(Zenit/InfoCatólica) La instrucción del Presidente para detener la defensa de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) fue anunciada el pasado 23 de febrero por el fiscal general de los Estados Unidos, Eric Holder. Mons.Dolan, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, realizó una declaración como respuesta a este anuncio, y también mandó un mensaje personal a Obama sobre este movimiento del gobierno.
“El matrimonio, unión entre un hombre y una mujer como marido y mujer, es una institución particular e irreemplazable”, afirmó el arzobispo, quien aseguró que “sólo un hombre y una mujer tienen la capacidad de traer niños a este mundo”. “Junto a esta capacidad está la responsabilidad”, afirmó el prelado, “que la sociedad históricamente refuerza con leyes que vinculan a las madres con los padres y a su vez con los hijos”.
Además, Mons. Dolan explicó que “contrariamente a la declaración del fiscal general, la DOMA no hace distinciones en las personas basadas en su 'orientación' o 'inclinación' sexual”. “La discriminación injusta contra cualquier persona está siempre equivocada”, admitió el arzobispo Dolan. “Pero DOMA no es una 'discriminación injusta'; sino que simplemente afirma y protege el inalterable y probado por el tiempo significado del matrimonio. La sugerencia de que esto equivale a la definición de 'discriminación' es manifiestamente falsa y representa una afrenta a los millones de ciudadanos de este país”, dijo.
Sentido común
Mons. Dolan advirtió que “esta decisión no supera la prueba del sentido común. No es 'discriminación' decir que un marido y una mujer tienen una única y singular relación que dos personas del mismo sexo, o parejas de hecho, sencillamente no pueden tener. No es 'discriminación' decir que tener un padre y una madre beneficia a los hijos”.
“Proteger la definición de matrimonio no es sólo permisible, sino que es actualmente necesario como cuestión de justicia”, afirmó el prelado, quien hizo hincapié en que “tener leyes que afirmen la vital importancia de las madres y los padres –leyes que refuerzan, en vez de socavar, la idea de que los niños deberían ser educados por sus propios padres y madres– es esencial para una sociedad justa. Estas leyes estas siendo atacadas implacablemente”.
El arzobispo de Nueva York Afirmó insitió en que “la posición actual de la administración no sólo supone una grave amenaza para el matrimonio, también lo es para la libertad religiosa y para la integridad de nuestra democracia. Nuestra nación y nuestro gobierno tienen el deber de reconocer y proteger el matrimonio, no de manipularlo y redefinirlo, ni caricaturizar las profundas creencias de muchos ciudadanos llamándolo 'discriminación'“.
“En nombre de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, expreso mi profundo desacuerdo con la reciente decisión de la administración”, sentenció el prelado neoyorquino. Mons. Timothy Dolan concluyó pidiendo “a Dios para que [el Presidente] y el Departamento de Justicia hagan la elección correcta para llevar a cabo su responsabilidad constitucional, defendiendo la irreemplazable institución del matrimonio, y de esta manera protejan las futuras generaciones de nuestros hijos”.