El Consejo Nacional para prevenir la Discriminación

México: Periodistas obligados a asistir a un curso de «sensibilización contra la homofobia»

Un organismo mexicano de «prevención de la discriminación» ha librado un oficio para que Anita Bermúdez Ochoa, y los demás columnistas de La Crónica de Mexicali (Baja California) asistan a un curso se «sensibilización contra la homofobia». La periodista había opinado en contra de la inclusión del derecho a las «preferencias sexuales» en la reforma de la Constitución mexicana.

(Juan Bacigaluppi/Noticias Globales) El 3 de marzo pasado, el Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (CONAPRED), libró un oficio contra Anita Bermúdez Ochoa, columnista de La Crónica de Mexicali (Baja California), ordenándole a ella y a los demás columnistas del diario asistir a un curso se “sensibilización contra la homofobia”. 

Bermúdez Ochoa, el 21 de febrero, publicó una columna en la que advertía sobre la gravedad de incluir el derecho a las “preferencias sexuales” en la reforma de la Constitución mexicana. El mismo día fue acusada por un particular ante el CONAPRED de promover “la discriminación y el odio contra personas con preferencia sexual diversa a la heterosexual”. 

El CONAPRED consideró que Bermúdez Ochoa afectó los “derechos” del denunciante “y de las persona que integran la Comunidad LGBTTTI” (cada vez son más largas las siglas que identifican a los grupos de activistas). 

El ente estatal dijo que la columnista “hace comentarios ofensivos contra las personas con preferencia u orientación sexual diferente a la heterosexual, además de incitar a que no se reconozcan sus derechos, con lo que se podría promover en su contra la violencia, rechazo o exclusión, así como anular o impedir el reconocimiento o ejercicio de sus derechos, entre ellos a un trato digno”. 

Reinterpretación de los tratados de derechos humanos 

Las descabelladas conclusiones del CONAPRED son fruto de la reinterpretación de los tratados de derechos humanos, puesta en marcha por la ONU y los otros centros de poder del nuevo orden mundial. Estos organismos han trastocado el significado de las palabras e imponen tiránicamente esa tergiversación. Además, consideran que el desacuerdo con sus pretensiones es de por sí violento y agresivo. 

Así, todo aquel que no acepte el estilo de vida gay, ni lo desee para sus hijos, incita a la violencia y promueve el maltrato de aquellos que tienen una orientación sexual diferente a la heterosexual. ¿Es violencia oponerse a que se inculque a los propios hijos que el estilo de vida homosexual es aceptable? Y si esto se considera violencia, ¿por qué no considerar de la misma manera la negación del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones éticas? 

Lo que los tratados no dicen

El CONAPRED afirma que su dictamen se basa la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención Americana sobre Derechos Humanos Pacto de San José de Costa Rica y su Protocolo adicional, llamado Protocolo de San Salvador. Sin embargo, en ninguno de estos instrumentos internacionales se encuentran referencias a los supuestos derechos de quienes tienen una orientación sexual diferente a la heterosexual. Ni siquiera la Resolución de la OEA Derechos humanos, orientación sexual e identidad de género, (AG/RES 2504, XXXIX-O-09), también citada, habla de nuevos derechos basados en la identidad de género. 

Un documento sin valor jurídico 

A la vez, es muy alarmante que el CONAPRED, para justificar su dictamen, acuda a los llamados Principios de Yogyakarta, poniéndolos en pie de igualdad con los otros instrumentos internacionales. Los Principios son la reinterpretación de los derechos humanos en clave homosexual; son fruto de un conciliábulo de funcionarios internacionales activistas del homosexualismo político; no tienen ningún valor jurídico; no han sido aceptados por la comunidad internacional. 

Intervención de la Santa Sede 

Ante este pandemonium de acusaciones injustas de violencia y discriminación basadas en reinterpretaciones del texto de los tratados y en documentos sin valor jurídico, conviene recordar una declaración de la Santa Sede. 

El 17 de mayo de 2006, la Santa Sede en el Consejo Económico Social de la ONU (ECOSOC) rechazaba la violencia hacia los homosexuales diciendo: “en muchas ocasiones la Santa Sede ha sido incomprendida porque no se ha entendido que distingue explícitamente entre la persona homosexual y su comportamiento. “La Santa Sede ha respetado y defendido siempre que todas las personas tienen el derecho a la protección de su dignidad fundamental concedida no por los Estados, ni por alguna organización internacional, sino por su propia naturaleza otorgada a ellas por el Creador”. 

Pero a su vez, ante la demanda en nombre de la orientación sexual de igualdad de derechos con las personas heterosexuales, la Santa Sede afirmó que la orientación sexual no es comparable a la raza o el origen étnico. En realidad, lo que se pretende con esas demandas “no es igualdad de derechos sino derechos especiales”, que den carta blanca para la supresión de la diferencia moral entre tendencias y comportamiento. 

Seguía diciendo la declaración de la Santa Sede que, la falta de la adopción de una postura contra la conducta homosexual, lleva a que la homosexualidad sea entendida como una fuente positiva de derechos humanos. Esa tolerancia sin matices crea lagunas jurídicas que también facilitan la supresión de las distinciones morales entre tendencias y comportamiento, y equivale a aceptar falsas expresiones de libertad anárquica. 

La Santa Sede hizo notar, en esa oportunidad, que las leyes sobre derechos para los homosexuales y la demanda de derechos especiales imponen un criterio ético sobre la moral sexual (relativismo sexual) a todas las personas y tienden a cambiar el código de moralidad en las legislaciones.

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3 comentarios

Pedro de Argentina
Lo perverso es perverso en cualquier y todos los idiomas.

La homosexualidad y demás yerbas son desviaciones les guste o no. Si no fuera así no se IRRITARÍAN tanto y no se desvivirían por IMPLANTAR UNA CULTURA CONTRA NATURA EN LA SOCIEDAD.

ES CLARO QUE TIENEN CONCIENCIA DE LO GRAVE DE SU CONDUCTA SEXUAL sino estarían tranquilos ejerciéndola sin el feroz atropello de sancionar leyes por todo el planeta para deformar a los niños y jóvenes IMPONIÉNDOLES como norma SU DESVIACIÓN.

Y ESTO ENCIMA LOS HACE MÁS PERVERSOS.
16/04/11 7:14 PM
Pedro de Argentina
Son hijos de padre de la mentira , pues tergiversan el lenguaje , llaman "discriminar" algo malo cuando es lo que hay que hacer siempre: DIFERENCIAR, DISTINGUIR entre una cosa y otra.

Para eso tenemos inteligencia: para PROFUNDIZAR y VER LAS DIFERENCIAS, que evidentemente NO da lo mismo chicha que limonada, y las conductas tampoco son todas igualmente válidas. Esto es no aceptar la verdad.
16/04/11 7:24 PM
Fabio
A ver si nos enteramos: en España está ocurriendo lo mismo.

Se disfrazan de "cursos de igualdad" y similares; y se suelen encargar a sindicatos, asociaciones o fundaciones próximas al PSOE, previa la correspondiente subvención millonaria.

Por lo que yo sé, y salvo casos de adeptos del PSOE, el resto del personal pasa un kilo de las payasadas que les cuentan. Sufren estos cursos obligatorios en silencio, como las almorranas. Pero, eso sí, está claro que todo esta historia está sirviendo para que algunos amiguetes del PSOE se lo lleven crudo.
17/04/11 3:28 AM

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