tales teorías saltan hoy a la vista. En contra de ellas, el Papa Juan Pablo II, en su Encíclica Veritatis splendor, de 1993, señaló con fuerza profética que las bases esenciales y permanentes del actuar moral se encuentran en la gran tradición racional del ethos cristiano. Este texto se ha de poner hoy nuevamente en el centro de atención como camino en la formación de la conciencia.”
Faltaría agregar que la "moral" moderna (la "Nueva Moral") conspira contra el Bien.
Y tendríamos completo el cuadro del CAOS: las Ciencias y las Artes confrontando con el Objeto que les es propio.
Si alguien cree que la perfección de las Técnicas que ahora observamos y disfrutamos (y este mismo mensaje es un ejemplo), va a impedir el colapso de una Civilización corroída hasta el tuétano por el Caos, mucho me temo que está muy equivocado.
¿Es "teísmo antropocéntrico" el término adecuado para este concepto, o se te ocurre uno mejor? Gracias.
Pero no se les ha hecho caso:
markmallett.com/blog/why-arent-the-popes-shouting/
[Nota: no se ataca a Pablo VI ni al Concilio Vaticano II, sólo al Concilio de la ruptura de la hermenéutica ortodoxa, tal como dijo Benedicto XVI; Pablo VI tuvo la mala suerte de tomar decisiones de buena fe que posteriormente se vieron que fueron erróneas, pero vivió una época de verdadera maldad que él definió como la infiltración del humo de Satanás en la Iglesia]
Una pregunta, cuando fue la epoca del pensamiento fuerte?
Bruno, creo que he tenido una ... como diria, como una mini-revelacion, si si, de verdad, al leer tu articulo, ahora ya se porque busco y no encuentro. Si! yo quiero un religion util. (mas que para sentirse "bien" o "comoda" pues el tema de la muerte no es cosa sencilla) (es decir, que aunque se diga y se oiga que Dios no castiga, que todo el mundo se salva etc etc la gran duda, grandisima, es saber que hay despues de el cerebro cesa sus funciones),
Por otra parte, asi como en referencia al pensamiento "debil" recuerdo a un profe que decia "menos filosofias y mas codigo!!!") (bueno, era un profe de compiladores).
Saludo,
Ahora en serio: Atanasio y Javier Alberto, quizá podrían hacer un esfuerzo y dar algún argumento.
Ello hizo posible la ignominosa persecución al argentino P. Castellani, la vergonzosa impunidad de la que gozó su correligionario Theillar de Chardin, o el inaceptable encubrimiento del depravado mexicano fundador de los Legionarios de Cristo. Por no hablar de los casos de pederastia en Irlanda y en otros puntos de Europa.
Fue un proceso sin solución de continuidad, que quizás con Paulo VI se manifestó más descarnadamente, y que resurgió con gran fuerza en ocasión del Sínodo de las Familias.
El Desistimiento de la Autoridad de la Iglesia es una plaga que ha tenido frutos muy amargos: apostasía, confusión y relajación, destrucción de las Órdenes Religiosas y caos en los Seminarios.
"una pregunta sobre el uso del término "antropocéntrico". Yo he usado a veces, en algún diálogo apologético a nivel básico, la expresión "teísmo antropocéntrico" para designar la posición que sostiene no sólo la existencia de Dios, sino también que el hombre es importante para Dios (por puro amor gratuito suyo, obviamente), tal que nos dio un alma espiritual inmortal e hizo la creación material para nosotros. Contrasto así esta posición con la de quienes admiten que existe un Creador pero no que los humanos seamos particularmente importantes para El o que nos haya dado un alma inmortal. ¿Es "teísmo antropocéntrico" el término adecuado para este concepto, o se te ocurre uno mejor? Gracias."
Interesante cuestión. Yo diría que el teísmo no puede ser antropocéntrico estrictamente hablando, porque, por definición, si Dios existe tiene que ser el "centro" de todo. Que Dios nos quiera no quita que el hombre siga existiendo para la gloria de Dios (no porque Dios necesite que le demos gloria, sino porque glorificar a Dios es el bien máximo del hombre). Lo mismo se puede decir de la creación material. Incluso en cuanto fue entregada al hombre, lo fue para que diese con ella gloria a Dios, para que el hombre "liderase" a todas las criaturas no personales en la alabanza a Dios. De ahí el cántico de laudes: Aguas del espacio, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor, etc.
Dicho eso, hay que recordar algo importantísimo: Dios, para quien y por quien existe todo, es siempre el "centro", pero Dios se ha hecho hombre. En ese sentido, quizá podría hablarse de "teocentrismo del Dios encarnado" o "teocentrismo del Dios hecho hombre". Desde la encarnación, sí que existe un cierto antropocentrismo, en el sentido de que en el centro del universo hay un ser humano: Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
No se me da muy bien lo de los nombres y eslóganes. Quizá algún lector pueda sugerir algo. Reconozco humildemente que los argentinos suelen tener una habilidad para el lenguaje y para inventar términos con ingenio mucho mayor que la de los españoles.
No se si te acuerdas de que hace poco el Cardenal Muller, [...] dijo que la Fe era atemporal y sus verdades no eran condicionadas por la cultura o el lugar. No matar es no matar, se haga con un cuchillo, o con una aspiradora de fetos, por ejemplo, Ese es el único tipo de actualizaciones que son necesarias, explicar la Doctrina a las nuevas cuestions que surgen, pero la Doctrina es inmutable, como Cristo. ¿Te acuerdas de aquello de el mundo pasara pero mis palabras no pasarán? [...]
[Nota del bloguero: por favor, intentemos no insultarnos unos a otros, porque si no se hace imposible discutir de los temas]
El mal pienso que no está tanto en que los pastores se retiren para que los "niños" crezcan, sino en que los niños crecen abandonando la Palabra. No tiene sentido mantener ad æternum una sociedad en la que se coacciona a la gente a portarse "como Dios manda" porque consigue solamente que el mal se esconda. El amor no se impone por la fuerza. Ni relativismo new-age ni cesaropapismo carolingio.
Me alegro de saludarte. Tu pregunta y comentarios, muy interesantes, me han hecho pensar, como es habitual. Algún día tendrás que contarnos tu truco.
"Una pregunta, cuando fue la epoca del pensamiento fuerte?"
Bien, yo he hablado del pensamiento débil como referencia a la famosa expresión de Vattimo, aunque de forma opuesta a su valoración del hecho en sí. Al usar esta expresión, no quiero decir que nuestra época se caracterice por el pensamiento débil en el sentido de que ahora se piense menos, sino de que los presupuestos del pensamiento moderno son debilísimos y apenas permiten construir nada. El relativismo, el subjetivismo, el cientifismo, el materialismo y el positivismo, entre otros, son la destrucción de la razón, porque destruyen las bases de la misma al ser contradictorios consigo mismos, de manera que no permiten construir nada sólido. Son ideologías parasitarias.
En ese sentido, pensamiento no-débil o, si lo prefieres, pensamiento fuerte es cualquier pensamiento que, como mínimo, permita construir un saber y un conocimiento desde sus presupuestos. Esos presupuestos pueden ser más o menos correctos (por ejemplo, me parece mucho más correcto el enfoque aristotélico que el platónico de la gnoseología), pero tienen que tener un mínimo de coherencia interna y de capacidad explicativa y predictiva de la realidad.
Así definidos los términos, yo diría que lo normal en la historia de la humanidad es el pensamiento "fuerte" (aunque en algunas épocas sea más fuerte que en otras). El pensamiento débil (como los ismos mencionados, o también el escepticismo, por ejemplo) es una anomalía, porque a la larga los que lo practican no pueden sobrevivir. Sólo existe parasitando un pensamiento más sólido.
"Bruno, creo que he tenido una ... como diria, como una mini-revelacion, si si, de verdad, al leer tu articulo, ahora ya se porque busco y no encuentro. Si! yo quiero un religion util. (mas que para sentirse "bien" o "comoda" pues el tema de la muerte no es cosa sencilla) (es decir, que aunque se diga y se oiga que Dios no castiga, que todo el mundo se salva etc etc la gran duda, grandisima, es saber que hay despues de el cerebro cesa sus funciones)"
Je, je. Me has hecho reír muy a gusto.
En cierto modo, no hay nada más útil que la verdad, pero siempre que se coloque cada cosa en su lugar: Lo importante es que algo sea verdad, al margen de que esa verdad me resulte inmediatamente útil o no.
Ese deseo de verdad es fundamental, porque la fe es una respuesta a la Verdad que se hace presente como Persona y que nos supera, de manera que no se puede dominar, no se puede convertir en algo que está a mí servicio, sino que yo me tengo que poner al servicio de Ella. De ahí el teocentrismo del que hablábamos Juan Argento y yo. Si Dios existe, el centro sólo puede ser Dios.
"Por otra parte, asi como en referencia al pensamiento "debil" recuerdo a un profe que decia "menos filosofias y mas codigo!!!") (bueno, era un profe de compiladores)"
Yo tuve una profesora de Física Cuántica que decía cosas muy parecidas. Ni siquiera se daba cuenta de que no entendía su materia, la pobre, y mucho menos la filosofía que había detrás de la misma. Quizá por eso despreciaba tanto la filosofía y el catolicismo. En general, mis profesores de física no fueron muy buenos (con unas pocas y honrosísimas excepciones).
Saludos.
Y es que, por ejemplo, también los musulmanes adoran a Alá (teocentrismo), pero creo que esa consideración del ser humano como fin y como igual con la misma dignidad (prójimo), brilla por su ausencia. Si la hubiera no serían musulmanes, serían cristianos.
En otro momento, si se me permite, comentaré algo sobre la libertad que efectivamente es sacrosanta, ya que Dios nos la concedió y de manera individual. Se puede aconsejar, se puede acompañar, se debe evangelizar y formar, pero jamás se debe obligar o aterrorizar. Dios nos lo concedió aún a riesgo de que nos estrelláramos.
En cuanto a la Verdad, para nada estoy de acuerdo. El ser humano siempre ha buscado, busca y buscará la verdad; eso está en su propia esencia. Otra cosa distinta es nuestra percepción de la verdad y nuestra capacidad para llegar a ella. Para unos es simple, plana y sin fisuras; para otros es poliédrica, compleja y muy difícil de ser aprehendida por nuestro entendimiento.
Quizás, después de todo, el papa Francisco esté acertando al volver a la simplicidad del Evangelio, de la Iglesia como cada del Padre acogedora donde lo primero es curar las heridas. Puede que también la Iglesia deba limpiar el casco de tantas "lapas" que se le han adherido a lo largo de su historia. Y por cierto, ¿Cuál fue el motivo por el que apareció el nominalismo?, ¿la navaja de Ockham? Quizás los excesos acaben escondiendo la Verdad.
Saludos.
La leyenda de la navaja de Ockham apareció cien años después de muerto ese miserable.
Para ser más claro, no me voy a andar con subterfugios:
Cuando lleguen los últimos tiempos: surgirán muchos falsos profetas que introducirán herejías destructoras y aún negaran al Señor. Por causa de ellos el camino de la verdad será blasfemado (2Pedro, 2, 1-2). El cuerno de la bestia irá creciendo hasta hacerse mundial -devorará a toda la tierra- (Daniel 7, 23). Y habrán más y más guerras “se levantará nación contra nación, reino contra reino”, “pero no os turbéis” “es necesario que así suceda”(Mc 13, 7-8). Los hombres se volverán amantes de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, impíos (2tim. 3, 1-2) y sucederá como en los días de Lot (Lc. 17, 28-30). Y los católicos serán aborrecidos y perseguidos a causa del nombre de Jesucristo (Lc. 21, 17). Y llegará la gran apostasía (2tes, 2, 3), y apartarán sus oídos de la verdad y ya no soportarán que se enseñe, sólo que se alague a los oídos (2Tim 4, 3-4). Gran apostasía que ocurrirá en el Lugar Santo (Mt. 24, 15). Y así, “¿cuando venga el Hijo del hombre, ¿os parece que hallará fe sobre la tierra?” (Lc. 18, 8). Y, entonces, cuando se hayan producido todas estas cosas llegarà la abominación de la desolación profetizada por Daniel (Mt. 24, 15).
San Pío X, E Supremi, 5: “Hay buenas razones para temer que esta gran perversidad puede ser como si fuera un anticipo, y tal vez el comienzo de los males que están reservados para los últimos días”.
"Claro que existe un acierto antropocentrismo a raíz de Jesucristo; y no solo por el hecho de que Dios se encarnara y muriera por nosotros. Es que además, por Jesucristo el ser humano se convierte en fin y jamás podrá ser medio, si es que hablamos de una concepción cristiana"
Al margen de kantismos poco relevantes, ciertamente el hombre tiene una dignidad especial como criatura a imagen de Dios. Pero eso mismo nos indica que el fin último es Dios, porque la imagen hace referencia a aquello de lo que es imagen y no tiene valor ni se puede entender aparte de esa realidad original.
