Papa Francisco: ¿Ecumenismo versus Proselitismo?
Recientemente en un encuentro con los luteranos, el Papa Francisco ha dicho que “el proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico” , y ha asegurado ante la pregunta sobre qué hacer para convencer a los que no tienen fe: “La última cosa que tienes que hacer es ‘decir’. Tú debes vivir como cristiano elegido, perdonado y en camino. No es lícito convencer de tu fe”. También ha aconsejado limitarse a “preparar la tierra para el Espíritu Santo, el que trabaja en los corazones. Él debe decir, no tú”.
Ante estas afirmaciones muchas personas hemos quedado perplejos y he querido escribir este artículo, para tratar de comprender de la mejor forma posible las palabras del Papa.
Definición de proselitismo
Suelo decir, inspirado en el refrán escolástico, “De definitionibus non est disputandum” (“las definiciones no se discuten”), porque las cuestiones terminológicas son de segundo orden con respecto a las cuestiones de fondo o de contenido y porque cada uno tiene derecho a elegir su propia terminología, dentro de ciertos límites. Sin embargo, es importante que cuando se haga uno de alguna terminología, se explique de manera clara que se quiere decir con ella. Es importante también comprender cómo se entiende dicho término por la mayor parte de las personas en la actualidad. Si hacemos esto estaremos evitando equívocos y malos entendidos.
Como explicó hace varios años Monseñor Fernando Ocáriz, sacerdote y teólogo español, Vicario Auxiliar del Opus Dei y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la palabra proselitismo ha sido utilizada tradicionalmente en dos sentidos: uno positivo y otro negativo.
En modo negativo para describir un modo de obrar no conforme con el espíritu evangélico, cuando utiliza argumentos deshonestos para atraer los hombres a su Comunidad, abusando, por ejemplo, de su ignorancia, pobreza, etc.
En modo positivo como concepto equivalente al de actividad misionera, y explica que «en la Biblia este término no tiene connotación negativa alguna. Un “prosélito” era quien creía en el Señor y aceptaba su ley, y de este modo se convertía en miembro de la comunidad judía. La cristiandad tomó este significado para describir a quien se convertía del paganismo. Hasta época reciente, la actividad misionera y el proselitismo se consideraban conceptos equivalentes».
En la actualidad el uso que se ha dado a la palabra desde los últimos pontificados ha sido el sentido peyorativo, y este se ha impuesto al punto que cuando alguien habla de proselitismo se suele referir sólo a los métodos deshonestos para atraer a otros a la fe. En la práctica también ha sido un intento por intentar aliviar la situación de los cristianos en países donde el cristianismo es minoría, y a los que con la acusación de proselitismo se les persigue y condena a muerte. El caso de Asia Bibi es uno de muchos casos emblemáticos, y por tanto en la actualidad se prefiere ya no utilizar el término “proselitismo” para describir el intento de atraer a otros a la verdadera fe, sino el de “evangelización”.
En ese sentido, no habría motivo alguno para quedar perplejo cuando el Papa describe al “proselitismo” como el veneno más fuerte contra el camino ecuménico, porque no es lícito en ningún sentido recurrir a métodos deshonestos ni siquiera para llevar el mensaje cristiano, pues sabemos que el fin no justifica los medios.
Pero también explica Mons. Fernando Ocáriz en el artículo previamente citado, que “el problema de fondo es que con la tendencia, que intenta imponerse en algunos ambientes, de usar la palabra “proselitismo” como algo negativo, se pretende afirmar una actitud relativista y subjetivista, sobre todo en el plano religioso, para la que no tendría sentido que una persona pretendiese tener la verdad y procurase convencer a otras para que la acojan y se incorporen a la Iglesia. La descalificación presente en algunos ambientes de la palabra “proselitismo", sobre todo cuando se refiere al apostolado cristiano, mucho tiene que ver, en efecto, con esa «dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida solamente el propio yo y sus deseos» (Ratzinger, Homilía en la Misa de inauguración del Cónclave, 18-IV-2005)”
Es allí donde a muchos nos ha causado perplejidad las palabras del Papa Francisco, porque literalmente ha dicho que “la última cosa que tienes que hacer es ‘decir’. Tú debes vivir como cristiano elegido, perdonado y en camino. No es lícito convencer de tu fe”.
