(La Voz de Galicia/InfoCatólica) Luis Rodríguez Patiño, que atiende una parroquia en Xermade (Momán), una en Guitiriz (Labrada), otra en Aranga (Cambás) y dos en Monfero (Val de Xestoso y Alto de Xestoso) –y que además es coordinador de la UNED Sénior de Xestoso-Momán, que desarrolla su actividad para personas mayores en esos municipios en los que él es párroco–, aprovechará las misas de pasado mañana para reflexionar con sus feligreses sobre el papel de las mujeres en la Iglesia partiendo de la teoría de que siguen consideradas “de segunda fila”.
Patiño asegura que las razones que se dan como justificación son difíciles de entender porque se han vuelto “obsoletas”: tan anticuadas parecen haberse quedado que hasta resultan difícilmente comprensibles para los que, como es su caso, han estudiado Teología. Tan lejanas en el tiempo le parecen esas razones que incluso las encuentra incompatibles con la Constitución, que en su artículo 14 establece que nadie podrá sufrir “discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Admite que algunos argumentos están apoyados en citas de la Biblia; pero Patiño opina que esa línea, tomada al pie de la letra, podría servir para tolerar o imponer la amputación de algún miembro –se refiere en concreto al capítulo 21 del Evangelio de San Mateo, que dice: (...) Y si tu mano derecha te escandaliza, córtala y arrójala de ti (...)–.
Patiño subraya que su intención es trabajar para que la Iglesia reconozca “esa igualdad que ahora no se concede” y evite un lenguaje “excluyente”: propone, por ejemplo, que se hable de personas o de seres humanos en lugar de hombres, y cree además que ahora no hay excusa para no usar esas expresiones.