"recordar el mandamiento de Jesucristo: Amarás a Dios sobre todas las cosas Y al prójimo como a ti mismo.
Y es que, por ejemplo, también los musulmanes adoran a Alá (teocentrismo), pero creo que esa consideración del ser humano como fin y como igual con la misma dignidad (prójimo), brilla por su ausencia. Si la hubiera no serían musulmanes, serían cristianos".
Esto, dicho así, es una barbaridad o una reducción tan brutal de lo que es ser cristiano que apenas tiene relación con el cristianismo. Considerar que los demás tienen la misma dignidad de uno no es propio y mucho menos lo definitorio del cristianismo, sino de cualquier persona con dos dedos de frente.
"En otro momento, si se me permite, comentaré algo sobre la libertad que efectivamente es sacrosanta, ya que Dios nos la concedió y de manera individual. Se puede aconsejar, se puede acompañar, se debe evangelizar y formar, pero jamás se debe obligar o aterrorizar. Dios nos lo concedió aún a riesgo de que nos estrelláramos"
Esto no tiene sentido. Constantemente obligamos a otros a hacer cosas. El concepto mismo de autoridad implica obligar a hacer cosas a otros. Dios no nos concedió una libertad absoluta.
"En cuanto a la Verdad, para nada estoy de acuerdo. El ser humano siempre ha buscado, busca y buscará la verdad; eso está en su propia esencia. Otra cosa distinta es nuestra percepción de la verdad y nuestra capacidad para llegar a ella. Para unos es simple, plana y sin fisuras; para otros es poliédrica, compleja y muy difícil de ser aprehendida por nuestro entendimiento".
El ser humano está hecho para buscar la verdad. Pero uno puede renunciar a ella, ya sea por desgana, pecado o, simplemente, porque uno defiende que no existe la verdad o no se puede conocer.
"Quizás, después de todo, el papa Francisco esté acertando al volver a la simplicidad del Evangelio, de la Iglesia como cada del Padre acogedora donde lo primero es curar las heridas. Puede que también la Iglesia deba limpiar el casco de tantas "lapas" que se le han adherido a lo largo de su historia. Y por cierto, ¿Cuál fue el motivo por el que apareció el nominalismo?, la navaja de Ockham. Quizás los excesos acaben escondiendo la Verdad"
Es gracioso, porque la supuesta "navaja de Occam" era un lugar común escolástico, que por cierto ya se encuentra en Aristóteles (y también en Santo Tomás, como en todos los escolásticos).
Creo que Luis ha encontrado en esto le mot juste: la degeneración de la escolástica, mezclada con una buena dosis de voluntarismo y herejía, se llama precisamente nominalismo.
Saludos.
"¿No te parece curioso, como mínimo, que el "triunfo de la razón" haya terminado en el pensamiento débil y el relativismo (que son ambos, cada uno a su modo, la negación de la razón?"
"Ppensamiento débil" y "relativismo" no son palabras simplemente descriptivas, sino que están cargadas de valoración negativa. Puestos a hacer preguntas capciosas como la tuya, yo lo pondría de esta manera: ¿No te parece magnífico que la razón triunfara sobre el dogmatismo y el absolutismo ideológico, que son ambos la negación de la razón?
"La Ilustración exaltó (nosotros diríamos idolatró) la razón, pero no se trataba de la Razón, el Logos eterno, sino la razón humana. Y como la razón humana es, por definición, limitada y falible, colocarla como medida de todo sólo podía tener un resultado final: destruirla. Y así ha sido."
Lo que se colocó como medida de todo es la Razón (con mayúscula), no la razón humana, que no es medida de nada, sino método para el conocimiento, por lo que no se opone a la Razón (con mayúscula) como tal, sino a la adhesión irracional a la Razón.
"Por lo general, la filosofía moderna -sobre todo la del último siglo y medio- es a la filosofía lo que el arte moderno al arte. Y con eso digo todo."
Sugerir que el arte moderno no es arte es, simplemente, una muestra de incultura. Supongo que también piensas que la literatura se terminó con el Quijote y la música con el canto gregoriano.
""Pensamiento débil" y "relativismo" no son palabras simplemente descriptivas, sino que están cargadas de valoración negativa"
Es curioso que digas eso, porque ambos términos son utilizados por gente orgullosa de ellos. El término "pensamiento débil" fue inventado por Vattimo.
"Puestos a hacer preguntas capciosas como la tuya, yo lo pondría de esta manera:"
Bueno, eso es la renuncia a argumentar.
"¿No te parece magnífico que la razón triunfara sobre el dogmatismo y el absolutismo ideológico, que son ambos la negación de la razón?"
Pues según cómo definas "dogmatismo" y "absolutismo ideológico". En cualquier caso, incluso con la peor definición posible de los términos, no parece que ninguno de ellos niegue la razón, cosa que sí hacen el pensamiento débil y el relativismo, que, por definición, niegan que se pueda conocer realmente la verdad, que es el objeto de la razón.
"Lo que se colocó como medida de todo es la Razón (con mayúscula), no la razón humana, que no es medida de nada, sino método para el conocimiento, por lo que no se opone a la Razón (con mayúscula) como tal, sino a la adhesión irracional a la Razón"
Esta frase es curiosísima. Si no recuerdo mal, eres un ateo materialista. ¿Qué es eso de la Razón con mayúscula? ¿Dónde está? ¿Cuánto mide?
Por otra parte, la expresión "adhesión irracional a la Razón" no significa nada.
Finalmente, es evidente que lo que se idolatró en la Ilustración es la razón humana, porque inmediatamente se negó cualquier cosa que superase esa razón humana. Y eso equivale, lógicamente, a identificar por completo Razón y razón, que es lo mismo que decir que no existe Razón y sólo existe la razón de cada hombre.
Saludos.
Tan poco "razonable" era esa "razón", que con el tiempo generó sistemas de pensamiento que renegaban precisamente de la razón.
Detrás de tanta falsa racionalidad había -y hay- un anticristianismo puro y duro.
Yo he hablado de un cierto antropocentrismo. El fin es Dios, sí, pero también es el ser humano. Si usted considera que las personas pueden ser utilizadas como medios (negando así su dignidad), entonces no sé de qué cristianismo está usted hablando, pero no lo reconozco. Y es Jesucristo, no Kant (aunque después lo formulara formalmente), el que hace que el ser humano sea un fin en sí mismo, lo que no quita que Dios también lo sea en mayor medida, eso sí.
La igual dignidad del prójimo es uno de los muchos rasgos del cristianismo; uno más, no el único (cosa que por cierto no he dicho que lo sea). Eso de los dos dedos de frente, se lo podría decir al hinduismo y su sistema de castas, o a los musulmanes con respecto a las mujeres (o a los "infieles"), por ejemplo. El Islam es un ejemplo perfecto de lo que es una Teocracia sin más, pura y dura.
Dios nos concedió la libertad de elegir entre el bien y el mal, como ya he dicho, aún a riesgo de estrellarnos. Esa capacidad, dada ya desde los primeros tiempos, de ninguna manera se puede violar (sobre todo si nos referimos a la conciencia, que de eso estoy hablando).
No, más bien la degeneración de la escolástica parió el nominalismo.
Saludos.
"El lenguaje de la cruz es una locura para los que se pierden; pero para nosotros, que nos salvamos, es poder de Dios. Pues dice la Escritura: Inutilizaré la sabiduría de los sabios y anularé la inteligencia de los inteligentes. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el maestro? ¿Dónde el estudioso de este mundo? ¡Dios ha convertido en tontería la sabiduría del mundo! El mundo con su propia sabiduría no reconoció a Dios en la sabiduría manifestada por Dios en sus obras. Por eso Dios ha preferido salvar a los creyentes por medio de una doctrina que parece una locura.
Porque los judíos piden milagros, y los griegos buscan la sabiduría; pero nosotros anunciamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o griegos. Pues la locura de Dios es más sabia que los hombres; y la debilidad de Dios, más fuerte que los hombres.
Considerad si no, hermanos, vuestro grupo de llamados: no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; Dios eligió lo que el mundo tiene por necio para humillar a los sabios; lo débil, para humillar a los fuertes; lo vil, lo despreciable, lo que es nada, para anular a los que son algo; para que nadie presuma delante de Dios."
"Yo he hablado de un cierto antropocentrismo"
Yo también, si no recuerdo mal.
"El fin es Dios, sí, pero también es el ser humano"
No en el mismo sentido.
"Si usted considera que las personas pueden ser utilizadas como medios (negando así su dignidad), entonces no sé de qué cristianismo está usted hablando, pero no lo reconozco"
Es que eso es un lenguaje kantiano y como la moral kantiana era totalmente disparatada, no creo que resulte útil usar sus presupuestos para discutir.
"Y es Jesucristo, no Kant (aunque después lo formulara formalmente), el que hace que el ser humano sea un fin en sí mismo"
El ser humano, como criatura contingente, no es nada en sí mismo en sentido estricto, porque su mismo ser lo recibe de Otro. Analógicamente, supongo que sí que se puede decir eso.
"lo que no quita que Dios también lo sea en mayor medida, eso sí"
Más que serlo "en mayor medida", habría que decir que lo es en un sentido cualitativamente distinto. No puede haber comparación.
"La igual dignidad del prójimo es uno de los muchos rasgos del cristianismo; uno más, no el único (cosa que por cierto no he dicho que lo sea)"
Es que si admitimos que los musulmanes solamente con que creyesen que hay que amar al prójimo ya serían cristianos, eso implica que el amor al prójimo es la característica distintiva del cristianismo.
"Eso de los dos dedos de rente, se lo podría decir al hinduismo y su sistema de castas, o a los musulmanes con respecto a las mujeres (o a los "infieles"), por ejemplo"
Bueno, esos ejemplos no creen que no haya que tratar al prójimo como a uno mismo, sino que más bien tienen otra idea de quién es prójimo y quién no lo es (igual, por cierto, que los judíos del Antiguo Testamento).
Lo "nuevo" de Jesucristo en este tema no fue el mandato de amar al prójimo, sino el hecho sorprendente de que había que hacerse prójimo de todos y, por lo tanto, amarlos. Eso es lo que se ve en la parábola del Buen Samaritano, que se hizo prójimo de alguien que en principio no lo era. Esto sólo es posible por la gracia de Jesucristo, que se hizo hombre por nosotros: "en esto se manifiesta el amor que Dios nos tiene, en que siendo todavía pecadores, Cristo murió por nosotros". En la otra formulación del amor al prójimo, todo esto se ve más claro: "amaos unos a otros como yo os he amado".
Por eso no se puede decir que bastaría el amor al prójimo para que los musulmanes fueran cristianos, porque no es cualquier amor al prójimo, sino el amor al prójimo al estilo de Cristo (que se hace nuestro prójimo) y con la gracia de Dios que lo hace posible. Es decir, para que los musulmanes fueran cristianos lo que tendrían que hacer es convertirse al cristianismo.
"sobre todo si nos referimos a la conciencia, que de eso estoy hablando"
Entonces, de acuerdo.
"No, más bien la degeneración de la escolástica parió el nominalismo"
Bueno, eso es difícil de aceptar, teniendo en cuenta que Occam fue casi contemporáneo de Santo Tomás y no creo que Santo Tomás pueda considerarse la degeneración de la escolástica.
Saludos.
Si acaso diré que es una bazofia insufrible.Algo que, en mi opinión, solo puede gustar a gente que tiene el sentido de la belleza allá donde la espalda pierde su casto nombre. Pero en todo caso, ya se sabe que "sobre gustos colores".
Coincido también con lo que dices sobre el rol de Jesús, pero yo buscaba una expresión a nivel de los "praeambula fidei", para designar la "fe teísta de fundamento filosófico" pre-Revelación, por cuya ausencia S. Pablo reprocha a los idólatras en Rom 1,19-21, y que Hebreos resume así cuando trata del patriarca Henoc: "el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan" (Heb 11,6). Concepto que denominaré "teísmo con inmortalidad del alma", porque es evidente que la recompensa no puede limitarse a esta vida.
Estamos como San Agustín: hay que dejar de pensar 'en romano' y aceptar que nuestro mundo, el mundo de nuestros padres y de nuestra infancia, ya no existe, y dejar de tratar de apuntalar lo que existe, es decir, dejar de ser conservadores.
Mientras que entre 1963 y 1968 se hundían la Palabra, la Tradición y el Magisterio, en 1969 se promulgó la misa vaticanosegunda, que representó, a nivel de aplicación y desarrollo, el cuarto hundimiento católico: la santa misa, junto con la música, el arte y la arquitectura de las iglesias.
Por tanto, el período de demolición católica se dio durante unos 7 años: 1963-1969.
