(Zenit) “Estoy convencido de que, si toma el poder el Consejo Nacional de Transición, como ha sucedido en Bengasi, respetarán los lugares de culto”, afirma.
“Los rebeldes ya conocen bien al obispo de Bengasi y a las religiosas que trabajan en los hospitales. No tengo motivos para pensar que están en contra de la Iglesia. ¿Por qué deberían estar en contra de nosotros? La Iglesia siempre ha estado junto al pueblo”.
En estos momentos, afirma, los sacerdotes y religiosas de Trípoli están encerrados en sus casas, que son protegidas por las autoridades.
“La situación es grave y hay algo de miedo - reconoce -. Gracias a Dios hasta ahora a la comunidad cristiana no le ha sucedido nada preocupante. Nunca he tenido miedo de agresiones, pues en general los libios respetan los lugares de culto”.
“Ciertamente puede haber algún fanático que cometa un gesto de locura. Pero hasta ahora, gracias a Dios, nunca hemos tenido ningún signo, ningún gesto, ningún rasguño contra la Iglesia”, concluye el prelado.