Entiendo perfectamente que el Papa no está exhortando al indiferentismo, pues más adelante habla “preparar la tierra para el Espíritu Santo, el que trabaja en los corazones. Él debe decir, no tú”, pero aun así se me hace incompresible ver como excluyente el intento de convencer a otros de aceptar la fe cristiana con el accionar del Espíritu Santo, pues siempre se ha entendido que se trata de Dios, causa primera, actuando a través del hombre, como causa segunda.
Demás está decir que cuando intentamos convencer a otros no estamos decidiendo por ellos ni imponiéndoles nuestra fe, le estamos ayudando como un instrumento que somos, dando por entendido que es Dios quien al final hace la obra. ¿O es que acaso no es Dios quien obra en nosotros el querer y el obrar, como bien le parece? (Filipenses 2,13)
¿Una nueva forma de evangelizar?
Por supuesto, como católico entiendo que el Papa como ser humano tiene un estilo pastoral particular. No todos los Papas pueden ser iguales, y parece tratarse aquí de un enfoque distinto o forma indirecta de atraer sólo a través del testimonio. En la historia de la Iglesia muchos santos, como por ejemplo San Francisco de Asís, han logrado atraer al mismo tiempo de forma pasiva (con el puro ejemplo y sin decir una palabra) y de forma activa (exhortando, invitando y convenciendo), pero nunca se quedaron sólo con la primera, y menos enseñaron que la segunda fuese ilícita.
El Nuevo Testamento nos narra que San Pablo “cada sábado en la sinagoga discutía, y se esforzaba por convencer a judíos y griegos” (Hechos 18,4), y a lo largo del Nuevo Testamento vemos describir una y otra vez los esfuerzos que activamente dedicaba para conseguir conversiones. ¿Estuvo San Pablo en ese entonces equivocado?
San Pedro, el primer Papa, en su primera gran predicación invitó a convertirse a toda su audiencia: “Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2,38)
No sólo los apóstoles, la exhortación a convertirse proviene de Dios mismo en el Antiguo Testamento a través de sus profetas:
“Convertíos por mis reprensiones: voy a derramar mi espíritu para vosotros, os voy a comunicar mis palabras” (Proverbios 1,23)
“Por eso, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh: Convertíos, apartaos de vuestras basuras, de todas vuestras abominaciones apartad vuestro rostro” (Ezequiel 14,6)
De San Juan Bautista y el propio Jesús:
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.” (Mateo 4,17)
“El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.” (Marcos 1,15)
Y no sólo ellos y los apóstoles sino durante todos los siglos de la Iglesia. Habría que escribir tomos y tomos para mencionarlos todos, pero recuerdo a San Francisco Javier discutiendo con bonzos tratando de convencerlos, San Antonio de Padua convenciendo a herejes patarinos y haciéndolos retornar a la verdadera fe. San Ignacio de Loyola y un largo etc. ¿Qué hacemos? ¿Los echamos a las patas de los caballos?
Nos salvamos por la fe, la fe viene por predicación, ex auditu, el justo vive de la fe.
Es por eso que un enfoque como el que parece proponerse aquí, en mi opinión, es muy fácil de malinterpretar y puede ser perjudicial y nefasto para sumergir a los católicos todavía más en la apatía. Imaginemos por ejemplo la siguiente conversación entre dos católicos respecto a una posible interpretación de las palabras del Papa:
Por supuesto, no pasa de ser un chiste pero ¿estamos seguros de que no habrá quienes las entiendan de esta manera? Gestos similares del Papa Francisco han sido interpretados en este sentido, no sólo por católicos sino por protestantes, como por ejemplo este diario protestante que afirma que el Papa prohíbe intentar convertir a los judíos a la fe cristiana. Incluso altos prelados de nuestra Iglesia parecen pensar en esta línea, como por ejemplo el Cardenal Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que en unas recientes declaraciones dijo que los católicos no debemos evangelizar a los judíos, a los que debemos ver como hermanos mayores, pero sí a los musulmanes, a lo que posteriormente el padre Federico Lombardi, en ese entonces portavoz del Vaticano, salió a aclarar que le habían malinterpretado: que los católicos tampoco deben intentar convertir a los musulmanes, sino sólo evangelizarlos, conceptos que parece que en su opinión son excluyentes.
