(Zenit) El tema, “El testimonio de la Iglesia en el mundo contemporáneo”, constituye una de las principales preocupaciones actuales del Papa, según admite él mismo en su carta.
La evangelización “necesita hoy un renovado vigor en muchas de las regiones que fueron las primeras en acoger la luz y que experimentan los efectos de una secularización capaces de empobrecer al hombre en su dimensión más profunda”.
“En realidad asistimos, en el mundo contemporáneo, a fenómenos contradictorios: por un lado existe una generalizada distracción y también una insensibilidad frente a la trascendencia, por el otro hay numerosos signos que atestiguan la permanencia, en el corazón de muchos, de una profunda nostalgia de Dios, que se manifiesta de muchas formas distintas y que pone a muchos hombres y mujeres en actitud de sincera búsqueda”, añade.
El Papa afirma que la situación actual plantea “a católicos y ortodoxos los mismos desafíos”, y añade que “la suerte de la evangelización está ciertamente ligada al testimonio de unidad dado por la Iglesia”.
Como evangelizadores “debemos ofrecer a los fieles de Cristo, no la imagen de hombres divididos y separados por las luchas que no sirven para construir nada, sino la de hombres adultos en la fe, capaces de encontrarse más allá de las tensiones reales gracias a la búsqueda común, sincera y desinteresada de la verdad”, concluye, citando la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI.
El XII Simposio intercristiano para el diálogo ecuménico, que concluye hoy, ha querido, según sus organizadores, subrayar la importancia para la vida de los cristianos de una mayor profundización en la relación entre la acción misionera y el camino hacia la unidad visible de la Iglesia, en línea con el congreso ecuménico de Edimburgo (1910), del que acaba de celebrarse el centenario.
Aunque este congreso no forma parte oficial del diálogo ecuménico, con todo, busca aumentar el conocimiento mutuo entre las diferentes tradiciones espirituales y teológicas. El primer encuentro se celebró en 1992 en Creta, y el último en Roma, en 2009, sobre la figura de san Agustín.