Esta misa, plenamente válida y legítima [1], sufrió desde el mismo año de su promulgación de una aplicación plenamente rupturista por parte del catolicismo heterodoxo progresista. [2]
Benedicto XVI ha hablado de la necesidad de la reforma de la reforma, tanto litúrgica como en otros aspectos.
En general, la reforma vaticanosegunda ha dado rituales de inferior calidad teológica y espiritual: Bendicional de 1984, Libro de las Horas y Ritual de Exorcismos de 1998, algunos de los cuales han necesitado de reformas y complementos, y no han anulado en absoluto los anteriores rituales: por ejemplo, el ritual de exorcismos de 1998/2004 no derogó el ritual de exorcismos de 1614/1952, el cual sigue vigente, válido y, según el P. Amorth, mucho más eficaz, eficiente y efectivo.
.......
[1] La intervención que salvó la ortodoxia de la Misa (Infocatólica, Alberto Royo Mejía, 2013)
[Cómo ir a misa y no perder la fe, Nicola Bux y Vittorio Messori, 2015]
Contemporáneo, contemporáneo, contemporáneo tampoco es que lo fuera y usted sabe que había más corrientes y autores y toda una tradición. De todas formas, como tampoco se trata de entrar aquí en polémicas filosóficas o aburrir a los lectores con los distintos autores y demás, le dejo lo siguiente:
"Históricamente brota por un deseo de anteponer lo concreto a las abstracciones tomistas del siglo XIII y a las «formalidades» de Duns Escoto. Se trata, pues, de un movimiento de reacción contra los excesos abstraccionistas anteriores, contra las disputas interminables, formalísticas y puramente verbales de la Escolástica decadente".
www.filosofia.org/enc/ece/e40519.htm
Eso es algo aceptado por la Historia de la Filosofía. Si alguien siente curiosidad, le recomiendo que se adentre en ese mundo, y de verdad, acabará comprendiendo a Ockham.
Bruno, ¿y a qué tipo de amor al prójimo cree que me refiero, más que al hacerse prójimo de todos, en sentido cristiano, como señaló Jesucristo, al estilo de Cristo?. Quizás no me expliqué bien. Por eso he dicho que si los musulmanes hicieran eso, no serían musulmanes serían cristianos sin que eso implique que tal característica sea el único distintivo. Es que los serían en todo lo demás.
Respecto al primer tema, me parece que en el fondo no estamos tan en desacuerdo, ya que efectivamente no es en el mismo sentido, ni pretendo que lo sea. Como diría Luis es et, et, no aut, aut.
En lo que no estamos es en el tema kantiano. A ver Bruno, ¿no es capaz de ver nada, pero nada bueno en Kant?. ¿De verdad no cree que Kant hunde su filosofía en el cristianismo?, ¿Nada es rescatable de la filosofía de Kant?. No tire al niño con el agua. Rescate al niño.
Saludos.
"Bueno, eso es la renuncia a argumentar"
No intentaba argumentar. Sólo poner de relieve que tu y yo estamos de acuerdo en la descripción del fenómeno (del triunfo de la razón) pero que discrepamos en la valoración que hacemos del mismo.
"Esta frase es curiosísima. Si no recuerdo mal, eres un ateo materialista. ¿Qué es eso de la Razón con mayúscula? ¿Dónde está? ¿Cuánto mide?
Por otra parte, la expresión "adhesión irracional a la Razón" no significa nada."
Yo creo que estaba claro pero, puesto que parece que te ha costado entenderlo, intento expresarlo mejor:
Lo que (antes de que triunfara la razón, irracionalmente) se colocó como medida de todo es (eso que los creyentes llamáis) la Razón (con mayúscula). La razón humana no es medida de nada, sino método para el conocimiento, por lo que no se opone a (eso que los creyentes llamáis) la Razón (con mayúscula) como tal, sino a la adhesión irracional a (eso que los creyentes llamáis) la Razón (que es la fe)"
"No intentaba argumentar. Sólo poner de relieve que tu y yo estamos de acuerdo en la descripción del fenómeno (del triunfo de la razón) pero que discrepamos en la valoración que hacemos del mismo"
Es que, como no das ningún argumento (y así lo reconoces) tu afirmación tiene un valor cercanísimo al cero absoluto. "Poner de relieve" sin dar argumentos es lo mismo que decir "porque sí".
"Lo que (antes de que triunfara la razón, irracionalmente) se colocó como medida de todo es (eso que los creyentes llamáis) la Razón (con mayúscula). La razón humana no es medida de nada, sino método para el conocimiento, por lo que no se opone a (eso que los creyentes llamáis) la Razón (con mayúscula) como tal, sino a la adhesión irracional a (eso que los creyentes llamáis) la Razón (que es la fe)""
Estoy tentado de decirte que "si bebes, no comentes.." :)
Ahora en serio. Eso no significa nada. Si hablas de la Razón, tendrás que estar refiriéndote a algo. Repito la pregunta: ¿Qué es eso de la Razón, que según tú ha triunfado y que no es la razón?
Nosotros llamamos Razón a la Razón y fe a la fe. Son cosas evidentemente distintas para cualquiera. No significa nada hablar de "(eso que los creyentes llamáis) la Razón (que es la fe)"
Saludos.
Pero no se hará eso ni nadie quiere iniciar ese camino porque supone un enfrentamiento frontal con el enemigo.
El diablo actúa como Dios, a través de intermediarios en la tierra, y no van a dejarse sin lucha rabiosa el terreno inmenso ganado.
Los hombres no quieren batallar, así que se cumplirá el calendario profético anunciado por todos lados:
desliz hasta la catástrofe y sobre las ruinas el Señor reconstuirá con las manos de su resto fiel, resguardado en pequeños grupos, monasterios aquí y allá.
María es el Arca de Salvación de estos nuevos (últimos) tiempos que "serán como en los días de Noe".
Hay que consagrarse a María.
La que sí se salvará tras terrible lucha será España. Como siempre por don divino.
"España, baluarte inexpugnable de la fe católica "
Excelente post Bruno.
"Contemporáneo, contemporáneo, contemporáneo tampoco es que lo fuera"
Esa es la definición de "casi contemporáneo", que es lo que yo escribí, si no recuerdo mal.
"y usted sabe que había más corrientes y autores y toda una tradición"
Más a mi favor. El otro gran fundador del nominalismo fue Roscelyn de Compiegne, que murió... cien años antes de que naciera Santo Tomás, así que difícilmente puede su teoría ser una reacción a la degeneración de la escolástica.
"Históricamente brota por un deseo de anteponer lo concreto a las abstracciones tomistas del siglo XIII y a las «formalidades» de Duns Escoto. Se trata, pues, de un movimiento de reacción contra los excesos abstraccionistas anteriores, contra las disputas interminables, formalísticas y puramente verbales de la Escolástica decadente".
Esa cita tiene escasísimo valor, porque a) está escrita por alguien que se siente capaz de desestimar con esa ligereza a SAnto Tomás, lo que ya indica que su criterio no vale nada, b) difícilmente podía querer alguien del siglo XII luchar contra las abstracciones de quien fuese en el XIII, c) llamar "escolástica decadente" a Santo Tomás (que vivió en el siglo XIII) es no tener vergüenza.
Es mucho más apropiada la cita que hace el mismo autor de Menéndez Pelayo que incluye a los nominalistas españoles entre los «escolásticos degenerados y recalcitrantes de los primeros años del siglo XVI». De ellos nos dice que «enseñaron en París con gran crédito de filósofos, el cual totalmente vino a tierra el día en que Luis Vives lanzó contra ellos su diatriba In pseudo-dialecticos». Lo mismo que ha dicho Luis en este blog.
"Eso es algo aceptado por la Historia de la Filosofía"
No, es algo escrito por un desconocido que, además, claramente, estaba prendado del nominalismo y se reía de Santo Tomás.
"Si alguien siente curiosidad, le recomiendo que se adentre en ese mundo, y de verdad, acabará comprendiendo a Ockham"
Gracias por el consejo. Es justo lo que hice hace muchos años.
"En lo que no estamos es en el tema kantiano. A ver Bruno, ¿no es capaz de ver nada, pero nada bueno en Kant?. ¿De verdad no cree que Kant hunde su filosofía en el cristianismo?, ¿Nada es rescatable de la filosofía de Kant?. No tire al niño con el agua. Rescate al niño"
Absolutamente todo lo que existe, por definición, tiene cosas buenas. El lodo orgánico tiene nutrientes y hay pueblos que se lo comen en tiempo de escasez, pero eso no hace que yo me lo coma si tengo a mi disposición un buen filete de ternera.
Del mismo modo, teniendo una moral cristiana que es incomparablemente más acertada, no voy a razonar usando las herramientas kantianas, que están viciadas de raíz, simplemente por el hecho de que no se equivoca en todo (porque es imposible equivocarse en todo).
Saludos.
Me he tomado un vasito de vino, pero no te preocupes: nada que nuble mi entendimiento. ¿Puedes decir tu lo mismo? Lo digo porque estás armando un lío con la Razón y la razón, que no hay quien lo entienda.
La Razón (con mayúscula), la has sacado a relucir tu, y la has definido como "el Logos eterno".
Y la que yo he dicho, ya en mi primer comentario, que ha triunfado (desde la Ilustración), no es esa Razón (el Logos eterno), sino la razón humana. Con minúscula. La limitada, falible y maravillosa razón humana.
Y he dicho también que la razón humana no es la antítesis del Logos eterno, aunque ambos se llamen "razón", sino de la fe. Esto lo he dicho porque tu comparabas "razón" con "Razón", cuando lo que hay que comparar es "razón" con "fe".
"No, no es cuestión de incultura. Es cuestión de gustos. Si alguien dice que no le gusta el románico no le llamo inculto. Simplemente, no le gusta el románico".
No cedas en eso. No es cuestión de gustos. Es cuestión de que la mayoría del arte moderno es basura.
A una persona normal puede gustarle más el románico que el barroco o viceversa. Pero si a uno le gusta la basura es que le han lavado el cerebro.
"Y la que yo he dicho, ya en mi primer comentario, que ha triunfado (desde la Ilustración), no es esa Razón (el Logos eterno), sino la razón humana. Con minúscula. La limitada, falible y maravillosa razón humana.
Habrá que recordarte lo que has dicho: "Lo que se colocó como medida de todo [en la Ilustración] es la Razón (con mayúscula), no la razón humana, que no es medida de nada, sino método para el conocimiento, por lo que no se opone a la Razón (con mayúscula) como tal, sino a la adhesión irracional a la Razón"
Y vuelvo a preguntar: ¿a qué llamas tú la Razón?
"Esto lo he dicho porque tu comparabas "razón" con "Razón", cuando lo que hay que comparar es "razón" con "fe""
Bueno, tú compara lo que te dé la gana, eso es un tema completamente distinto. Yo sólo he dicho algo evidente: si pones algo limitado como el sentido de todas las cosas, inevitablemente lo destruyes. Si la razón humana se pone sobre todas las cosas, limita al mundo a lo que te cabe a ti dentro de la cabeza, que es muy poca cosa, y, por lo tanto, se crea un mundo a su medida, que no es el real.Lo verdaderamente racional es que la razón admita que hay cosas que la superan, porque la razón no es la Razón.
"Si alguien dice que no le gusta el románico es cuestión de gustos, pero si dice que el arte moderno (o el románico) es una bazofia insufrible es cuestión de incultura."
Nuevamente el Oráculo nos da la verdad apodíctica, que todos debemos aceptar por la pura fe ramontxista, porque él lo vale, aunque nuestros ojos nos digan que estamos ante bazofia. Qué suerte tenemos.
Estamos hablando de Ockham y de una etapa concreta (S.XIV), y del inicio del fin de la Escolástica, así que no me venga con Roscelyn de Compiegne. Y no es solamente ese autor de esa determinada página, ni mucho menos. Se puede poner como quiera pero la reacción de Ockham fue contra lo señalado, le guste o no le guste. A Ockham muchos autores le consideran la bisagra entre el pensamiento medieval y el moderno, y lo es.
Respecto a Kant, esa es su opinión, que también respeto, pero llegados a este punto, veo que va a ser imposible el diálogo.
Saludos.
"Habrá que recordarte lo que has dicho: "Lo que se colocó como medida de todo [en la Ilustración] es la Razón..."
Ahora entiendo el lío. Ese "[en la Ilustración]" lo has añadido tu. Es evidente que lo que yo quería decir es lo contrario. En todo caso sería: "[hasta que llegó la Ilustración]". Si vuelves a leer lo que yo he escrito sin dar por supuesto que soy tonto (y ya van varias veces), verás que el sentido está claro.
" Si pones algo limitado como el sentido de todas las cosas, inevitablemente lo destruyes. Si la razón humana se pone sobre todas las cosas, limita al mundo a lo que te cabe a ti dentro de la cabeza, que es muy poca cosa, y, por lo tanto, se crea un mundo a su medida, que no es el real.Lo verdaderamente racional es que la razón admita que hay cosas que la superan, porque la razón no es la Razón."