No hace mucho, el Papa Emérito Benedicto XVI salió de su retiro para poner sobre la palestra lo que él considera un problema fundamental a este respecto. Lúcidamente afirmó:
“FE CRISTIANA Y SALVACIÓN DE LOS INFIELES
Es indudable que, en lo que respecta a este punto, estamos ante una profunda evolución del dogma. […] Si es verdad que los grandes misioneros del siglo XVI estaban convencidos de que quien no estaba bautizado estaba perdido para siempre –y esto explica su compromiso misionero–, después del concilio Vaticano II dicha convicción ha sido abandonada definitivamente en la Iglesia Católica.
De esto deriva una doble y profunda crisis. Por una parte, esto parece eliminar cualquier tipo de motivación por un futuro compromiso misionero. ¿Por qué se debería intentar convencer a las personas de que acepten la fe cristiana cuando pueden salvarse también sin ella?
Pero también a los cristianos se les planteó una cuestión: la obligatoriedad de la fe y su forma de vida pasó a ser incierta y problemática. Al fin y al cabo, si hay quien se puede salvar también de otros modos ya no está tan claro por qué el cristiano tiene que estar vinculado a las exigencias de la fe cristiana y a su moral. Si la fe y la salvación ya no son interdependientes, también la fe pierde su motivación.
En los últimos tiempos se han llevado a cabo diversos intentos con el fin de conciliar la necesidad universal de la fe cristiana con la posibilidad de salvarse sin ella.
Recuerdo dos: ante todo, la conocida tesis de los cristianos anónimos de Karl Rahner. […] Es cierto que esta teoría es fascinante, pero reduce el cristianismo a una pura y consciente presentación de lo que el ser humano es en sí y, por lo tanto, descuida el drama del cambio y de la renovación, fundamental en el cristianismo.
Aún menos aceptable es la solución propuesta por las teorías pluralistas de la religión, según las cuales todas las religiones, cada una a su manera, serían vías de salvación y, en este sentido, equivalentes entre sí. La crítica de la religión tal como es ejercida por el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y la Iglesia primitiva es esencialmente más realista, más concreta y más verdadera en su análisis de las distintas religiones. Un aceptación tan simplista no es proporcional a la grandeza de la cuestión.
Recordamos sobre todo a Henri de Lubac, y con él a otros teólogos, que insistieron sobre el concepto de sustitución vicaria. […] Cristo, al ser único, era y es para todos: y los cristianos, que en la grandiosa imagen de Pablo constituyen su cuerpo en este mundo, participan de dicho “ser para”. Por decirlo de algún modo, cristianos no se es por sí mismos, sino con Cristo, para los otros.
Esto no significa poseer una especie de billete especial para entrar en la bienaventuranza eterna, sino la vocación a construir el conjunto, el todo. Lo que la persona humana necesita en orden a la salvación es la íntima apertura hacia Dios, la íntima expectativa y adhesión a Él y esto, viceversa, significa que nosotros, junto al Señor que hemos conocido, vamos hacia los otros e intentamos hacer visible para ellos el acontecimiento de Dios en Cristo. […]
Pienso que en la situación actual es, para nosotros, cada vez más evidente y comprensible lo que el Señor le dice a Abraham, es decir, que diez justos habrían bastado para que la ciudad sobreviviera, pero que ésta se destruye a sí misma si no se alcanza este número tan pequeño. Está claro que debemos reflexionar ulteriormente sobre toda esta cuestión.”
Benedicto XVI, Bastan diez justos para salvar a toda la ciudad.
