Catolicismo primitivo (4) - San Policarpo
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Introducción - La Didaché - San Clemente Romano - San Ignacio de Antioquía - San Policarpo
San Policarpo fue obispo de Esmirna y uno de los discípulos del apóstol San Juan Evangelista. Gozó de gran pretigio, admiración y fama de santidad. Tuvo como discípulo al también insigne San Ireneo de Lyon. Murió martir a los ochentaiseis años quemado en la hoguera por negarse a adorar al Cesar y a los dioses de los romanos.
Se conserva de él una carta que escribió a los filipenses a petición de San Ignacio de Antioquía, quien también murió martir y a quien se encontró cuando iba camino a su propio martirio. Se conserva además una texto que representa la más antigua narración que se conoce de un martirio cristiano fuera del Nuevo Testamento. Fue escrito aproximadamente en el año 156 d.C., unos meses después del acontecimiento que narra, representando un testimonio auténtico de quienes presenciaron personalmente la heroica muerte de San Policarpo.
Doctrina
Justificación y Salvación
La doctrina de San Policarpo, al igual que la Didaché y los primeros padres es una lúcida exposición de la doctrina católica de la justificación completamente libre tanto de pelagianismo como de luteranismo. A este respecto recuerda que somos salvados por gracia y no por obras:
“Sin haberle visto, vosotros creéis en Él con alegría inenarrable y glorificada, alegría a la que muchos desean entrar, sabiendo, como saben, que de pura gracia fuistes salvados, y no por vuestras obras, sino por voluntad de Dios, por medio de Jesucristo”(San Policarpo, Carta a los Filipenses 1,3)
A la vez enseña que la sola fe no salva sino va acompañada de la obediencia a los mandamientos y una conducta digna de Dios:
“Le fe que os ha sido dada, es la madre de todos nosotros, a condición de que le acompañe la esperanza y la preceda la caridad; caridad digo, para con Dios, para con Cristo y para con el prójimo” (San Policarpo, Carta a los Filipenses 3,3)
“Si en este siglo le agradáremos, recibiremos en pago el venidero, según Él nos prometió resucitarnos de entre los muertos y que, si llevamos una conducta digna de Él, reinaremos también con Él. Caso, eso sí, de que tengamos fe” (San Policarpo,Carta a los Filipenses 5,2)
“El que a Él (Jesucristo) le resucitó de entre los muertos, también nos resucitará a nosotros, con tal de que cumplamos su voluntad y caminemos en sus mandamientos y amemos lo que él amó, apartados de toda iniquidad, defraudación, codicia de dinero, malediscencia, falso testimonio…; no volviendo mal por mal, ni injuria por injuria, ni golpe por golpe, ni maldición por maldición ” (San Policarpo, Carta a los Filipenses 2,2)
Veneración de los santos y las reliquias
En el Martirio de Policarpo encontramos un testimonio importantísimo a favor de la doctrina católica en diversos sentidos.
En primer lugar, porque atestigua que para una época siglos anterior al Concilio de Nicea los cristianos rendían a Cristo culto de adoración, cosa que niegan muchas sectas de corte arriano, como los testigos de Jehová.
En segundo lugar, porque se distingue lúcidamente la diferencia entre la adoración que sólo corresponde a Dios y la veneración que corresponde a los mártires y santos. Desde esta comprensión proclaman que a Jesucristo le adoraban como hijo de Dios, pero a los santos y mártires les veneraban como modelos a imitar y ejemplos de santidad:
“Nosotros ni podremos jamás abandonar a Cristo, que murió pr la salvación del mundo entero de los que se salvan; Él, inocente por nosotros pecadores, ni hemos de rendir culto a otro fuera de Él. Porque a Cristo le adoramos como a Hijo de Dios que es; mas a los mártires les tributamos con toda justicia el homenaje de nuestro afecto como a discípulos e imitadores del Señor, por el amor insuperable que mostraron a su rey y maestro” (Martírio de Policarpo, 17, 2-3)
Se menciona también explícitamente la veneración de las reliquias de los santos y mártires y la conmemoración de su martirio.
“Como viera, pues, el centiruón la porfia de los judíos, poniendo el cuerpo en medio, lo mandó quemar a usanza pagana. De este modo, por lo menos pudimos nosotros recoger los huesos del mártir, más preciosos que piedras de valor, y más estimados que oro puro, los que depositamos en un lugar conveniente. Allí, según nos fuere posible, reunidos en júbilo y alegría, nos concederá el Señor celebrar el natalicio del martirio de Policarpo, para memoria de los que acabaron su combate y ejercicio y preparación de los qu etienen aún que combatir” (Martírio de Policarpo, 18, 1-3)
Desprendimiento y pobreza espiritual
Al igual que San Ignacio, denuncia la codicia como el principio de todos los males, exhortando a evitar el apego desordenado a los bienes materiales:
“Principio de todos los males, es el amor al dinero. Ahora bien, sabiendo como sabemos que nada traijmos con nosotros al mundo, y nada hemos de llevarnos, armémonos con las armas de la justicia y amaestrémonos los unos a los otros, ante todo a caminar en el mandamiento del Señor.” (San Policarpo, Carta a los Filipenses 4,1)
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2 comentarios
Es edificante comprobar una y otra vez que la doctrina de la Santa Iglesia Católica se ha mantenido fiel a sus raíces, fiel a su misión como depositaria y predicadora de las verdades de fe, para beneficio de todas las generaciones, y que solo hay que ir a la historia de sus santos para confirmarlo. Me glorio de ser hijo de la Santa Madre Iglesia por gracia de Dios fiel y clemente.
Por lo que sé, la Iglesia rechaza la hipnosis. Lo que sucede es que acá en Monterrey, México donde vivo, un futbolista francés llamado Andre Pierre Gignac que juega con el equipo de los tigres, delantero que tenía una sequía de goles, fue hipnotizado por un tal John Milton, y a partir, de ahí, empezó a meter goles, hasta ser campéon de la liga con el club hace 3 semanas. Y se viralizó en las redes sociales, por lo menos acá en todo México.
No lo sé, quizás no fue la causa de la hipnosis que el jugador se levantó de su mala racha, simple destino que cuando fue hipnotizado comenzó su buena racha sin nada que ver con el tema de la hipnosis, cosas que suelen suceder. ¿O tienes otro link que trate del tema y la Iglesia hable del tema?
Saludos
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JM: Hola Herman, gracias por la sugerencia. Lo tendré en cuenta en los temas pendientes por investigar. Saludos.
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