(Fides/Zenit/InfoCatólica) También lo aseguró ayer en una nota Massimo Introvigne, representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para la lucha contra el racismo y la discriminación de los cristianos. “Es un grave y preciso deber de los gobiernos de Pakistán y de los demás países donde las minorías cristianas son amenazadas por el ultra-fundamentalismo islámico es proteger en seguida a los cristianos contra las represalias anunciadas por Al Qaeda y sus aliados”, afirma Introvigne.
Massimo Introvigne, autor de una biografía de Bin Laden, considera que su muerte “es fundamental desde el punto de vista simbólico, pero no conseguirá destruir a Al Qaeda, que ya opera más como red que como movimiento, desde el punto de vista operativo”. Al contrario, advirtió, “existe el riesgo de que en breve la fragmentación de los centros de toma de decisiones produzca una multiplicación de los atentados”.
El próximo miércoles 4 de mayo, Introvigne tiene previsto visitar, junto con una delegación de la OSCE, Italia y la Santa Sede. “Coordinaremos los esfuerzos –afirma la nota– para ejercer una presión al mismo tiempo cortés y exigente sobre los gobiernos de las zonas en riesgo: un compromiso en el cual Italia y la Santa Sede ya están en primera línea, pero existe cierta dificultad en convencer a otros países de la gravedad del problema”.
Tensa situación en Pakistán
Paul Bhatti, Consejero Especial del Gobierno para las minorías religiosas, confirma a Fides: “La situación es tensa. Hay, de hecho, un gran miedo a las reacciones, absolutamente sin sentido, contra las minorías cristianas. El gobierno está prestando mucha atención a las medidas preventivas”.
El P. Mario Rodrigues, Director de las Obras Misionales Pontificias en Pakistán y residente en Karachi, nada más salir de una reunión con las autoridades civiles, comunica a Fides: “Nos han puesto en alerta pidiendo el cierre de nuestras instituciones y poniendo más policías delante de las iglesias. Los cristianos en Pakistán son víctimas inocentes, incluso en esta situación: cualquier excusa es buena para amenazarles o atacarles”.
Sobre las consecuencias a largo plazo de la muerte del líder de Al Qaeda, el P. Rodrigues afirma que para algunos: “en los próximos meses, las persecución contra los cristianos podrían disminuir y la lucha ideológica talibana debilitarse”.
De momento, observa que “la intolerancia y los grupos radicales islámicos están floreciendo en el país, y otros lideres extremistas podrían consolidarse y continuar con las acciones terroristas. En los últimos días se han producido ataques masivos en los barrios cristianos de la ciudad de Gujranwala”. Por eso pidió “urgentemente una política seria de lucha contra el extremismo islámico por parte del Estado a todos los niveles: en la cultura, en la educación, a nivel social, pero también a nivel político y legislativo”.