Yo no he puesto la razón humana sobre todas las cosas ni he dicho que era el sentido de todas las cosas. De nuevo, te pueden tus prejuicios. Lo primero que admite la razón es que no puede abarcarlo todo y que a menudo se equivoca. Pero lo que se obtiene por la razón es conocimiento. Nunca definitivo y frecuentemente equivocado, pero conocimiento. Mientras que lo que se obtiene por la fe son creencias.
Es posible que Ockham sea el filósofo más relativista y perverso que haya existido. Kant no le llega ni a los tobillos.
Fue un intento de substituir la única y verdadera Luz (Jesús), por las diversas Luces independizadas de la Luz.
Al final, la Ilustración cayó en el genocidio de los católicos (La Vendée), el Terror y la tiranía de Estado, y el imperialismo de Napoleón: una vorágine de sangre, fuego y cadáveres.
Los conceptos jurídicos y científicos básicos proceden de Grecia y Roma.
Jurídicamente proceden en especial de dos libros: La República de Platón y La República de Cicerón, ambos complementarios (el sistema federal y constitucional norteamericano procede del estudios de ambos, sobre todo de Cicerón).
Los conceptos científicos ya venían de los grandes científicos de la Antigüedad clásica: por ejemplo, Arquímedes.
Es un mito que la Ilustración se fundamenta en sí misma, que es el kilómetro cero de toda la modernidad. Es una continuidad también con la edad media, pues de ella recibió la antigüedad clásica.
Anda muy poco razonable el idólatra de la falsa diosa razón.
Por otra parte, como tú mismo reconoces los límites de la razón, tendrás que reconocer también que ni tú ni nadie se libra de tener creencias.
Saludos
Y no, yo no tengo creencias. Yo no trato de rellenar las lagunas de la razón con creencias. Simplemente admito que hay lagunas.
En total desacuerdo con lo que me has dicho.
- En primer lugar, las creencias no se aceptan primero y luego son razonables a posteriori: las creencias razonables se aceptan porque son razonables y se sigue razonando sobre ellas después. Además están las creencias no razonables, pero de esas no hablaba yo.
- En segundo lugar sí tienes creencias, como todo ser humano, y la primera y principal es la creencia de que no tienes creencias.
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo, pero uno como católico de a pie que ha percatado el problema, debe poner su parte como miembro del Cuerpo Místico de Jesucristo. Echarle la culpa al Vaticano II o a una u otra filosofía puede ser útil para el análisis, pero la solución pasa por nuestra fe en la Iglesia como manifestación de la Voluntad de Cristo, y por nuestra oración por ella. Lo otro es como echarle la culpa al "sistema", o sea ese tipo de explicación en donde nadie es responsable.
¿Rezamos por el Santo Padre? Francisco constantemente insiste en que oremos por él. ¿Rezamos por nuestros obispos, por el timorato, el cobarde, el desviado, el que no teme quedar mal? Recordemos que los obispos, por la naturaleza de su cargo, se exponen a criterios políticos, tanto dentro como fuera de la Iglesia. ¡Es una carga muy fuerte! ¿Rezamos por nuestros sacerdotes? ¿Por los agentes pastorales de nuestras parroquias? ¿Por quien se sienta al lado mío en la misa y que a veces saludo y a veces no? ¿Por la propia fidelidad?
No olvidemos que somos un Cuerpo. A mí me duelen los sacerdotes pedófilos, los obispos ambiguos y los feligreses que arrancan a la primera, pero me animan los últimos 3 papas que han sido firmes y fieles en su estilo, los sacerdotes y obispos que toman en serio su ministerio, los fieles que le dicen SÍ a Dios y a su Iglesia... y evidentemente que mis pecados contaminan a la Iglesia y los dones que Dios me da la avivan.
Hago este comentario porque, a mi parecer, las opiniones estaban cayendo en culpar a "las estructuras", cuando en realidad la solución pasa por la respuesta que le damos a Dios según nuestra realidad.
Saludos desde Chile
Había un estudio científico que explicaba la enorme cantidad de cosas de la vida ordinaria que damos por sentadas, pero que en realidad nos sabemos, y que por tanto creemos, sin saber que estamos creyendo, asumiendo una certeza que realmente no hemos comprobado. Probablemente seas sincero en tu exposición, pero de verdad que te equivocas, todos tenemos creencias, unos mas grandes otros mas pequeñas, pero todos las tenemos. Si te empiezo a hacer preguntas sobre ciencia o historia probablmente te encuentra unas cuantas sin ir muy lejos. Un saludo.
Eres tan bueno tan bueno, que no das ni pellizcos de monja. Hay que echarle un poco de pimienta al debate sobre todo a algún pardillo que se empeña en pifiarla una y otra vez.
Jesucristo es la Verdad para el cristiano. Conocemos el rostro de Dios en Jesucristo, Dios hecho hombre.
Como algunos comentaristas han señalado la verdad no hay que buscarla en ningún siglo determinado, ni en unos filósofos determinados, sino exclusivamente en Jesucristo, Dios-con-nosotros, y en su Iglesia, porque nos remite a él. Y su Iglesia es la del siglo I y la del siglo XXI pasando por todos los demás siglos.
Y acabarás inculcándome el tractatus empeñado en que aprenda que de lo que no se puede hablar más vale callar.
Pero es que estoy convencida de que la Verdad nos hará libres -no debemos ocultarla ni rechazarla. Y eso vale para todos.
Haz el bien y no mires a quien, que no se diga.
Muy de acuerdo en que la gente no quiere escuchar a la autoridad hoy día, pues está claro que, de un extremo al otro, lo que quiere casi todo el mundo es que la autoridad tome nota de lo que dicen ellos.
Y muy buenas las colaboraciones de Jordi.
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Exacto Jordi, y tanto como lo bueno recibió también lo malo, lo que la caracteriza: el nominalismo, germen que fue del Modernismo y su Ideología, el cual fuera parido el pleno Medioevo por Ockam y sus discípulos antitomistas.
El mito del "Km 0" conque intenta presentarse a partir de la Francesada -y que toda la Historia Oficial acepta- , obedece a que la Ilustración representa el más audaz y logrado intento de erradicar el Cristianismo de la faz de la Tierra.
Hasta ahora parece irle bastante bien. No obstante la Sabiduría Eterna nos enseña que sus efímeros triunfos no son más que coces dadas contra el aguijón.
Qué grande es el Señor, que ahora revela la sabiduría a los sabios. Si es que al que tiene, encima se le dará. Enorme misterio.
Hoy no ando bien de tiempo, pero solo unas notas:
Parto de que soy un profundo admirador del tomismo, y me parece esencial en el pensamiento cristiano (no soy partidario de la idolatría tenista de algunos, lo que Julián Marías decía referido a los tomistas: hombres de un solo maestro) pero todo el edificio to mista es de base pagana: Aristóteles, y el pagando más apegado a la tierra frente al alado Platón, toda la concepción sociopolítica feudal que impregna las ideas e incluso la teología es ajena al cristianismo. Es solo un ejemplo.
Decir sin más que la filosofía de hoy es relativismo y punto pues no es muy matizado. El personalísimo, por ejemplo, no es relativista, está plenamente impregnado de cristianismo y, sinceramente, es un vehículo muy apropiado ( con todas las limitaciones de toda filosofía) de expresión de ideas cristianas.
Todo el avance científico, los conocimientos sobre el universo, el genoma, etc. hacen que la cosmovisión medieval no pueda ser transmitida en bruto sin más al hombre de hoy, sin que en algunos puntos resulte cuando menos pueril.
Te agradecería que contestaras sin poner etiquetas, más que nada por subir el nivel del debate.
Como sabes, el tema del post es el arte moderno.
La sociedad feudal, si es filosóficamente tributaria de algo, es de Dionisio (y del neoplatonismo). En la época de Santo Tomás ya iba lentamente en retirada el feudalismo.
Y aquí, que yo note, nadie defiende anclarse definitivamente en el s. XIII, sino recuperar la confianza en la razón (precisamente, Ramontxu) y en el acceso a la realidad íntegra.
Y tampoco es la cuestión central el arte, sino la dejación de la autoridad en la Iglesia, o como se dice aquí: la desistencia, que, estoy de acuerdo, es tributaria del relativismo y el "quedar bien" (el tan temido por los santos "respeto humano")..
"Teísmo con inmortalidad del alma" es más apropiado, pero tiene menos sonoridad que "teísmo antropocéntrico".
Se me ocurre que quizá un buen candidato podría ser "teocentrismo antrópico" (o teísmo antrópico), en el sentido de existencia de Dios con un lugar privilegiado para el hombre por deseo de Dios.
"aunque me encanta, ese no es el tema del post, así que, si te parece esta vez lo dejamos aquí"
Hay que ser caradura para decir eso. El tema lo has introducido tú, sin que tuviera nada que ver con el post: "Esto lo he dicho porque tu comparabas "razón" con "Razón", cuando lo que hay que comparar es "razón" con "fe"."
Como ha dicho Bruno, la diferencia entre la creatura y el Creador es cualitativa. Entre el Ser de Dios y el ser de la creatura hay una analogía que impide ponerlo en el mismo plano (Yo soy el Que Soy, tú eres la que no es, dijo Cristo a Santa Catalina). La misma Humanidad de Nuestro Señor está centrada en su Unica Persona, y claramente dice en referencia a esto que "el Padre es más grande que Yo".
Si se quiere decir que la Encarnación ha dado a nuestra naturaleza una peculiar dignidad, pues no hacen falta humanismos maritanianos o antropocentrismos, está claro.
Cuando se habla de "centro" se hace referencia al Absoluto,lo que da consistencia metafísica a todo, el Bien Común del Universo visible e invisible. Y Absoluto hay uno solo.
"Debe ser muy difícil argumentar con un señor cuyo comentario está plagado de sofismas, soflamas y cronolatrías. Es curioso. Yo pensaba que daba argumentos, y en lugar de encontrarlos por tu parte ( bueno, encuentro algunos aunque flojos, ciertamente) lo que encuentro son etiquetas impregnadas de fuerte valor connotativo".
Pues hombre, si de verdad pensabas que dabas argumentos, la cosa es mucho más grave. Y más que vuelvas a hacer lo mismo, con la modalidad ahora de victimismo (¡pobrecito yo!, me han dicho que uso sofismas, soflamas y caigo en la cronolatría, ¿cómo se atreven?). Por favor, en lugar de eso, argumenta y no nos hagas perder el tiempo a todos. Lo mismo para la técnica pueril de repetir lo que he dicho referido a mí, a pesar de que eres perfectamente consciente de que toda la página está llena de argumentos que he dado. Serán mejores o peores, pero son argumentos, mientras que tu frase que he dicho que apenas incluía argumentos, en efecto apenas los incluye. Es un hecho. Y vuelve a serlo, porque el victimismo no es un argumento.
Mira Antonio, sé que te molesta un montón que te corrijan, pero estoy convencido de que eres capaz de discutir bien, sin tanta tontería. Por eso, mientras sigas viniendo aquí no me voy a contentar con esos mecanismos pseudodialécticos a los que te has acostumbrado para huir de las auténticas argumentaciones y quedarte en intercambios de invectivas. Tus alumnos y tú os lo merecéis. ¿Te parece un lenguaje duro? Es que lo es, pero los fuertes necesitan ese tipo de lenguaje. Si fueras incapaz de argumentar, no te hablaría así, pero puedes hacerlo bien, lo sé.
Recordemos otra vez la cuestión.
"Así es, Prudencio, Es la Evangelización de la máquina del tiempo, que olvida además que la filosofía y la ideología de los siglos XII o XIII estaba también profundamente mundanizada".
Esto es un sofisma, porque utilizas el hecho evidente e irrelevante para la cuestión de que los hombres de todas las épocas tienen pecados y un grado mayor o menor de mundanización para intentar desestimar algo totalmente diferente: que no todas las culturas son equivalentes y algunas, con todas las limitaciones inherentes a su carácter humano, están basadas en presupuestos cristianos y otras no.
¿Has contestado a esto? En absoluto. Si no contestas a los argumentos de los demás o reconoces que son adecuados, la discusión no avanza, porque la has abandonado.
"Algunos en lugar de discernir..."
Antonio, por favor, como un hombre, sin insinuaciones. Si quieres criticar lo que digo, hazlo de frente, con claridad y, a ser posible con argumentos. ¿Has contestado a esto o has pedido disculpas por una forma evidentemente inadecuada de actuar? No. De nuevo, la discusión no puede avanzar.
"Algunos en lugar de discernir lo que es el mensaje cristiano y despojarlo de toda ganga histórica mundana, y presentarlo así a los hombres de cada momento histórico de forma adecuada ( que no descafeinada), prefieren presentarlo hoy con las mundanizadas formas del pasado, con la filosofía y cosmovisión del pasado. Y como esto no es posible, solo resta el deseo nostálgico y frustrante de encontrar una máquina del tiempo".