Puedo entender que por cuestiones de prudencia “política”, el clero prefiera evitar el uso de cierta terminología para evitar ofender a nuestros hermanos de otras religiones, utilizando sinónimos que signifiquen esencialmente lo mismo. Pero lo que no puedo comprender es que esa terminología parezca prohibir el celo que todo buen cristiano debe tener por atraer a otros a la fe, exhortándole activamente a abrazarla y unirse a ella.
Después de todo, si intentamos convertirlos es precisamente porque queremos su bien. Porque una de dos: si de verdad estamos convencidos de que “solamente por medio de la Iglesia Católica de Cristo, que es “auxilio general de salvación", puede alcanzarse la plenitud total de los medios de salvación.” (Concilio Vaticano II, Unitatis Redintegratio 3) no hay otra elección, a menos de que no nos importe su destino ni les amemos. Pero si pensamos que al final de igual en donde estén, porque están bien allí, apaga y vámonos que estamos perdiendo el tiempo.
Cuenta el gran cardenal Newman que durante la gran crisis arriana en el siglo IV, casi toda la jerarquía fue infiel a su misión, mientras que el conjunto del laicado fue fiel a su bautismo; que a veces el Papa, a veces el patriarca, un obispo metropolitano o de otra gran sede, y otras veces los concilios, dijeron lo que no había que decir, u oscurecieron y comprometieron la verdad revelada; mientras que, del otro lado, fue el pueblo cristiano quien, bajo la Providencia, constituyó la expresión del vigor eclesiástico de Atanasio, Hilario, Eusebio de Vercelli, y otros grandes solitarios confesores, que habrían fracasado sin ellos.
No olvidemos las lecciones de la historia, porque aunque nosotros callemos, las piedras hablarán.
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62 comentarios
Pero lo de "no es lícito convencer de tu fe" (tratándose de católicos, es decir, de quienes por misericordia y gracia de Dios poseemos el tesoro íntegro de la fe) no hay por donde cogerlo. ¿Cómo va a ser "Ilícito" sacar del error al cristiano que vive en la herejía? ¿Es que si veo a un Testigo de Jehová debo seguir adelante porque es "ilícito" intentar buenamente sacarle de sus errores?
Realmente dos mil años de fe católica están gimiendo por esta -siento decirlo- absurda y disparatada frase.
JM: No puedo publicar ese tipo de comentarios. Comprendo su perplejidad pero hay que tratar de tener serenidad.
JM: Se agradece la advertencia aunque no se comparta la opinión.
"Obras son amores y no buenas razones" o también:
"Por sus obras los conoceréis"
Para mí, sin ningún tipo de duda, el que más ha crecido en el Amor a Dios y a los demás es el mejor cristiano y cada uno de nosotros en la medida que vamos creciendo cada vez más en el Amor a Dios y a los demás vamos siendo mejores cristianos.
Paradójicamente, muchos que creen ser buenos cristianos no lo son tanto y otros que quizás no hayan nacido en el seno de una cultura cristiana sin el apelativo de cristianos, en realidad, pueden ser menos cristianos, pero también igual de cristianos e incluso (y Dios sabe con toda precisión el porcentaje) más cristianos.
Ese es el significado importante de la realidad del crecimiento de la fe y del crecimiento en el Amor para recorrer el Camino de regreso a Dios.
Ánimo y un abrazo,
Además nunca de han opuesto "el maestro interior", el Espíritu Santo y los maestros desde el exterior. Así, "Lidia estaba escuchando (a Pablo) y el Señor le abrió el corazón" (Hech 16, 14). Y... si "hemos de dar razón de nuestra esperanza" (I Pedro 3, 15), no veo cómo se podrá evitar "convencer". Notando además, que "cum - vincere", significa que vencen ambos, no uno solo de los dialogantes. Se "vence - junto con" el otro.
Bien lo intuía Antonio Machado: "TU verdad, ¡no! LA verdad. / Y ven conmigo a buscarla / La tuya guárdatela".
Si esto es una especie de preludio del viaje a Suecia...¿qué debemos esperarnos?
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JM: Muchas gracias por su lúcido comentario padre Miguel Antonio.
JM: Repito, por favor no se pasen que no voy a publicar comentarios pasados de tono.
