(Aci/InfoCatólica) De esa manera se refirió Mons. Aguiar, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM),a los recientes conflictos entre miembros de la jerarquía eclesial mexicana y políticos del país, debido a la oposición de la Iglesia a las leyes contrarias a la dignidad de la vida humana desde su concepción y al orden natural en relación al matrimonio.
“La mayor amenaza a la cultura es reducir la realidad a los bienes materiales, a los problemas sociales, económicos y políticos, amputando la realidad fundante, y por esto decisiva, que es Dios. Para evitar y superar dicha amenaza es indispensable garantizar el derecho humano fundamental de la Libertad Religiosa”, expresó el Prelado durante la sesión inaugural de la 90° Asamblea Plenaria, a la que asistió el mandatario mexicano.
Mons. Aguiar Retes afirmó que “una auténtica Democracia, a la que aspiramos y deseamos en México, es la que garantiza los Derechos Humanos fundamentales para todos sus ciudadanos. La Iglesia no busca ni pide privilegios, solicita sí, el marco jurídico democrático para desarrollar una franca y positiva colaboración en la superación de los problemas sociales”.
La Iglesia es una institución que colabora con el gobierno en el respeto de los derechos humanos
El Presidente de la CEM también aprovechó para reiterarle a Calderón “que la Iglesia de la que Usted forma parte”, es una institución aliada con el gobierno “en la responsabilidad de forjar una sociedad que viva y respete los Derechos Humanos Fundamentales”.
En otro momento del discurso, Mons. Aguiar Retes recordó que el tema central de la asamblea es el compromiso de la Misión Continental asumido en Aparecida. Indicó que para su realización es indispensable “la renovación de la Parroquia para que sea casa y escuela de la Comunión”, donde los fieles se conviertan “en discípulos y misioneros, capaces de transmitir la fe a las actuales generaciones”.
“De esta manera, la Iglesia Católica en México fortalecerá el importante y fundamental aporte del desarrollo humano integral, fundamentado en la convicción de la indispensable relación del espíritu y el cuerpo, de la mente y el corazón, de la razón y la fe, para la educación sana y positiva de la persona humana”, afirmó.