Que esto no es más que una soflama, muy adjetivada pero con escasa sustancia argumental, es evidente: "algunos", "ganga histórica mundana", "en lugar de... adecuada, prefieren ... mundanizada", "filosofía y cosmovisión del pasado"... nostálgico y frustrante ... máquina del tiempo.
Si eso estuviera unido a argumentos, podría ser la guinda del pastel, pero en solitario no sirve de nada. Equivale a decir: tú malo, yo bueno.
De nuevo, hay que recordar que criticar la admiración por la "filosofía y cosmovisión del pasado" es, en primer lugar, una clara muestra de cronolatría que nada tiene de cristiano ni de racional. El hecho de que una filosofía y una cosmovisión sean del pasado no dice nada sobre su verdad, que es lo que importa. Creer que lo nuevo es mejor es una idea muy extendida hoy, pero indigna de alguien que piensa un poco. ¿Has contestado o reconocido que habías metido la pata con esa afirmación? No. Ídem.
"Parto de que soy un profundo admirador del tomismo, y me parece esencial en el pensamiento cristiano (no soy partidario de la idolatría tomista de algunos, lo que Julián Marías decía referido a los tomistas: hombres de un solo maestro)"
No sé dónde decía eso Julián Marías, pero entiendo que, como mucho, podría aplicarse a un neotomista (o viejo tomista) de tercera fila, que más tendría que llamarse manualista que tomista. El tomismo incluye en su síntesis el aristotelismo, el platonismo, el neoplatonismo, el agustinismo, las doctrinas y filosofías de los padres de la Iglesia y toda la escolástica anterior, por no hablar de su crítica razonada a maniqueísmos, averroísmos y una larguísima cadena de "ismos". Por no hablar de la infinidad de maestros tomistas que ha habido después de Santo Tomás. Llamar a eso "un solo maestro" es ridículo.
En cualquier caso, incluso tener un solo maestro, si el maestro es bueno, siempre es mejor que tener muchos maestros malos. Creo que esto también es evidente.
Por otra parte, vuelves a hacer lo mismo: "de algunos". Si te refieres a mí o a alguien de este blog, dilo. Si no, la frase es irrelevante para la discusión.
"pero todo el edificio to mista es de base pagana: Aristóteles, y el pagando más apegado a la tierra frente al alado Platón"
"Pagano" no es algo malo en sí, especialmente cuando hablamos de la antigüedad clásica (otra cosa es la época actual, en la que "pagano" significa en realidad "apóstata" del cristianismo, cosa que es muy diferente). Lo que importa es que algo sea verdad o no (y, si es verdad, será compatible con el cristianismo, porque Cristo es la Verdad). La filosofía aristotélica estaba basada en la admiración ante la realidad, por mucho que él fuera pagano. La filosofía de Descartes (y, en general, la filosofía posterior) estaba basada en la duda, por mucho que él fuera cristiano. Sobre la primera actitud, se puede construir una filosofía sólida, bien unida a la verdad. Sobre la segunda, uno termina llegando al relativismo y al escepticismo. En ese sentido, la primera era más cristiana que la segunda.
Lo mismo sobre "más apegado a la tierra", que no parece una objeción a nada de lo que he dicho.
"toda la concepción sociopolítica feudal que impregna las ideas e incluso la teología es ajena al cristianismo. Es solo un ejemplo".
Será sólo un ejemplo, pero un ejemplo muy malo, porque eres el primero en hablar de sociopolítica en este post. Nadie ha hablado de eso. Es otro strawman (o, para decirlo de forma más castiza, no es un gigante, es un molino).
Aparte de eso, es una afirmación muy discutible, porque Santo Tomás habla cuando el feudalismo está casi desaparecido ya y, además, conoce perfectamente a los pensadores de épocas demócratas, monárquicas, demagógicas, tiránicas, aristócratas y oligárquicas. En cualquier caso, es irrelevante, porque todos los demás hemos estado hablando de los principios fundamentales de la filosofía y no de política.
"Decir sin más que la filosofía de hoy es relativismo y punto pues no es muy matizado"
Efectivamente, por eso no lo he dicho. Por favor, lee el artículo antes de comentarlo.
"El personalísimo, por ejemplo, no es relativista, está plenamente impregnado de cristianismo y, sinceramente, es un vehículo muy apropiado ( con todas las limitaciones de toda filosofía) de expresión de ideas cristianas".
Si lees el artículo, verás que está incluido el personalismo entre los intentos de "dar la vuelta a la tortilla", con lo que es evidente que lo considero de forma positiva. Sin embargo, el personalismo, básicamente, son retazos. Retazos interesantes, interesantísimos en algunos casos, pero no se puede afirmar que constituya una síntesis filosófica. Además, está muy influido por el subjetivismo Kantiano y por el agnosticismo fenomenológico y en algunas cuestiones fundamentales tiende a ahondar los errores de la época y no a corregirlos. Se puede considerar un añadido valioso a las síntesis tomista o agustinista en algunas cuestiones, pero no puede pretender ser una alternativa. La muestra más clara de ello es que no ha conseguido crear una síntesis capaz de desafiar al relativismo imperante. Es una más de las muchas corrientillas filosóficas de nuestra época, por supuesto mucho mejor que otras, pero no ha conseguido cambiar el paradigma.
Que no lo ha conseguido es un hecho. De las razones por las que no lo ha conseguido es de lo que habla el post.
“Todo el avance científico, los conocimientos sobre el universo, el genoma, etc. hacen que la cosmovisión medieval no pueda ser transmitida en bruto sin más al hombre de hoy, sin que en algunos puntos resulte cuando menos pueril”
Esta afirmación es de una ingenuidad conmovedora. Si la filosofía dependiese de los últimos adelantos científicos para responder a las grandes preguntas del hombre, es decir, para elaborar su cosmovisión, nunca serviría de nada, porque siempre habrá más adelantos científicos en el futuro y, en consecuencia, cualquier cosmovisión/filosofía actual sería fundamentalmente incorrecta.
En realidad, la inmensa mayoría de los adelantos científicos son irrelevantes para las cuestiones centrales de la filosofía. Los agujeros negros, las supernovas, la teoría del bigbang y el bosón de Higgs no afectan en nada a las ideas de Santo Tomás sobre Dios, el ser, la creación, el hombre, etc. Afectarían, por supuesto, a sus ideas científicas, que eran las de su época, pero apenas o nada a su filosofía fundamental. Las implicaciones filosóficas del genoma eran ya conocidas en la Edad Media, aunque faltasen mil años para que se inventarla la palabreja: los padres dejan en herencia a sus hijos su propia naturaleza humana y algunas de sus características físicas. En nada afecta a la filosofía que esa transmisión se realice a través de los cromosomas del ADN, con sus nucleóticos y bases nitrogenadas. Todo eso es muy importante para el conocimiento científico, pero muy poco para el filosófico.
En esta época en la que tanto se habla de desmitologizar, no hay nada que haya que desmitologizar más que la ciencia. Cuando escuchaba a la profesora de Física Cuántica que mencioné a Sonia S., a veces me parecía estar escuchando a un brujo hechicero del África Central. Y lo peor es que era inconsciente de todos los extraños mitos que se tragaba sin darse cuenta y que nada tenían que ver con la ciencia.
“Te agradecería que contestaras sin poner etiquetas, más que nada por subir el nivel del debate”
Eso es imposible. Pensar es distinguir. Lo que no sirve de nada es usar etiquetas vacías de sentido (es decir, insultos), pero usar etiquetas es esencial.
“Y sí, el Cristianismo el cristianismo es una religión encarnada, y los cristianos del siglo XXI tenemos la misión de hacerlo presente en el siglo XXI, no en el XIII”.
Esta última frase, que es el quid de la cuestión, muestra que o bien no te has leído el artículo o no lo has entendido (sin duda porque yo no me habré expresado bien).
Nada se ha dicho en el artículo contra eso. Es más, se ha dicho precisamente eso: que todos somos hombres de nuestra época y que tenemos que ser muy conscientes de ello. Porque, al ser hombres de nuestra época, damos por supuestos un montón de pre-supuestos típicos de ella. Y algunos son fundamentales. Y algunos son erróneos. Y unos cuantos, finalmente, son a la vez fundamentales y erróneos. Y el resultado de tragarse estos últimos es desastroso.
Por eso he intentado mostrar de dónde vienen esos presupuestos fundamentales y erróneos, porque, cuando uno yerra el camino, lo que debe hacer es volver al punto donde se equivocó de senda y tomar la correcta.
¿Quiere eso decir que haya que “transmitir en bruto” lo que pensaban los hombres medievales al hombre de hoy? No, ni yo he dicho nada de eso. ¿Quiere eso decir que haya que despreciar todo lo que se ha pensado (dentro y fuera de la Iglesia) en los últimos mil años? No, ni yo he dicho nada de eso. ¿Quiere eso decir que no haya que presentarlo el Evangelio a los hombres de cada momento histórico de forma adecuada? No, ni yo he dicho nada de eso. Etcétera.
El artículo simplemente muestra un gran problema del pensamiento actual: el alejamiento de la verdad, tanto material como formal, afectiva y metodológicamente. Después, muestra una consecuencia en particular (la desistencia de la autoridad en la Iglesia) y otras muchas a grandes rasgos (relativismos, feísmos, positivismo jurídico, subjetivismo, pensamiento débil, amoralidad, etc.). La conclusión lógica es que hay que reconocer el problema de fondo y, de alguna forma, intentar solucionarlo, si es que podemos.
Yo creo que es una cosa muy razonable.
Saludos.
"Me parece que combinar teocentrismo con cualquier otra calificación (antropocéntrico, antrópico o humanismo) es un error".
Bueno, creo que Argento sólo quería una forma rápida de hablar de la idea de que existe Dios y a Dios le importa el ser humano. Es decir, de dejar claro al hablar que no se está hablando de deísmo.
"Si se quiere decir que la Encarnación ha dado a nuestra naturaleza una peculiar dignidad, pues no hacen falta humanismos maritanianos o antropocentrismos, está claro"
Es que, aparentemente, Argento está hablando de los preambula fidei, no del cristianismo, así que no hay que meter la Encarnación.
"Cuando se habla de "centro" se hace referencia al Absoluto,lo que da consistencia metafísica a todo, el Bien Común del Universo visible e invisible. Y Absoluto hay uno solo".
Sin duda.
Pablo VI determinó una acción de gobierno válida y legítima, que consistía, aparentemente, en lo siguiente:
1. Dio preeminencia a la misericordia (discursos en defensa de la ortodoxia y la ortopraxis, peticiones privadas de retractación a los heterodoxos) que a la justicia (disciplina canónica).
2. Esta determinación se fundó en el hecho de que la Iglesia iniciaba una nueva era con el fin del Concilio Ecuménico Vaticano II, que había durado unos 5 años, que había hecho participar a miles de clérigos de toda la Iglesia, que había contado con la presencia de otras comunidades e iglesias, y que se suponía que había DEJADO CLARO todas las cuestiones.
3. Lo que era impensable para Pablo Vi fue la rápida y masiva descomposición de la Iglesia ya desde el inmediato postconcilio.
Ottaviani recibió cientos, sino miles, de cartas indicando la catástrofe: "unos desconocidos han entrado esta noche y han serrado todos los santos de la iglesia", "han destruido un antiguo altar de gran valor artístico y lo han sustituido por una mesucha de madera / de cristal", "las misas y las confesiones se hacen como les da la gana", "las misas las celebra una mujer y el sacerdote sólo interviene para el exclusivo acto de la consagración", "han retirado el agua bendita, y no se hacen sacramentales, ni exorcismos, ni adoración eucarística, ni rosario", "divorciados y aparejados comulgan con conocimiento del sacerdote", "se ha suprimido la enseñanza de la Historia Sagrada en las clases de religión"...
4. El mismo Pablo VI ya dio avisos públicos de la hecatombre:
Discurso al Seminario Lombardo, 7 diciembre 1968: “La Iglesia atraviesa un momento de inquietud, de autocrítica, se podría decir incluso de auto-demolición (…) La Iglesia es herida por ella misma”.
Homilía, 29 junio 1972: “El humo de Satanás ha penetrado por una grieta en el Templo de Dios…” ( en relación con Apocalipsis 9: “… y le fue dada la llave del pozo del abismo; y abrió el pozo del abismo, y subió del pozo humo, como el humo de un gran horno…”).
5. De ahí la reacción de Lefebvre entre 1970 y 1976, pero su espíritu de orgullo le condujo al cisma.
Pablo VI es considerado actualmente como un diablo, un masón y un comunista por el sedevacantismo; y por el progresismo, como un retrógrado e involucionista conservador debido a su Humanae Vitae de 1968, documento que constituye el verdadero punto de ruptura de la Iglesia por el lado progresista (la Humanae Vitae aún no está asumida por el progresismo).