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JM: No se si estará leyendo otra noticia, pero la que yo enlacé también en Zenit dice textualmente:
"Después de su discurso, el Santo Padre ha respondido a algunas inquietudes que le han planteados algunos de los presentes. “El proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico”, ha asegurado el Papa ante la pregunta sobre qué hacer para convencer a los que no tienen fe. “La última cosa que tienes que hacer es ‘decir’. Tú debes vivir como cristiano elegido, perdonado y en camino. No es lícito convencer de tu fe”, ha explicado. Al mismo tiempo ha aconsejado “preparar la tierra para el Espíritu Santo, el que trabaja en los corazones. Él debe decir, no tú”."
Convencer es algo fundamental, porque tenemos que dar razones de nuestra fé (cf. 1 Pe 3, 15) especialmente con aquellos que no la comparten.
Las experiencias más lindas, las he tenido cuando he mostrado toda la plenitud de nuestra Iglesia a hermanos separados. Hay muchas ovejas humildes que sinceramente no conocían la verdad, no es correcto y es contrasentido pretender acallarnos, como si fuera pecado evangelizar (que finalmente de eso se trata).
Siento dolor por como algunos pastores de nuestra querida Iglesia entienden el ecumenismo. Pido que rezen mucho por nuestros pastores pero especialmente por todas las ovejas, para que no se confundan. Tengo la impresión que estamos viviendo una aceleradísima degradación en la Iglesia y que pronto veremos el anticristo que ya empiezo a considerarlo una presentación deformada del verdadero Cristo, como lo retrata una famosa pintura de Signorelli.
Segundo y leyendo someramente a lo mejor solo le falto una palabra cito:
“La última cosa que tienes que hacer es ‘decir’(a otra persona). Tú debes vivir como cristiano elegido, perdonado y en camino. ASI (o de esa manera) no es lícito convencer de tu fe”.
Pero como dije no estoy en la cabeza del Papa, no se que fue lo que realmente dijo o quizo decir, pero creo que todos muchas veces al decir una frase no se nos entendió por alguna palabra mal dicha o en el orden exacto, el verdadero sentido de lo que queriamos decir. Por supuesto escribiendo y revisando es algo más facil.
Solo pensar en lo que puede suceder durante el próximo viaje de Francisco a Suecia, me entran sudores fríos.
Y está dicho: Ahora bien, ¿cómo invocarán a Aquél en quien no han creído? Y ¿Cómo creerán en Aquél de quien nada han oído? Y ¿Cómo oirán, sin que haya quien predique? Y ¿Cómo predicarán si no han sido enviados?
Y versículos siguientes.
¡Saludos!
Con esto quiero decirte que no hay que engañarse, el Papa lamentablemente ve mal que evangelicemos hermanos separados y además demostró con su apoyo a esta interpretación a los obispos argentinos cual era su intención real en el sínodo de las familias. A mi ya se me cayó el velo de pensar que es que hay un error de imprenta, es muy triste pero no sorprende nada. De todas formas es nuestro Papa y solo queda pedirle a Dios que se detenga toda esta serie de confusiones sino es que el Papa sea mas consecuente y explique todo conforme la voluntad de Dios por lo menos que las ovejas no se confundan.
¿Ofende a Dios la herejía, sí o no? ¿O es que le ofendía en 1.910 y un siglo después ya no, y únicamente le ofenden ahora los pecados contra el prójimo, contra el medio ambiente, y por supuesto y sobre todo la intransigencia de los católicos integristas, rigoristas y fariseos?
JM: Entiendo su preocupación, pero comentarios tan fuertes no puedo permitirlos.
Y no se puede tapar el sol con un dedo.
