(Luis F. Pérez/InfoCatólica) El obispo asegura que uno de los dones que Dios le ha dado «ha sido el ejercicio de la paciencia y de la aceptación de las deficiencias con las que uno se encuentra, incluidas sus propias limitaciones».
El obispo vasco asegura que le “ha ayudado en todo momento la fuerza liberadora de la obediencia. Desde el mismo momento en que recibí el nombramiento del Santo Padre, me percaté de que hay que ser mucho más valiente para mandar que para obedecer”. Y además afirma que ”el principio de la obediencia en el seno de la Iglesia nos hace auténticamente libres”.
Distorsión mediática
El prelado guipuzcoano no duda en denunciar “que la realidad es muy diferente a lo que la distorsión mediática nos hace llegar. Por lo general, en los medios de comunicación se tiende a destacar el morbo, el escándalo y la división en el seno de la Iglesia”. Mons. Munilla constata que “la comunión interna de la Iglesia está muy por encima de las dificultades, que tanto gustan de destacarse, casi siempre de forma distorsionada”.
En el mismo sentido, el obispo ironiza al decir que “si un obispo quisiera tener la máxima resonancia mediática, no necesitaría otra cosa que convocar una rueda de prensa anunciando su contestación contra el Papa. ¡La sala de prensa se quedaría pequeña, y el trato privilegiado de la mayoría de los medios estaría asegurado!”
Sin embargo, Mons. Munilla explica que aunque “las olas agitan la nave de Pedro (Mc 4, 35ss), mucho más impresionante es comprobar cómo ni los embates externos, ni nuestros propios pecados han sido capaces de acabar con la travesía bimilenaria de la Iglesia de Cristo”.
Más lo positivo que lo negativo
El obispo de San Sebastián acaba su artículo afirmando con rotunidad que “es mucho más lo positivo que lo negativo. Doy fe de ello por mi experiencia en este primer año como pastor de la Diócesis de San Sebastián" y concluye agradeciendo a todos el “amor y apoyo a los pastores de la Iglesia. Simplemente, ¡gracias!”