(Agencias/InfoCatólica) La cercanía de la cita con las urnas en Cataluña dejó ayer varios momentos tensos durante la campaña electoral, que estuvo marcada, principalmente, por la presencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para apoyar al candidato socialista, José Montilla. El jefe del Ejecutivo llegó a Lérida desde su nuevo aeropuerto para atacar a CiU por su rechazo a un cara a cara televisivo con Montilla y su discurso contra la inmigración, mientras que el aspirante convergente, Artur Mas, apeló al voto útil por el cambio.
Cuatro encuestas que publicaron ayer tres diarios nacionales y uno regional dan como ganador de las autonómicas del 28-N a CiU, que podría rozar la mayoría absoluta para gobernar en solitario. El mandatario catalán y candidato socialista a la reelección, José Montilla, no se arrugó y apeló a la movilización para voltear esos datos y hacer posible que el PSC haga «historia», como hizo Zapatero en 2004 y Josep Borrell en las primeras primarias del PSOE.
En su segunda visita a Cataluña durante la carrera electoral, Zapatero acució a Mas a un debate cara a cara con Montilla, y emplazó a los catalanes a votar a quien «tiene capacidad de confrontar sus ideas», a la vez que apeló a apoyar a los socialistas para seguir avanzando en una España «progresista y moderna», que ponga freno «a esos discursos que copian del Tea Party o a esos vídeos que copian de la derecha más extrema de Europa».
También quiso denunciar con toda su «contundencia y firmeza» los gestos e imágenes que en esta campaña han protagonizado partidos como PP y CiU al utilizar la inmigración como arma electoral. «Yo no sé si da votos (...), pero me da igual; son nuestros principios y es nuestra conciencia de defensa de todos los seres humanos en igualdad de condiciones», incidió.
El líder del PP, Mariano Rajoy, opinó que España, «y Cataluña en particular», necesita «muchísima más libertad» en el modelo educativo, y quiere que los padres puedan «elegir la educación de sus hijos». En un acto en Barcelona, Rajoy y la candidata del PPC a la Generalitat, Alícia Sánchez-Camacho, defendieron los valores de la familia tradicional y su posición en contra de la actual ley del aborto, y prometieron ayudas a la natalidad.
Por su parte, el candidato convergente lanzó su mayor OPA al electorado de todos sus adversarios políticos para captar el «voto útil a favor del cambio» y conseguir el 28-N una mayoría que le permita «levantar Cataluña». El portavoz de la formación nacionalista en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, auguró que el PSOE, a pesar de alertar de que CiU y PP están fraguando un pacto, le llamará la misma noche electoral para proponerle pactar leyes o iniciativas a nivel estatal.