(Efe/InfoCatólica) El ministro del Interior, Claude Guéant, recalcó ayer de nuevo en una entrevista al periódico local “Ouest-France” que la ley de 1905 sobre la separación de la Iglesia y el Estado no va a ser modificada, pero la comunidad musulmana teme que esta convocatoria contribuya a “fracturar” a la población. Se abordarán cuestiones que van desde la formación de los imanes o la financiación de ese culto hasta los menús de los comedores escolares.
Un sondeo difundido este domingo por el diario “Le Parisien” reflejaba que a un año de las Presidenciales la mayoría de los franceses considera que debería darse prioridad a asuntos económicos y sociales, y situó otros temas como la inmigración y la seguridad a la cola de sus intereses.
La sucesión de críticas que ha levantado su convocatoria provocó que incluso el portavoz gubernamental, François Baroin, llegara a destacar la necesidad de “acabar con ese tipo de debates” y centrarse en temas como el empleo y la reafirmación de los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad.
A favor y en contra del diálogo
Sarkozy defendió en febrero la idoneidad de este diálogo al considerar que “hay un desfase creciente entre lo que publican los periódicos diariamente y las preocupaciones reales de la gente”, e instó a su formación primero, y al Parlamento después, a ocuparse de esas cuestiones. Pero sus detractores ven en esta medida una estrategia política para frenar el alza del ultraderechista Frente Nacional (FN), que ya en las cantonales de finales de marzo colocaron a algunos candidatos en los consejos departamentales al lograr un 11 % de los votos, frente a algo menos del 20 % de la UMP.
Algunos como el portavoz del Partido Socialista francés (PS), Jean-Marc Ayrault, han llegado a lamentar que “el orden del día político de Sarkozy” en temas como el laicismo y el islam “esté dictado” por la líder del FN, Marine Le Pen, cuya popularidad se ha incrementado en los últimos meses. Otros como el consejero de Sarkozy encargado de la diversidad, Abderrahmane Dahmane, instaron a los musulmanes a no renovar su adhesión a la UMP si no se anulaba ese diálogo y les invitaron a rechazar ese debate si tenían “dignidad y orgullo”, declaraciones que le valieron el despido.
La reunión, prevista para mañana por la tarde en un hotel parisino, no se ha anulado, y tanto católicos como ortodoxos, protestantes y musulmanes han anunciado, según los medios locales, que estarán representados por observadores.