(La Prensa/InfoCatólica) El prelado agregó que “aunque la causa que se quiere alcanzar pueda ser justa, si se recurre a medios injustos no sólo no se logra la meta propuesta, sino que también se corre el riesgo de que quede en la nada lo que se ha alcanzado, y, peor aún, que se instaure una democracia puramente formal, sin valores y principios éticos”.
Se refirió también a la situación económica del país, porque, si bien los indicadores macroeconómicos son importantes, causa inquietud “la situación económica de los sectores pobres marginales que sufren por la falta de un empleo estable y formal, hecho agravado por el alza exagerada de los precios de la canasta familiar” y que la vida cotidiana de los “hermanos campesinos (…) pareciera no sólo estar igual sino peor” que durante la anterior etapa política.
El vicepresidente de los obispos bolivianos lamentó que esa situación se agrave por la sequía que afecta a gran parte de Bolivia, así como por los chaqueos e incendios forestales. “Es urgente que todos tomemos conciencia de nuestra responsabilidad para cuidar a nuestra hermana, la madre tierra”.
Mons. Jesús Pérez apuntó que la Conferencia Episcopal de Bolivia “ha llamado la atención respecto al espinoso problema del narcotráfico que se va extendiendo (…) en distintas regiones del país por el crecimiento del cultivo de la hoja de coca, y que ve involucrados a grupos criminales de otros países, que recurren a la violencia y a las armas para imponer su ley. Este mercado tiene consecuencias morales y sociales nefastas (…) y nos estigmatiza a nivel internacional”.
El representante de los obispos respondió también al vicepresidente Álvaro García Linera, quien dijo que los sacerdotes deben salvar almas y no hacer política. Pérez dijo que “hay una malentendida apreciación acerca de la misión de la Iglesia en el mundo (pero ésta se refiere a) todas las dimensiones de su vida, incluyendo lo social y lo político”.
Durante su turno, el Nuncio Apostólico, Mons. Giambattista Diquattro, recordó las reflexiones del Papa Benedicto XVI en relación con el Estado y la Iglesia. “El Santo Padre afirma que esto significa que el Estado no puede imponer la religión sino que debe garantizar su libertad y la paz entre los seguidores de las diversas religiones”.
El Gobierno no da una respuesta
El portavoz gubernamental Iván Canelas anunció ayer en la ciudad de Cochabamba que el Órgano Ejecutivo no dará una respuesta a la posición de los obispos, expuesta ayer en la inauguración de su nonagésima reunión nacional.
“Se ha tomado la determinación de esperar el documento oficial, completo; lo vamos a leer y a partir de eso veremos si el Gobierno emite un juicio o no sobre ese tema. No queremos expresar todavía ningún criterio mientras no tengamos la oportunidad de revisar el documento en su conjunto, para no cometer errores”.
Sin embargo, en declaraciones ofrecidas a la red televisiva PAT, el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, opinó que la jerarquía eclesiástica no conoce en detalle el problema del narcotráfico en Bolivia.
“Ellos deberían informarse mejor. En todo caso, el Gobierno del presidente Evo Morales es el que más ha combatido al narcotráfico y el que más trabaja en la erradicación y racionalización de las plantaciones de hoja de coca. Sugiero que los obispos se informen de mejor manera”.
El cardenal Julio Terrazas no participa en el acontecimiento debido a que recibe una distinción de la Universidad de Treveris.