(AnálisisDigital/LaVerdad/InfoCatólica) La multitudinaria eucaristía de clausura, a la que acudieron autoridades civiles y eclesiásticas comenzó en el interior de la Basílica de la Vera Cruz a las 10:30 de la mañana. El acto, que duró algo más de dos horas, estuvo presidido por el cardenal Antonio María Cañizares, acompañado del obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes y muchos otros sacerdotes.
Entre las autoridades presentes se encontraban el delegado del Gobierno, el consejero de Política Social, varios directores generales, diputados y alcaldes.
El cardenal Cañizares invitó en su homilía a la reflexión sobre la necesidad de mayor fe y manifestó que «la providencia ha querido que coincida la memoria del bautismo de Jesús en el río Jordán con la clausura del Año Santo Jubilar de Caravaca de la Cruz, en el que, cada siete años en este santuario se venera de manera especial e intensa el misterio de la Cruz de Cristo en su venerable reliquia de la Santísima y Vera Cruz tan celosamente custodiada y expuesta aquí».
Asimismo, quiso recordar que «mirar a Jesús significa dirigir la mirada a la alegría de Dios aprendiendo de Jesús que precisamente la renuncia y el dolor nos llevan al camino de la verdadera alegría, son estas palabras del entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, dichas en este mismo templo».
«El hecho del bautismo de Jesús y la palabra proclamada dirige nuestra mirada hacia Jesús y en momentos y situaciones tan difíciles como los que vivimos nos hacen recordar aquellas palabras de la carta a los hebreos, corramos en la carrera que nos toca sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completó nuestra fe, Jesús, quien renunciando al gozo inmediato soportó la Cruz sin miedo a la ignominia y no os canséis ni perdáis el ánimo, esto es lo que hoy necesitamos, mirar a Jesús, seguirle, escucharle, dejar que su amor entre en nuestras vidas, dejarnos penetrar por el misterio de su Cruz».
Gratitud de Monseñor Lorca Planes
Por su parte, el obispo Lorca Planes quiso agradecer el apoyo del Gobierno regional, del alcalde y de la corporación municipal de Caravaca, de la Delegación del Gobierno y de todas las instituciones que han prestado su ayuda. Y puso de relieve que «han pasado por este santuario cardenales, arzobispos y obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y novicios, así como los laicos que trabajan por el reino de Dios a los que se le ha predicado a Jesucristo, el amor de Dios y su misericordia».
Igualmente, agradeció a todos los caravaqueños que «nos habéis acogido como peregrinos para adorar el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo». Además, Lorca Planes recordó que «el Año Jubilar ha terminado pero no la misericordia de Dios, así que Caravaca de la Cruz y su santuario sigue teniendo las puertas abiertas para seguir acogiendo a todos y ofreciendo el amor y misericordia de Dios».
El apagado de la antorcha del jubileo
Tras la celebración eucarística, el cardenal Cañizares procedió a uno de los momentos más emotivos, el apagado de la luz jubilar, una antorcha que ha estado encendida durante todo el año en lo alto del santuario para indicar a los peregrinos que llegaban a ciudad santa.
Al finalizar el acto litúrgico, muchos fieles quisieron acercarse a besar la Vera Cruz. Tras ello, se celebró una rueda de prensa en la que hicieron balance de este año tan importante para la ciudad santa. Más tarde, se procedió a la visita de los invitados al Museo de la Vera Cruz y por último se realizó la comida de Hermandad en los Salones Castillo de la Cruz con los colaboradores del Año, a los que se les premió su vuelco con el Año Santo.
Más de un millón y medio de peregrinos
No hay números oficiales todavía, pero se calcula que han visitado este año Caravaca de la Cruz más de un millón y medio de peregrinos, lo que incrementa las cifras respecto al primer Año Santo celebrado en 2003 entre un 40 y 50 por ciento Durante este año han participado en las eucaristías 1.300.000 personas, casi un 40% más de fieles que hace siete años y, tal como ocurriera en 2003, los meses de mayor afluencia de grupos de peregrinos han sido los de mayo, septiembre y octubre.
El Hermano Mayor de la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz, José Luis Castillo, destacó la importancia de que «hemos conseguido que la basílica se consolide como centro de peregrinación y como centro de espiritualidad». Hay que destacar que la localidad murciana es una de las cinco ciudades santas del mundo junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Liébana.