(EP/InfoCatólica) Durante su homilía, el arzobispo de Madrid ha preguntado “¿Cómo no recurrir a ese modelo y a esa intercesora en el momento presente de nuestra patria, de España, cuando la necesidad de una ética del bien común es tan patente? Que el servicio prioritario y consecuente al bien común sea el que oriente y guíe el comportamiento de las personas, los grupos sociales, las instancias públicas y los responsables del justo, solidario y pacífico funcionamiento de la sociedad, resulta, como lo demuestran los acontecimientos más recientes, cada vez más urgente”.
El Cardenal Rouco ha destacado igualmente que el Misterio de la Inmaculada Concepción se descubre la vocación para con la vida que necesita del matrimonio y de la familia que salga adelante. “El don de la vida, desde su inicial manifestación en la concepción del ser humano, es sagrado y, por tanto, inviolable”, ha apostillado.
¿Pluralismo familiar?
A renglón seguido, ha asegurado que el llamado 'pluralismo familiar' “no puede sostenerse a costa de los bienes esenciales del matrimonio y de la familia: de la familia que nace de la unión fiel del varón y de la mujer y que sobre él se edifica y mantiene”.
El cardenal arzobispo ha centrado gran parte de su homilía en la Virgen, que “fue elegida y bendecida en la persona de Cristo, su divino Hijo, antes de crear el mundo, como santa e inmaculada desde el preciso momento en que empieza a existir en el interior del seno materno”.
“La fiesta de la Inmaculada Concepción es pues una gran fiesta para toda la Iglesia, pero, muy especialmente, una fiesta de la Iglesia en España. ¡Es la fiesta de su Patrona!”, ha sentenciado.