Dicho esto, que creo que es importante puntualizar, yo no estoy en absoluto de acuerdo con la frase del Papa. Porque yo no sé que es lo que ha querido decir exactamente, pero lo que se entiende es que no debemos hablar de nuestra fe. ¿No puso el mismo Papa en la encíclica 'Laudato si': " Ahora, frente al deterioro ambiental global, quiero dirigirme a cada persona que habita este planeta" y "En esta encíclica, intento especialmente entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común." ¿Para que la escribe sino es para intentar 'convencer' a todos los hombres de que es urgente preservar nuestra tierra? ¿'Convencer' de eso es más importante que 'convencer' de que Jesucristo es nuestro salvador? Si Jesucristo dijo: "id y haced discípulos de todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a poner en práctica todo lo que yo os he mandado.", ¿cómo hacerlo sin predicar (de palabra y obra)? ¿cómo predicar sin creer que lo que predico es la verdad, para todos los hombres? ¿cómo creer que es la verdad para todos los hombres, y no decírselo? ¿como decírselo, y no querer que se convenzan?
Debería cuidarse más el Papa con las frases... él es nuestro pastor, no un cura perdido por el monte.
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JM: He revisado y es cierto, no va dos puntos sino un punto gracias. Ya lo he corregido.
Estamos frente a lo que bien se puede llamar la primera llamada a No-Evangelizar hecha por un Papa. Pero obispos "perros mudos", que de hecho no evangelizaban, los ha habido en cantidades desde medio siglo atrás a hasta parte. O sea que esta proclama papal es una explicitación de algo que, sotto voce, ya se venía gestando en la Iglesia "primaveral" desde hace décadas. Y que explica perfectamente la tan mentada "apostasía de masas" o "silenciosa" que ha afectado a la Iglesia en beneficio del ateísmo, del evangelismo, de la indiferencia y de las sectas variopintas.
Ahora bien, ni Francisco ni toda esa legión de obispos impresentables y muchos ellos indignos se han elegido solos. Los han elegido, digámoslo de alguna manera, desde "el Vaticano". Sé de muy buena fuente y de primera mano que las oficinas vaticanas son un campo minado por los enemigos de la Iglesia. Algo muy feo y muy diabólico está sucediendo allí. Por todo lo cual yo diría: "Muchos nos sentimos traicionados por la camarilla vaticana."
Siglos ha sucedió que numerosas y calificadas voces de protesta se alzaban contra la relajación curial imperante. Desde España clamaron entre otros la Reina Isabel y hasta el Gran Capitán, que le espetó personalmente al papa - al cual acababa de defender de sus enemigos- la perversión que imperaba en la corte y que escandalizaba al orbe católico.
Hasta que Carlos V, colmado el vaso de la paciencia y con motivo de una traición diplomática, mandó en 1.527 a sus huestes teutónicas e hispanas a saquear Roma por casi un año, mientras que el papa veía el desastre refugiado en el castillo de Sant'Angelo.
A partir de aquella paliza Roma cambió completamente: los obispos italianos volvieron a residir en sus sedes (antes se la pasaban bomba en Roma) y la Santa Sede volvió por sus fueros, lo que permitió entre otras cosas la realización del glorioso Concilio de Trento.
Esto es grave de por sí, pero hay algo más grave aún y que no debemos perder de vista: que quienes tienen el deber y la gracia de estado para reaccionar y corregir tales desvíos, no lo hagan.
JM: Yo no publico comentarios en los que se hace referencia al Papa como "Bergoglio"
Cristo mismo lo mandó.
Y San Pablo exclamó:"¡Ay de mí si no evangelizara!"
, discursos, encíclicas exortaciones.?
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JM: No toda crítica a cualquier cosa que diga o haga el Papa es una "Campaña anti Francisco". Sea razonable.
Cito: "el Papa recordó una pregunta que le planteó un chico en el almuerzo con los jóvenes en la JMJ de Cracovia: le preguntó qué le puede decir a un amigo ateo:
«¡Qué buena pregunta! Todos conocemos a personas que se alejaron de la Iglesia: ¿qué les tenemos que decir? Yo le respondí: ‘¡escucha, la última cosa que tienes que hacer es decirle algo!’ Empieza a hacer y él verá lo que haces y te preguntará. Y cuando te pregunte tú dile…’ Evangelizar es dar testimonio: yo vivo así, porque creo en Jesucristo. Despierto en ti la curiosidad de una pregunta… ¿por qué haces eso? Porque creo en Jesucristo y anuncio a Jesucristo, no sólo con la Palabra – se debe anunciar con la Palabra - sino también con mi vida»."
