(RIES/El País) En la última encuesta de Metroscopia para medir el Pulso Social de España se incluyó la siguiente pregunta: “En la actualidad, hay mucha gente que se interesa por el curanderismo, la astrología, el tarot o la videncia. Para unos, estas actividades son simples charlatanerías, supercherías sin fundamento que no merecen ningún crédito. Otros, en cambio, consideran que pueden ser formas alternativas de explorar y explicar el mundo y que, a su manera, son tan válidas y respetables como la ciencia. ¿Con cuál de estas dos opiniones tiende usted a estar más de acuerdo?”.
El 76% de los encuestados dijeron que eran inventos, pero “con todo, lo cierto es que un 20% les guarda consideración”. Aún mayor es la fe en amuletos y talismanes: un 48% de los españoles cree que tienen “alguna influencia sobre los acontecimientos que les afectan”.
A Manuel Toharia, director científico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y escéptico combativo, los datos no le impresionan. “Me esperaba que los crédulos fueran muchos más del 20%”, dice, “aunque claro, la gente miente ante una pregunta así, contesta lo políticamente correcto”.
Aparte del porcentaje, la encuesta pone otro dato de relieve: “El mayor nivel educativo solo modula, pero en modo alguno anula, la propensión a atribuirles credibilidad: ese tipo de prácticas constituyen ciencias alternativas para el 24% de los españoles con nivel de estudios más bajo pero también para el 16% de los que tienen el nivel de estudios más elevado”.
La credulidad varía según el perfil de los encuestados, pero no mucho. Las mujeres creen algo más que los hombres, y los jóvenes más que los mayores. Los votantes de Izquierda Unida son más escépticos que el resto (sólo en tres puntos). Los católicos practicantes y los no creyentes son algo más escépticos (sólo el 17% da crédito a videntes y astrólogos) que los católicos poco practicantes (el 23% cree en ellos). “Para un católico convencido estas cosas son pecado y para un ateo que no cree en nada, tonterías”, resume Toharia, “y los católicos tibios, pues son tibios para todo”.