En especial, es nada menos que el padre de la desistencia. Dispuso que durante años no se sancionara a ningún teólogo heterodoxo, dejándole el trabajo sucio a su sucesor, que tuvo que recurrir al cardenal Ratzinger para limpiar los establos de Augías.
Estoy trabajando y voy contestando poco a poco. No sabía que tenía que pedirte permiso para ganarme el pan o para decidir a qué comentarios respondo y cuándo.
Tus afirmaciones son, francamente, surrealistas. Se me puede acusar de muchas cosas (a menudo con razón), pero decir que no sigo una línea de razonamiento y que contesto a lo tonto es ridículo. Nunca me voy por las ramas. Si algo caracteriza mi pensamiento es, precisamente, intentar ir siempre a lo esencial, analizar lógicamente las afirmaciones de los demás y pensar mucho lo que digo.
No pido pruebas, sino argumentos. Es el mínimo que se puede pedir en una discusión. Si te limitas a afirmar algo sin argumentarlo, tu afirmación no tiene ningún valor más allá de la autoridad moral que tengas personalmente.
Dicho eso, es cierto que, cuando hay muchos comentarios, es muy difícil atender a todo, pero a no ser que estés dispuesto a pagarme un sueldo para que pueda dedicar más tiempo al blog, no veo en qué sentido puede eso ser un reproche contra mí.
Saludos.
interesante el ultimo comentario de luis, confieso que es el unico que he ledo desde ayer ... es que hay muchisimos! (y poco tiempo :-(
Nada, que no me sorprende demasiado que a la Iglesia le afecte tambien la crisis de autoridad. Es que lo tiene dificil. Tanto la Autoridad como el Poder ya no son tan verticales, ahora -como todo- tiene forma de red. Y en una red todos los nodos en principio son identicos entre si.
Por ejemplo, hoy los profesores, sobre todo los de niños, tienen muy complicada su tarea, se de casos en los que los "maestros" son los crios en lugar de los mayores.
Tambien lo tiene crudo la Autoridad ahora. Nunca nadie la ha tenido en demasiado estima (salvo fueras rey o notable!) y si encima tiene poco fundamento ... mal mal. Antes si las cosas se salian de sitio (que se salian) la Autoridad se apoyaba en la fuerza. Fuerza bruta. Y muy bruta. Ahora esto no se puede hacer. Y yo diria que no se debe hacer.
No por ello hay que ser catastrofista y bien cierto es que la Autoridad es necesaria. Solo que en lugar de la fuerza hay que restaurarla por el conocimiento. Por la sabiduria. (pero no por medio de republicas como las de Platon!) (por suerte eso tampoco es posible hoy).
Saludo!
Luis, la combinacion era de "teísmo" con (el adjetivo o cláusula apropiada). La motivación es que hay gente, particularmente en el ámbito de las ciencias, que admite la existencia de un Ser Absoluto, pero no que los seres humanos seamos más importantes para El que, por ej., los chimpancés o los delfines, o que el alma humana sea espiritual e inmortal.
En definitiva, buscaba una denominación al contenido de la fe "básica" en la situación pre-Revelación (que era la del patriarca Henoc) descripto por Hebreos 11,6: "el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan".
"que existe" = "teísmo"
"que recompensa a los que le buscan" = el adjetivo o cláusula que buscaba, y que a esta altura me parece que no existe. Porque ni siquiera "inmortalidad del alma" refleja cabalmente el concepto, porque el alma podría ser inmortal y su estado luego de esta vida no depender de nuestra relación con Dios durante esta vida.
Pido disculpas por haber desviado la discusión del tema central.
El problema es que la autoridad requiere reconocimiento por parte de los gobernados, es decir cierto grado de virtud intelectual y moral para reconocer a la "auctoritas". Benedicto XVI, que era un Papa de gran autoridad objetiva, no fue reconocido como tal. El actual, que tiene una autoridad objetiva mínima, recibe sin embargo un consenso muy fuerte.
Cuando la Autoridad se relaja o decide abrirse al dialogo (es decir dejar de ser Autoridad) sucede la diversidad, la densidad, la pluralidad, el albedrio ... todo se dispara. Y se esta cerca de lo heterogeneo, que a su vez se aproxima a la heterodoxia ... seguimos? :-)
Ello se puede ver en tu blog, Bruno, o en los que no hay moderacion previa, Y la gente se siente libre de postear. (se espera que con respeto y elegancia :-). Y el numero de intervenciones se dispara.
Por eso yo siempre pienso que la diversidad es creativa. La uniformidad restringe.
Saludo!
Así como el poder es rigor con los demás, la autoridad requiere rigor con uno mismo, y sobre todo, librarse del pensamiento políticamente correcto. Por eso la autoridad está tan menguada en la Iglesia y en el Estado.
Platón lo explica bien.
Es bien conocido el hecho de que Santo Tomás de Aquino sostenía la posición de Aristóteles ("el Filósofo") en lo referente a la infusión del alma en el ser humano: primero el embrión tenia un alma vegetativa, despues pasaba a tener un alma "sensitiva" (animal), y recién despues, a los cuarenta días de gestación en el caso de los hombres y noventa días en el caso de las mujeres, Dios le infundía el alma espiritual racional. (Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, Libro III, Distinción 3, Cuestión 5, Artículo 2, Responsio.)
Pues bien, en un artículo online que puede hallarse usando cualquier texto del párrafo anterior como argumento de búsqueda, demuestro que el intento de Santo Tomás de Aquino de compatibilizar el concepto aristotélico de "animación retardada" con la Revelación cristiana fracasa de un modo patente y categórico por una burda auto-contradicción dentro del mismo argumento, sin que jueguen rol alguno los conocimientos de la biología contemporánea.
Propongo una: Un voto de obediencia laico.
Los laicos que quisiéramos, por pura voluntad y sin cohersión de ningún tipo, diríamos que aceptamos lo que el pastor diga, así y lo blanco nos parezca negro.
Al menos así podrían los sacerdotes enseñar lo que les parezca conveniente a los cuatro gatos dispuestos a ponerse el brazalete amarillo con la estrella de David (es una sugerencia, a lo mejor habrá otro distintivo que no se haya usado antes), sin temor a ser ridiculizados, confrontados o discutidos.
Me pregunto cuántos gatos habría en tal reunión. No sé por qué, sospecho que serían más de cuatro. Y quizás los cuatro gatos estarían sin brazalete.
La base de cualquier filosofía sana es el realismo. El que duda de la verdad de la información que recibe por los sentidos será prontamente comido por un león o atropellado por un auto, dependiendo del grado de desarrollo de la sociedad en que vive.
No deformemos lo que afirmó San Ignacio, que no dijo "un superior", sino "si la Iglesia jerárquica así lo determina" y evidentemente estaba hablando de la doctrina de la fe y la moral. Sería absurdo pensar que estaba hablando de los colores blanco y negro.
A esa causa agrego la ausencia o el debilitamiento de la fe en la asistencia divina al Magisterio de la Iglesia. Porque para conocer con certeza la verdad revelada es necesario previamente identificar con certeza el medio por el cual esa verdad llega a nosotros. Ese medio es la Sagrada Escritura más la Tradición Apostólica, ambas interpretadas por el Magisterio divinamente asistido y autorizado de la Iglesia Católica.
Autoridad y asistencia se implican mutuamente. Si Dios diese autoridad sin asistencia estaría diciendo: "Les ordeno creer lo que el Papa y los Concilios enseñen, pero no garantizo que de vez en cuando no enseñen algo erróneo", mientras que si Dios diese asistencia sin autoridad estaría diciendo: "Les garantizo que el Papa y los Concilios van a enseñar siempre la verdad correcta, pero dejo a criterio de cada uno creer o no lo que ellos enseñen."
Un artículo muy interesante relacionado con este tema apareció en el New York Times hace un par de semanas. Se titula ¿Por qué nuestros hijos no creen que existan hechos de tipo moral? Muestra cómo ya desde la escuela se enseña a los niños que los principios morales fundamentales son meras opiniones y no hechos.
Es anecdótico, pero interesante como muestra de lo que indicaba en el artículo: desde que nacemos, estamos envueltos en una catequesis a favor del relativismo y la desconfianza hacia la verdad. Es imposible que esa catequesis constante no tenga efectos en nosotros. La desistencia de la autoridad sólo es uno de ellos.
(Enuncié la última cláusula de ese modo para ilustrar el punto pero admito que puede ser inexacta en sus dos puntas. No es el tema en discusión.)
Por eso la importancia de los "motivos de credibilidad" para identificar con certeza el medio por el cual la verdad trascendente revelada llega a nosotros.
Concilio Ecuménico Vaticano I. Constitución Dogmática Dei Filius (1870). Capítulo 3: Sobre la fe.
para que podamos cumplir nuestro deber de abrazar la verdadera fe y perseverar inquebrantablemente en ella, Dios, mediante su Hijo Unigénito, fundó la Iglesia y la proveyó con notas claras de su institución, para que pueda ser reconocida por todos como custodia y maestra de la Palabra revelada.
Sólo a la Iglesia Católica pertenecen todas aquellas cosas, tantas y tan maravillosas, que han sido divinamente dispuestas para la evidente credibilidad de la fe cristiana. Es más, la Iglesia misma por razón de su admirable propagación, su sobresaliente santidad y su incansable fecundidad en toda clase de bienes, por su unidad católica y su invencible estabilidad, es un gran y perpetuo motivo de credibilidad y un testimonio irrefragable de su misión divina.
León XIII. Encíclica Immortale Dei (1885).
4. Todo hombre de juicio sincero y prudente ve con facilidad cuál es la religión verdadera. Multitud de argumentos eficaces, como son el cumplimiento real de las profecías, el gran número de milagros, la rápida propagación de la fe, aun en medio de poderes enemigos y de dificultades insuperables, el testimonio de los mártires y otros muchos parecidos, demuestran que la única religión verdadera es aquella que Jesucristo en persona instituyó y confió a su Iglesia para conservarla y para propagarla por todo el tiempo.
Pío XII. Encíclica Humani Generis (1950).
Más aún; a veces la mente humana puede encontrar dificultad hasta para formarse un juicio cierto sobre la credibilidad de la fe católica, no obstante que Dios haya ordenado muchas y admirables señales exteriores, por medio de las cuales, aun con la sola luz de la razón se puede probar con certeza el origen divino de religión cristiana. De hecho, el hombre, o guiado por prejuicios o movido por las pasiones y la mala voluntad, puede no sólo negar la clara evidencia de esos indicios externos, sino también resistir a las inspiraciones que Dios infunde en nuestra almas.
Yo diría, que en la época actual hay un problema anterior a esa credibilidad. No es que la gente examine esos motivos de credibilidad y no les dé crédito, es que directamente piensan que la cuestión no tiene sentido, porque no se puede conocer la verdad sobre temas religiosos, morales y metafísicos.
Por ello, buscan una religión "útil", para sentirse mejor o que les ayude a ser mejores, pero rechazan de antemano algo más.
Es un problema con el que no se había encontrado antes la Iglesia (al menos a este nivel) más allá de personas escépticas aisladas.
Los mismos católicos de hoy tendemos a vivir en una duda perpetua (aunque estemos del lado del sí a Cristo) que antes era muy rara.
Saludos.
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Pero Bruno, si la desistencia de la autoridad se justifica en la desevangelización galopante, mejor apaga y vámonos. Sólo resta esperar la Parusía.
La desevangelización de los "católicos estadísticos", esos que según los anuarios son mil millonesy pico, es evidente. Pero la Iglesia no es una democracia "que se deba a las bases", sino antes bien es "sal que debe salar". Los pastores no deben ser cola de león (del Liberalismo) sino cabeza de ratón, aunque quienes todavía se tomen a los Evangelios en serio sean una ínfima minoría.
Está bien analizar y discutir, pero más importante es orar por nuestra Iglesia, por nuestros pastores y por nuestra propia fidelidad.
Hay silencios, omisiones aparentes, que fácilmente podemos endilgar a una dejadez tan ingenua como vergonzante. Habitualmente la memoria de Pablo VI recoge palos desde esa visión.
Pues no, que bien puede ser prudencia, mirando a errores anteriores, que no se desean repetir. Errores que no serían de inquisición y hogueras, sino más cercanos, en otro estilo, pero errores al fin.
Esperemos, en esto se esté en pausa, a la espera que la Iglesia sepa discernir como unir la justicia y la caridad, en su servicio a la verdad.
Confiemos en la Providencia.
El tiempo, su mero transcurrir, a premiado a los heterodoxos dentro del catolicismo, con la esterilidad y la fugacidad. Mueren sin dejar semilla, sarmientos secos desgajados de la vid. A lo sumo se renuevan, como una estrella fugaz viene luego de la otra.
Cada época vive el drama que el hombre puede preferir las tinieblas a la luz, rechazando al Verbo Encarnado, Jesús.
