(Fides/InfoCatólica) Cómo informan fuentes de Fides en la iglesia local, ayer, 8 de febrero, más de 1.500 extremistas islámicos han desatado la violencia en respuesta a una sentencia, juzgada «demasiado suave» de un tribunal local que ha condenado a cinco años de prisión a Antonio Bawengan, un cristiano de 58 años, acusado de haber distribuido panfletos ofensivos contra el Islam. Los manifestantes exigían la pena de muerte, pero el tribunal ha aplicado la pena máxima prevista para este delito.
Los extremistas, que, según fuentes de Fides incluyen a los militantes del Islamic Defenders Front, han llevado a cabo protestas, gritando “¡muerte, muerte!”, han quemado dos iglesias protestantes (la “Bethel Church” y la “Pantekosta Church”) y han atacado la iglesia católica de San Pedro y San Pablo, tratando de profanar el sagrario. El P. Saldanha, el párroco, ha sido golpeado por defender la Eucaristía: se encuentra en estado de shock. Más de 1.000 agentes de policía han intervenido para sofocar las protestas y, después de duros enfrentamientos entre agentes y manifestantes, a lo largo deldía, la situación se ha normalizado.
El Arzobispo de Semarang, Mons. Johannes Pujasumarta, quien también es Secretario de la Conferencia Episcopal, dice a Fides: “Estamos consternados por este suceso. La violencia nunca es una buena solución. Hacemos un llamamiento a todos, musulmanes y cristianos, para que aborden la cuestión con un espíritu cívico y fraternal. Invito a los fieles católicos y a todos los cristianos a no reaccionar a la violencia. Queremos dar una señal de paz para todos”. El Arzobispo está preparando un mensaje a los fieles, denunciando la violencia, pero también invitando a la paz y la reconciliación.
Los extremistas llegaron de fuera
Sobre la raíz de la violencia, Mons. Pujasumarta afirma: “La ciudad de Temanggung es normalmente un lugar tranquilo. Los extremistas han llegado desde fuera. Esto nos hace pensar que se trata de una violencia planificada y organizada”
Esta opinión la comparte el P. Ignacio Ismartono, jesuita, durante años responsable del diálogo interreligioso en la Conferencia Episcopal. El jesuita dice a Fides: “La violencia que se ha producido en los últimos días era contra los Ahmadíes, ahora es contra los cristianos: el aumento de la intolerancia, en un contexto como el de Indonesia, caracterizada por la coexistencia pacífica, sugiere que hay fuerzas oscuras que quieren alimentar la tensión en la sociedad. La violencia en Temanggung se estaba preparando desde hace días, pero la policía no hizo nada para prevenir los disturbios”.
Otro elemento a considerar, señala el p. Ismarotno, es “que la ley sobre la blasfemia es objeto de interpretaciones restrictivas y abusos. Un comité encabezado por el ex presidente indonesio Abdhrrahman Wahid, conocido líder musulmán, e integrado por numerosas organizaciones no gubernamentales, había pedido la supresión y la revisión, pero el año pasado la Corte Constitucional confirmó la legitimidad de la ley sobre la blasfemia. El riesgo es que se convierta en un arma para golpear a las minorías como los ahmadíes y los cristianos”.
Según un reciente informe del conocido instituto independiente de investigación “Setara Setara Institute for Peace and Democracy” en 2010 se han producido más de 216 casos de violaciones flagrantes de la libertad religiosa en Indonesia. Más de 43 lugares de culto cristiano, afirma el informe, fueron atacados.