(EP/InfoCatólica) El director ejecutivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011, Yago de la Cierva, ha señalado que el Gobierno italiano ha puesto “el listón muy alto” a España de cara a la Jornada del próximo mes de agosto pues, a su juicio, Italia ha dado “una lección de generosidad en la organización –protección civil, atención a los medios, etcétera–.
En cualquier caso, De la Cierva ha admitido que, aunque la beatificación y la JMJ son actos “muy distintos”, comparten “el mismo espíritu de fiesta e igual atención a la liturgia”. No obstante, ha afirmado que la JMJ tiene la ventaja de que la vigilia y la misa del domingo se realizarán en un lugar alejado del centro de la capital, en Cuatro Vientos, a diferencia de los actos de este domingo en Roma.
Además, ha animado a los jóvenes, en una entrevista concedida a Europa Press, a seguir adelante, de cara a la JMJ de agosto, y ha aprender de Juan Pablo II a “no tener miedo a abrir las puertas a Cristo”, ante “los bajos índices de práctica religiosa” que, según ha apuntado, muestran las cifras en España y que, a su juicio, “se parecen a las de Europa”.
De la Cierva, que ha viajado hasta Roma junto a un equipo de la JMJ para aprender de la organización de este “gran evento”, ha señalado, que este acontecimiento es “como la beatificación de la JMJ” pues, según ha explicado, el nuevo beato es patrono de la JMJ de Madrid y, además, una de las razones por las que se ha beatificado a Juan Pablo II es “por crear las Jornadas Mundiales de la Juventud”.
En este sentido, ha asegurado que a todos los organizadores de la Jornada les hizo “mucha ilusión” conocer que ese interés del Pontífice por la juventud a través de la puesta en marcha de estos encuentros mundiales fue motivo para convertirle en beato. De hecho, ha destacado que este domingo, durante la beatificación en la plaza de San Pedro, uno de los aplausos “más fuertes” que han lanzado los peregrinos congregados se ha producido en el momento en que el Papa Benedicto XVI ha mencionado las JMJ.
De la Cierva ha relatado que vivió 19 años en Roma y que siguió la actividad del Papa Juan Pablo II, llegando a saludarle en numerosas ocasiones. Por ello, considera que es “muy impresionante” ver cómo a una persona a la que él ha conocido se la pone “como modelo” ante el mundo. Concretamente, ha subrayado dos características de la personalidad de Juan Pablo II: su capacidad de abstraerse y rezar “a pesar de que hubiera jaleo” y “su voluntad de hacer lo que creía que debía hacer, costara lo que costara”. Además, ha puesto de relieve el hecho de que fuera un papa que “nunca buscaba atajos".
