(Agencias/InfoCatólica) La manifestación comenzó a las 13.30, después de la tradicional oración del viernes. La multitud se dirigió a la sede de la UNAMA, denominación que se le da a la misión de la ONU en Afganistán, y comenzó a arrojarle piedras. En un momento la protesta se radicalizó porque, según la versión de la policía local, entre los manifestantes había “talibanes infiltrados”. Los atacantes mataron a los guardias y les quitaron las armas. Luego asaltaron el edificio, asesinaron a otros tres empleados en el interior y finalmente lo incendiaron.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, condenó el ataque y lo calificó de “cobarde”. “Este fue un ataque atroz contra personal de la ONU, que no puede justificarse bajo ninguna circunstancia y que condeno en los términos más contundentes”, sostuvo. La organización ha ordenado aplicar el protocolo “ciudad blanca”, lo que obliga a todo el personal a encerrarse en sus casas y evitar salir a la calle .
Terry Jones dice que la culpa no es suya
El pastor Terry Jones, que dirige la iglesia de Gainesville donde se quemó el ejemplar del Corán, dijo que estaban “consternados” por lo sucedido, pero que no eran culpables de haber desencadenado la matanza. “No nos sentimos responsables por lo que ocurrió. Los elementos radicales del Islam toman esto como una excusa para promover sus actividades violentas”, sostuvo.
Es más, lanzó nuevas frases en contra del islam. “Lo que nos gustaría es ver a EE.UU y a las Naciones Unidas poniéndose de pie. Es hora de dejar de ignorar la violencia que existe en países musulmanes como Pakistán y Afganistán”, afirmó.