La frase de "La última cosa..." es calcada a la de esta ocasión.
Yo la verdad es que no lo entiendo. Supongo que si alguno tiene capacidad para hacer milagros, curar a gente y multiplicar panes, tendrá mucho éxito, pero hasta el Señor tuvo que salir a predicar y discutir sobre el verdadero sentido de las Escrituras, por no hablar que sus milagros no eran simples obras humanitarias sino signos del Reino. Pero aparte de eso, yo veo a mucha gente que hace cosas maravillosas y tienen todo tipo de creencias o increencias, y no por ello me convierto necesariamente a sus creencias filosóficas o religiosas, por mucho que admire su labor, ya sea con los refugiados o con el medio ambiente o lo que sea. También con nuestros hijos ¿debemos guardar silencio hasta que nos pregunten por el motivo de nuestras heroicas hazañas?
Mi propia conversión se debe a leer obras de apologética y escuchar a personas que defienden la fe con argumentos, no por observar a nadie repartiendo pizza en la calle, pero será que soy un indigno fariseo.
Una enormidad.
La idolatría es pecado. Siempre.
Curioso fenómeno de dogmatismo cerril que bien podría calificarse como "Totus tuus Franciscus", y que por provenir de católicos que en ciertos aspectos doctrinales se muestran muy "elásticos", "abiertos", "omnicomprensivos" y sobre todo, "tolerantes", no deja de sorprender.
Un converso es un alma que se ha acercado sustancialmente a Dios, no es ninguna "terminología".
La conversión de quien está en el error es una obra de misericordia espiritual, es una obligación moral y religiosa para todo cristiano y es una fiesta en el Cielo.
Y todavía andamos tristes porque las iglesias se vacían... o somos hipócritas, o somos tontos... no sé que es peor.
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JM: Más allá de la terminología, lo que no se debe hacer es emplear métodos deshonestos para atraer a los no creyentes a la fe católica, pero métodos honestos, todos.
Saludos cordiales.
San Agustín de Hipona, Sermo ad Caesariensis ecclesiae plebem 6
"Fuera de la Iglesia él puede tenerlo todo menos la salvación: puede tener el honor del episcopado, puede tener los sacramentos, puede cantar el `aleluya´, puede responder `amén´, puede tener el Evangelio, puede tener y predicar la fe en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; pero nunca podrá encontrar la salvación sino en la Iglesia Católica"
Dices eso hoy y te excomulgan.
¿Tenemos que ser perfectos en nuestras obras para poder hablar de Dios?
Cientos de santos, imperfectos en sus obras, pues todos lo somos, no callaron el hablar por sus imperfecciones.
El mismo Papa, imperfecto como todos, habla de Dios, escribe sobre Dios, predica sobre Dios...como Cristiano Católico, como Papa.
Se equivoca, si y a menudo, ¿le decimos que calle, que no diga nada?
Para muchos el será un buen ejemplo, para otros no tanto. Entonces ¿qué nos está queriendo decir?
Estoy de acuerdo con Néstor, no creo que el "proselitismo" cristiano sea hoy un problema grave sobre el que advertir, es más, todo lo contrario.
También os recuerdo que está escrito “Todo lo que hagáis a uno de estos a mí me lo hacéis” (Mateo 25, 31-46).
Si en nuestro país (piensa en el tuyo personalmente) existiera una mayoría de Iglesias Ortodoxas, o de Ritos orientales, creo que podría realizarse fructíferamente un buen ecumenismo, no proselitista. Pero vivimos una realidad del sectarismo, cosa distinta. Por lo tanto ¿Qué hacer cuando alguien cuestiona dogmas fundamentales de la fe católica? ¿Callar para no parecer intolerante? Hacer esto es justamente faltar al mandamiento de la caridad. Corregir al que está mal, es parte de la caridad. No hacerlo, es pecar de omisión.
