(Sic/InfoCatólica) En la fiesta de San Isidro Labrador, el arzobispo de Madrid, tras saludar a todos los fieles recordó que la fiesta de San Isidro Labrador es siempre fiesta de la Iglesia y de todo el pueblo madrileño y que el tiempo litúrgico de la Pascua es un tiempo gozoso en el que celebramos la resurrección de Jesús.
La fiesta de San Isidro, explicó, es una fiesta en la profundidad de su contenido real, porque el significado de la verdad sólo se descubre al lado de Jesús resucitado. “Si tenemos la certeza de que la muerte ha sido vencida y que no tiene la ultima palabra del destino final de cada uno de nosotros, lograremos tener una fiesta perenne que llega a los corazones y da la esperanza infalible”. “Esta fiesta, explicó, alumbra a Madrid y dejará huellas beneficiosas para las familias y toda la sociedad española”.
El gran ejemplo de San Isidro
El cardenal Rouco recordó que los madrileños vemos en San Isidro un hombre de fe regia y sencilla, fe profundamente saboreada en la oración diaria y profesada sin alardes y puesta de relieve a través de sus obras e inspirada en la caridad. “San Isidro Labrador fue un hombre de familia vivida cristianamente con fidelidad y entrega a los hijos, con una profunda sencillez evangélica”.
Así, destacó que es un buen modelo y ejemplo de vida para nuestro tiempo y para los jóvenes del tercer milenio que viven una época compleja.
JMJ Madrid 2011
El arzobispo de Madrid también habló de la JMJ Madrid 2011 y animó a todos los jóvenes a que muestren a Jesús resucitado como el único que puede abrirles el horizonte de la verdad. “El Papa vendrá a recordar a los jóvenes que Jesús es la puerta y su pastor y que deben afianzarse en la verdad para que tengan vida abundante”.
“En estos tiempos complejos, familias rotas, niños que nos se les deja nacer, paro, violencia… son necesarias enérgicas y justas medidas humanas y también es necesario una renovación moral y espiritual de las conciencias según el proceder de San Isidro Labrador”. “Urge la vuelta a la fe, a la familia cristiana y al don de la vida”
Finalmente el cardenal pidió la ayuda de todos los madrileños, de toda la sociedad y de las instituciones para lograrlo. “Sin el don de la gracia de Dios todos nuestros esfuerzos serían vanos”, concluyó.
Con él concelebraron los Obispos Auxiliares de Madrid, Mons. Fidel Herráez y Mons. Juan Antonio Martínez Camino, sj. A la Misa asistieron, entre otras personalidades, la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.