El problema de nuestro tiempo es que no hay nadie a quien respetar.FDostoievski
Cuando el que no se respeta es Dios, aca tenemos las consecuencias.En infovaticana vi una noticia que me alento,la quería compartir con ustedes.
La Iglesia en Africa, llego a los 200.000.000 de creyentes, el perfil que tiene, es el de la Iglesia de los primeros tiempos, hay muchos mártires.
Un importante Cardenal estuvo en Roma orando frente a la tumba de San Ambrosio, vinculado a San Agustin.
Siempre le doy gracias, siempre pensar que el Cuerpo Mistico que es una belleza, nos encontramos en la Eucaristia.
Hay que respetar al Señor en la Santa Misa, la Sacralización, con la belleza, salvará al mundo, y a la humanidad.
Soy Argentino y amo a la Iglesia de mi Patria, que es parte del Cuerpo Mistico, hay que orar en la Eucaristia por nuestros obispos,y por el Cuerpo Mistico, ya ven que hay lugares que están de maravillas.Es mi Iglesia, y es mi patria.No quiero ir a Polonia, oro por todo, creo en la ompinipotencia de Dios, si me espero 32 años, como no va a esperar a tantas almas.Ahora me despido.Sigo siendo sumiso ja!!!!Ja!!flor de regalito tiene mi mujer.
Porque terapeutas, asistentes sociales, demagogos, repetidores de Pensamiento Políticamente Correcto y agitadores sobran. Y no hace falta que sean católicos. La diferencia específica es la fe. Si la fe no se defiende, la autoridad no tiene sentido. No es que se vuelvan desistentes porque no tienen autoridad: han perdido y seguirán perdiendo autoridad porque son desistentes.
Si la sal no sala, sólo sirve para echarla afuera y pisarla. Pues eso.
"la pluralidad en lo que no sea esencial es conveniente en la Iglesia"
Es perfectamente claro para mí que Bruno no está cuestionando la pluralidad en lo no esencial. Está cuestionando que no se sancione a gente que sostiene posiciones contrarias a lo esencial de la fe católica, no sólo en lo específicamente católico sino también en lo común con otras confesiones cristianas, como la divinidad de Jesucristo y la historicidad de la narración de los Evangelios. Pero por supuesto él puede explicar su posición mejor que yo.
"-Respecto al comentario de Argento, no entiendo lo que quiere decir exactamente: ¿tendría que basar mi fe cristiana en los milagros? ¿por qué?"
Jesús mismo respondió a esa pregunta:
«Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.» (Jn 10,37-38)
Notemos también que los primeros discípulos de Jesús, Juan Evangelista y Andrés, siguieron inicialmente a Jesús (Jn 1,37) luego de oir a Juan Bautista dar testimonio de El, testimonio que Juan B. fundamentaba en haber visto cumplirse en Jesús lo que Dios le había revelado acerca de que "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo." (Jn 1,29-36). Por lo tanto el testimonio de Juan B. estaba basado en haber visto cumplirse una profecía (recibida privadamente por él) y realizarse un milagro, y el seguimiento inicial de Jesús por Juan E. y Andrés estuvo basado en el testimonio de Juan B.
"No sé cuál es vuestra posición exacta ante la filosofía y la ciencia ni qué creéis que nos tendría que decir la autoridad. Eso de antimodernismo es una palabra muy vaga que no se sabe exactamente lo que engloba. ¿Hay que creer que nunca existió la evolución, por ejemplo? ¿Tenemos que creer que el mundo se creó en seis días?
Yo no creo que un físico llegue a esos extremos ¿pero qué es lo que queréis decir exactamente entonces?"
Ult, es evidente que no conoces a qué se refieren Bruno y Luis con modernismo. Modernismo NO es "aceptación de las conclusiones de la ciencia moderna" sino otra cosa completamente distinta, una posición filosófico-teológica cuya descripción excede totalmente el marco de este comentario.
Un católico puede perfectamente aceptar la cosmología moderna y la evolución. De la primera, sólo la parte que es realmente ciencia, o sea del Big Bang (o más bien de la inflación) en adelante, no la pseudociencia del multiverso y la inflación eterna con la que los ateos tratan de resolver el problema que les plantea que el universo presente tamaño grado de sintonía fina para el desarrollo de vida inteligente. De la segunda, restringiendo su alcance a lo puramente biológico en el caso del hombre, o sea dejando a salvo la infusión del alma espiritual directamente por Dios.
Hace 50 años, cuando yo era niño, si mamá decía "váyase a dormir", uno se iba a dormir y punto. Hoy los niños preguntan "¿por qué?" y si no hay una "razón válida" (!), se quedan despiertos toda la noche y si alguien dice algo, la reacción de la sociedad es igual de violenta.
¿Está bien eso? ¿Qué tanta capacidad de raciocinio tiene un niño de 3 años comparado con la de su madre? ¿Es necesario que el niño DE 3 AÑOS entienda perfectamente el funcionamiento de su cuerpo y que su madre pueda explicarlo y convencerlo para que sea "lícito" que el niño se vaya a dormir?
Exactamente lo mismo pasa en cuestiones de fe.
Ante la Una y Santa, que tiene 2000 años (más, si contamos la tradición hasta Abraham), el más maduro de nosotros es un bebé. ¿Qué tiene de malo que, como bebés que somos, aceptemos como buena la palabra de la Madre y Maestra y vayamos a dormir cuando es necesario?
Me acaba de ocurrir hace apenas una hora. Yo, tan santo como soy, de confesión mensual, ¿qué necesidad tengo de confesarme en Cuaresma? ¿Por qué hacerlo? Pues nada, por obediencia, fui a ponerme en la fila. Es una pena que no pueda contar lo que allí pasó, pero créanme que fue un milagro. Y "razonablemente" podría haber dicho "no me confieso y ya, no hay 'razón' para hacerlo". Y me habría perdido de un milagro, en beneficio de la razón que no me brinda nada.
La fe se basa en el milagro más importante, la Resurrección.
La fe no se basa en ningún milagro, sino en el testimonio de los apóstoles (Jn 21,22). El milagro es para que la gente crea (Jn 4,48). Si uno ya cree, el milagro es innecesario.
De vuelta al tema de la autoridad, una madre no tendría por qué sacar un conejo de un sombrero para que sus hijos acepten que ella es la que manda, del mismo modo que un policía no tendría por qué desenfundar el arma para que le obedezcan ni Karlos Arguiñano demostrar que la carne a la plancha es más sabrosa que la hervida mientras está dando una receta por la televisión.
Negarse a aceptar la autoridad per se no sólo es ridículo sino tremendamente impráctico. No podría uno ni siquiera circular por las carreteras sin aceptar que hay carriles y vías y velocidades límite "porque así es", sin tener que dar justificaciones ni milagros para demostrarlo.
Concilio Ecuménico Vaticano I. Constitución Dogmática Dei Filius. Cánones sobre la fe.
3. Si alguno dijere que la revelación divina no puede hacerse creíble por signos externos, y que por lo tanto los hombres deben ser movidos a la fe sólo por la experiencia interior de cada uno o por inspiración privada: sea anatema.
de Dios triunfa en la flaqueza humana"(3Co 12,9s).
Te presentó, Señor, mi debilidad, y con ella las flaquezas
de tu Iglesia y los pecados del mundo. Te alabo, Señor, por
el triunfo final y total de tu Gracia todopoderosa.
" La victoria es de nuestro Dios y del Cordero" (Ap 7,10).
!GLORIA A TI!
!VEN SEÑOR JESUS!
No nos cansemos de orar, pidamos una fe pura, una
ESPERANZA FIRME y una caridad perfecta.
(El Señor se encuentra en los humildes. Conozco a
compañeros de la Adoración Nocturna que gustan de
Pagola!)
En un sentido estricto, la Resurrección no es un hecho extraordinario ni propiamente un milagro. Es simplemente la confirmación de una ley natural proclamada mucho tiempo antes, que establece que quien peca, muere.
Desde Adán todo pecador ha muerto (antes que se argumente sobre la muerte de los inocentes, todos llevamos la carga del pecado original desde la concepción). La Santísima Virgen no pecó y no murió, pues no tenía ni el pecado original. A Jesús lo mataron y resucitó.
En un sentido estricto, la Resurrección y la Asunción son hechos naturales, normales y científicamente comprobables: Encuentre usted una persona que no haya pecado y le mostraré a una persona que jamás morirá.
Los milagros, por el contrario, sí son hechos extraordinarios que suspenden temporalmente las leyes naturales: Un santo que levita, otra santa que mira a través de las paredes, un leproso que se cura instantáneamente y un pecador que se arrepiente. Estos se muestran para que la gente crea que hay un poder superior a la naturaleza. Pero la naturaleza del hombre es la vida eterna, limitada únicamente por el pecado.
Que Adán y Eva no iban a morir ni a enfermarse (y por lo tanto tampoco a envejecer más allá del estado físico a los, digamos, 35 años) era un don PREternatural que Dios les había concedido "como añadidura" del don SOBREnatural de la gracia santificante, y NO requerido necesariamente por éste.
Si no hubiese sido por ese don PREternatural, el cuerpo de Adán y Eva habría estado sujeto a las enfermedades, envejecimiento y muerte como el de cualquier primate, aunque no hubieran pecado. Obviamente que cuando pecaron y perdieron el don sobrenatural, tambien perdieron los preternaturales.
La resurrección de un ser humano, Jesús, la Virgen y cualquier otro, a un estado de cuerpo glorificado es un hecho SOBREnatural.
La concepción de la Virgen María en estado de gracia santificante NO incluyó necesariamente la concesión de los dones PREternaturales. La opinión de que los incluyó es una posición teológica minoritaria, calificada como mala teología, aunque no heterodoxa, por Juan Pablo II en una catequesis. La opinión teológica más firme es que la Virgen María murió y Dios la resucitó. Pero Pío XII quiso expresar el dogma de la Asunción en términos neutros con respecto a este punto ("terminado el curso de la vida terrena").
Personalmente, aunque nunca lo lei en ningun lado, yo opino que Jesús sí tenía los dones preternaturales (en su caso por derecho propio, no por "don"), tal que si no hubiese permitido que criaturas libres como los seres humanos lo hiriesen y matasen, y hubiese permanecido sobre la tierra más allá de los 35 años, su cuerpo habría permanecido en el estado a esa edad, sin envejecer.
Lo que usted dice sobre la Virgen es contrario al dogma claramente definido por la Iglesia que tenemos los católicos que aceptar sin duda alguna. En otras palabras, lo que dice usted no es católico, o si lo prefiere en términos más claros, es falso. (Muy acorde con el tema del artículo: así lo dice la autoridad, así lo creemos los católicos: María no murió,fue llevada en cuerpo y alma al cielo).
Ciertamente la resurrección de Lázaro sí fue un milagro, ya que Lázaro era pecador, había muerto y su cuerpo ya experimentaba corrupción. Y volvió a morir y "resucitará en el último día", como ya lo sabía su hermana.
luis:
Si Adán y Eva no hubieran pecado seguiríamos viviendo en el Paraíso, sin sufrir enfermedad ni muerte. Ellos fueron expulsados del paraíso para prevenir que comiendo del fruto de la vida, vivieran para siempre en este estado corruptible. Jonathan Swift lo describe muy bien en sus "Viajes de Gulliver", cuando visita un país donde hay inmortales: No mueren, pero nadie dijo que no envejecieran. Los pobres hombres de miles de años de edad están convertidos en despojos humanos, sujetos a una vida de dolor y enfermedad que no tiene fin. Así seríamos si Dios en su infinita misericordia no nos hubiera expulsado del Paraíso.
El Hombre como hijo de Dios, fue creado perfecto, a imagen y semejanza del Creador. Por lo tanto, inmortal e incorruptible. Es su propio pecado el que lo convierte en mortal. María, la nueva Eva y Jesús, el nuevo Adán, son los modelos del hombre y la mujer perfectos que siempre debieron haber existido. Jesús como verdadero hombre, a pesar de haber sido asesinado resucitó. María, como verdadera mujer, a pesar de haber envejecido no murió y recuperó sus cualidades físicas perfectas al ser elevada al cielo donde hoy vive en cuerpo y alma, con dos mil años de edad y sin ningún signo de enfermedad ni dolor.
Lo natural para el Hombre es no morir. La muerte es un vicio introducido por el mismo hombre que sólo pudo ser vencida por un verdadero hombre perfecto, el Hijo de Dios.
En cualquiera de los dos casos, espero que el Paraíso Terrenal sea un lugar bastante amplio, porque ahí estarían ahora todos los hombres y mujeres que han nacido a lo largo de la historia y muchísimos más, porque nadie habría muerto antes de poder tener descendencia, nadie habría practicado el control de natalidad...
En cualquier caso, aunque ya digo que me parece muy interesante, yo os aconsejo que ésto no lo comentéis por ahí.
