(Zenit) El encuentro fue auspiciado por el Ministerio de Fomento y Asuntos Islámicos del Reino de Marruecos y el Foro para la Promoción de la Paz en las sociedades islámicas, con sede en los Emiratos Árabes Unidos, informó la agencia FIDES.
En un comunicado, los promotores de la iniciativa explican que la Declaración de Marrakech retoma la Carta de Medina, que este año cumple 1.400 años de su firma, «un acuerdo constitucional entre el profeta Mahoma y el pueblo de Medina, que garantizaba la libertad religiosa para todos, independientemente de su fe».
Los estudiosos e intelectuales musulmanes piden en su escrito que se desarrolle el concepto de ciudadanía en la jurisprudencia islámica, y también hacen un llamamiento a las instituciones educativas para que realicen «una revisión valiente de los programas educativos, y eliminen cualquier tema que incite a la agresión y al extremismo, conduciendo a la guerra y al caos». Además, invitan a los políticos para que «establezcan un contrato constitucional entre los ciudadanos».
En otro párrafo del texto, los eruditos demandan a los diversos grupos religiosos que recuerden que durante siglos han compartido la misma tierra, viviendo juntos. Por ello, llaman a que se rechace cualquier forma de denigración del otro.
La Declaración de Marrakech concluye afirmando que es «inconcebible el uso de la religión para golpear los derechos de las minorías religiosas en los países musulmanes». En el encuentro de Marrakech estaban presentes representantes de más de 40 países y cincuenta líderes de otras religiones que han expresado su agradecimiento por el documento.