Quiero decir que cuando exista la posibilidad de poder realizar el ecumenismo serio, no de chiste o para pasarla bien; es necesario realizarse. Pero cuando existan ataques frontales contra la fe católica, es necesario usar la apologética, que incluso si se usará sanamente, evitaría problemas mayores al ecumenismo. Ya que la apologética es una medida preventiva, una vacuna que previene una enfermedad. El ecumenismo es un tratamiento a una enfermedad ya sufrida. ¿Qué se prefiere? ¿Prevenir la enfermedad o batallar, sufrir a veces morir en la enfermedad?
El Papa Francisco volvió a repetir, junto con los responsables de las comunidades musulmana, bekthasi, católica, ortodoxa, evangélica y judía, una de sus grandes ideas en cuanto al diálogo religioso, la relación entre la identidad y el diálogo.: “Sin identidad no hay diálogo, es un diálogo fantasma”, les explicó el Papa Francisco, a quienes pidió que es necesario “caminar juntos sin perder la identidad". En su intervención, pidió a los presentes, de diversas religiones que nunca pierdan su identidad y que no finjan tener otra identidad para un diálogo. No sería posible ese diálogo explicó el Papa una y otra vez.y añadió que “la verdadera libertad religiosa rehuye la tentación de la intolerancia y del sectarismo, y promueve actitudes de respeto y diálogo constructivo”. Así, el Papa defendió la libertad religiosa no sólo como un derecho, sino también como un espacio común en la que cada hombre y mujer quien indistintamente de su religión o confesión puedan sentirse como hermanos.
“Quien está seguro de sus convicciones no tiene necesidad de imponerse, de forzar al otro: sabe que la verdad tiene su propia fuerza de irradiación”, añadió el Papa, mostrando que el hombre es un peregrino en el mundo y explicando que no vivimos: “ni individualmente ni como grupos nacionales, culturales o religiosos, como entidades autónomas y autosuficientes, sino que dependemos unos de otros, estamos confiados los unos a los cuidados de los otros”.
Todos tienen derecho a recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien comparte una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. LA IGLESIA NO CRECE POR PROSELITISMO SINO "POR ATRACCIÓN". (Evangelii Gaudium. Exhortación Apostólica de S.S Francisco).
La cosa es bien simple. Muchos nos sentimos traicionados por el actual Vicario de Cristo.
Y no se puede tapar el sol con un dedo.
Lo único cierto es que con comentarios así -a tono con casi todo Infocatólica- se cocina, quizá sin querer, un pequeño cisma, otro FSSPX, siempre por aquellos que creen entender mejor la doctrina que el Papa mismo.
Me quedo con San Juan Bosco: "siempre con el Papa".
Que no querrá un Papa -en tanto Vicario de Cristo - traicionar su misión, traicionarse a él mismo -en cuanto Papa- ni mucho menos traicionar a quienes él pastorea.
Pues eso.
En cambio si lo tuyo es "Totus tuus Franciscus", no cuentes conmigo.
Es simple.
Si Cristo ordenó:"¡Id y evangelizad!", no podemos responderle: "Yo no evangelizo pero me creo todito el Catecismo". Supongo que tú no te atreverías a responderle semejante cosa, ¿verdad?.
Entonces que puede ser sino otra ojalla mas...
Y no se puede tapar el sol con un dedo."
Y nos sentimos traicionados en tanto que hijos de la Iglesia.
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JM: Es que ambas cosas no son excluyentes. El testimonio de vida atrae e inspira.
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JM: La verdad yo tampoco conozco contexto alguno en donde los católicos intenten en la actualidad forzar conversiones. Y la razón es simple: actualmente ni que quisieran podrían. Pasa otra cosa muy distinta en los países donde el Islam es mayoría. Allí sí se fuerzan conversiones.
Paz en Cristo.
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JM: Quisiera poder compartir su percepción del asunto, pero el Papa no está hablando exclusivamente del proselitismo protestante, sino a la pregunta de qué hacer para convencer a quienes no creen. En otras ocasiones hablando a católicos ha dicho lo mismo: “¿Voy a convencer a otro que se haga católico?... ¡No, no, no!” (Videomensaje por la Fiesta de San Cayetano, 7/8/13)
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