Y todos, y todo los que allí, en el planeta Tierra vivían; Sin morir, vivían en perfecta armonía evolutiva alimentados y vestidos por el devenir de su propia naturaleza la que de Dios procedía.
Y nadie -fuere éste como lirio vegetal, cordero animal irracional u hombre animal racional- nacía y vivía desnudo; Sino que como el ave del paraíso o el oso de las nieves, todo ser allí nacía como CUBIERTO DE UNA SEDOSA Y MULTICOLOR VESTIMENTA TALA CAPILAR, QUE EN GRADO Y MEDIDA DE TIEMPO Y LUGAR A CADA CUAL DEFINÍA.
Y así tan blanca era la vestimenta capilar del niño que como inocente nacía, así tan blanca era la vestimenta del viejo que como justo; SIN MORIR - EN SUEÑO DE JUSTO- CUNPLIDA SU MISIÓN TEMPORAL TERRENAL EVOLUTIVA; A SER COMO ÁNGEL A LOS CIELOS ASCENDÍA.
TODA ALLÍ EN AQUEL PARAISO TERRENAL ANTES DEL PECADO ORIGINAL, ERA PRODUCTO DEL VIRGINAL PODER DEL DIOS CREADOR
( permítaseme este paréntesis para decir que por su ignorancia al efecto, los frescos de Miguel Ángel que se refieren a la Creación en la capilla Sixtina nunca me gustaron)
Nadie allí en aquel Paraíso Terrenal, "ANTES DEL PECADO ORIGINAL, era gestado, crecía y se multiplicaba por efecto y causa DEL PECADO ORIGINAL QUE FUE, COMO AÚN LO ES, EL SER GESTADO CRECIDO Y MULTIPLICADO POR CAUSA Y EFECTO DE LA COPULA CARNAL.
Y día llega que una vez todos , JUSTOS y pecadores empedernidos, FISICA Y MENTAL MUERTOS a esta nuestra actual oscuridad temporal terrenal, LOS JUSTOS, POR LA CRACIA Y PODER DEL DIOS CREADOR volvamos a nacer para CUMPLIENTAR LO QUE POR AQUEL PRIMER PECADO ORIGINAL NO PUDIMOS TERMINAR.
Y TODO Y TODOS ASÍ, EN PARTE Y TODO, DE ESTA NUESTRA OSCURA MUERTE SEPARADOS, MORIREMOS; MÁS QUE EN POLVO, EN VAPOR DEA GUA PURA DIVIDIDOS, DESINTEGRADOS, QUE ES DESDE DONDE TODA VIDA PURA AMANECE
Los tiempos han cambiado, la percepción de la realidad también y la Verdad necesita (en mi opinión) encarnarse en los hombres y mujeres de la actualidad. La iglesia no puede estar constantemente obligando a callar, haciendo de juez y policía permanentemente porque, al final, no veremos de ella más que el aspecto coercitivo.
Marcar el camino y permitir que la conciencia de cada cual actúe no es una forma equivocada de entender sus obligaciones.
Por otra parte volver a ciertas formas de pensamiento es imposible porque implica volver a ciertas formas de economía, que el avance de la humanidad ha dejado atrás para siempre (salvo cataclismo).
Es físicamente posible (y por lo tanto también metafísicamente), aunque extremadamente improbable y por lo tanto requirente de una intervención divina especial, que un cuerpo mortal se preserve sin desgaste indefinidamente (hablando con propiedad, "eternamente" no corresponde porque estamos hablando de un tiempo de duración indefinida).
Esa es la diferencia entre intervención preternatural e intervención sobrenatural. La intervención preternatural no viola las leyes de la naturaleza sino aprovecha que éstas, en su nivel más fundamental descripto por la mecánica cuántica, son probabilísticas, no determinísticas.
Dios puede hacer que cada uno de millones de eventos cuánticos que tienen lugar en cada célula de un organismo tengan un resultado altamente improbable pero posible, con el resultado agregado a nivel macroscópico de que el organismo no experimenta el desgaste ordinariamente asociado a los procesos vitales. Y puede hacer esto por un tiempo indefinidamente largo.
De la misma manera Dios puede hacer que cada uno de miles de millones de eventos cuánticos que tienen lugar en las redes neuronales de un león hambriento que está cerca de una persona tengan un resultado altamente improbable pero posible, con el resultado agregado a nivel macroscópico de que el león pasa de largo sin atacar a la persona. O incluso se echa a sus pies para que ésta lo acaricie.
Las leyes de la mecánica cuántica permiten un enorme grado de guía divina de los acontecimientos sin que esas leyes tengan que ser violentadas. Esto no quita nada a la gloria de Dios sino al contrario, porque la sabiduría desplegada por Dios para guiar los eventos de esta manera es inmensa.
Ahora bien, la resurrección de un ser humano, tanto a estado mortal como a estado glorioso, es un evento que no puede ocurrir por una intervención de este tipo, sino que es estrictamente sobrenatural.
Volviendo a lo que dijo Luis, todo lo que dije hasta aquí no implica de ningún modo que, si Adán y Eva no hubiesen pecado, ellos (y cada uno de sus descendientes en tanto no éstos pecasen) habrían seguido viviendo indefinidamente sobre la tierra. Como dice Luis, al cabo de, por decir una cifra, 120 años, Dios los habría hecho pasar al estado glorioso sin morir, en una instancia de lo que dice S. Pablo: "no todos moriremos, pero todos seremos transformados" (1 Cor 15,51). Pero la razón de esto no es que Dios no pueda mantenerlos jóvenes por mil o un millón de años sobre la tierra, sino porque lo otro es mejor para ellos.
Por favor, lea las catequesis de Juan Pablo II del 25 de junio de 1997 y del 2 de julio de 1997.
w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1997/documents/hf_jp-ii_aud_25061997.html
w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1997/documents/hf_jp-ii_aud_02071997.html
- Dejar que los problemas se pudran al sol es una opción. Que se acaben por vejez o por cansancio.
- Porque vienen de clases altas y bien consideradas con prestigio social.
- Por miedo a cismas. Pero los únicos cismas vienen de la gente muy convencida de su verdad como los lefebristas, los heterodoxos llevan una empanada mental encima que sólo les sirve para tocar las narices y poco más a los que no son como ellos, no pueden dar el paso de irse con los anglicanos o con los protestantes por muy diversas razones: junto a los católicos son algo y sus hijos ya no les siguen en sus descafeinadas ideas.
En lo demás, de acuerdo
La gente no se desgasta por caminar descalza ni se le cae el pelo por pasarse el peine, pero ahí corren los pseudocientíficos a afirmar que los ojos se arruinan por leer en la oscuridad y que si haces muecas se te va a deformar la cara.
Para no apartarme del tema, ese es precisamente el problema de pasarse la autoridad por el Arco del Triunfo y afirmar la primera sandez que se nos cruza por la mente, amparados de un falso cientificismo que, parafraseando a Descartes dice "no pienso, por lo tanto no existe".
La sujeción a la autoridad no es bobería disfrazada de moral. Al contrario, es, como decía Newton, pararse en los hombros de gigantes: Una vez yo acepto que lo que dijo fulano o zutano es cierto, sólo me resta buscar evidencias de que así es, o bien, utilizar ese conocimiento para fines prácticos. Si nada más afirmo que el teorema de Pitágoras es falso, porque así me sale de las narices, me pasaré el resto de la vida tratando de calcular la distancia de la Tierra a la Luna usando un metro de costurera. Si por el contrario, acepto que el destino final del Hombre es la vida eterna, evitar el pecado me da una vida más saludable que cinco horas diarias en el gimnasio.
Acepto que hay cosas en las que retar la autoridad es inofensivo, creativo o hasta divertido, como dudar del rótulo que dice "Pintura Fresca" y acercarse a tocar para ver que es cierto. Pero dudar sistemáticamente de la autoridad y sentarse en afirmaciones sacadas de la manga en materias graves, ya sea pasarse los semáforos en rojo o imaginarse que la salvación se obtiene levantando la mano en el momento justo, no solo es una tontería, sino resulta mortalmente peligroso.
Apenas entiende usted nada de los temas de los que ha hablado en los últimos comentarios. Debido a eso, no deja de decir disparates. Le ruego que hable con menos suficiencia de temas que no entiende, porque da vergüenza ajena leerle. Como comprenderá, no es agradable decirle esto, pero alguien tiene que hacerlo y, como dueño del blog, me ha tocado a mí.
Obviamente esto lo afirmo solamente como opinión probable, pero a mi juicio plausible. Sería interesante conocer la opinión de Bruno al respecto, dado que es doctor en Física y tomista.
La indulgencia plenaria, los salvará.A defender a los fieles, con la verdad, a orar y conteplar la Verdad, se enamora, y se defiende.
Es la unión con el señor lo que es necesario, para todo.Para vencer las cobardias, defender a la Iglesia.Que es una belleza!!!!!
Aparte de que pensé que tenía usted mejor humor, me extraña que desconozca del tema que usted mismo planteó. Siento mucho hacerle "perder tiempo". La próxima vez, mejor no empiece, así no tiene que terminar.
No tiene nada que ver con el humor. Usted no sabe prácticamente nada sobre los temas de los que ha hablado. Cualquiera que los conoce lo nota inmediatamente, porque no es que se equivoque, es que dice tonterías.
No pasa nada por eso, todos decimos tonterías a veces porque nadie sabe de todo, pero como usted cree que comprende esos asuntos conviene que se entere de que no es así. La ignorancia, unida a creer que uno sabe y a la arrogancia, siempre tiene consecuencias desastrosas.
Cuando uno no sabe, lo que tiene que hacer es preguntar o al menos hablar humildemente y desde luego no despreciar precisamente a unos comentaristas que sí que saben sobre el tema y que creen lo que enseña la Iglesia (y no lo que usted erróneamente piensa que enseña).
Pero si prefiere hacer el ridículo, allá usted.
Saludos.
Usted ignora por completo el alcance de la definición dogmática de la Asunción de María. Lo definido: que está en el cielo con cuerpo (glorioso) y alma, unidos en compuesto.
Si murió o no murió no es algo definido y hay libertad para sostener cualquiera de las dos opiniones. En Occidente prevalece la primera opinión; en Oriente, la segunda, por eso la fiesta allí se denomina de la "Dormición" de la Virgen.
Saludos.
Sobre Últ, más de lo mismo: quiere "armar lío" y lo consigue casi siempre, antes de retirarse muy oronda.
Pero sobre todo, ambos son ocasión de que buenos y formados católicos plasmen con precisión y elegancia las enseñanzas de la Iglesia.
Todos los Sacerdotes y Obispos y fieles están llamados a las más altas cumbres de la Mística, un Santo, que se une a Dios, hace más que un monton de almas que se agitan esterilmente,San Juan de la Cruz.
Y sin espiritu de Oración no sirve nada, los congresos, aunque sean con buena voluntad, comisiones para misionar, es una risa,Ya está todo escrito en nuestra Madre(HERMOSISIMA), Iglesia Católica, que hizo Don Bosco,San Francisco Javier,san Felipe Neri, estaban llenos de Cristo, del Espiritu Santo, por la oración seria se encuentra a la VERDAD, que nos lleva a ser realistas, no es un nirvana escapista.
Hay que ORAR.
"En MI SED ME DIERON VINAGRE"
La civilización de la acedia.
La Acedia, la envidia espiritual,avinagrada, contra todo lo que es de Dios,es un libro muy importante, comienza con el odio que el antiguo testamento le tenian a los profetas, es acedia.El odio a lo Sagrado, Santos, reclinatorios, gente que ora con fervor de rodillas, la falta de repeto a Dios, desde el interior, y a todo lo que que se le apróxima.
afuera de la Iglesia, y dentro de la Iglesia, es muy demoniaco, ya la envidia, es Satánica, la Acedia, y los hombres de la Iglesia que padecen de esto merecén un exorcismo, aparte de ORAR, hay que andar con agua bendita Ja!!!!Ja!!!!Me río para no llorar, pero es cierto.Se lo recomiendo a todos.
Todos podemos padecer determinados problemas, que pasando por el confesionario, se solucionan, poco a poco,la Sangre del Señor, a uno lo perdona y lo Levanta, mirar siempre adelante, nuestro lider en cada misa nos arenga Levantaos y Vamos, el en ese momento sublime que se repite en cada misa, en el huerto de los Olivos, con dolor moral, triste hasta la agonía, y con miedo que hizo, y hace, ORA, padre si puede pase de mi este caliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya, una hora,, y luego de acuerdo a la Escrituras pone el rostro de pedernal, lleno de MAJESTAD, le dice a los apostóles, tristes, Levantaos y Vamos, y avanza con un valor inaudito, siempre adelante!!!!Aprovechemos esta Cuaresma, y el año de la Misericordia, para poner todo en orden, para el bien de las almas y de la humanidad.
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