(EFE) No obstante, el texto explica que los seguidores de Jesús no son los únicos asediados, sino que también sufren por este motivo judíos, musulmanes y bahaíes, en los países donde constituyen una minoría religiosa y destaca el continente asiático –China, Myanmar, Laos, Vietnam y Corea del Norte– como foco de violaciones de la libertad de credo.
El documento apunta tres situaciones en las que pueden producirse: en un contexto de falta de democracia que afecta a un amplio rango de derechos fundamentales; en un lugar donde el Gobierno es antireligioso o donde una confesión mayoritaria domina al resto; y en países en los que el derecho está reconocido pero el Estado, autoridades políticas o públicas, o grupos de individuos le ponen obstáculos.
Amenazas de muerte, torturas o prisión, restricciones e impedimentos
Los obispos de la Comece (Comisión de Conferencias Episcopales Europeas) destacan los trágicos casos de Afganistán y Turquía, donde sacerdotes y clérigos no islámicos son asesinados, o en China, donde también los católicos van a la cárcel e incluso son ejecutados. A éstos les sigue Corea del Norte donde los creyentes son encerrados en prisión por manifestar su fe ya sea en público o en privado. En Bielorrusia, Cuba y Moldavia los grupos religiosos requieren una aprobación oficial de las autoridades públicas que les conceden el registro.
En Afganistán, Sudán y Yemen la conversión a otra religión que no sea la musulmana está prohibida y castigada. En Arabia Saudí, la Policía emplea la tortura para forzar a los miembros de algunas minorías religiosas a abandonar su fe, los encarcelan y no les permiten salir hasta que no firman un documento que asegura su renuncia. Además, en muchos países musulmanes tampoco se permite a las mujeres casarse con hombres no convertidos al Islam.
Por su parte, en países como Marruecos, Argelia y Comoras, se prohíbe la extensión de una confesión que no sea la mayoritaria y en Turquía, las propias autoridades se encargan de promover una atmósfera de rechazo hacia cualquier religión que no sea el Islam. Por otro lado, el estudio alerta de que en otros países como Arabia Saudí se destruyen los templos de oración de las minorías religiosas. Asimismo, remarcan que en China, Laos, Mauritania y Maldivas, se restringe la distribución de publicaciones de confesiones minoritarias.
Recomendaciones a la Comisión y Parlamento Europeos
El texto divulgado por Comece incluye 11 recomendaciones enviadas a la Comisión y al Parlamento Europeos, para contribuir al fomento de la libertad religiosa pues, según apunta, los organismos de la UE están obligados a respetarla y promoverla por estar recogida como un derecho fundamental en el artículo 10.1 de la Carta Europea de Derechos Humanos, así como en el 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
En cualquier caso, los obispos advierten de que en el derecho a la libertad de credo tiene que existir reciprocidad entre los cristianos y los creyentes de otras confesiones, es decir, una relación basada en el mutuo respeto así como en la justicia en asuntos religiosos y jurídicos.
También en Europa
Un estudio del Observatorio sobre la intolerancia y la discriminación contra los cristianos en Europa, que fue presentado hace unas semanas en Viena, señala que las personas que profesan esta fe también son discriminados por su religión en el Viejo Continente.
El informe, cuya elaboración ha durado casi cinco años, contempla hechos como la limitación de conciencia y de expresión, difamación e insultos también a los periódicos, o la eliminación de los símbolos religiosos en lugares públicos en países como Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Suecia y Turquía.
Según el director del Observatorio, Gudrun Kugler «la libertad de culto está en peligro, sobre todo, en su dimensión pública e institucional». Además, afirma que una forma diferente de discriminación en Europa es la eliminación de los símbolos de los seguidores de Jesús o la «representación estereotipada y negativa de los cristianos en los diferentes medios de comunicación».
Asimismo, Kugler recuerda que su objetivo es «el derecho a la igualdad de todos, incluidos los cristianos». El documento concluye con una serie de recomendaciones a los gobiernos de los países europeos, a la UE y a las instituciones internacionales.